La noche del 7 de julio se cumplieron los 50 años de un lamentable hecho en que se volvió a utilizar la religión para erosionar al régimen de Franco y para reivindicar el nacionalismo catalán, me estoy refiriendo al secuestro de la imagen de la Virgen de Nuria, patrona del obispado de Urgel, que se custodia en el Santuario que lleva su nombre en la comarca del Ripollés. Paralela o anteriormente sucedieron otros hechos en la misma dirección como la Capuchinada (encierro de estudiantes y políticos en el convento de los capuchinos de Sarrià), la manifestación de sacerdotes por la Via Layetana, o la campaña "Volem bisbes catalans" con la intención de echar a Don Marcelo y aceptar solo obispos nacidos en Cataluña y de talante nacionalista.
En esta ocación, el clero oficialmente no participó directamente del robo aunque estaba implicado, los responsables materiales del hurto fueron unos jóvenes que respondían a los nombres de Benet, un panadero de 26 años, Jordi, químico de 22, Toni, administrativo de 21, y Llorenç, estudiante de ciencias de 20. Este grupito denominado "Almogàvers" (nombre que coincide actualmente con un grupo de animación del F.C. Barcelona, y originalmente se refiere a los soldados catalano-aragones del siglo XIII y XIV) ya habían realizado anteriormente algunas acciones clandestinas.
Los jóvenes subieron andando hasta el santuario y entrando por el hotel, accedieron al templo después de romper una cerradura. Una vez dentro cogieron la imagen, la pusieron en una mochila y volvieron caminando hacia Queralbs, la población que se hizo famosa por ser el lugar de veraneo de los políticos Jordi Pujol y Josep Benet, que casualmente se les considera los responsables de la campaña "Volem bisbes catalans".
La imagen no se quedó en Queralbs, sino que la llevaron a un sitio más discreto, concretamente a una masía del Montseny donde estuvo escondida hasta que finalmente fue devuelta cuando se cumplieron todas las condiciones de los secuestradores. Además con el robo se pensaba boicotear los actos de coronación de la Virgen previstos para el día 13 de ese mismo mes de julio, unos actos que eran considerados, por los ladrones y por los que les apoyaban como un acto de exaltación del nacional-catolicismo.
El entonces ministro de Información y Turismo, Fraga Iribarne calificó a los secuestradores como "ladrones sacrílegos", pero Don Manuel se equivocaba completamente, porque los que robaron la imagen no eran precisamente enemigos de la Iglesia sino miembros de la misma, concretamente vinculados al movimiento escolta (scouts catalanes) que tenían como uno de sus carismáticos líderes al mismísimo Jordi Pujol, aunque los que se atribuyeron el hecho y los que pusieron condiciones para el retorno, fueron otros movimientos católicos, en este caso vinculados a la Acción Católica catalana, politizada totalmente por el clero nacional-progresista.
Por si había alguna duda de los responsables de los hechos, unos días después aparece un manifiesto firmado por la "Comisión de Sacerdotes y militantes de Acción Católica" en que establecen las condiciones para que sea devuelta la imagen, tres concretamente: el cese del arzobispo de Barcelona, Don Marcelo González Martin, el nombramiento de obispos sólo catalanes para Cataluña y el retorno del Abad Aureli M. Escarré, exiliado en Italia por las declaraciones contra el régimen de Franco en un periódico francés.
En 1972 la imagen es devuelta a través de Josep Benet y con un secreto de confesión de por medio, puesto que las condiciones ya estaban todas cumplidas, Mons. Jubany había substituido a Don Marcelo en la archidiócesis de Barcelona, el resto de los obispos también eran considerados catalanes (aunque Carles que estaba en Tortosa era valenciano), y El Abad Escarré ya había fallecido en su propia tierra.
Es muy triste comprobar como en un sólo año (1966) se dilapidó una buena parte del prestigido de la Iglesia en nuestra tierra. Primero con la vida religiosa, cuando los capuchinos, tan arraigados en Cataluña, acogieron un encierro de socialistas, comunistas y revoltosos varios, hijos ideológicos de los que quemaron iglesias y asesinaron sacerdotes y frailes, y padres ideológicos de podemitas y otros especímenes anti-clericales. Segundo con la imagen del sacerdocio, que en vez de estar en sus iglesias atendiendo a sus fieles, aparecen ensotanados, manifestándose y corriendo por al Via Layetana delante de la policia. Tercero, cargándose la imagen de universalidad de la Iglesia, exigiendo sólo obispos catalanes y nacionalistas para Cataluña y por último utilizando aquel viejo dicho maquiavélico-napoleónico de que "el fin justifica los medios", secuestrando una imagen venerada con amor por el pueblo fiel, como es la Virgen de Nuria, para conseguir sus objetivos políticos. Después algunos se extrañan de los niveles paupérrimos de la Iglesia catalana, pero viendo todo esto, es muy comprensible que muchos católicos con todos estos hechos concatenados, no quisieran formar parte de una Iglesia que lleva a la practica semejantes acciones.
Francesco Della Rovere
En esta ocación, el clero oficialmente no participó directamente del robo aunque estaba implicado, los responsables materiales del hurto fueron unos jóvenes que respondían a los nombres de Benet, un panadero de 26 años, Jordi, químico de 22, Toni, administrativo de 21, y Llorenç, estudiante de ciencias de 20. Este grupito denominado "Almogàvers" (nombre que coincide actualmente con un grupo de animación del F.C. Barcelona, y originalmente se refiere a los soldados catalano-aragones del siglo XIII y XIV) ya habían realizado anteriormente algunas acciones clandestinas.
Fotografía hecha en 1972 por uno de los secuestradores |
La imagen no se quedó en Queralbs, sino que la llevaron a un sitio más discreto, concretamente a una masía del Montseny donde estuvo escondida hasta que finalmente fue devuelta cuando se cumplieron todas las condiciones de los secuestradores. Además con el robo se pensaba boicotear los actos de coronación de la Virgen previstos para el día 13 de ese mismo mes de julio, unos actos que eran considerados, por los ladrones y por los que les apoyaban como un acto de exaltación del nacional-catolicismo.
El entonces ministro de Información y Turismo, Fraga Iribarne calificó a los secuestradores como "ladrones sacrílegos", pero Don Manuel se equivocaba completamente, porque los que robaron la imagen no eran precisamente enemigos de la Iglesia sino miembros de la misma, concretamente vinculados al movimiento escolta (scouts catalanes) que tenían como uno de sus carismáticos líderes al mismísimo Jordi Pujol, aunque los que se atribuyeron el hecho y los que pusieron condiciones para el retorno, fueron otros movimientos católicos, en este caso vinculados a la Acción Católica catalana, politizada totalmente por el clero nacional-progresista.
Por si había alguna duda de los responsables de los hechos, unos días después aparece un manifiesto firmado por la "Comisión de Sacerdotes y militantes de Acción Católica" en que establecen las condiciones para que sea devuelta la imagen, tres concretamente: el cese del arzobispo de Barcelona, Don Marcelo González Martin, el nombramiento de obispos sólo catalanes para Cataluña y el retorno del Abad Aureli M. Escarré, exiliado en Italia por las declaraciones contra el régimen de Franco en un periódico francés.
Artur Mas entre Sistach y Vives en el Santuario de Nuria |
Es muy triste comprobar como en un sólo año (1966) se dilapidó una buena parte del prestigido de la Iglesia en nuestra tierra. Primero con la vida religiosa, cuando los capuchinos, tan arraigados en Cataluña, acogieron un encierro de socialistas, comunistas y revoltosos varios, hijos ideológicos de los que quemaron iglesias y asesinaron sacerdotes y frailes, y padres ideológicos de podemitas y otros especímenes anti-clericales. Segundo con la imagen del sacerdocio, que en vez de estar en sus iglesias atendiendo a sus fieles, aparecen ensotanados, manifestándose y corriendo por al Via Layetana delante de la policia. Tercero, cargándose la imagen de universalidad de la Iglesia, exigiendo sólo obispos catalanes y nacionalistas para Cataluña y por último utilizando aquel viejo dicho maquiavélico-napoleónico de que "el fin justifica los medios", secuestrando una imagen venerada con amor por el pueblo fiel, como es la Virgen de Nuria, para conseguir sus objetivos políticos. Después algunos se extrañan de los niveles paupérrimos de la Iglesia catalana, pero viendo todo esto, es muy comprensible que muchos católicos con todos estos hechos concatenados, no quisieran formar parte de una Iglesia que lleva a la practica semejantes acciones.
Francesco Della Rovere
1966 también coincide con el inicio de la gran crisis doctrinal de la Iglesia, como consecuencia del rupturismo del modernismo y progresismo teológico sobre Concilio Vaticano II.
ResponderEliminarPrimero, la rebelión y desobediencia fue con el relativista Catecismo Holandés (octubre 1966), por asumir la moral de situación, y luego el Concilio pastoral de Holanda (1967-1969), cuyas propuestas doctrinales y disciplinares dejan perplejo a Pablo VI, que «merecen serias reservas» (Carta al Cardenal Alfrink de Utrecht y obispos holandeses, L´Osservatore Romano, 13 enero 1970).
Pero el inicio de la debacle, que aún perdura hoy, fue la aprobación el 1968 de la Humanae vitae por Pablo VI, con la desobediencia de Conferencias episcopales enteras a través de la moral de situación individual y la conciencia particular, desligadas de la verdad católica.
Si observan bien, han pasado 50 años desde 1966 hasta ahora, el 2016: un jubileo judío.
Mientras en Holanda la apostasía se creó intelectual y racionalmente, en Cataluña se hizo de una manera más cutre: secuestrando una estatua de... ¡la Madre, la Virgen María!
Da la sensación de que éste ha sido el tiempo de la paciencia y la misericorida de Dios, que se acabará entre el 13 y 20 de noviembre del 2016, fecha de cierre de la Puerta de la Misericordia.
No se olvide que para las fechas de cierre también está programada la «conmemoración» del heresiarca Lutero.
EliminarEsos son datos elocuentes de la secularización de la Iglesia.
ResponderEliminarSe manipula a la Església para obtener finalismos de tipo utilitario.
Para llegar a ese objetivo cualquier cosa cabe. Desde matar, mentir, establecer el odio entre la población, robar, etc. El fin para estos utilitarios, justificaría esos medios.
Se relega el mal y el bien, y aparece el fin correcto y el incorrecto. La persona poco importa. Importa el colectivo.
¿Dónde queda amar al próximo como a ti mismo? De eso fue de lo que habló Cristo. ¿Dónde queda evangelizar?
Y en la distancia, la oligarquía “católica” moviendo los hilos a su conveniencia.
Necesitan el separatismo esos curas como el aire que respiran. ¿Se imaginan ustedes una glosa de Francisco de Vitoria y el derecho internacional resaltando que fue un teólogo del derecho de gentes y amante de su nación? ¿Se imaginan ustedes una biografía de Tomás de Aquino que resalte su labor teológica y su amor al mediodiía italiano? Nos parecería un proceder de gente paranoica, de sectarios hasta la médula. Pues bien, eso es lo que encontramos en la necrologñia que el decano de la facultad de teología de Cataluña le ha dedicado a un profesor de la misma recién fallecido. Claro que semejante dislexia mentalsólo se explica si el mosén firmante dweclara que la moral depende de la voluntad popular. Y no hace falta especificar a qué pueblo se refiere el figura.
ResponderEliminarDesgraciadamente, las cosas se agravan por días.
Me parece muy mal la apología separatista hecha por curas, del mismo modo que el españolismo a ultranza como derecho divino de muchos curas y obispos. No sé qué es peor, los dos están fuera de la doctrina católica que nos marca como nación a la Iglesia y como patria el Cielo. Cataluña y España pasarán, el Cielo no pasará.
EliminarPonga más detalles
EliminarSr.JMVG,le doy toda la razón,mas claro AGUA!
ResponderEliminarVergüenza ajena. Qué fariseísmo tan anticatólico. Nosólo por parte de los políticos aprovechados de su situación para vivir bien y sin problemas. Sólo algunos se salvan. Pero y los clérigos y cabezas, ¿qué hacen por evangelizar?. Es deprimente y vergonzoso. Cuánto fariseo hipócrita vividor. Qué pena a donde están conduciendo nuestra querida IC. Que Dios nos ayude.
ResponderEliminarAnónimo 17:57,es muy deprimente ver a esta gentuza que ha vivido y viven del cuento,de CRISTIANOS y menos CATOLICOS no tienen NADA,vamos que no se lo creen,pero algun día tendran que rendir cuentas ante el ALTISIMO y YA VERAN,YA,LO QUE VALE UN PEINE,el día que menos ellos se lo esperen esto PASARA!!!
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