Ilustración al Canto del Infierno de Dante |
Ni siquiera nuestro cuerpo físico escapa a esta traumática pérdida de libertad, para la que nos narcotizan convenientemente. Nos imponen campañas intimidantes y bajo pena de sanciones; incluso terapias y vacunas dudosas. Introducen en nuestro organismo individual y social, sustancias de las que no conocemos los peligros; nos dicen cuál ha de ser nuestra conducta, cuáles nuestras medidas, cuál nuestro peso, y cuál nuestro canon de belleza. Y todo ello contra la dirección que venimos llevando desde hace muchos siglos. Para ellos no valen nada los milenios que ha necesitado la humanidad para tejer nuestros valores entre el Antiguo Testamento (judaísmo) y el Nuevo Testamento (cristianismo). En su afán por salvar a la humanidad a su manera, y en aras de la modernidad y del progreso, han borrado de un plumazo lo que ésta ha acumulado durante su mejor época.
Y por supuesto, la primera libertad contra la que luchan a derecho y a torcido, es la libertad religiosa. Porque paradójicamente para la perspectiva de los enemigos de la religión, resulta que las personas que gozan de mayor libertad, tremendo peligro para un programa totalitario, son las que practican alguna religión, y mucho más las que están en el catolicismo: las que aceptan con profunda convicción las limitaciones que pone la religión a su libertad. Y por el contrario, los que se dejan engañar con la promesa que se les hace de liberarles de la opresión de la religión, precisamente esos son los que caen en los más lamentables abismos de esclavitud. Eso sí, una esclavitud modernísima, para la que es fundamental que la rueda del consumo sea como sea, sostenga el trabajo al más alto nivel, sea como sea.
No es libertad para el “ciudadano”, verse privado del derecho natural a disfrutar del fruto de su trabajo, o verse ferozmente coaccionado a consumir; ni acrecientan su libertad las leyes destinadas a desmantelar la familia. Y para eso pagamos impuestos desproporcionados. Si ofrecemos resistencia, los gobiernos, especialmente los que se autodenominan progresistas, en un refinadísimo ejercicio del poder burocrático, nos atormentan cada vez más, acusándonos de evasores, tomando cantidades crecientes de ingresos para mantenerse a sí mismos y a las categorías privilegiadas, entrando en cuentas corrientes, obligándonos a pagar cuantos profesionales les place imponernos, y obligándonos a dedicar tiempo a compilar documentos complicados, para cumplir deberes que no sólo no corresponden en absoluto a la igualdad de derechos, sino que atentan frontalmente contra esa igualdad. No nos engañemos, es la forma evolucionada y refinada del terror fiscal. Es que sin terror, el fisco no funciona. Lo normal era que el fisco incendiase las villas que no satisfacían sus expectativas económicas. Cuando llegó Cervantes a ejercer el cargo de recaudador de impuestos, ya había decaído bastante esa práctica. Pero aún quedaba la confiscación, que aún hoy se mantiene en pie, aunque en forma más sofisticada: evolución natural del terror fiscal. En efecto, sin terror, sin ferocidad, el fisco no funciona. Y el poder tampoco.
Las últimas modas en el ejercicio del poder son los fuertes impuestos a los envases de plástico, nuevas sanciones fiscales y desde 2021 fuertes aumentos en el combustible diesel para automóviles, cuyo uso se ha alentado durante décadas alegando razones de ahorro de energía y compatibilidad medioambiental. Y ahora nos asfixian con las contraórdenes sin el menor escrúpulo. Y nosotros aceptándolo disciplinadamente sin rechistar: o nos engañaron ayer, o mienten hoy. Incluso en esta elección, que es esencial en un mundo basado en la movilidad y la necesidad de desplazamiento, el recorte de libertad, sobre todo para quien no está en condiciones de comprar los nuevos vehículos impuestos desde el poder, es brutal. Y estos mismos que asfixian nuestra libertad tanto como pueden, se esmeran en librarnos de la religión, de la moral y de la Iglesia: porque según ellos, es en ese ámbito donde realmente se coarta nuestra libertad. Han conseguido convencer a muchísimos de que son más libres vinculados directa e individualmente al Estado, que cuando estuvieron vinculados entre sí como miembros de una familia, y como miembros del Pueblo de Dios en la Iglesia.
Y son estos enemigos de nuestra libertad los que se han empeñado en imponernos a toda la sociedad una nueva moral sin raíces y sin la menor sostenibilidad. Pero tienen el poder y lo ejercen también en esto; y lo hacen con el pretexto de garantizar la libertad de otros: una libertad que choca frontalmente contra la nuestra. Pero claro, el poder lo tienen para ejercerlo. Los mismos que nos obligan a ponernos el cinturón de seguridad para proteger nuestras vidas, esos mismos están legislando para facilitarnos el “suicidio asistido” (ayudarle a uno para que se mate, pero de forma que la ayuda sea totalmente eficaz y supla los fallos y titubeos del suicida); y como ayuda definitiva, la eutanasia de última generación. Pero eso sí, con el cinturón de seguridad y sin tabaco, que el tabaco mata. Y pasándonos al coche eléctrico, porque los combustibles fósiles ponen nuestra salud en grave riesgo. ¡Y el litio, el gran medicamento psiquiátrico, del que se liberarán miles y miles de toneladas de desecho cuando los coches eléctricos se conviertan en chatarra, eso no está previsto que contamine, claro que no!
En fin, esclavos dóciles e incluso satisfechos, nos emborrachamos de derechos y morimos de libertad negada. Nos desnaturalizaron, homogeneizados. Sonámbulos diligentes, corremos hacia un silbato donde indica el maestro. Con relativamente poca coerción, trabajamos para nuestros señores, consumimos para ellos y, de hecho, ni siquiera nos pagan; ya que el dinero nos lo otorga, con una decisión incuestionable, Su Majestad el poder financiero. Detrás de la máscara de los derechos, el rostro de la esclavitud; rasca la corteza de la aparente libertad, y encontrarás vigilancia y manipulación. ¡Qué nostalgia por las libertades feudales inglesas, año 1215, Carta Magna, artículo XXXIV!: "ningún hombre libre puede ser arrestado, encarcelado, despojado de sus posesiones o proscrito, ni exiliado ni acosado de ninguna manera, y no pondremos ni haremos poner las manos sobre él, sino como consecuencia de un juicio de sus mismos conciudadanos, de acuerdo con las leyes del país ". ¡Y qué añoranza de los 10 mandamientos! ¡Qué bien vivíamos bajo esa ley suprema!
Mn. Francesc M. Espinar Comas
Párroco del Fondo de Santa Coloma de Gramenet
En los métodos de estudio de hace decenios, se aconsejaba leer los textos de interés –materia de examen-- dos veces, una de un tirón, para hacerse una idea del asunto tratado y la otra con papel y lápiz al lado. Procuro seguir ese consejo con los posts de Germinans. Esta tercera entrega, mosén Francesc, la he leído mientras he puesto de fondo, no una sonata de Bach, ni un Nocturno de Chopin, sino el Rorate caeli desuper, en gregoriano, propio del Adviento en que hemos entrado. La libertad y la esclavitud se predican en función de la justicia. Pide la antífona en su primer verso que de las nubes descienda el Justo, por antonomasia. Sin ese Justo no cabe libertad y todo es esclavitud. Como no hay felicidad, decían los teólogos moralistas clásicos, esos que la ética filosófica contemporánea incluye entre la ética de virtudes, que no esté ordenada a la beatitud eterna. Cuando eso no ocurre, mosén, cuando se opta por la ética predominante en nuestra sociedad, el utilitarismo, la moral la impone el estado. Eso entraña desigualdad (iniquidad en la antífona: ne ultra memineris iniquitatis), que llega hasta la desolación en la Iglesia (civitas Sancti facta est deserta: Sion deserta facta est; Jerusalem desolata est). Sólo cabe la esperanza en la salvación que nos trae el único Dueño de nuestra vida (Salvabo te, noli timere, ego enim sum Dominus Deus tuus). Lo grave del caso, mosén, es que hace tiempo que no podemos confiar en la guía de los pastores. Cada uno ha de buscar según su buen entender el camino de la libertad y defender su derechos. Los pasteleos, las homilías erráticas, los gestos impresentables, en vez de iluminar, no hacen más que aumentar la desesperanza (afflictionem populi tui). Hemos llegado a tal extremo del desestimiento de la función magisterial (en objetividad de los actos morales, doctrina matrimonial, y demás puntos estupendamente reseñados por usted), que sólo El nos va a librar de esta esclavitud (ipse [auferat] iugum captivitatis nostrae)
ResponderEliminar"los pasteleos, las homilías erráticas, los gestos impresentables..."
EliminarPobre valderas! menudos pasteleos los suyos, él sí que es un impresentable!!!
Esperemos que la sencillez y humildad del adviento le den un poco de sensatez y cordura!
Totalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo.
Eliminary al final... punto y aparte... menos mal!
Eliminarmenudo comentario más ferragoso...
Me parece que estas son las cosas, evidentes, que debería decir el Vaticano, en vez de hacer el juego a los poderes del mundo que nos esclavizan.
ResponderEliminarEl liberalismo en que estamos inmersos conduce a la muerte y esclavitud del hombre. Ya tenemos “nuestra experiencia” del totalitarismo que conduce también a la muerte y esclavitud (Mussolini saltó sobre la Acción Católica italiana, después los comunistas, los nazis, los rojos españoles y los reinos coránicos). El único principio a que se debe someter el hombre, es a Dios, a la tradición de origen divino, a la tradición de la Hispanidad, a las Españas (no a las Españas de esos patanes amorales listos a zamparse nuestra nación).
ResponderEliminarDecía D. Alberto Ruiz de Galarreta, que el libro de “la opción benedictina”, era un buen servicio al derrotismo católico. Y digo yo, ¿qué sabrá de la tradición católica el autor, un norteamericano?. Decía Galarreta que si el enemigo cruzara las líneas rojas, que Dios no lo quiera, de la libertad para la Única Iglesia Verdadera, “la opción española” no sería correr a refugiarse en unos monasterios, y fabricar pastas de té, sino a empuñar las armas. Acabamos de ver a 24.600 navarros y de toda España peregrinando a pie al Castillo de Javier; y otros muchos que se han quedado en casa, cantan “volverá a reír la primavera”, y “arriba escuadras a vencer””…etc. Aquí de derrotismo postcristiano nada. Otra cosa es que estén mal mandados y traicionados.
(no a las Españas de esos patanes amorales listos a zamparse nuestra nación) eso lo digo yo.
EliminarLaura:
EliminarNo creo que los navarros, es decir los carlistas, estén por cantar el "Cara el sol". Ellos, más bien entonarán el "Oriamendi".
Liberalismo significa que los que tienen el poder sean libres de sojuzgar a los que no lo tienen.
EliminarDe ahí la importancia de la Iglesia católica, que es un organismo independiente con una doctrina Divina y una moral equilibrada.
Definitivamente esto molesta a los políticos y a los multimillonarios..
Por eso, lo primero que hacen los liberales es asegurarse que la Iglesia no les va a molestar.
No entiendo que equipare la tradición de la Hispanidad con la de origen divino (sic). Esto es pura blasfemia. No mezcle cosas, por favor!!
EliminarLa "opción benedictina" -al menos en lo que gente como tú ha resaltado-, no es tan mala idea como parece; aunque no puede ser única.
EliminarMe imagino que la historia de EEUU ha dado ejemplos variados, desde los calvinistas del Mayflower hasta las comunidades mormonas actuales, pasando por la misma fragmentación de religiones, incluida la católica, que permite a los que piensan igual estar a salvo de los que no.
Esto tiene un valor sociológico extra: estas comunidades son un faro y un vivero para los que viven en medio del mundo.
Desde el punto de vista psicológico, afirma la fe para los que viven en un mundo enemigo.
Esas son una da las funciones de los monasterios; y de las más importantes, aunque vivan entre rejas.
La propuesta del autor es una vida familiar con gente comprometida que no quiere someterse a los nuevos amos anticristianos.
La idea no es mala, si no se reduce a encerrarse en un ghetto.
¿No hay una España despoblada?
Incluso para pasar el verano, comprar y restaurar una de estas aldeas del interior no es ninguna utopía: ya hay gente que hace eso, aunque sin fines católicos.
Por otra parte, el Internet y una parroquia amiga hacen maravillas, que no es más que permitir a los que tienen intereses similares conocerse, reunirse, socializar y profundizar en la fe.
La opción de "empuñar las armas", que es legítima si una situación extraordinaria lo impone, como el genocidio católico de la 2 República Masónica, es perjudicial en tiempos de paz (salvo en proponer la acción y no la pasividad)
Mientras que estemos en una democracia, las reglas del juego son las democratas; y es ahí donde hay que luchar, convencer y votar; cosa que el norteamericano que escribió la "opción benedictina" estaría 100% de acuerdo.
Hoy ya tenemos 40 años de información sobre las políticas del PP-SOE y las políticas de la jerarquía; y 50 años de información sobre los resultados reales del Concilio: unos nos beneficiarán y otros nos perjudicarán... Pero engañar, ya no engañan a nadie.
La opción benedictina norteamericana, es imposible en Europa y en España, donde la tradición es más imperial, de intervencionismo estatalista.
EliminarLa opción es pedirle a Jesús qué opción debe de tomar aquí en Europa.
Curioso que al final del artículo menciona los 10 mandamientos. Pues yo he inspeccionado los mandamientos del Sinaí en la Bíblia y me salen algunos de más, concretamente unos 2 de más, y no esta nada mal porque es un número bíblico el 12, en cambio el 10 es un apaño de la tradición eclesial. Por cierto que donde salen los mandamientos de más es en donde dice de celebrar el sábado que lo expresa en varios capítulos. En cuanto al de "no robar" en la Biblia de Montserrat que se encuentra en internet no existe y en su lugar dice "no raptarás ningún hombre". EF.
ResponderEliminarSon una simplificación.
EliminarSi hay dos mandamientos que dicen "no robar", por ejemplo, basta unirlos en uno: el que uno diga "no robaras un buey" no significa que se permita robar un coche.
Es curioso:
EliminarMe pregunto cuál es la diferencia real entre los 10 mandamientos y la declaración de derechos humanos original; a parte de que uno lo impone Dios para todos y el otro no lo impone nadie, salvo que se promulgue como ley nacional y lo utilice la masonería como el mayor acontecimiento de la humanidad tras la revolución francesa y el nacimiento de Voltaire.
La diferencia entre la declaración de los derechos humanos y los 10 Mandamientos de Dios, es que la primera es de origen MASÓNICO, actualmente es de los incontables LOBBYS de innumerables colorines de dudoso origen. De los " HUMANOS" pocas cosas buenas pueden salir, se llenan la boca de buenas intenciones para engañarnos cómo bobos. El perfecto por antonomasia solo es DIOS !
EliminarLos X Mandamientos de la Ley de Dios los encuentra en la Constitución Romana de Cicerón, con sus peculiaridades, claro. También están en las constituciones de las más de 200 polis griegas:
Eliminar1. Adorar a los dioses, cumplir los ritos, no jurar en falso
2. Amar a la ciudad de Roma, a los ancestros y a los padres
3. No matar
4. No robar
5. No mentir
6. No cometer adulterio
Ya está dicho todo...
Totalmente de acuerdo con la Sra Laura S. Si VOX en vez de 52 diputados tuviese 180, los 10 Mandamientos serian el EJE de la justicia de este " de momento" desgraciado país.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el anónimo 10:12. Ojalá mandase VOX. Ellos sí que son un ejemplo de honradez. El matrimonio Espinosa-Monasterio, la honradez inmobiliaria-urbanística personificada!!
EliminarSeñor, líbranos de estos tomadores de pelo!!
Usted se mete con VOX, pero en ningún caso critica al matrimonio Pujol-Ferrusola. Ejemplo de MATRIMONIO CRISTIANO, según SISTACH. Para mayor gloria del SEPARARISMO MAS RANCIO.
EliminarLas palabras de D. Gil las hago mías también. Dejo aquí su tercera llamada al Rey de España.
ResponderEliminarhttps://youtu.be/j22F5UBPiRA
Esas diferentes comunidades cristianas norteamericanas (la tradición las llamaría sectas), ahora sería ecumenismo, es liberal, no tiene nada que ver con la tradición católica. El mismo pertenece a una comunidad cristiana ortodoxa y antes era metodista, con un paso fugaz por el catolicismo. Parece que los pecados de la carne del clero católico le hicieron desistir.
ResponderEliminarNo tenemos que desaparecer del meollo del mundo, pues las dos vocaciones existentes en la Iglesia son la religiosa, y la secular. En este último estamos los laicos junto al clero secular. Una cosa es irse una semanita a la sierra, y otra confundirse de estado (matrimonio y familia y ministerio secular).
También pareciera que solo los benedictinos cristianizaran. En las ciudades estaba el clero secular, que con apoyo político, se encargó de construir las catedrales. Sin olvidar que la forma de vida benedictina hubiese sido inconcebible si Carlomagno no la hubiese impuesto en todos los monasterios que se hallaban bajo su protección. También la Compañía de Jesús, secular, se encargó, con apoyo político, de evangelizar el Nuevo Mundo o de enfrentarse a Lutero.
Galarreta añade que la red de monasterios con que s Benito pobló Europa hubiera sido desmantelada por los mahometanos, si estos no hubieran sido detenidos militarmente por Don Pelayo, Carlos Martel, Sobieski y otros en las Navas de Tolosa, en los campos catalaúnicos, Lepanto, WadRass, etc…
Según dice de Prada, Dreher (el autor), propone renunciar a la política.
Yo no he leído el libro. Si que he oído y leído diferentes críticas y no hay color con las argumentaciones carlistas. El carlismo en voz de Galarreta, sentencia que sin un respaldo político mínimo, o por lo menos neutral, la Iglesia no florece. Considera una locura político-religiosa y suicida la renuncia sin combatir a la presión y conquista políticas. Charles Maurras lo señaló lucidamente cuando formuló su famosa consigna de: “politique d´abord” (en sentido de praxis, no en sentido doctrinal).
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