Por eso, después de muchos años de sufrir este páramo, contemplo signos de esperanza. Nuevos movimientos; sacerdotes muy válidos, todavía en parroquias de segundo orden, pero con una edad ideal para afrontar el relevo; el milagro del seminario de Terrassa; las noticias que llegan de la diócesis de Vic y el rebombori que se ha producido desde el De Bello Pallico.
Solo falta Sistach. Cierto es. Ha preferido el pasteleo, en pro de la pacificación de la diócesis. Pero él sabe que la diócesis no está pacificada. Al revés, como suele pasar en estos casos, al vestir un santo, ha desvestido al otro. Con el agravante de que, al que ha vestido, solo le falta la mortaja; mientras que el que ha desvestido, grita a pleno pulmón.
Pues a pleno pulmón nos tendrá aquí. Esto no ha hecho más que empezar.
Oriolt
Durante 10 años, almenos, se ha procurado una base de orantes fieles y de mínimamente observantes, pensantes y actuantes.
ResponderEliminarDe los laicos vendrá la salvación, dijo una vez, si recuerdo bien, una revelación.
No obstante, a todos, sin excepción, y dentro de cada uno de sus posibles, aún nos falta mejorar mucho el simple conocimiento teológico, bíblico, catequético, litúrgico... e histórico, para que no te la den con queso.
Este artículo aún es vigente. Sistach, por fin, ya aparenta estar jubilado en plenitud, pero aún sigue su gobierno Sistach aún gobernando, increíblemente, la diócesis, después de casi 20 meses de omellato.
¿Hasta cuándo, Mons. Omella, vendrá la renovación?
1. No tener reparo en cambiar el nacional-progresismo por la teología tradicional adaptada con el progreso teológico de verdad: en el infierno hace calor, y no hay aire acondicionado, ni mojitos, ni helado, ni horchata, y el hielo se lo queda el demonio más malo, y se te ríe de tí mientras lo lame:
ResponderEliminarMejor volverse atrás que perderse por el camino
2. No cambies nunca la teología tradicional, jamás, para seguir la burguesa corriente de cardenales, obispos, teólogos, religiosos, abades y superiores nacional-progresistas: deja que sean ellos los que gocen de los placeres de ser el pollo a l'ast en el infierno.
Lleva siempre tu camino, y no mires nunca el de tu vecino
3. No acobardarse nunca, jamás que el temor reverencial que te amenaza el poder y los políticos condicionen los tres principios sagrados: verdad, justicia y amor.
Quien con niños se acuesta, mojado se levanta [lo podéis preguntar a los obispos catalanes y su notita nacionalista: "Gracias, dijo el político, y ahora debéis ser mis esclavos, a mis pies como alfombras"]
4. No hay que olvidar que te paga el Pueblo fiel, y que te consagraste un día ante Jesús, y que es muy fácil trabajar de cura: consagra Cristo, confiesa Cristo, casa Cristo, la gracia la da Cristo, los milagros los hace Cristo, los exorcismos los hace Cristo... sólo hay que estar presente, y el Jefe hace el resto, pero te necesita.
Ya que aprendiste a cobrar, aprende también a trabajar
El que no quiere trabajar, que no coma, ni se vista ni tenga casa
5. Si eres malo, malo, pero malo de película o serie, acuérdate del refrán:
A cada cerdo le llega su San Martín [eterno]
Dijo la patata que es mejor tomar caldo que formar parte del caldo
6. Acuérdate, queridísimo nacional-progresista, que en el infierno y en el purgatorio, todos son de la misma condición: a sudar la camiseta, a quemar la cansalada
En el ajedrez el Rey y el Peón, van siempre al mismo cajón
7. “Con la vara que midas, serás medido” (Mateo 7, 2).
Un gran dicho, por el cual muchos van en tobogán al infierno, porque en su ignorancia ignominiosa, piensan "si no mido, si no juzgo, si no digo la verdad, no seré medido".
Piensa más bien en la parábola de los talentos: el que tenía diez y dio diez, le dieron diez ciudades a gobernar; el que tenía uno y devolvió uno, le dieron una de tundas y zurriagazos...
A decir toda la Verdad, la Verdad y nada más que la Verdad, con Justicia (ante el Papa y ante el porquero, ante el bueno y ante el malo) y con amor.
Los amigos de Pedro Botero y su perolo con el caldo eterno, son sólo los curas que se olvidan de la Verdad, dicen medias Verdades, no son justos (acuérdate del P. Custodio, dijo la verdad en justicia ante quien fuera), y no tienen amor, que es no amar a los Mandamientos de Dios.
Amor al prójimo nunca es callar la Verdad y ser injusto (no das a cada uno lo suyo).