La semana pasada hablaba de las diferencias
que hay entre las diócesis de Terrassa y Barcelona y de cómo en la primera
se hacen las cosas bien y en la segunda bastante mal. Sin querer ahondar en
las diferencias entre ambas diócesis creo que vale la pena entrar en
aspectos concretos.
¿Puede una gran archidiócesis como la de
Barcelona funcionar sin obispos auxiliares y sin vicarios generales?. Pues
eso es lo que está sucediendo. Barcelona sólo tiene un obispo auxiliar,
Mons. Carrera, que ya hace dos años que debería estar jubilado, él mismo ha
expresado en diversas ocasiones el deseo de ser relevado, pero ¿porqué no se
ha dado el cambio? Todos lo sabemos: El arzobispo Luís se ha dedicado a
enviar ternas y más ternas de candidatos sin categoría, sin calidad y sobre
todo sin fidelidad a Roma. Como consecuencia de ello, Roma no ha aceptado a
esos candidatos y Barcelona de momento no tiene auxiliares. Recordemos que
el arzobispo Carles, ya tenía dos auxiliares a los dos años de mandato y
cinco al tercero, el actual lleva ya tres años y de momento nada de nada. Y
si finalmente aparece alguno, que nadie tenga ninguna duda que es propuesto
desde Roma y no al revés, ¡Vaya descrédito para la diócesis y para su
arzobispo! En cuanto a Vicario General no hay. Si exceptuamos lógicamente
que Mons. Carrera, como hemos dicho esperando su jubilación, es por razón de
cargo Vicario General. En un reciente encuentro de vicarios generales de
todas las diócesis catalanas, el arzobispo Luís no tuvo más remedio que
enviar como representante a Mn. Riera, que es provicario general. ¿Porqué
Mons. Martínez no ha nombrado un vicario general?, pues probablemente porque
él lo fue, junto con Mons. Trasserra en tiempos del cardenal Jubany, y sabe
que es una parcela de poder que se le puede escapar a su control directo.
Volvamos otra vez al Seminario. Ya comenté
en otra ocasión lo penoso de sus números y la desconfianza que genera el
actual equipo. El arzobispo nombró a Mn. Turull, demasiado joven, sin
ninguna experiencia previa de cargo en el seminario (no había sido formador,
ni delegado de vocaciones, director espiritual…), sin consultar con nadie, y
eligiendo al “niño mimado” de los grupos progresistas de la diócesis. Pues
así le van las cosas. Le acompañan en el equipo el incombustible Mn. Serra,
algo raro debe suceder cuando un formador resiste cuatro cambios de rector
con talantes completamente diferentes, pero allí está como si fuera un cargo
vitalicio. También está Mn. Oller, que ha sido nombrado hace poco
consiliario de la Hospitalidad de Lourdes, lo que demuestra que poco trabajo
debe tener en el Seminario para aceptar otros cargos. Y como no, Mn. Arenas,
que como no quiere ya ir a ninguna parroquia, pues que viva en el Seminario
y de paso que haga de director espiritual. Qué diferencia con el Seminario
de Terrassa donde hay un rector con gran experiencia: Mn. Cristau (Había
sido vice-rector y director espiritual del seminario de Barcelona), un
director espiritual como Mn. Esquerda (con un prestigio mundial en
espiritualidad), y no olvidemos el cargo de Asesor Académico (Mn. Marlés)
porque en Terrassa saben de la catastrófica formación que se da en la
Facultad de Teología, donde en el profesorado hay muchos fans de Jon Sobrino
y de los teólogos de esa cuerda.
Las delegaciones diocesanas y otros cargos
diocesanos elegidos por el arzobispo no responden ni a su capacidad para ese
cargo (Menudo desastre la delegación de Juventud y Mn. Román en el
Aplec de l’Esperit, sus números dan risa), ni a su fidelidad a la doctrina
de la Iglesia. Responden a las presiones y al querer contentar a los grupos
que atormentaron al cardenal Carles hasta hacerle la vida imposible. Mons.
Martínez no quiere que se repita en su persona lo que le hicieron a su
antecesor, así que hay que repartir cargos entre los “críticos”, para que
estén contentos y le dejen tranquilo. De momento le dejan tranquilo, pero ¿Y
la diócesis? Haciendo aguas en todas partes, con cargos que hacen ir a la
diócesis cada vez más para atrás. Y los números de todo cada vez más bajos.
¿Reaccionará el Sr. Arzobispo en próximos
nombramientos? ¿Pensará en la diócesis que se le ha confiado y en cómo puede
dejarla si las cosas siguen así cuando se vaya? O ¿seguirá pensando sólo en
él y en su tranquilidad en el cargo?. Recemos para que haga algo, un buen
golpe de timón y empiece a poner algunas cosas en su sitio antes de que sea
demasiado tarde.
Antoninus Pius
1. Salvo error u omisión, en los casi 200 primeros metros de los más de 500 metros que recorrió la furgoneta terrorista, sólo constan dos grupos de cámaras, dos en el nº 134 y cuatro en el nº 120, y son rígidas, sólo apuntando el tráfico rodado de subida. Otro lugar concurrido y famoso, el del alquiler más caro de Barcelona, y sin cámaras, micrófonos, altavoces ni bolardos o pivotes es el Portal del Ángel.
ResponderEliminar2. El atentado fue, por tanto, de fácil ejecución. Sin los impedimentos de bolardos, pilonas, pivotes o maceteros, de cuesta abajo, sin cámaras, ni micrófonos ni altavoces que enfoquen el paseo de las Ramblas, y con todos los policías agarrados a la avalancha de transeúntes huidos por el pánico, y luego anclados en el socorro de heridos y agonizantes, carentes de tiempo y de espacio para disparar, y desprovistos de furgonetas policiales con techo corredizo desde donde poder vigilar desde otra perspectiva, y libres de las avalanchas.
3. Aunque hemos de agradecer a Dios y a la Virgen (la furgoneta pasó por la iglesia de Belén y la estatua de la Virgen en la Virreina) de que los malvados fueron volatilizados en Alcanar, no habrá segunda oportunidad si no se ponen a reconstruir muchas cosas destruidas por el odio político, religioso y social en Cataluña y Barcelona:
a) el Ejército español debe de ayudar patrullando, como mínimo, las áreas rurales, pues había un segundo cuartel general terrorista en una masía abandonada. Los agentes rurales son insuficientes y van mal armados y sin instrucción terrorista.
b) la ocupación de casas, pisos y edificios, abandonados o de propietarios, debe de ser eliminado en su aceptación social y en la desidia política, policial y judicial. En el Raval son centros de droga, en Alcanar de terrorismo.
c) estamos en guerra total y de destrucción contra un terrorismo islamista radical, insidioso y a largo plazo. Barcelona es la capital de un Mediterráneo en llamas, geoestratégicamente ubicada por mar, carretera y avión. El terrorismo potencialmente puede atacar la industria turística de ciudad, campo y playa.
d) los restaurantes han perdido un tercio de clientes, y las familias con niños y ancianos restringen sus paseos por Barcelona, aún existiendo una masiva cantidad de turistas. Pero si en el 2018 no se ha arreglado, el turismo empezará a caer en Barcelona: de turismofobia a turismonada.
e) hay que tener mentalidad de defensa militar y moral de combate alta. El mozo de escuadra que abatió 4 terroristas era exlegionario. Los terroristas están asesorados por militares, químicos y expertos de diferentes áreas: no son dioses, pero si nadie hace nada, parecen divinos.
f) se ha de expulsar del gobierno municipal y regional a todos los políticos y partidos antisistema, anticapitalistas y extrema izquierda. Hoy Barcelona y Cataluña está desamparada de cámaras, micrófonos, bolardos, pilonas y efectivos policiales con vehículos apropiados contra la lucha antiterrorista. No hay mentalidad, convicción, patriotismo... nada.
g) el doble proceso de múltiple desobediencia y hostilidad de los partidos de izquierda y nacionalistas catalanes contra España, la propiedad, el catolicismo, el capitalismo y la ley y el orden en general, en absoluto pueden ya permitirse ante el peligro ya grave e inminente del terrorismo.
1. Me parece que no fue en la homilía, sino en los avisos del final de la misa, cuando hizo su histórica denuncia contra el poder político desidioso, en concreto, hacia Colau.
ResponderEliminar2. Tiene toda la razón, pero además de los bolardos, está el tema de las cámaras, y además, el de la preparación policial y de servicios civiles integrales: no se hacen simulacros de atentados o accidentes, lo que redundó en graves deficiencias, como los miles de turistas tirados y dejados de la mano de Dios después del atentado, o de las colas de hasta cinco horas en los túneles de las Rondas, sin agua, comida ni asistencia.