La fractura social es evidente. Una parte de la Iglesia ha guardado un silencio cómplice. ¿Acaso señores obispos en Cataluña piensan que el ‘procés’ bien merece semejante tributo: quebrar la paz familiar y social?. Sergi Doria, en las paginas de ABC, contempla así tan grave confrontación en el día de la Pascua: “Hoy en Cataluña no se respeta ni la ‘mona’: esteladas, motivos nacionalistas, plumas amarillas clavadas como estacas en el paisaje de la mantequilla, la trufa y el bizcocho. Sobre la ‘mona’ de alguna sobremesa sobrevoló la discordia entre muchas familias catalanas. Imagino al ‘tiet i la tieta’con el lacito amarillo portando esa ‘mona patriótica’ que no acaba de gustar a sus familiares”.
Esta es la triste realidad. Sin embargo, a los obispos en Cataluña lo que parece preocuparles es que el ‘procés’ siga adelante. Se muestran “dolidos” por “los encarcelamientos preventivos” y reclaman diálogo al Gobierno Rajoy. Pero, nada dicen de la fractura social, de la división y separación, de la infernación generadas. ¿Acaso es esta la civilizada convivencia que desean y propician para Cataluña? Como siempre, aparece la hipocresía, tan condenada por Jesús. No faltaba más. ¡Recemos por la paz y la reconciliación! Primero se propicia el daño y después, tácticamente, se ofrecen como agentes de la paz y el diálogo. Vieja costumbre. Por eso, no me sorprende ahora.
Todos hemos visto estos días pasados la violencia imperante. Los CDR (Comités de Defensa de la República) se enfrentan con los Mossos. Arden contenedores y neumáticos. Se amenaza al Juez Llarena y a su familia.
Las paredes se empapelan con mensajes falsos, ofensivos y plenos de odio. Se destruye mobiliario urbano y se ensucia la calle. Se sabotean autopistas y otras vías de transporte. Se crea miedo en la gente. Se violan derechos individuales. Se sube el tono de las amenazas a otros partidos. Se altera la normalidad del vida ordinaria. Se intensifica el daño económico y la sensación de inestabilidad política. Pésima imagen y, además, violando la ley.
Tampoco esto parece preocuparles a los obispos, clérigos y religiosos.
Parece que no han sido capaces, ni siquiera el Jueves Santo, de dedicar, unas palabras a condenar sin matices ni rodeos la violencia, la genere quien la genere y cualquiera que sea el pretexto que alegue. También la que se genera bajo el amparo del ‘procés’, aunque, presuntamente, esté animada por una parte importante de la clerecía. ¡Qué lejos están de secundar el mensaje inequívoco de Francisco para quien religión y violencia son radicalmente incompatibles! Siguen estando donde siempre.
Sin reconocer error alguno, sintiéndose superiores a los demás, animando la resistencia, ofreciendo mercancía argumental averiada, guardando silencio ante la utilización de símbolos e instituciones católicos, prestando al ‘procés’ su apoyo claro, aunque quieran disimularlo. Nada les parece contrario al Evangelio o todo merece mirar para otro lado, si favorece el ‘procés’.
Hago mío, en parte, el lamento de Sergi Doria: “Es chocante que la misma Iglesia que padeció la violencia anticlerical en el ’36 haga el juego a las CUP que proponen convertir la Catedral de Barcelona en economato”.
¡Ciegos! No se enteran (o no quieren). Su ceguera les ha llevado a perder de vista, a pesar de su amor por la identidad, una nota identificadora de la Iglesia: su universalidad. Lo que hay que ver.
Tanto esfuerzo para nada, para volver a lo mismo, a lo que tanto se ha criticado, y con razón.
En efecto, han despegado del nacional-catolicismo de la dictadura franquista para aterrizar en el nacional-catolicismo nacionalista. Fina intuición de Sergi Doria, aunque no sorprenda. Los hechos le dan la razón. La Iglesia en Cataluña (que no de Cataluña) ignora que “una mayoría de votantes catalanes rechaza la violenta imposición de la ruptura de España de los separatistas” (Jiménez Losantos), que los separatistas no representan ni son el pueblo catalán (error en el que incurren siempre algunos obispos en Cataluña), que una parte importante de su feligresía “se resiste a envolver la cruz con la estelada” (Sergi Doria).
Es éste un tema de gran trascendencia de futuro. La Iglesia en Cataluña ha de cambiar, de modo radical, su rumbo. Además de las cuestiones identitarias (universalidad) -que no es poco-, no debería, de ninguna manera, seguir confundiendo pastoral con propaganda política. No puede seguir hablando sólo a la mitad de sus creyentes, pues limita su mensaje en cuanto a los destinatarios y en cuanto al contenido. Su mensaje ha de ser universal, para todos, con independencia de las opciones políticas de sus feligreses. Lo que no puede hacer es callar ante hechos, si están siendo protagonizados por separatistas, pero que merecen una orientación cristiana y una valoración crítica. Este reduccionismo de su misión no es muy evangélico, que digamos. La Iglesia en Cataluña no puede ser la Iglesia nacional catalana.
“Las últimas detenciones ya están incendiando un vasto movimiento de solidaridad entre las mujeres e hijos de los presos que va más allá de los partidos o movimientos independentistas. Podrán ordenar cargas policiales, pero no podrán ametrallar o gasear a todo un pueblo. El movimiento independentista no tiene marcha atrás, y solo puede tener un final: la República catalana independiente”, dice Hilari Raguer, historiador y monje benedictino en Monserrat. ¡Sin comentarios! ¡A esto se le llama lenguaje evangélico y cristiano! ¡Así se trabaja por la paz y la reconciliación! ¡Ojo al Cristo: la violencia se sabe cuándo y cómo se incía, no se sabe cuándo ni cómo acaba!
Todavía podríamos extendernos más. Hay muchas otras dimensiones (por ejemplo, la corrupción y el adoctrinamiento en las Escuelas, los medios de comunicación y no solo en Cataluña) que ponen en entredicho la actitud de la clerecía en Cataluña. El cardenal Omella lo tiene muy difícil. Tendrá que sudar el hopo. ¡Ojala tenga éxito! Una cosa parece clara, señores obispos en Cataluña y en España: ¡No es esto, no es esto!
Si no cambian de actitud, tendrá sus consecuencias. No lo duden.
* Del escrito publicado por Gregorio Delgado del Río en el diario "Canal 4", el 6 de abril de 2018
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Estos cismaticos obispillos que procuran la rotura social el odio la discriminacion la segregacion el racismo con sus actos silencios permisos y apoyos esperan que los golpistas sean personas; no ven que en caso de triunfar su golpe lo primerovsera cerrar o quemar iglesias como hicieron antes: semana tragica 1932 1934 1936......1939.
ResponderEliminarLos partidos que lo apoyan son abortistas pro gsis anti familia anti catolicos ateos..... miren sus acciones no tienen nada de catolicas tramas de corupcion generalizada Caso Palau. Caso 3% apoyo a terroristas acosos, muerte civil etc. etc.
No se estrañen que NADIE ponga la X para que sigan promocionando este cisma.
Recemos por su conversion
"son abortistas pro gais anti familia anti catolicos ateos....." como si en el PP, PSC-PSOE, y Ciudadanos no fueran igual. Se pueden poner nombres y apellidos en cada uno de esos partidos con personas en cargos de partido, y/o de gobierno en el caso de PP que son y defienden lo que Ud. enumera.
EliminarY no hablemos de los casos de corrupción,...
Efectivamente los demás partidos también tienen lo suyo, pero no son apoyados directa o indirectamente por los obispillos que ademas envían al ostracismo a mossen Custodio Ballester del movimiento mundial pro.vida Es decir mira quien apoyas y te diré quien eres y en este caso apoyan a los quema iglesias.
EliminarRespuesta al comentario de Quim Marcos de las 12:48
EliminarLo de mossén Custodio tiene delito. Es la mayor mancha en el expediente de Omella, y él lo sabe. Se ha convertido en paradigma de la peor corrupción de la Iglesia: ponerse a las órdenes de los políticos para cerrarles la boca a sus sacerdotes. Y si no se dejan cerrar la boca, los envían al ostracismo. Es el tan acertadamente denominado síndrome Omella. La mayor vergüenza de la Iglesia.
Los CDR (Comités de Defensa de la República) también pueden actuar en internet, mediante censura y manipulación de noticias.
ResponderEliminarLos CDR pueden sufrir el riesgo de una division futura en grupos de presión, de intervencion, de adoctrinamiento, de fake news y posverdad y, evidentemente, lo peor, terrorismo.
Los CDR son asociaciones paramilitares y secretas. Sin cara ni sede visibles, sin transparencia organizaciñonal, estructural, presupuestaria y estatutaria. Su actividad no es pacífica, usan de la violencia moral del miedo y temor, y pasiva o activa de bajo nivel, con fines propagandísticos y golpistas.
El art. 22 de la Constitución prohíbe estas estas asociaciones secretas y paramilitares, porque influyen ilegítimamente en el poder democrático, abierto y transparente.
Y esos ridículos jueces alemanes, sin enterarse de nada, en su feliz e irreal burbuja escandinava...
Menuda arenga política te ha salido dels CDR, para que luego leamos que "Todos hemos visto estos días pasados la violencia imperante. Los CDR (Comités de Defensa de la República) se enfrentan con los Mossos. Arden contenedores y neumáticos. Se amenaza al Juez Llarena y a su familia"...
EliminarNada más lejos que la realidad.
O no te enteraste que los que provocaron los enfrentamientos físicos contra los Mossos fueron infiltrados.
Hipocresía...
Está claro que la Iglesia catalana se ha de implicar y más en el bien de toda la sociedad, pero no puede estar al margen de las injustícias que en nombre del poder de la justícia, es decir el poder del estado, se estan perpetrando contra gente inocente.
El cardenal Omella lo tiene muy difícil. Tendrá que sudar el hopo. ¡Ojala tenga éxito! Una cosa parece clara, señores obispos en Cataluña y en España: ¡No es esto, no es esto!
ResponderEliminarLa Iglesia catalana tiene tres fuertes herejías:
1. Irenismo, del griego eirene, paz. Busca por encima de la Verdad, establecer puentes de diálogo, paz y concordia con las ideologías del mal.
2. Indiferentismo, hija loca y chiflada del irenismo, por la que todas las creencias e ideologías son iguales, sin diferencias, todas tienen razón y son verdad.
3. Cesaropopulismo, hija tonta y trastornada de las tesis josefinistas, luteranas y anglicanas de la sumisión de la Iglesia al poder político populista y progresista nacionalizador.
El indiferentismo y el error están condenados en el el canon 844,2 CIC: ningún consagrado puede administrar sacramentos con el Espíritu maligno del Error y de la Indiferencia.
EliminarLa condena a la herejía práctica del irenismo, indiferentista y erróneo, está en Unitatis Redintegratio del Concilio y Pío XII en Humani generis, ambos de manera explícita.
«El ratón al gato le puede hacer toda clase de fechorías. Toda clase de fechorías. En Baleares, todas. En Baleares hay como 200.000 alemanes de rehenes. En Baviera pueden empezar a estallar cervecerías. Ya pero, ¿usted qué propone? ¿Una acción? Naturalmente. Nos han abofeteado, nos han dado una patada en los dídimos».
ResponderEliminarFederico Jiménez Losantos
A este periodista se le ha ido la olla hace mucho tiempo.
EliminarHaciendo amigos alemanes,... y después se estrañan que Alemania no vaya a entregar al ex-president cesado.
EL FUEGO NUEVO
ResponderEliminarTodos estos obispos y clérigos han cambiado de fe. En vez de celebrar el Sábado Santo, en la vigilia pascual, el fuego nuevo que representa a Cristo Resucitado, van y se lanzan heroicos a la hoguera del fuego nuevo del independentismo. Es su nueva religión, es su nueva fe, es su nuevo martirio. Desean morir ardiendo en ese fuego.
Encima de malvados, torpes e incompetentes. Es lo que lleva implícito el fanatismo y la religión idolátrica nacionalista. En vez de adorar a Dios, pues esteladas. Torpes porque como fueran independientes y gobernaran los de la estelada ya verían ellos lo que es bueno, no podrían ni salir a la calle porque miren quien según las encuestas sube la CUP que son antitodo y anarquismo de guerrilla urbana. Como demuestra la Historia, cuando se hacen concesiones a los radicalismos por un aparente rédito a corto plazo como ha ocurrido en Cataluña para presionar al Estado y tener los privilegios los de siempre aún en tiempos de crisis, todo vira a lo radical y para radical ya está lo original.
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ResponderEliminarPleno de los martes
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Intervenciones | Pleno de los
martes
Pleno
de
los
martes
20-03-18
Rouco
Varela,
Antonio
María
,
El Episcopado español y su doctrina sobre el nacionalismo
RESUMEN DE LA PONENCIA
El Episcopado Español y su doctrina sobre el Nacionalismo
Resumen - Discurso en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas del Emmo. y Rvdmo. Sr. Cardenal Antonio Mª Rouco Varela Arzobispo Emérito de Madrid
(Madrid, 20-03-2018)
1. Introducción
El problema político-jurídico que ha planteado el nacionalismo cultural y sociológico en la historia moderna y contemporánea de Europa ha recobrado una nueva y concreta actualidad en la forma política con la que se produjo la extinción jurídico-internacional de la Unión Soviética y en la desintegración constitucional de la antigua Yugoslavia después de la caída del Muro de Berlín. Y se ha mantenido y sigue viva la problemática nacionalista en la realidad sociopolítica española de las tres últimas décadas.
La posición de la Iglesia ante esta nueva actualidad político-jurídica del nacionalismo se expresa más en su magisterio o doctrina que a través de su comportamiento y actividad diplomática en sus relaciones con los Estados implicados en los procesos nacionalistas. Como no se puede soslayar la innata dimensión ética o moral del nacionalismo, lo que significa como interpelación pública a la Iglesia le afecta antes a su responsabilidad doctrinal, primero «ad intra» de la Iglesia misma, y luego «ad extra», en relación con la sociedad en la que está inserta.
Preguntarse por la doctrina del Episcopado español en el momento actual de la problemática nacionalista en España es un imperativo eclesiológico y pastoral inaplazable. Entendiendo Episcopado como esa modalidad colegial del ejercicio del ministerio y de «la potestas» episcopal, bien en la forma usual previa al Concilio Vaticano II –de «Declaraciones colectivas»-, bien en la modalidad de Instrucciones, Decretos y Declaraciones de la Conferencia Episcopal Española erigida el 1 de marzo de 1966.
Hay una buena noticia. La Iglesia del Sagrado Corazón de Gerona, antaño regentada por dominicos progres que se han ido, sigue celebrando en castellano, pero con curas como Dios manda. Y se llena a tope los domingos en sus misas de 12,30 y 20,15. Sobre todo con gente hispanoamericana. Se puede considerar una parroquia germinante.
ResponderEliminarMuy bien si se da, pues todos los pobres fieles de Gerona que querían, en ejercicio de sus derechos lingüísticos, oír las misas en castellano, fueran catalanes o no, estaban despreciados, humillados y olvidados por todos estos curas nacional-progresistas de Gerona, con anuencia del obispo Pardo.
EliminarRecalcar que Gerona es una diócesis a extinguir, tanto por la desaparición de vocaciones sacerdotales, religiosas y apostólicas, como por la falta de la predicación de la sana y recta doctrina católica, dada de forma ortodoxa y completa, faltas debidas a la anuencia de su obispo, Mons. Pardo.
De nuevo, el indignante gran peligro teológico-lingüístico que causan casi todos los consagrados de Gerona, del obispo al diácono, pasando por el religioso y el laico, y que están permitiendo, bajo la condena sin paliativos de Jesucristo: asociar el catalán con heterodoxia nacional-progresista, pecado y delito de cisma y herejía (perdición de la vida eterna), y castellano con catolicismo de calidad, ortodoxo, fiable, entendible y verdadero, apto para la santificación y salvación de las almas y el servicio digno a Dios.
Mons. Pardo, todos los consagrados de Gerona, usted el primero, sólo deben de santificar y salvar a las almas individuales, y servir a Dios Santísima Trinidad (no a los ídolos engañosos), enseñando sólo, única y exclusivamente la Sagrada Escritura, la Sagrada Tradición y el Magisterio auténtico de todos los siglos, celebrando sin pecado ni delito alguno el Rito de la Santa Misa, tanto trentina como postrentina. Recuerde que es maldito todo aquel que sirve a un hombre, y más si es la política del "prusés". Ser obispo, además, es aceptar el martirio sacrificial por la Verdad, por eso lleva unas prendas rojas.
Mons. Pardo, no hay ninguna salvación, santificación y servicio a Dios en la estelada, la bandera negra, la "nasió" y el "prusés"... nin-gu-na... La Iglesia, Esposa de Cristo, es Sociedad Perfecta, ella misma se basta para salvar, santificar y servir, pues todo viene de su Esposo, que todo lo da.
El bisbetó Pardo, solo prega pels exiliats i els empressonats, tal como hizo al término de la Procesion del Viernes Santo, delante de la Catedral. Y lo mismo dijo el martes o Miércoles Santo, no recuerdo.
EliminarHan hecho muy bien en traer a colación el texto de Rouco, un eminente canonista. En repetidas ocasiones se han reiterado aquí, en Germinans, que el separatismo no es, para los católicos, un mero asunto político. Esa memez la repiten los ignaros e inverecundos monjes de Montserrat con su magno descubrimiento de que el nacionalismo no es pecado. Qué pedazo de inteligencia la de los cogullados con el abad al frente. Qué prodigio de sabiduría la de esos revoltosos empecinados. Dígamos en plata, cuánta ignorancia supina. Junto a esos, otros, obispos, se han sumado al mantra. El asunto es político. ^¿Verdad Sistach Pues, no eminencia. El separatismo es asunto moral y por eso usted miente descaradamente. Por otro lado, si fuera asunto político, a usted, y a los monjes necios, nadie les daría vela en este entierro. Pero es asunto moral. Es objetivamente perverso. Lean a Rouco.
ResponderEliminarSon muchos los que empiezan a ver en el resto de Españla hasta dónde llega la indignidad del arzobispo Pujol, del obispo Novell, del arzobispo Vives, del cardenal Sistach, del cardenal Omnella. Cobardes hasta la ignominia, son incapaces de reconocer públicamente el aspecto inmoral del secesionismo. Tiene que ser Rouco que, con autoridad a la que no alcanzan ni de lejos esos mitrados, tenga que recordar la doctrina de la Iglesia.
No sólo los obispos de aquí no exponen la doctrina, sino que la deforman con malas artes.
Ya no somos cuatro de aquí los que denunciamos la impostura. Empieza a verse con claridad meridiana en el resto de España en manos de quiénes estamos.
Muy de acuerdo con el Sr. Valderas.
EliminarEl nacional-progresismo eclesial es una herejía del milenarismo grosero y mesiánico, que además es intrinsece malum per se semper et pro semper: con la 1./ independencia, con 2./ la constitución republicana, bajo un gobierno 3./ socialista, feminista, ecologista, catalanista, y con 4./ los Países Catalanes, entonces tendremos una felicidad mesiánica en la tierra.
EliminarAsí lo dice los siguientes numerales del Catecismo:
675. Antes del advenimiento de Cristo, la Iglesia deberá pasar por una prueba final que sacudirá la fe de numerosos creyentes (cf. Lc 18, 8; Mt 24, 12). La persecución que acompaña a su peregrinación sobre la tierra (cf. Lc 21, 12; Jn 15, 19-20) desvelará el "misterio de iniquidad" bajo la forma de una impostura religiosa que proporcionará a los hombres una solución aparente a sus problemas mediante el precio de la apostasía de la verdad. La impostura religiosa suprema es la del Anticristo, es decir, la de un PSEUDO-MESIANISMO en que el hombre se glorifica a sí mismo colocándose en el lugar de Dios y de su Mesías venido en la carne (cf. 2 Ts 2, 4-12; 1Ts 5, 2-3;2 Jn 7; 1 Jn 2, 18.22).
676. Esta impostura del Anticristo aparece esbozada ya en el mundo cada vez que se pretende llevar a cabo la esperanza mesiánica en la historia, lo cual no puede alcanzarse sino más allá del tiempo histórico a través del juicio escatológico: incluso en su forma mitigada, la Iglesia ha rechazado esta falsificación del Reino futuro con el nombre de milenarismo (cf. DS 3839), sobre todo bajo la FORMA POLÍTICA DE UN MESIANISMO SECULARIZADO, "INTRÍNSECAMENTE PERVERSO" (cf. Pío XI, carta enc. Divini Redemptoris, condenando "los errores presentados bajo un falso sentido místico" "de esta especie de falseada redención de los más humildes"; GS 20-21).
También los cristianos pueden formar parte de redes de violencia verbal a través de internet y de los diversos foros o espacios de intercambio digital. Aun en medios católicos se pueden perder los límites…
EliminarHay tantos blogs católicos que se oponen a su pontificado que son dignos de ser mencionados en una documento pontificio.
La Constitución Española de 1978, por otro lado, en su Artículo 2, junto con el 3, había dado el paso del reconocimiento de la existencia legítima de «nacionalidades».
EliminarLa Conferencia Episcopal Española se manifiesta por primera vez a propósito del terrorismo vasco en el documento «Constructores de la paz» de su Comisión Permanente del 28.2.1986. En su cuarto apartado, dedicado al estudio de «Nuestros problemas internos y la paz», se propone ofrecer los criterios del «Magisterio eclesial contemporáneo» que permitan «superar la lacra moral y social del terrorismo». Los Obispos españoles individualmente, antes y después de la publicación de «Constructores de la paz» siempre que ocurrían los atentados terroristas de ETA, se pronunciaron condenándolo con palabras firmes e inequívocas. Desde los años finales del XX, a estas condenas individuales se sumaron «las Notas» de la CEE que se hacían públicas indefectiblemente ante cada acto terrorista de ETA.
Las circunstancias políticas en las que se desarrollaba la acción del Estado para la erradicación legal del terrorismo de ETA a comienzos del XXI -Pacto antiterrorista, Ley sobre Partidos Políticos, Declaración de los Obispos de las tres diócesis vascas, críticas con la Ley, etc.- y muy determinantemente, el desconcierto y las dudas suscitadas entre los fieles católicos y los ciudadanos en general sobre la naturaleza moral del terrorismo y sobre sus posibles justificaciones ideológicas, sobre todo, las derivadas del «nacionalismo» urgían a la Conferencia Episcopal a exponer a la opinión pública tanto dentro de la Iglesia como a toda la sociedad española los elementos básicos de la doctrina moral católica sobre el terrorismo y su aplicación al fenómeno terrorista de ETA. La CEE cumple con su deber magisterial con la publicación de la Instrucción Pastoral «Valoración Moral del Terrorismo en España, de sus causas y de sus consecuencias», aprobada en la LXIX Asamblea Plenaria (22-IX-2002).
Instrucción acogida muy favorablemente dentro y fuera de la Iglesia, a la que no le faltaron críticas muy significativas intra y extra eclesiales. Por eso, en los años 2005-2006, la Conferencia, ante la nueva situación política, condicionada por el atentado cometido en la Estación de Atocha de Madrid y otras estaciones de la Capital de España el 11 de marzo del 2004, publica unas «Orientaciones morales ante la situación actual de España», en el formato magisterial de una nueva Instrucción Pastoral aprobada en la LXXXIII Asamblea Plenaria, el 23 de noviembre del año 2006, vuelve a ocuparse del juicio moral del terrorismo.
La CEE retoma el problema del juicio moral sobre el nacionalismo en la Nota final de la CCXXV de su Comisión Permanente del 4 de octubre de 2012 que lleva el título: «Ante la crisis, solidaridad».
En «la Declaración de la Comisión Permanente ante la situación en Cataluña» de 22 de septiembre de 2017 no se conecta argumentalmente con la doctrina de las dos Instrucciones de la Asamblea Plenaria del 2002 y el 2006. Ni se las cita explícitamente, ni se alude a ellas; aunque tampoco se las contradice ni explícita, ni implícitamente. Es doctrina, por lo tanto, que no ha perdido ni un ápice de su vigencia doctrinal y pastoral.
115. También los cristianos pueden formar parte de redes de violencia verbal a través de internet y de los diversos foros o espacios de intercambio digital. Aun en medios católicos se pueden perder los límites, se suelen naturalizar la difamación y la calumnia, y parece quedar fuera toda ética y respeto por la fama ajena. Así se produce un peligroso dualismo, porque en estas redes se dicen cosas que no serían tolerables en la vida pública, y se busca compensar las propias insatisfacciones descargando con furia los deseos de venganza. Es llamativo que a veces, pretendiendo defender otros mandamientos, se pasa por alto completamente el octavo: «No levantar falso testimonio ni mentir», y se destroza la imagen ajena sin piedad. Allí se manifiesta con descontrol que la lengua «es un mundo de maldad» y «encendida por el mismo infierno, hace arder todo el ciclo de la vida» (St 3,6).
Eliminar115. También los cristianos pueden formar parte de redes de violencia verbal a través de internet...
EliminarFíjese muy bien, lea atentamente, VIOLENCIA NUNCA JAMÁS ES DECIR LA VERDAD a estos consagrados violentos asesinos de la santificación y salvación de almas, ladrones y estafadores de doctrina, moral y costumbres, delincuentes litúrgicos, adúlteros por adorar a otros dioses fuera de Dios... más les valdría que se colgaran una rueda de molino y se lanzaran al mar, duro será su juicio...
Además, Dios mismo nos ha dado las características bautismales de sacerdotes, PROFETAS y reyes, y por lo tanto, podemos usar de la DENUNCIA PROFÉTICA, de la cual, el Antiguo y Nuevo Testamento, como la Tradición, están llenas de ejemplos contra los perros mudos, pastores asalariados, lobos devoradores, esposos adúlteros... que son todos los consagrados que no cumplen con su deber divino al cual se consagraron:
1. Santificar y salvar a las almas
2. Servir a Dios
Una generación maldita de sacerdotes
ResponderEliminarhttps://lacruzylaespada.com/generacion-maldita-sacerdotes-vascongadas/
Se debe afirmar que en ningún modo la Iglesia, a través de su Magisterio, da cobertura a las pretensiones independentistas que reclaman en Cataluña un referéndum secesionista. Si somos honestos y leemos con rectitud a Juan Pablo II esta conclusión resulta evidente, por mucho que duela a algunos.
ResponderEliminarAdemás, el mismo Magisterio de la Iglesia nos recuerda reiteradamente que existe un criterio básico de moralidad, que es la verdad. Construir una reivindicación política sobre la mentira, ya sea esta histórica, negando la convivencia de siglos, ya sea esta de carácter económico, manipulando datos y "balanzas" y apelando al egoísmo, como estamos viendo día sí, día también, en las argumentaciones de quienes promueven la independencia de Cataluña, es a todas luces inmoral (sin perjuicio de que a otras posiciones, contrarias pero también basadas en la mentira, se les pueda aplicar el mismo juicio).
A esta reflexión podríamos añadir la siguiente pregunta: ¿no es a todas luces ilegítimo e inmoral dedicar ingentes recursos públicos a quebrar la convivencia, exacerbando y manipulando delicadas cuestiones que dividen y polarizan a la sociedad? ¿Y más aún, en tiempos de grave crisis económica en los que la llamada que la Iglesia lanza para atender especialmente a los más pobres resuena con mayor fuerza si cabe?
La realidad, pues, ha sido que el nacionalismo, si bien se ha podido revestir de ropajes religiosos momentáneamente, ha socavado y despreciado la Cataluña real, que hasta no hace tantas décadas era profundamente cristiana y tradicional, y que por ello mismo no encajaba con la idea de “nación catalana” promovida por el nacionalismo catalanista, una “nación” siempre en construcción (recordemos aquí la reiterada consigna de “construir país”) y que, por consiguiente, nunca ha tenido existencia real.
ResponderEliminarEs por ello mismo que el nacionalismo catalanista guarda silencio, cuando no desfigura y calumnia directamente, todo lo que especialmente desde fines de la Edad Media hasta nuestros días manifiesta la perseverante continuidad de la Cataluña cristiana y tradicional. Es éste el mismo motivo por el que quien elevó la lengua catalana a lengua literaria de primera magnitud, Mossèn Cinto Verdaguer, sea ninguneado por el pecado de haber sido, sí, el príncipe de los poetas catalanes en palabras del obispo de Vic, Torras i Bages, pero también el cantor de la hispanidad en su conquista evangelizadora de América y el glorificador de “Isabel I de Castella, la Reina de les Reines que hi ha hagut”.
Fue precisamente Torras i Bages, quien definiera admirablemente a España como “conjunto de pueblos unidos por la divina providencia”, quien señaló que esa idea de una “Cataluña catalana” propugnada por el nacionalismo no era más que una “Cataluña de papel”, enfrentada a la Cataluña real, la Cataluña cristiana. Los nacionalistas nunca creyeron aquello de que Cataluña sería cristiana o no sería; siempre despreciaron la Cataluña cristiana por su carácter tradicional e hispánico y se empeñaron en crear una Cataluña “catalana” (sea eso lo que sea) que no soportaba a los catalanes reales. Ahora recogemos los frutos y, como advirtiera Torras i Bages, cuando el nacionalismo más extendido está, Cataluña menos cristiana es y su pervivencia, en meros términos demográficos, cada vez es más problemática.
Esta secularización de una intensidad inusitada no es fruto del azar. Han sido precisamente las organizaciones y partidos políticos que ahora promueven la campaña para conseguir la secesión de Cataluña las responsables de este fenómeno, tanto a través de la conformación de una nueva mentalidad que no reconoce nada más allá que el culto a la Nación, como a través de leyes y medidas administrativas. Y es que los nacionalistas catalanes en el poder han sido pioneros de todas las iniciativas contrarias a los principios no negociables definidos por el Papa Benedicto XVI, desde la promoción del aborto hasta las limitaciones a la libertad de educación, pasando por el ataque a la familia natural.
No estamos ante un accidente, varias décadas de experiencia no dejan lugar a la duda: el nacionalismo catalán, con tal de avanzar en su construcción de una nación artificial, no ha dudado en sacrificar esa misma nación a los proyectos de reingeniería social que la Iglesia ha denunciado y combatido en su afán por defender a los hombres, familias y sociedades.
ResponderEliminarNo sólo fueron pioneros en los ataques a la familia, también se han destacado por su apoyo y promoción del aborto (recientemente, ante el anuncio de una nueva ley del aborto por parte del ministro Gallardón, que aunque tímidamente, resulta más restrictiva que la ley de plazos vigente, el portavoz de Convergencia i Unió en el Parlamento catalán, Jordi Turull, se aprestó a denunciar esta “gran regresión” y a anunciar que promoverán una ley propia catalana que preserve el aborto como un derecho), por su posición favorable a la asignatura Educación para la Ciudadanía, que violentaba el derecho de los padres a elegir la formación moral que han de recibir sus hijos y, en la actualidad, está impulsando un proyecto de ley de lucha contra la homofobia de un extremismo inusitado y que la Asociacion E-cristians ha denunciado como totalitario.
De hecho, este marcado sesgo anticatólico ya se hizo evidente en la redacción del Estatut de 2006, en el que las fuerzas políticas que ahora impulsan el proceso secesionista redactaron y promovieron un texto que recoge el derecho al aborto, a la eutanasia, limita la libertad de educación, ataca a la familia y consagra la ideología de género. Estos datos no son baladís, pues todo juicio político debe basarse en la realidad concreta enjuiciada. Ignorar esta realidad y abogar por un camino que consolidaría en el poder a quienes han impulsado todo tipo de leyes, disposiciones y medidas contrarias al Magisterio de la Iglesia es realmente increíble si quien lo hace aspira a ser un católico consecuente y solo se entiende por ese fenómeno de ceguera que ya hemos citado y que se da cuando, incluso de forma inadvertida, se ponen por delante de la fe los supuestos intereses de una utópica nación.
Ésta es la voz de la Iglesia, éste es el llamamiento al que debemos responder los católicos, también en Cataluña, por el bien de nuestro pueblo y de nuestro país, rechazando las maniobras para dividirlo y enfrentarlo y trabajando por su reconciliación y para que encare el futuro recuperando el tesoro de su verdadera tradición cristiana y, así, se aproxime más a esa civilización del amor de la que ahora (como hemos visto, con grave responsabilidad de los nacionalistas) está tan alejado, motivo por el que tanto sufre.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que por el bien de todos hay que evitar la confrontación. ¿Pero acaso es necesario tanto "pasteleo" dentro de la iglesia? la noticia de que la señora RAHOLA, separatista acérrima, agnóstica y filojudía, ha presentado un libro en Santa María del Mar, con el aplauso de las más altas jerarquías eclesiásticas, me deja perpleja.Y es que el clero catalán ha perdido la perspectiva.
ResponderEliminarEl movimiento independentista no tiene marcha atrás, y solo puede tener un final: la República catalana independiente”, dice Hilari Raguer, historiador y monje benedictino en Monserrat.
ResponderEliminarVaya, por lo dicho, la vida monástica ha perdido toda su belleza y esplendor. Qué dirá San Benito?
Este " monje"!? está como un cencerro. De dónde no hay no se puede sacar, a la materia GRIS me refiero .
EliminarSi San Benito levantara la cabeza...!,los echaría a todos a gorrazos!!!
EliminarSi por evitar confrontación nos humillamos y los que nos humillan recapacitan, bienvenida humillación.
ResponderEliminarPero la realidad suele ser: evito confrontación-crispación, me humilló...y los que humillan, crecidos, siguen apretando para que me siga humillando. Quería evitar la guerra a base de humillación y obtengo humillación y guerra.
Es la ley del que está dispuesto a aplastar sin pestañear. Así, los gestos de benevolencia de la iglesia con el poder político en Cataluña no han servido más que para seguir capitulando. Me viene a la memoria aquel político que tomó el micrófono en la catedral de Barcelona, hará quince años o más.¿Por qué se le permitió? Porque hubiera sido violento negarle hablar. El político tiene sus micrófonos en otros muchos lados pero no en la iglesia: esa concesión marca un estilo, una tendencia: la de no dar importancia a cosas que la tienen. Por tal camino, un día se llega a la subversión de los valores, al relativismo...
Leyendo algunos comentarios da la impresión que lo que se quiera imponer es la ley del silencio típica de las dictaduras más atroces en temas de la iglesia.
ResponderEliminarEs cierto que hay que ser justos,hay que guardarse de la ignominia de la calumnia,mentira con ánimo sólo de maldad....Pero creo que el periodismo,los medios de comunicación honestos están haciendo una labor muy necesaria en nuestro días de tanto abuso de una autoridad incontrolada.
O me lo parece a mi.... o soys un poco tendenciosos.....
ResponderEliminarSólo imágenes de independentistas..... pues hay mucha violencia de los nacionalistas. ... mucha!!!
Cardenales diciendo que si eres independentista no eres buen cristiano..... eso es una forma de no apartarme de la Iglesia??
Podría seguir y haría un artículo como el suyo. Que ganaría con eso? Nada.
Nos quejamos que NINGÚN político está haciendo nada para coser esta "fractura". Y que estamos haciendo nosotros como cristianos?? Echar más leña al fuego o incluso gasolina?
Los cristianos cosemos..... no incendiamos!!!!
Jesús dijo: no juzgueis y no seréis juzgados..... y aquí sentenciamos!
Soy independentista e intento ser buen cristiano. Tengo muchas amistades y familia que NO lo son. No me he peleado con nadie por este tema porque ante todo..... RESPETO!!
Ahora ya me podéis criticar.... pero lo que tendríamos que hacer todos es leer más el Evangelio.
Es imposible ser independentista y ser Católico, hágaselo usted mirar. Puede ser usted protestante, Budista, Zoroastrico o lo que sea, pero Católico Apostólico Romano no lo es!
EliminarDigame por que no se puede.
EliminarDonde está escrito que no se pueda?
En que punto del derecho canónico lo explicita? En que parte del catecismo? En que verso de los evangelios?
O simplemente es su opinión (la cual es respetable pero no tiene fundamento).
Porque yo me preguntó....¿es mejor ser nacionalista español que nacionalista catalán?
Que diferencia hay?
También me preguntó... ¿es mejor católico el que juzga al otro por ser independentista o el que propone unir hermanos y hermanas a la luz del Evangelio??
No me consideró ni mejor ni peor que nadie, pero respeto profundamente los sentimientos de cada uno.
Créanme.... basemos esto en el respeto, en los evangelios y el lo que nos dijo jesus: amaos los unos a los otros como yo os he amado.
Leamos los evangelios y no diremos a nadie que no es católico por ser independentista, o cualquier otra cosa.... no condenemos a nuestros hermanos y hermanas por pensar distinto a mi.
Este es mi deseo más profundo para nuestra iglesia: querer al hermano tal y como es, porque es hijo de Dios y nuestro hermano.
Si parte usted de una concepción de la realidad falseada, es obvio que no vea la contradicción entre ser católico y ser independentista. Si usted piensa que ser catalán puede enfrentarse a ser español, lo que es falso, entonces en pura lógica, de una falsedad puede usted sacar cualquier enunciado: ser católico, ser casto, ser honrado, ser adúltero, ser ladrón, ser extraterrestre. Lo que quiera.
EliminarDe esa falsedad parten obispos, curas, frailes y monjas independentistas. Así de sencillo.
Al distinguirse usted del español, quiere decir que quiere distinguirse de todos los demás (vascos, gallegos, güanches). ¿Con qué permiso los hace usted españoles? Pues parte usted de que su pueblo, su nación, es distinta de España y en España mete usted al resto. Por cierto, también mete a los catalanes que no piensan como usted.
Pero no es el aspecto político de la cuestión lo que a un católico importa. Y debería importarle a usted, si no el aspecto moral.
Y el aspecto moral considera la bondad de los actos de acuerdo con unos principios, unas normas. Cuando usted sea capaz de negar lo que dice la doctrina de la Iglesia sobre la secesión de una parte de un todo secularmente cementado, entonces podrá tener razón. Y decir esa mentira sin avergonzarse de que usted es catalán y el que no es como usted es español.
El asunto no es baladí. Es moralmente perverso buscar la ruina del todo. Es la cizaña del Evangelio. Lea las enseñanzas reiteradas aquí en estas mismas páginas y cuya repetición ya cansa. Sí, por ser objetivamente inmoral la ruptura de un bien común, de una paz, de un principio de subsidariedad, por eso y por más, es contradictorio in terminis separarse a la brava. Por ser cuestión tambiénm política habría que proceder de acuerdo con determinadas leyes. Pero es un terreno en el que no quiero entrar. A mí me interesa el aspecto inmoral, desvergonzado, de determinados obispos, curas, monjes y frailes y monjas. Y eso nada tiene que ver con la vía política ni judicial. Es la instancia ética lo que aquí importa. Por eso, porque es gravísimo el daño que están cometiendo eminentes purpurados y reverendísimos mitrados, es po lo que ellos hablan de política. En cuanto política, ellos deberían guardar silencio. En cuanto moral no es que patinen es que son lobos con piel de cordero. ¿De quién copio esas palabras, espero que sin abuso de lenguaje?
Muy buena sugerencia pues el Evangelio es el mejor punto de equilibrio. Si eso hiciéramos todos, no estaríamos tan mal. Al menos, sin radicalismos ni virulencias. Sólo así podríamos vivir en sana convivencia.
ResponderEliminargregorio delgado, una vez más, se dedica a mezclar las banderas políticas con la Iglesia. Una cosa bien triste.
ResponderEliminarLa jerarquia de la Iglesia no ha de optar ni por el independentismo ni por la unidad española: ha de manetenerse al margen de la discusión