Reflexión a modo de notas, hacia dónde nos orienta la liturgia del domingo.
LA PASIÓN DEL SEÑOR: EL DRAMA DE UN AMOR VISIBLE
Pietro Lorenzetti - Basilica inferior de Asís |
La pasión de Jesús es un drama humano. La historia de la Pasión es magistral, una puesta en escena de un arte refinado que nos engancha al relato hasta al final. Por una parte Jesús, que lleva consigo los estandartes de la justicia y el amor, de la verdad y la coherencia. Por otra, aquellos que por diversos motivos lo traicionan y lo pisotean. Por una parte Pilatos que lo entrega al pueblo que incitado por los sacerdotes, pide la muerte de Jesús. (¿No estará también hoy el pueblo pidiendo la muerte de Dios incitado por los sacerdotes?) El prefecto de Judea no tiene la suficiente autoridad para usar la política haciendo justicia y cae víctima de quienes lo presentan: los sacerdotes desean usar su facultad de imponer la pena capital. Poncio Pilatos también es esclavo de sus ambiciones porque el encargo de Palestina tenía que ser para él únicamente un primer escalón de una brillante carrera, que sin embargo hubiera acabado allí si no hubiera demostrado altura. Lo entregan también los sacerdotes, los que detentan el poder religioso y no son capaces de vivir el culto en “Espíritu y verdad” del que había hablado Jesús en su diálogo con la samaritana.
El sábado hecho para el hombre, la posibilidad de reconstruir el templo en tres días, el hacerse Hijo de Dios, son declaraciones de Jesús que han puesto entre las cuerdas al poder religioso: los sacerdotes se ven amenazados, notan que pisan en falso y no son capaces de acoger la buena noticia de Jesús. Finalmente la entrega más trágica, la de los amigos, en primer lugar Judas, después Pedro y finalmente todos los apóstoles, incapaces de velar en Getsemaní y ausentes bajo la cruz.
La Pasión de Jesús es un drama teológico. De hecho es el culmen de la revelación, la afirmación definitiva de la tesis fundamental de la predicación del Señor: el Mesías tiene que ser el siervo sufriente de Yahveh. Estas dos figuras no habían sido equiparadas por los contemporáneos porque efectivamente son opuestas, difícilmente conciliables. San Pablo dirá a este propósito que este hecho “es estupidez para los paganos y escándalo para los judíos”, un hecho incomprensible a partir del absoluto de Dios: que para los hebreos, ni siquiera puede pronunciarse o representarse.
Turba-Duccio di Buoninsegna |
Giotto di Bondone |
Fr. Tomás María Sanguinetti
Gracias Fr. Tomás por ese articulo.
ResponderEliminarCreo que los humanos, hasta que no gocemos de la visión beatífica de Dios en el Cielo, no podremos comprender los misterios de nuestra Redención.
Delante de esos misterios solo puedo decir, gracias a Dios Padre, por habernos enviado a su Hijo, Jesucristo, para redimirmos de la esclavitud del pecado, por tu infinita misericordia, y darlos la libertad de los hijos adoptivos de Dios y herederos del Cielo.
La pasión del Pastor y la pasión de los pastores.
ResponderEliminarGracias, fray Tomás, por esta bellísima glosa sobre la Pasión del Señor. Al leerla, no puedo por menos de comparar la Pasion de Cristo con la de sus máximos ministros y representantes. Jesús afronta la Verdad de cara: ante el pueblo, ante los sacerdotes y ante el poder civil. Si no se hubiese empeñado en proclamar la Verdad, ni azotado, ni coronado de espinas, ni crucificado.
A los pastores no les van ni los azotes, ni la corona de espinas, ni la cruz. Eligen cuidadosamente lo que han de decir y lo que han de callar ante el pueblo, ante los sacerdotes y ante el poder político. Procuran llevarse bien con todos: que no les alcance una bofetada, un escupitajo, un azote ni una espina. Por eso retumban sus silencios. Por eso se comportan más que nadie como sepulcros blanqueados. Con esa táctica tienen asegurados infinidad de parabienes. Para ellos siempre es Domingo de Ramos. En vez del "crucifícalo, crucifícalo", escuchan hosannas de todas las procedencias. Hasta de los escribas y fariseos de la nueva religión de la bonhomía y de la filantropía, hipócrita a rabiar, hasta de esos salen gozosos hosannas. Saben que no se puede pasar dol triunfo del Domingo de Ramos al triunfo de la Resurrección sin pasar por la Pasión. Lo saben... pero eso bien está para el Maestro. Los discípulos más adelantados han decidido que ellos por ahí no pasan, que eso no es lo suyo.
¿A quién lavará -y besará- los pies el Papa?
ResponderEliminarEl pasado Jueves Santo, el primero de su pontificado, el Papa se sirvió del lavatorio de los pies para marcar territorio: especialmente frente a los hipócritas, a los que tantas ganas les tiene. ¿Mantendrá este próximo Jueves Santo el mismo territorrio? ¿Lo ampliará? ¿Reculará? En pocos días lo sabremos.
Perdón, fray Tomás, por distraer a los lectores de su bella glosa dominical sobre la Pasión del Señor, con estas reflexiones tan mundanas.
El Papa, se ha notificado ya, irá a una cárcel de Roma a celebrar el Oficio del Jueves Santo.
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