Pioneros Franciscanos
Tres aventuras en el Oeste
Robert A. Kittle
Categoría Biografías
Colección | Arcaduz | |||
Edición | 1ª, febrero 2019 | |||
Páginas | 400 | |||
Formato | 21,5 x 13,5 | |||
Encuadernado | Rústica con solapas | |||
Idioma | Español | |||
ISBN | 978-84-9061-818-9 | |||
Editorial | Palabra | |||
PVP | 19,90€ |
Piadosos y eruditos, los frailes franciscanos Pedro Font, Juan Crespí y Francisco Garcés pueden parecer a primera vista héroes inesperados. Comenzando en España, sus aventuras abarcaron las remotas tierras altas de Sierra Gorda en México, los desiertos del Suroeste de Estados Unidos y la costa de California. El viaje de cada uno de estos hombres jugó un papel importante en la conquista española de la costa del Pacífico en el siglo XVIII, pero hoy en día sus nombres y hechos son poco conocidos.
A partir de los diarios y la correspondencia de Font, Crespí y Garcés, así como de su propia investigación exhaustiva, Robert A. Kittle ha tejido una narrativa perfecta que detalla los sorprendentes logros de los frailes: mediación entre las tribus belicosas, protección de los indígenas ante diversos atropellos, numerosas muestras de la abnegación de los misioneros en su empeño de bautizar, acoger y alfabetizar a los nativos frente al mayor rigor de las instituciones y autoridades civiles y militares.
Esta apasionante historia eleva a estos frailes españoles a su lugar legítimo. Ilumina los encuentros entre los exploradores y misioneros europeos y los indios estadounidenses que habían ocupado la costa del Pacífico durante milenios.
Robert Kittle es un perodista galardonado con amplia experiencia en asuntos nacionales, estatales y locales. Fue corresponsal en la Casa Blanca de la revista U.S. News & World Report y antiguo editor del San Diego Union-Tribune.
Es un invitado frecuente en programas de televisión tanto en el sur de California como a nivel nacional. Ahora se dedica a la historia, dividiendo su tiempo entre Cayucos -en la costa central de California- y Carefree, Arizona.
Su Santidad el PAPA, Benedicto por supuesto, ha hablado. Ha hablado de DIOS, no como otros que solo saben llenarse la boca de PACHAMAMAS Y DEMAS SANDECES!!
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