Y la Iglesia católica en silencio. No es que sea un silencio absoluto. Quiero decir que no hay proporción entre la magnitud del drama y la voz de la Iglesia no sólo condenando el escándalo de los inmigrantes hacinados en pateras de cualquier clase y muriendo como moscas, sino predicando su doctrina sobre la ayuda al prójimo necesitado, influyendo en la medida de sus fuerzas en la sociedad europea para que su ayuda vaya más allá de los telediarios. La vergüenza no termina en la “recepción” de los inmigrantes que vienen en pateras. Justamente ésa es la parte menos obscena y menos vergonzosa del drama. Es a partir de ahí cuando empieza la auténtica vergüenza. Y no hay quien la denuncie. No sólo eso, sino que van avanzando en Europa las opciones que rechazan frontalmente a esos inmigrantes. Las estadísticas están colocando a Marie Le Pen en cabeza para las próximas presidenciales. En Alemania se refuerzan y actúan cada vez más profusamente los grupos xenófobos.
Es que los números de esta enorme oleada migratoria son horripilantes, comparables sólo a los de la segunda guerra mundial. Y están viniendo a Europa. Las cifras acabarán en el orden de los millones. La gran cuestión es: ¿Está preparada Europa para acoger a esta enorme masa de inmigrantes? Pero previa a ésta hay otra cuestión: ¿Tiene Europa voluntad de acogerlos? ¿Está preparada moralmente? Y una más: ¿Tiene la Iglesia católica una doctrina al respecto, para impregnar a la sociedad europea de un espíritu cristiano de misericordia para con estos que lo han perdido todo y que huyen por no perder la vida?Éste sí que es un gran momento para la misericordia. Pero una misericordia consistente. Porque ¿de qué les sirve a estos desgraciados que se les salve del naufragio en el mar, si luego se los deja naufragados en la vida? Sí, sí, esta semana hemos salvado a tantos y tantos miles. Las cámaras de la televisión nos los muestran. ¿Pero salvados por cuántos días? ¿Justo para la foto y luego abandonados a su suerte, es decir a su desgracia?
La mayor vergüenza es que estamos haciendo un tremendo alarde de Bondad Limitada made in U.E. Porque la pregunta es bien sencilla: si tan buenos somos que estamos dispuestos a ayudar a esa enorme multitud de emigrantes que vienen hacia Europa, ¿por qué consentimos que sean los traficantes de personas los que nos los traigan? ¿Por qué no vamos a por ellos a sus países de origen antes de que caigan en manos de los traficantes? ¿Y por qué en vez de llenarnos la boca hablando del Estado del Bienestar, ideal cada vez más surrealista, no hablamos de la Europa de puertas abiertas, dispuesta a asumir todos los recortes del bienestar que sea preciso para ayudar a los que vienen a refugiarse entre nosotros? ¿Por qué no hay intensas campañas de los gobiernos ofreciendo ayudas fiscales y las que sea oportuno y necesario arbitrar para acoger inmigrantes en nuestras casas?
Una Europa tan instalada en la más desoladora miseria moral, esta Europa hedonista hasta la náusea (nauseabundo es que con inaudita desvergüenza sacrifiquen la vida y la familia a todos los inventos sexuales imaginables), esta Europa tan ufana por su enorme audacia en destruirse a sí misma, esta Europa que tras el suicidio moral ya consumado se dirige resuelta al suicidio social y político, ¿será capaz esta Europa de ofrecerles a los inmigrantes que vienen a refugiarse en ella, algo que no sea emanación de su miseria?
Porque mirada esta situación con ojos cristianos (o quizá bastaría con que fuesen ojos humanos), podría ser la gran oportunidad que le ofrece Dios (o la historia si prefieren) a esta Europa envejecida para resucitar y regenerarse. Todas las crisis, que nunca dejan de ser duras, son una oportunidad de desarrollo y de cambio: miren si no, las guerras. Pues esta crisis producida por el imponente movimiento migratorio hacia la Unión Europea de países que también Europa ha contribuido a desestabilizar, esta crisis podría ser la tabla de salvación que pone Dios a nuestro alcance para librarnos también nosotros del gran naufragio que nos amenaza. Esta crisis migratoria podría ser la gran oportunidad de convertirnos en una Europa distinta, mucho más humana y acogedora.
Porque mirada esta situación con ojos cristianos (o quizá bastaría con que fuesen ojos humanos), podría ser la gran oportunidad que le ofrece Dios (o la historia si prefieren) a esta Europa envejecida para resucitar y regenerarse. Todas las crisis, que nunca dejan de ser duras, son una oportunidad de desarrollo y de cambio: miren si no, las guerras. Pues esta crisis producida por el imponente movimiento migratorio hacia la Unión Europea de países que también Europa ha contribuido a desestabilizar, esta crisis podría ser la tabla de salvación que pone Dios a nuestro alcance para librarnos también nosotros del gran naufragio que nos amenaza. Esta crisis migratoria podría ser la gran oportunidad de convertirnos en una Europa distinta, mucho más humana y acogedora.
Porque no nos engañemos, al fin y al cabo, la historia de verdad siempre es historia de migraciones, que hoy son más fáciles que nunca: por eso no conseguiremos parar la historia. Las guerras que las preceden o las acompañan, no son más que guarnición del plato fuerte, que es la migración.
Qué gran oportunidad tiene la Iglesia para convertirse en adalid del espíritu cristiano y humano indispensable para acoger a estos inmigrantes que traen consigo una humanidad bastante más valiosa que la humanidad europea. Haría muy bien la Iglesia si orientase la Nueva Evangelización que tiene pendiente y la enorme deuda de misericordia que les debe a todos los países con cuyo despojo prosperó; si orientase, digo, su acción pastoral entusiasta y decidida hacia la acogida de los millones de inmigrantes que van a presionar nuestras fronteras. Es la gran oportunidad de la Iglesia por redimirse ella y redimir a Europa. Es la gran oportunidad de convertir esto que nos parece el peor mal, en un gran bien y en la más abundosa bendición.
Cesáreo Marítimo
Tengo amigos franceses que desarrollaban su apostolado en países sojuzgados ahora por el Estado Islámico. Una auténtica tragedia para la humanidad. Un manantial de sangre de mártires para la Iglesia. Emigrantes o perseguidos por el Reino. No son sólo acreedores de nuestra acogida, de compartir nuestro pan, sino un ejemplo para nuestra vida muelle y apoltronada.
ResponderEliminarOtro día hablaré de nuevas infamias. Las que acaban de acometer el obispo Novell y el obispo Pardo. El segundo no se ha enterado todavía de que el modelo para Cristo era samaritano, un foráneo, un "foraster". Las memeces que rezuma su carta dominical avergüenzan a un bachiller en teología. Lean la exégesis "popular" de Pardo. Es todo un monumento a la ignorancia supina. Ni siquiera llega a mala fe
Lo de Novell es antológico. Como un periodista del montón que ha oído que debe describir hechos, no juzgarlos, resume la situación de los partidos en un plumazo rupestre y basto. Y dice el figura que hay unos partidarios del si y otros del no. ¿No se habían enterado? Y quelos del sí quieren plebkiscito porque así lo ha dicho Mas ¿Lo van pescando? Los del no son unos zelotes apegados a las leyes. Majaderías parejas habrá, pero mayor no. Menudo cacumen tiene el tonsurado. La historia no importa, los cinco siglos de convivencia en común, ni se mencionan. El ignorante es adamista. Lo siento, Novell, sé que usted no entiende el significado de la palabra. Haga un esfuerzo. Le echo un cable: Juan Pablo II habló de ello cuando declaró objetivamente perversa la secesión unilateral (plebiscitaria) de un todo. Pero todo indica que ese día estaba usted tapando la cruz del féretro de su antecesor Deig con la bandera separatista o viendo, cual hooligan confeso que es, un partido del Barca.
Cuando de Mosul a El Cairo, pasando por Damasco, los cristianos sufren persecución por la justicia, vienen dos doctrinas a emponzoñar la convivencia. Podrían ahorrarse esas "reflexiones", que no son sino mentiras adobadas con necedades y, no me cabe la menor duda, mala voluntad. Cui prodest, figuras? Non recuso laborem, si es por Cristo, clamó Martin de Tours. Y dividió su capa. Estas dos figuras dividen con sus palabras miserables al pueblo de Dios.
Por favor, que no me venga ningún mente captus apelando a la caridad y otras zarandajas. Las estupideces de esos obispos en estos momentos son cizaña pura, sal en el campo. Me parece que he dejado clara la razón de ello. Objétese la explicación. Denme argumentos que salven la cara de esos plumillas con ínfulas de prebostes.
Refugiados musulmanes sirios rechazan alimentos por llevar una cruz
ResponderEliminarhttp://gaceta.es/noticias/refugiados-islamistas-rechazan-ayuda-humanitaria-cruz-roja-02092015-2031
¡¡¡¡Que verguenza de jerarquia tenemos!!!!!No están a la altura de nada ,no sirven para nada,sólo al servicio de tv3 ,barca,y generalidad.
ResponderEliminarNo son capaces de buscar equilibrios y consensos,antes que sea demasiado tarde y en lugar de echar leña al fuego,intentaran apagar el incendio.
En ésta crisis,tendrían la posibilidad de que mucha gente volviese a creer si se viese la voluntad de lucha para una solución de paz .
Pero no he oido a nadie en plan conciliador,sólo echando leña.
Ya sabemos a que se dedican y ya no creemos sus cuentos,pronto se darán cuenta que están sólos y les daremos la espalda ,que es lo que se merecen.
Buscaremos refugio en los pocos pastores que están por la paz y tendremos un cisma,que de facto ya existe.Cuando tienes que ir con mucho cuidado para saber en que parroquia te metes es que algo no funciona.Si sientes pena y tristeza al oir a éstos obispos y algunos religiosos es que algo va muy mal
Lo que Ud. dice es una deformación absoluta de la realidad, se nota que va a pocas misas en Cataluña y a pocas en el resto de España, porque en todas partes hay de todo y no es cierto que en Cataluña sea peor. Mienten rotundamente quienes afirma estas cosas.
EliminarEn cuando al comportamiento de los católicos con los refugiados cristianos que huyen de la barbarie del Estado Islámico, seguro que Cáritas de varios paises, y otras ONGs católicas o no, ya estan por ahí. Lo que ocurre es que eso es normal, no es noticiable.
ResponderEliminarY claro, cuando la Iglesia Católica, actúa en silencio, no hace nada ¿Qué le vamos a hacer? Es aquello de que cuando des limosna, que tu mano izquierda no se entere lo que hace la derecha.
Por otra parte, es una lástima que como Siria no tiene petroleo, a Estados Unidos, no le importa que el Estado Islámico, campe por sus anchas, lo destruya todo, persiga a cristianos, (católicos o de otras confesiones), musulmanes que no comulguen con sus ideas.
Europa, pobre Europa, sin un norte moral de referencia, que va ha importarle lo que pase en Oriente medio, si no saben que hacer con Grecia, que es pequeña!!!
Hoy 3 de septiembre es la fiesta de un gran Papa y Doctor de la Iglesia, San Gregorio Magno. Creo vale la pena saber un poco de su obra, especialmente para "els fills del Concili" (Los hijos, y yo diría de algunos casi abuelos del Concilio).
ResponderEliminarSAN GREGORIO MAGNO, Dotado de viva sensibilidad y de excepcional equilibrio para conllevar las exigencias místicas del monje con el respeto y la simpatía hacia la humanidad doliente, su obra literaria, de estilo sencillo, a veces humilde, a menudo elocuente, constituye el más luminoso comentario a su obra de pontífice que no vacila en enfrentarse con los desidiosos y con los potentados, como puede apreciarse en sus Epístolas.
Dirigidas a los más diversos destinatarios, las cartas de San Gregorio tratan de variadas cuestiones y son un testimonio fundamental para el conocimiento de su actividad y de su personalidad.
Sobresalen las epístolas dirigidas contra los herejes y los cismáticos, como los maniqueos de Sicilia o los donatistas en África, y las que se refieren a los judíos, a los que San Gregorio concedió libertad de culto y tratamiento benévolo (I, 1, 47), porque "sólo con la mansedumbre, la bondad, las sabias y persuasivas admoniciones, se puede obtener la unidad de la fe".
Gregorio Magno mostró su preocupación por la formación de los pastores de almas en obras como Regla pastoral (591), en que expuso los objetivos y reglas de la vida sacerdotal.
Dedicada a Juan de Constantinopla, con quien se justifica de haber dudado en asumir el cargo de obispo de Roma, San Gregorio muestra en este libro lo arduo que es el oficio de pastor y las reglas de vida que debe seguir; describe el tipo ideal del obispo, que ha de ser siempre un médico de las almas y encontrar el tono justo para dirigirse a los hombres de las diversas clases sociales, ejerciendo sobre sus almas el máximo ascendente posible y teniendo siempre presente su propia debilidad para no caer en una excesiva confianza en sí mismo.
Esta breve obra ejerció gran influencia y fue durante largo tiempo considerada como el texto de las reglas episcopales.
Me avergüenzo de ser europeo.
ResponderEliminarQue no se acuerdan los húngaros del 56
La solución pasa por pacificar y crear estructuras políticas, económicas y de seguridad
ResponderEliminarPetición para firmar
http://www.citizengo.org/es/28932-solucion-crisis-migratoria?sid=NDg2OTMyMDk0MzM0MzU%3D
Campamento Irak
ResponderEliminarhttp://maslibres.org/?p=20960
Un modelo a tener presente en esta tesitura:
ResponderEliminarhttps://es.wikipedia.org/wiki/Dominique_Pire
Un dominico que no siempre vestía hábito y a menudo no contó con el beneplácito de la jerarquía.
¿Quién dirige el Islam a la vieja Europa envejecida?
ResponderEliminarArabia Saudí, Qatar, Kuwait, Bahréin, Emiratos árabes etc…pueden también acoger a los musulmanes
Muy cierto. Y tienen mucho más dinero. Pero me temo que no lo van a hacer, porque son ellos los que financian el ISIS. Ni la UE tampoco: viene de perlas esta invasión como maniobra de pinza (aceleración del multiculturalismo) contra su enemigo real: el catolicismo
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