Singular institución la del OASIS (apócope del nombre más extenso de Oasis de Jesús Sacerdote), que merece una seria exégesis, con ocasión de sus BODAS DE ORO, cuya gran celebración tendrá lugar el 17 de abril a las 11 a. m. Celebrará la misa monseñor Guido Pozzo, secretario de la Pontificia Comissio Ecclesia Dei.
Singular institución, digo, porque tiene al sacerdote como destinatario de sus desvelos. Y falta que le hace: tanto cuando la institución del sacerdocio goza de buena salud, que era lo perceptible en el momento en que empieza a gestarse el Oasis en 1960, como cuando está en una crisis evidente, que es la situación actual. No perdamos de vista que el Oasis de Jesús Sacerdote es concebido desde el primer momento como un apostolado en favor de los sacerdotes. La idea es absolutamente genial, porque la gran arma de ese apostolado no es otra que la oración. Pero en su forma más intensa: la que se produce en una comunidad que dentro de la más genuina tradición monástica de la Iglesia, afianza la dedicación exclusiva a la oración mediante la clausura.
El cardenal Martínez Sistach el 12 de septiembre de 2007 |
Es el caso que las monjas del Oasis no sólo rezan por los sacerdotes, sino que además les ofrecen a éstos un refugio de oración, un auténtico oasis, al que pueden acudir cada vez que para descansar de la dura carga de la acción pastoral y para recargar las pilas, sienten la necesidad de inmersión profunda en la oración. Un auténtico oasis para los sacerdotes que frecuentan el monasterio para unirse al rezo que las monjas hacen por ellos. Es un culto despojado de particularismos y originalidades (tan frecuentes hoy), en que el sacerdote recibe un baño de catolicidad, es decir de universalidad. La única forma de culto en que les es más fácil a todos los católicos del mundo, sean cuales sean su lengua y su cultura, reconocer a la Iglesia como “una”.
Mosén Muñoz, fundador del Oasis, fue uno de los 820 sacerdotes ordenados en el Congreso Eucarístico de Barcelona en 1952, en el estadio de Montjuich. Y le cupo en suerte ser ordenado por su obispo, monseñor Gregorio Modrego Casáus, de feliz recordación. Él fue quien en 1965 aprobó el Oasis de Jesús Sacerdote como Pía Unión. Es el año siguiente, 1966, cuando se crea la primera Comunidad del Oasis con 4 monjas, en una modesta casa del barrio de Horta. Ésa fue la casa cuna que, en 1971 se trasladó a otra casa algo mayor, al barrio contiguo del Guinardó.
Siguió el largo peregrinar del Oasis, que en 1974 es acogido por el Carmelo de Tiana en el que estuvo hasta 1981, año en que se instalan en su actual ubicación en el término municipal de Dosrius, a tan sólo 30 km. De Barcelona. Allí crean el Monasterio de la Inmaculada, su actual sede, con espacio suficiente, apto para el desarrollo completo de las instalaciones monásticas.
Para el Oasis fue una fecha clave el 29 de junio de 2007, fecha en que Benedicto XVI aprobó las Constituciones del Oasis de Jesús Sacerdote, de vida contemplativa, con lo que la institución pasó a pertenecer a la Comisión Pontificia Ecclesia Dei; con lo que el Instituto Oasis de Jesús Sacerdote quedó constituido como Monasterio sui iuris.
El Monasterio de la Inmaculada de Dosrius es una obra fecunda. Son 25 religiosas, la gran mayoría muy jóvenes. Y no les faltan las vocaciones. Tanto que en 2013 fundaron una segunda casa, el Monasterio de San José, en Espiel (Córdoba), cuyo obispo recibió al P. Muñoz y a las monjas con los brazos abiertos.
Es de destacar que Mn. Muñoz fue vicario de la parroquia de San Félix Africano, en la que coincidió con Mn. Mariné. Realmente Dios los crió, el Dr. Modrego los consagró y ellos se juntaron. Dos grandes amantes del sacerdocio, con una intensa acción pastoral en pro de los sacerdotes. Mossén Mariné trabajó incansable para fomentar las vocaciones al sacerdocio y la santidad del clero. Mossén Muñoz remó y sigue remando en la misma dirección, pero con un método distinto: dando preferencia a la oración. Por eso funda el Oasis de Jesús Sacerdote, cuya finalidad es “alcanzar de Dios la santificación de los sacerdotes y almas consagradas”.
Recordad: el 17 de abril se celebrará solemnemente el 50 aniversario de esta santa institución.
Cesáreo Marítimo
Se puede recordar que hace años en la liturgia de Montserrat se introdujo la musica "dodecafònica" por ejemplo en Pentecostes y no es, que digamos, tan digna ni para la lengua y tampoco para la Alabanza Divina... pero es novedad y la novedad es como lo importante para algunos. ¡Que el Señor tenga misericordia de nosotros pobres pecadores!
ResponderEliminarGracias por el artículo, pero pienso que omite un dato fundamentalísimo: el Oasis no sólo se caracteriza por celebrar la Liturgia en latín, sino por celebrar de forma exclusiva la forma extraordinaria del Rito Romano, también conocido como Liturgia tradicional o Usus Antiquior.
ResponderEliminarSr. Cesáreo Marítimo, muchas gracias por ese Artículo.
ResponderEliminarConozco a Mn. Pedro Muñoz Iranzo desde el año 1975 y no me extraña que su palomarcito vaya creciendo, poco a poco, pero ¿quién se atreve a fundar una Congregación Religiosa, cuando hay otra con un carisma muy parecido, que las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote?
Las Hermanas Oblatas fueron fundadas por el obispo José María García Lahiguera y por María del Carmen Hidalgo de Caviedes y Gómez, en Madrid en 1938.
La diferencia está en que en el Oasís, la liturgia es en latín y hábito postconciliar y en las Oblatas la liturgia es en español y el hábito de su fundación, o sea preconciliar.
Aunque de seguro ellos no la esperan de los hombres, el artículo es una alabanza que el P. Muñoz y sus monjas merecen. Pero, dado el carácter informativo que también tiene de suyo la nota, sorprende que se haya omitido (¿censurado?) toda referencia a la relación, histórica, religiosa, humana, en la práctica institucional y fecunda en vocaciones, del sacerdote fundador y de todo el Oasis con la Fraternidad Sacerdotal San Pío X. De allí y gracuas a su sostén provinieron muchas de esas vocaciones conventuales, y el mismo Monseñor Marcel Lefebvre, luego sus cuatro obispos, visitaron el convento de Dosrius, que durante años estuvo bajo la supervisión de Monseñor De Galarreta, como encargado de los religiosos pertenecientes o cercanos a la FSSPX. Es cierto que poco después de comenzar el pontificado de Benedicto XVI la obra del P. Muñoz regularizó su situación canónica ingresando en Ecclesia Dei, la instancia creada en su momento por Juan Pablo II para acoger en principio a los que, tras las Consagraciones episcopales sin mandato de Roma, quisieran abandonar al arzobispo Lefebvre y su movimiento de resistencia a las reformas indebidamente introducidas contra la Tradición de la Iglesia en la liturgia, la doctrina y la disciplina católicas a causa y tras el Concilio Vaticano II. Más profunda es la sorpresa frente a la evolución actual de las relaciones entre Roma y la FSSPX, cuyo supuesta condición «sectaria» no se sostiene aun cuando la aceptación del Concilio no se dé entre los seguidores de Lefebvre como el Vaticano lo exige. La verdad no tenía por qué ser víctima de la difusión.
ResponderEliminarDon Cesáreo no sabe cuánto bien ha hecho con su precioso artículo. Noticias detalladas de ese tono y tenor son las que levantan el ánimo y ayudan a perseverar. Justamente en los días en que todo el mundo, sic, todo el mundo, comenta lo de las monjas enclaustradas de Santiago. La mentira ha cundido. Ayer mismo oía yo a dos mozalbetes comentarios injuriosos contra la Iglesia poniendo el énfasis en la "esclavitud a las que estaban sometidas". Lo de Montserrat es capítulo aparte. Si no fuera por las ayudas de la Generalidad las publicaciones del monasterio, en teoría apostólicas, desaparecerían antes de nacer. Pero, ¿quién dijo que un cura separatista era cura y no apolegeta del nacionalismo tout court?. Por eso le agradezco el artículo. Hay otra iglesia por la que debemos dar gracias a Dios.
ResponderEliminarMARPN
ResponderEliminarEs reconfortante poder leer noticias como la del Sr. Cesáreo. Los católicos que defendemos nuestra Iglesia ante todo atropello, venga de donde venga, nos llena de Paz ver cómo se hace público noticias como esta. Siempre, en todo lugar y ocasión, debemos manifestarnos como católicos pecadores. No se ha de omitir nuestros sentimientos religiosos por pensar que podemos ofender a alguien. Así como nosotros respetamos sus convicciones, ellos han de respetar las nuestras.
He tenido la suerte de estar en más de una ocasión en este lugar de Paz, Oración, recogimiento, que es el Oasis. Si no voy más amenudo es debido al camino tan irregular que hay que seguir para llegar. Seguramente esto también ayuda a su recogimiento. Una vez estás allí, te sientes tan bien, que no tienes ganas de marchar. Mn. Pedro Muñoz, a pesar de su avanzada edad, mantine tal vitalidad que contagia a cuantos se le acercan. Si Dios quiere no faltaré el día 17 de abril.
Sigan así, rezando por los sacerdotes y las vocaciones para mayor Gloria de Dios.
"...lo perceptible en el momento en que empieza a gestarse el Oasis en 1960, como cuando está en una crisis evidente, que es la situación actual. No perdamos de vista que el Oasis de Jesús Sacerdote es concebido desde el primer momento como un apostolado en favor de los sacerdotes."
ResponderEliminar1960 y el Concilio Vaticano II son el inicio de la mayor crisis que jamás ha tenido la Iglesia, porque como dijo Benedicto XVI, existieron dos Concilios:
1. el mayoritario, la Iglesia del cuerpo místico satánico, al cual están la mayoría de los católicos porque satisface el espíritu del mundo, que es el Concilio de la hermenéutica de la ruptura, y que ha dado lugar la herejía del catolicismo disidente y heterodoxo, liberal, modernista o progresista (en el cual está metido Montserrat).
2. el minoritario, que es la Iglesia fiel y ortodoxa, pero también pecadora, sobre todo por omisión, y responde al Espíritu Santo, al Cuerpo Místico de Cristo, al Concilio de la continuidad (Benedicto XVI), la Iglesia del Resto minoritario (BXVI).
El director de la película Spotlight sobre la pederastia en la Iglesia de Boston, comete un grave error al afirmar que el voto de castidad es responsable de este escándalo (también se da entre los casados), pero acierta en otra apreciación, en la que coincidió el investigador de Boston Marino Restrepo: la Iglesia podrida existió porque los hechos fueron conocidos por el entorno pero no denunciados, o bien fueron denunciados pero no disciplinados por el obispo: pecados de secretismo y encubrimiento. El fallo final estuvo en el obispado, bien por tolerancia, bien por disimulo.
Por eso Francisco instituyó una especie de Santo Oficio o Inquisición sólo para obispos encubridores de este tipo de delitos.
Pero el problema de la "Iglesia podrida" y de la Iglesia fiel pero callada, se puede extender a muchos más ámbitos. Bajo el Concilio Vaticano II se abrieron las puertas a la herejía y apostasía:
- Negar o silenciar las verdades de fe y moral doctrinales, así como la historicidad de la Biblia; desobediencia y modernismo litúrgico y cultual sacramental (eucaristía y confesión); espiritualidad basada en la Nueva Era y la Psicología de la autorrealización personal; eliminación de la devoción tradicional (Rosario, Adoración Eucarística); negación de los dones, gracias, carismas y frutos del Espíritu Santo (milagros y exorcismos); eliminación de la veneración a las reliquias y de las imágenes; expulsión de las indulgencias y sacramentales (agua, sal, aceite, medallas); destrucción de la tradición musical, artística y arquitectónica eclesial; vida personal íntima contra sextum.
Omella va a tener mucho trabajo, pues existen algunos consagrados unidos en contra sextum in omnia personam, vamos a ver si hay algún arcipreste valiente que le cuente la verdad de la eclesiocatástrofe que sucede en las parroquias, dado que hará una ronda de consultas "sólo" con los arciprestes. Que luego no diga que no sabía nada, Germinans lo publica notoriamente todo.
P. Scriptum. – Agradeciendo la publicación de mi primer comentario, quiero añadir lo siguiente. Conozco, respeto y valoro al anciano P. Muñoz y su obra que el Cielo ha bendecido. Me consta, con todo, que ni él ni las religiosas del Oasis de Jesús Sacerdote reniegan de los estrechos vínculos habidos antaño con el arzobispo Lefebvre y sus sucesores, clero y feligresía tradicionalista, mantenidos hasta no hace demasiado tiempo. La evolución de la obra muñociana los apartó de la FSSPX, en especial gracias a la personalidad del papa Ratzinger y actitud y su concepción frente al culto y la liturgia. Muñoz, por otra parte, nunca fue sedevantista como es cierto que tampoco lo eran Monseñor Lefebvre ni en público los superiores lefebvrianos en los años de fluida colaboración entre el monasterio de Dosrius y la FSSPX. El Oasis y a su modo la Fraternidad mantuvieron una adhesión en las formas pero marcadamente crítica a Roma, pero no dejaron de estar en comunión sacramental, no disciplinar, con los llamados «Papas del Concilio», y coherentemente resistieron obedecerlos e incluso los rechazaron en lo que ellos enseñaron, actuaron, dispusieron o permitieron contra la Tradición católica, sintetizado en la introducción e imposición universal de la conocida como «Nueva Misa». No es de extrañar: «Lex orandi, lex credendi», igual que su inversión teológica y práctica: se profesa la Fe y se practica (o no) la Santa Religión católica de acuerdo al rito fielmente recibido de la Iglesia y seguido en todo sin adulteraciones esenciales ni cambios espúreos. La existencia (providencial) y la subsistencia (en tiempos heroica) del Oasis de Jesús Sacerdote en la Iglesia de la archidiócesis de Barcelona durante décadas es una lección sobrenatural que no debería desaprovecharse. El lamentable estado de la Iglesia local que recibe Monseñor Omella tiene su origen precisamente en aquello a lo que el P. Muñoz y los suyos se opusieron con alma y vida aceptando el oprobio, el olvido sistemático, la enemistad y la exclusión a que fueron sometidos demasiadas veces por «tridentinos», «reaccionarios» y «preconciliares». Muñoz se conservó fiel al depósito de la fe que como sacerdote del Dios Altísimo había recibido en aquella Ordenación multitudinaria tenida durante el Congreso Eucarístico Internacional del año 1952, la mayoría del clero barcelonés no. Es simple, ¿verdad? Sáquense, pues las consecuencias, recordando para terminar que lo sucedido aquí no se limita ni mucho menos a la diócesis de San Severo
ResponderEliminarEl problema que tuvo Pablo VI es el trato desigualitario entre el tradicionalista Lefebvre y su excomunión (aunque era un testaduro) y la herejía progresista, que salió casi indemne porque simplemente era abrumadoramente mayoritaria.
EliminarUna cosa queda clara, la Nueva Misa deberá de ser cambiada y reformada, la reforma de la reforma que dijo Benedicto XVI, pues aún siendo válida, legítima y efectiva, contiene elementos protestantizantes, cosa típica también de la adolescente época de la década de 1960.
"... pues aún siendo válida, legítima y efectiva, contiene elementos protestantizantes..."
EliminarTiene usted toda la razón. Cada vez que voy a una Nueva Misa, me siento "protestantizado". Pero el efecto "protestantizante" debe ser muy débil, o de muy corta duración: llevo toda la vida yendo a la nueva misa, y qué quiere que le diga, todavía me siento muy católico. En comunión con Roma.
Es que no sé qué pasa últimamente en GG que se está convirtiendo en foro de lefebvristas, sedevacantistas o cosas parecidas. No sé si este es el espíritu que querían darle sus fundadores. Me temo que más temprano que tarde GG será fagocitada por la web ultramontana de moda en estos momentos, esto es, Adelante la fe. Muy preocupante.
Puntualizando:
EliminarLa excomunión al arzobispo Lefebvre provino de Juan Pablo II, no de Pablo VI.
La calificación de «testarudo» demuestra escaso conocimiento del carácter y la actuación del fundador de Écóne. Si tener fe católica y sostenerla en los hechos es testarudez…
La «reforma de la reforma», en caso de ser teológica y doctrinalmente factible (que lo es), no consiste en más que el reconocimiento débil, tardío e ineficaz de la ilegimitidad esencial que afecta a la cacareada «restauración litúrgica» echada a volar por el entonces superministro del ramo, el infausto Annibale Bugnini. Se parece al despropósito de mejorar la ya lograda perfección de «La Pietà» de Miguel Ángel con unos cuantos golpes inconexos de martillo o «La Gioconda» dándole un pincel embebido de negro betún a un simio inquieto. Ya ve usted los resultados.
P. D. — Hay un error en mi texto; lo lamento y agradeceré que se publique esta rectificación.
EliminarLa «reforma de la reforma litúrgica» propuesta entre otros por Ratzinger NO ES FACTIBLE, ni teológicamente ni doctrinalmente. Los textos del «Missale Romanum» de San Pío V no admiten modificaciones sustanciales (el dúo Montini-Bugnini cambió no sólo los «ipsissima verba» del Señor sino hasta el estilo de las formas de la Consagración eucarística, de personal-declarativa —yo, sacerdote en Cristo Sacerdote, digo «hoc este enim Corpus meum»— a enunciativa —Bugnini: Jesús dijo, el ministro lo relata: «Tomad y comed, etc.»).
La Santa Misa es la Santa Misa, si vale la perogrullada. San Pío V mandó sintetizar y publicar en su máxima pureza el rito de la Iglesia latina en su esencialidad y, ante la amenaza sacrílega de la Reforma protestante, en aquellos «tiempos rudos» lo impuso con su suprema e infalible autoridad apostólica porque era, es y seguirá siendo la Tradición litúrgica católica auténtica que se remonta a los Apóstoles, es decir, al Maestro. Inventar misas no es un juego de salón para papas con mucho tiempo libre. El daño que estos cambios han hecho ¿no están suficientemente a la vista?
Para saber si la Misa antigua en latín es mejor que la conciliar sólo haría una cosa. según dicen, van gente joven, lo cual ya es muy positivo. Pero la prueba de fuego sería ésta: llevar enfermos y pedir al Señor que los curase. Al fin y al cabo la Misa es el Señor en vivo. Hay que ser audaz, no temerario, pero sí audaz.
ResponderEliminarNo tiente al Señor, ka fe no necesita milagros, aunque es evidente que Ud no cree.
EliminarÚltimo agregado.
ResponderEliminarEl paso del estilo personal-declarativo de la Tradición, latina igual que oriental —lo que hay literalmente transmitido del Maestro en los Evangelios sinópticos—, al estilo enunciativo expone con crudeza la eliminación luteranizante en la misa romana reformada de la realidad sustancial y la actualidad ontológica del Santo Sacrificio eucarístico. Es por esto, no por los chuches tipo «misa de niños» y compañía, que los «hermanos separados (reformados cismática y heréticamente)» aplaudieron el «Novus Ordo Missae»: tocaban el cielo (el infierno) de Lutero y Calvino con las manos, con las manos, ¡ay!, consagradas por la unción, del sacerdote católico.
La Misa es el alma, centro y cumbre del sistema sacramental instituido por el Señor. Destruido ese foco de Vida se apagan las luces, señores. A partir de la introducción de la nueva misa el sacerdote (lo que queda de él) ya no es sacrificador, altar y víctima. Es un maestrillo de ceremonias que refiere, recuerda inertemente el Sacrificio histórico de Cristo, aun mejor para el espíritu progresista conciliar, su signo de amor, compañía, amistad y demás misericordina hacia ese co-dios en que el Modernismo teológico ha convertido al hombre caído y necesitado de la Redención que sólo la Sangre del Hijo de Dios hecho Carne puede obtener de la Justicia divina infinitamente ultrajada por el pecado.
Por algo en nuestra tradición romana se prefirió la denominación de Santo Sacrificio de la Misa, abreviado en la simple palabra Misa por el uso popular. La Misa de siempre es el Calvario sacramentalmente hecho presente por el poder sacerdotal. La nueva misa no pasa de escuela dominical donde se pronuncian muchas bonitas palabras pero el Hombre-Dios rehúsa hacerse presente. ¡Justo castigo de tan grande soberbia que se atrevió a tocar lo intangible y acabó instalando en el Santuario la abominación de la desolación!
Término agradeciendo a Germinando la publicación de estos comentarios. Que la perseverancia del P. Muñoz y la población perpetua de sus buenas monjitas conmueva al Cielo y pronto y sin cortapisas (del tipo «forma extraordinaria», ¡por Dios!) se restaure por la autoridad competente el Santo Sacrificio que se ha robado a los creyentes en Cristo Señor y Redentor nuestro.
Trento es modernísimo al lado de todos estos dinousaurios que pululan por aquí
ResponderEliminarPor qué no les mandan a algún parque jurásico? Sería espectacular ver tanta fauna junta!