La hermenéutica del Concilio Vaticano II

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Sabemos que este Concilio de los medios… ha creado tantas calamidades, tantos problemas, realmente tantas miserias: seminarios cerrados, conventos cerrados, liturgia banalizada… y el verdadero Concilio ha tenido dificultad para concretizarse, para realizarse;
Benedicto XVI
Hace cuatro días, el Papa nos sorprendía con un gesto en apariencia irrelevante, pero que lleva una imponente carga doctrinal. Proclamaba que él considera a Marchetto el mejor hermeneuta del Concilio. Monseñor Marchetto es un seguidor entusiasta de la “hermenéutica de la continuidad” que defiende Benedicto XVI.

¿Y eso, qué significado tiene? ¿Quién es ese Agostino Marchetto a quien el Papa dirigió una carta de felicitación con ocasión del libro homenaje que le editó la Librería Editrice Vaticana, confesándole que para él es el mejor intérprete del Concilio? Pues Agostino Marchetto, de 73 años, es un  arzobispo de la curia vaticana, que fue secretario del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes tras ejercer de nuncio en Madagascar e Isla Mauricio, en Tanzania y en Bielorrusia. Al cumplir los 70 años, se retira de su cargo curial para dedicarse de lleno al estudio de la hermenéutica del Concilio Vaticano II. Y ahondando en ese estudio, se distingue como uno de los máximos defensores de la “hermenéutica de la continuidad”, frente a la hermenéutica de la ruptura que defiende la Escuela de Bolonia; una escuela que ha alimentado con su interpretación del Concilio a toda la izquierda eclesiástica, a los del borrón y cuenta nueva, a los aquí llamados “Fills del Concili” (Hijos del Concilio).

Para simplificar: el Papa Francisco (al que la Escuela de Bolonia considera “su” Papa) va y hace el mayor elogio imaginable de monseñor Agostino Marchetto, alineado con Benedicto XVI en la “hermenéutica de la continuidad” respecto al Vaticano I y a todos los demás Concilios. Si esta Escuela le hace caso a Sandro Magíster, está de luto y ha puesto sus banderas a media asta. Para ellos, esta declaración de “su Papa” les ha herido de muerte: tal como suena. El Papa ha dejado colgados de la brocha a los que presumían de ser los grandes exegetas del Concilio. Los que pasando totalmente de los documentos emanados de éste, se montaron en el carrusel del “Espíritu del Concilio” (Espíritu sin letra, claro está, e incluso contra la letra) se han quedado sin el Papa Francisco, que ya se lo habían patrimonializado. Si tal como declaró, nunca había sido de derechas, pues ahora les ha dejado bien claro a los alimentadores de la izquierda de la Iglesia, que el Papa tampoco es de izquierdas.
Monseñor Agostino Marchetto
Así tenemos por una parte a la Escuela de Bolonia, que se ha alzado durante decenios como la más genuina intérprete del Concilio con afirmaciones como éstas: “Los elementos primordiales del Concilio no son sus textos, sino el acontecimiento en sí mismo, el hecho mismo del Concilio”. O esta otra, aún más radical: “El verdadero Concilio es el espíritu del Concilio: que no se puede reducir a la mera letra de sus documentos, porque es inconmensurablemente superior a ésta”. Es obvio que de las doctrinas de esta escuela se nutren todos los que, pasando de “la letra” del Concilio (los documentos y el magisterio de la Iglesia), invocan “el espíritu del Concilio”, manejable hasta donde se quiera, siempre abierto a depararnos nuevas sorpresas, según a quién le sople ese espíritu. Así tenemos en un bando esa Escuela de Bolonia; y en el otro bando está el que ésta considera “su bestia negra”, su peor enemigo, Monseñor Agostino Marchetto, que se ha atrevido a plantarles cara rebatiéndoles todos sus argumentos con inteligencia y con documentos.

Pues bien, al declarar el Papa Francisco tan inequívocamente que Monseñor Marchetto (el más aguerrido rival de la Escuela de Bolonia) es el mejor hermeneuta del Concilio, está dando a entender (que no diciendo) con toda claridad que la hermenéutica opuesta, la de esa Escuela, está descarriada.

Es que a estas alturas de la película, cuando se cumple el medio siglo del Concilio, por más conciliador que quiera ser uno, no puede ignorar dos evidencias: la primera, que el Concilio no sirvió para revitalizar a la Iglesia, tal como se había esperado; y la segunda, que no sólo no la revitalizó, sino que justo después del Concilio, la Iglesia experimentó un declive aceleradísimo. Son evidencias que no se pueden negar. ¿Pero quién se atreve a decir esas cosas de un Concilio en el que se han refugiado muchos de los que tienen el poder en la Iglesia (y a su sombra, otros tantos que ni pinchan ni cortan) para cometer todo género de desmanes? Para esos tales, el Concilio fue la panacea; y es inútil señalar los rotos: no los quieren ver, y por tanto para ellos no existen.

Pero ahí están las palabras de Benedicto XVI, legado de su último día de pontificado, en el encuentro con los párrocos y el clero de Roma, el jueves 14 de febrero de 2013: son las palabras finales de su discurso (al que él prefirió llamar “charla”); un último grito de dolor del Papa que está muriendo. Pero un dolor dignísimo, sin reproches, disimulando tantos desmanes tras una narración nobilísima: enorme obra de caridad. Y entregado a la fe y a la esperanza. 

Sabemos cómo este Concilio de los medios fue accesible a todos. Por eso era el dominante, el más eficiente, y ha creado tantas calamidades, tantos problemas, realmente tantas miserias: seminarios cerrados, conventos cerrados, liturgia banalizada… y el verdadero Concilio ha tenido dificultad para concretizarse, para realizarse; el Concilio virtual era más fuerte que el Concilio real. Pero la fuerza real del Concilio estaba presente y, paso a paso, se realiza cada vez más y deviene la verdadera fuerza que finalmente es también la verdadera reforma, la verdadera renovación de la Iglesia. Me parece que, 50 años después del Concilio, vemos cómo este Concilio virtual se rompe, se pierde; y aparece el verdadero Concilio con toda su fuerza espiritual. Y es nuestro deber, precisamente en este Año de la Fe, trabajar para que el verdadero Concilio, con su fuerza del Espíritu Santo, se realice y sea realmente renovada la Iglesia. Esperamos que el Señor nos ayude. Yo, retirado con mi plegaria, estaré siempre con vosotros y andamos juntos adelante con el Señor, en la certeza: Vence el Señor. ¡Gracias! 

Estas palabras de Benedicto XVI se prestan a poca interpretación. Lo que dicen está bien claro. 50 años después del Concilio, nos vemos obligados a reconocer que entre sus frutos inequívocos están “tantas calamidades, tantos problemas, realmente tantas miserias: seminarios cerrados, conventos cerrados, liturgia banalizada”. Todo eso ha ocurrido en este largo período postconciliar; de lo cual es inevitable deducir que si es post hoc (después de esto), es altamente probable que sea propter hoc (a causa de esto). Sin ninguna duda. Pero Benedicto XVI, que tiene tan vivido el Concilio desde dentro, matiza: la espectacular decadencia postconciliar es debida a que gran parte de la Iglesia se estuvo alimentando de una desfiguración desvergonzada del Concilio. Del concilio–espectáculo ante el mundo, que quisieron vendernos los medios y que muchísimos obispos, sacerdotes y religiosos compraron encantados. Era el concilio “liberador”, el que demandaban el mundo y la cuota de mundanidad larvada en la Iglesia.

Por eso es tan significativo que el Papa Francisco (en una providencial hermenéutica de continuidad del papado y de la Iglesia) elogie a monseñor Marchetto como gran adalid de la hermenéutica de la continuidad propugnada por Benedicto XVI, diciendo que es el mejor hermeneuta del Concilio. Y es, por eso, la bestia negra de los hermeneutas de la ruptura y de la revolución. Y eso lleva implícito que el Papa Francisco se aparta de esa hermenéutica en la que los rupturistas habían entendido que se había colocado (también implícitamente) el nuevo Papa, en clara disonancia con el dimisionario. He aquí que ha cambiado totalmente el mapa eclesiástico en algo tan sustancial como la interpretación del Concilio Vaticano II. Y para ello ha bastado una sola línea de una breve carta de felicitación del Papa Francisco a monseñor Agostino Marchetto.

Cesáreo Marítimo

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38 comentarios

  1. Mientras se celebra el Concilio Vaticano II, en la revista Concilium van apareciendo articulos, resumenes, valoraciones, informes,...

    Pero lo que más llamo la atención fue una vez terminado el C.V. II, un manifiesto firmado entre otros por Karol Wotyla, y Josepf Ratzinger pidiendo la dimisión del Papa Pablo VI por ir muy despacio en la aplicación de la doctrina del Concilio y de sus directrices.

    Curiosamente cuando ellos llegan a Papas cual es su velocidad en la aplicación del Concilio Vaticano II. El mismo Benedicto XVI reconoce durante su papado que aún quedan cosas por explorar y poner en práctica del Concilio.

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    1. Non se puede ni se debe decir que Juan Pablo II y Benedicto XVI fueran grandes amantes del Concilio Vaticano II. A ellos y a solo ellos se les debe esta involución y atraso que hay en la Iglesia.

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    2. Anónimo 20:39. Tu comentario te sitúa claramente en la línea rupturista, que en este artículo queda claro que no es apoyada por el Papa Francisco, y que no tiene ningún futuro.

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    3. No me creo que exista semejante manifiesto salvo como una manipulación.

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  2. Sr. Cesáreo Maríutimo, interesante análisis de lo que han dado de sí, estos 50 años desde que se inició el Concilio Vaticano II, y del Concilio virtual del que se quejaba Benedicto XVI.

    Hace años llegó a mis manos un folleto, que al principio no le hice caso, pero al paso del tiempo me he dado cuenta, que si bien la Iglesia Católica no puede desaparecer por designio divino, si que puede tambalearse y en lugar de hacer mártires se hagan apóstatas.

    EL “MASTERPLAN” PARA DESTRUIR LA IGLESIA

    Se dice que hay más de 1,300 comunistas que se han hecho sacerdotes católicos para destruir la Iglesia de Cristo desde dentro, para horadarla desde sus entrañas.

    Lo que sí es cierto es que el “Masterplan” es una obra maestra de increíble audacia que, si llega a funcionar, puede resquebrajar desde sus cimientos a la Iglesia Católica.

    En el año 1973 se redactó un plan maestro para intentar destruir a la Iglesia Católica sin persecuciones cruentas, sino minando su espíritu y su doctrina desde dentro. Este plan se ha ido desarrollando paulatinamente, y realmente ha hecho sus efectos. No podrá detruir a la Iglesia porque tiene “buenos cimientos”, el Señor la sostiene, pero sí está logrando que la barca de Pedro sufra los embates de una corriente laicista, de un ateísmo militante, de un neo paganismo muy virulento. Y cuando uno lee despacio este programa diabólico, propiciado por la Masonería, se explica muchas cosas.

    Según este Plan la Iglesia debería haber estado “arruinada” para el año 1980. Han paso 30 años y la Iglesia sigue en pié, aunque es verdad que luchando contra viento y marea. ¡Alerta amigo! Alguien trabajará muy contra la Iglesia. ¡Abre tus ojos! No duermas que el diablo está despierto. El “Masterplan” parece algo perfecto”.

    El Masterplan señala como principio que: de todas las Iglesias que se llaman cristianas, el bloque más firme, el que mantiene a todas, es la Santa Iglesia Católica, una vez que ésta se tambalee, toda la cristiandad caerá por su propio peso. Hay que quitarle el nombre de Santa, porque esto está llamando constantemente la atención sobre Dios, es algo sagrado, y esto sobra. Y para quitarlo es fácil, basta insistir en que una Iglesia Santa ofende a los hermanos protestantes, y por lo tanto, los católicos no deben insistir en eso.

    Y así de fácil, cumpliendo este Plan nadie dirá: Una, Santa, etc. Otra palabra que sobra es “Católica,” porque está muy arraigada con la adoración a Dios, a Cristo, y a la veneración de la Virgen, y eso hay que derrumbarlo.

    Para hacerlo bastaría sustituir “Católico” por “Universal,” al fin y al cabo es lo mismo, parece que dice lo mismo, pero se quita el sabor sagrado de adoración a Dios y a Cristo que lleva el nombre católico. En el tiempo previsto quedaría en todo el mundo así la “Iglesia Universal” con todas las iglesias unidas, donde quedarían incluidos también los judíos, los musulmanes, hindús, etc.

    El primer mandamiento de esta “Iglesia Universal,” y el único, sería: “amar al prójimo como a ti mismo. Se daría culto así a un Dios llamado Bondad.

    Pero un Dios que es tan bueno que no castiga; y como no puede castigar, todo el mundo se olvidará de El muy pronto. Porque el Dios que no infunde respeto, que no se le teme, la gente lo olvida. Pero todo esto, repito, es el fin del plan. El plan debe ser cosa sencilla, quitar cosas “poco importantes”, sembrar una “piedad falsa de compasión” para los no católicos, acercarse a los no católicos, abrir las puertas de la iglesia a los que no lo son, quitar las cosas “sin importancia” que los pueda herir.

    Por supuesto es el fin del Masterplan. Pero muchos años antes hay que empezar con cosas pequeñas, más simples. Es un plan que dura varios años, hay que tener paciencia, constancia y, sobre todo, conseguir la colaboración de los Obispos, los Sacerdotes y los buenos católicos. Siempre en el nombre del “amor”, de la “caridad”. Aunque esta palabra “caridad” también sobra, porque habla del prójimo, pero está ligada también con el amor a Dios, a Cristo, y con el amor a la Virgen y a los Santos.

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    1. Puntualizaciones a la encuesta vaticana del P. Custodio1 de diciembre de 2013, 23:44

      Después de leer al P. Custodio el pasado viernes, opino que se demuestra la “lepra” de la Curia con el cuestionario sobre la familia enviado por el Mons. Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos.

      Sólo hay que pedir la retirada de este absurdo, nocivo y antievangélico cuestionario, por la completa omisión negligente del Evangelio de la Vida, de la Familia y el Matrimonio.

      No hay ni una mención al aborto quirúrgico y farmacológico, que ha causado el asesinato de quizás mil millones de niños no nacidos desde su legalización en el mundo.

      Además, ignora conscientemente preguntar sobre las técnicas de reproducción humana asistida, otra fuente de asesinato de niños no nacidos a través de las siguientes modalidades:

      - congelación de embriones, aborto inducido, reducción embrional, diagnóstico genético preimplantacional, transferencia electiva embrionaria, cancelación de transferencia embrional, experimentación de embriones.

      Toda una amplia gama de eugenesia preembrional, embrional y postembrional en la reproducción asistida que deja de lado el cuestionario

      Finalmente, no habla casi nada de Dios y las medidas espirituales a tomar.

      Es un cuestionario completamente alejado de la realidad, desconoce que en Cataluña, el número de congelaciones de embriones resultantes de la reproducción asistida (30.074 el 2010) ha superado al de abortos (21.956 el 2012).

      Sumándose a ello, rechaza mencionar expresamente las palabras aborto, homosexualidad, bisexualidad, transexualidad, ideología de género y polisexualismo, como si quisiera evitar la molesta toma de postura pública de los obispos del mundo, así como eludir el debate sobre estas políticas antidemográficas, demoníacas y de perversión social en el Sínodo.

      La omisión de todas estas transcendentales cuestiones, sirve para que el Sínodo sobre la familia tenga una temática sesgada por las propias preguntas del cuestionario, que no se traten específicamente aquellas medidas que la Iglesia ha de adoptar sobre temas expresos, y dejar premeditadamente en la ignorancia a toda la Iglesia de la existencia y de la complejidad del plan satánico contra el diseño divino de la vida, la familia y el matrimonio (Francisco I a las carmelitas, 22 junio 2010).

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  3. Hay que congratularse de que el Papa Francisco vaya corrigiendo posiciones expresadas en sus célebres entrevistas, que han causado confusión general y preocupación en la Iglesia, al menos entre los que piensan. Una de estas correcciones es sobre el punto clave de la interpretación del Concilio Vaticano II respecto a lo dicho en la entrevista concedida a la revista La Civiltá Cattolica", hecha a través de la carta al arzobispo Agostino Marchetto, y que es el origen del artículo de GG.

    El reconocimiento del error y el deseo de superar la confusión creada con lo dicho en la citada entrevista queda claro en un pasaje de la carta: “Usted ha manifestado el amor a la Iglesia de muchas maneras, incluso corrigiendo un error o imprecisión por mi parte, y por ello le doy las gracias de corazón”. Y a continuación, declarando que le considera el mejor hermeneuta del Concilio Vaticano II -y dada la interpretación que hace este teólogo y que tan bien explica el artículo-, significa situarse en la línea de la “reforma en la continuidad” y por tanto, más en consonancia con la hermenéutica de Benedicto XVI. Así que cabe esperar que en adelante el Papa Francisco se expresará sobre el Concilio de forma diferente a como hizo en la entrevista a "La Civiltà Cattolica" y actuará en consecuencia.

    Sobre los efectos negativos del Concilio descritos tan claramente, Benedicto XVI considera que “todo depende de la correcta interpretación del Concilio, de su correcta hermenéutica, de la correcta clave de lectura y aplicación. Los problemas han surgido del hecho de que se han confrontado dos hermenéuticas contrarias y se ha entablado una lucha entre ellas. Una (la de la discontinuidad y la ruptura) ha causado confusión; la otra (la reforma en la continuidad), de forma silenciosa pero cada vez más visible, ha dado y da frutos”. La “hermenéutica de la reforma”, dice Benedicto XVI, es “la renovación dentro de la continuidad del único sujeto-Iglesia, que el Señor nos ha dado; es un sujeto que crece en el tiempo y se desarrolla, pero permaneciendo siempre el mismo, único sujeto del pueblo de Dios en camino”.

    Es muy positiva la corrección del Papa Francisco, pero durante un tiempo ha habido sobre este punto, como lo sigue habiendo en otros fundamentales (la visión de la autonomía de la conciencia en la determinación del Bien y del Mal), confusión, discusiones y división entre los que aceptan entusiasmados todo lo que dice el Papa Francisco y los fieles que no renuncian a pensar y a discernir. Pero, sin duda, las opiniones que provocan escándalo, las imprecisiones doctrinales y las ambigüedades inciden negativamente en la dignidad papal, además de provocar desconfianza sobre las enseñanzas que el Papa Francisco imparte y obligan a un esfuerzo continuo de exégesis en la búsqueda de la verdad según el Evangelio y el Magisterio de la Iglesia.

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  4. El Papa Francisco dirá lo que quiera sobre Agostino Marchetto, pero estas afirmaciones suyas contenidas en la flamante exhortación apostólica "Evangelii Gaudium" difícilmente se encuadran en una hermeneútica de la continuidad del Concilio:

    "En el seno de la Iglesia hay innumerables cuestiones acerca de las cuales se investiga y se reflexiona con amplia libertad. Las distintas líneas de pensamiento
    filosófico, teológico y pastoral, si se dejan armonizar por el Espíritu en el respeto y el amor, también pueden hacer crecer a la Iglesia, ya que ayudan a explicitar mejor el riquísimo tesoro de la Palabra. A quienes sueñan con una doctrina monolítica defendida por todos sin matices, esto puede parecerles una imperfecta dispersión. Pero la realidad es que esa variedad ayuda a que se manifiesten y desarrollen mejor los diversos aspectos de la inagotable riqueza del Evangelio".

    "En algunos hay un cuidado ostentoso de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, pero sin preocuparles que el Evangelio tenga una real inserción en el Pueblo fiel de Dios y en las necesidades concretas de la historia. Así, la vida de la Iglesia se convierte en una pieza de museo o en una posesión de pocos"

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    1. Pues yo no veo que esta cita tenga nada de rupturista. Si usted piensa que antes del CVII, lo importante eran los aspectos externos (liturgia, doctrina, prestigio, etc.) sin preocuparse del Evangelio, creo que conoce muy poco la historia de la Iglesia antes del CVII.

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    2. Con todos los respetos el Papa Francisco emplea mucho el "algunos", "esos", "quienes", tirando la piedra y escondiendo la mano, con perdón..
      Doy por supuesto que estas "indicaciones" ya se las habrá transmitido por los cauces que correspondan para la mejora.

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    3. Para darse cuenta del alcance destructivo de según qué tipos de interpretaciones y "discernimientos" pueden hacerse bajo el amparo de la Evangelii Gaudium, está como muestra de ejemplo el punto 43:

      COSTUMBRES: "En su constante discernimiento...reconocer costumbres propias no directamente ligadas al núcleo del Evangelio, algunas muy arraigadas a lo largo de la historia, que hoy ya no son interpretadas de la misma manera y cuyo mensaje no suele ser percibido adecuadamente. Pueden ser bellas, pero ahora no prestan el mismo servicio en orden a la transmisión del Evangelio. No tengamos miedo de revisarlas."

      NORMAS: "Del mismo modo, hay normas o preceptos eclesiales que pueden haber sido muy eficaces en otras épocas pero que ya no tienen la misma fuerza educativa como cauces de vida."

      - No determina cuáles son, y lo peor, no dice quién determina que estas desconocidas nuevas normas y costumbres (¿párroco, abad, superior, obispo, conferencia?), ni si son revisables ni bajo qué proceso y criterio se elaboran o se derogan, ni cuáles son las nuevas normas "discernidas", ni si éstas pueden ser recurridas o no, ni si las viejas normas y costumbres también pueden ser usadas.

      Puede instaurarse una segunda dictadura progresista en las parroquias, monasterios y conventos que arrase con todo lo que se les ocurra "discernir".

      Por ejemplo, puede ser una costumbre reconocida el rezo ante un altar para obtener una indulgencia. Si el párroco es progre, puede alegar un "discernimiento" que elimine esta indulgencia como innecesaria para evangelizar.

      Sería un retroceso a la eclesiocatástrofe del postconcilio.

      Y como el número 43, hay otras más.

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    4. Fred: por supuesto que la Iglesia de antes del Concilio se preocupaba del Evangelio, pero las palabras del Papa dan a entender (aunque no lo pretendan) que dedicar mucha atención a la Liturgia, a la Doctrina y al prestigio de la Iglesia (como se recomendaba en la Iglesia preconciliar) va en detrimento de la inserción del Evangelio en el pueblo fiel.

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  5. Por lo demás, felicito a Cesáreo Marítimo por afirmaciones tan valientes y políticamente incorrectas como las siguientes:

    "a estas alturas de la película, cuando se cumple el medio siglo del Concilio, por más conciliador que quiera ser uno, no puede ignorar dos evidencias: la primera, que el Concilio no sirvió para revitalizar a la Iglesia, tal como se había esperado; y la segunda, que no sólo no la revitalizó, sino que justo después del Concilio, la Iglesia experimentó un declive aceleradísimo"

    "Todo eso ha ocurrido en este largo período postconciliar; de lo cual es inevitable deducir que si es post hoc (después de esto), es altamente probable que sea propter hoc (a causa de esto). Sin ninguna duda".

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    1. "sino que justo después del Concilio, la Iglesia experimentó un declive aceleradísimo"

      Garabandal: La crisis de la Iglesia, donde sacerdotes irían contra sacerdotes, obispos contra obispos, cardenales contra cardenales

      Akita: La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros.

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  6. Evangelii Gaudium 1/21 de diciembre de 2013, 23:34

    La Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium me parece irreal: imposible misionar y evangelizar desde el error teológico, espiritual y litúrgico de muchos clérigos, por lo que Evangelii pronto dividirá a la Iglesia y Francisco I deberá posicionarse; populista: contenta a todo el mundo con su “qué hay de lo mío” y da agua a todos los molinos posibles; inaplicable por las contradicciones internas; utópica antisistema: pide reformar la Iglesia y el mundo entero sin dar alternativas; da una visión facilona del catolicismo, cuando éste es difícil; está subyacente la idea jesuitizadora de la “Iglesia de frontera”, concepto que ha destruido a los jesuitas; debe integrar 2 documentos más cercanos a la realidad europea y catalana: Exhortación Apostólica in Europa (Juan Pablo II, 2003), y el punto 71 del Concilio Provincial Tarraconense (1995): el sacramento de la confesión debe cumplir toda la doctrina, rito, teología, moral y la Exhortación Apostólica Reconciliatio et Penitentia, y debe predicar el sentido de Dios, conversión y pecado.

    Para los desafíos presentes, lo mejor son dos encíclicas de San Pío X, Acerbo Nimis y Pascendi (1905, 1907), sobre la enseñanza del catecismo y las doctrinas modernistas. Su época y la nuestra son idénticas, la Iglesia era secularizada por el materialismo de la sospecha de Nietzsche, Marx, Bakunin, Feuerbach, Freud y Darwin, o con el escándalo del fichero masónico en Francia.

    Acerbo Nimis, el programa de San Pío X, equivale a la Evangelii Gaudium pero en breve y eficaz: los párrocos enseñarán el catecismo a todos; prepararán a los niños para la confirmación y confesión, a los jóvenes en la eucaristía durante Pascua y Cuaresma y tendrán catequistas; se crearán escuelas de religión en las ciudades.

    Pascendi ataca errores. Síntesis: “1. Se exige de Nos que rompamos nuestro silencio, porque hoy los fabricantes de errores se ocultan con dolor dentro de la Iglesia, siendo los enemigos más perjudiciales al ser los menos declarados”.

    Pascendi da remedios: no a la curiosidad, orgullo y soberbia del “seréis como dioses” (41); escolástica, tradición, magisterio y patrística (42, 46-47); formas de ataques a la Iglesia (43); vigilancia sobre seminarios, parroquias, colegios, universidades, medios de comunicación, libros y congresos (44, 49, 50-53); fe y razón (48); Consejo de Vigilancia (54); purificación de reliquias, indulgencias, tradiciones, devociones, apariciones y revelaciones (55).

    Evangelii presupone lo que dicen los Padres sinodales (obispos, abades, superiores) sobre sí mismos: gobiernan, enseñan y santifican. Pero ante el pecado y apostasía interior de la Iglesia mundial entre clérigos (obispos, curas), religiosos y teólogos, Evangelii lo elude y propone un pensamiento mágico, buenista y escapista: todo se arregla saliendo a evangelizar con alegría, y el Espíritu Santo ya trabajará. Pronto Francisco deberá resolver graves conflictos.

    La inadaptación de Evangelii a la Tarraconense: dice que el confesionario no debe ser una sala de torturas y que hay atenuantes y eximentes de la responsabilidad (44), ignorando que el problema de la Tarraconense es que no se confiesa, se confiesa mal o se justifican los pecados si se obra “en conciencia”, no en recta conciencia; desconoce que no hay un corazón y una alma: divulgación de errores de fe (Forcades: “Evangelii dice kerigma sí, dogma no; mistagogía sí, magisterio no”); falsa espiritualidad (las filipenses con yoga y zen, el eneagrama del marista Llansana y los jesuitas de Manresa); abusos e irregularidades sacramentales (misa y confesión). Evangelii propone misioneros evangelizadores heresiarcas, condenando al fracaso a la evangelización y a la división entre evangelio-antievangelio, Iglesia-antiiglesia.

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  7. Evangelii Gaudium 2/21 de diciembre de 2013, 23:41

    Evangelii contiene muchas contradicciones y ambigüedades:

    - tener olor a oveja (fiel) y Cordero (Evangelio), excluye tener olor a lobo y león (Satanás);

    - la exclusión existencial (aborto, 231) es prioritaria sobre las periferias existenciales (46);

    - no juzgar la conciencia no excluye denunciar publicamente los actos pecaminosos;

    - la Iglesia como hospital de campaña implica que hay una guerra de Dios (aborto, homosexualidad);

    - propone un sistema de misión evangelizadora sospechosamente parecida a los protestantes americanos;

    - un estado permanente de misión (25) debe hacerse desde la plena fidelidad católica a Cristo;

    - la misericordia como la mayor virtud (37) implica conocer las encíclicas Dives in Misericordia, Splendor Veritatis y Caritas in Veritate;

    - la jerarquía de las verdades de fe y moral (36) es no dar nunca enseñanzas heréticas, apartadas de la fe o peligrosas (Ad Tuendam Fidem);

    - la renovación de las formas de expresión (41) no permite enterrar las palabras atesoradas por la Iglesia en siglos: transubstanciación, redención, contrición, hipóstasis;

    - la reforma del papado, Conferencias episcopales, colegialidad y sinodalidad (32, 246), nunca irán contra la potestad de jurisdicción suprema, plena y universal del Papa. Si hay un cardenal, obispo o Conferencia que se aparta de la fe católica, hay que disciplinarla. El Vaticano no puede excusarse de su vigilancia de la doctrina de la fe.

    - hacer el bien posible con riesgo de mancharse con el barro del camino y querer una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle (45, 49) nunca puede implicar herir y manchar la Iglesia con pecados satánicos, y si todos estamos en la calle, ¿quién predicará, confesará, dará sacramentos, despachará, atenderá apostolados y visitará enfermos en la parroquia?;

    - si la eucaristía es un alimento para débiles (47), nunca se debe comulgar en pecado (divorciado vuelto a casar, unión de hecho, aborto);

    - si nunca hay que responder preguntas que nadie se hace (155), se impide denunciar proféticamente el aborto y la homosexualidad, porque la sociedad no se lo cuestiona;

    - no es posible ser a la vez prudente, audaz y creativo (33, 47, 171);

    - promover la mujer en la Iglesia (103), pero sin ser clérigo de la Iglesia Particular o Universal;

    - al final, no veo mencionados a la Iglesia purgante y triunfante, los santos intercesores y mediadores, los ángeles (arcángeles, de la guarda)

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  8. Ciutadà Cesáreo Marítimo, a veces, por mis comentarios, hay algún tocayo lector de esta web que se pregunta qué hago en la iglesia católica, qué pinto, o sin más, si soy testigo de Jehová o presbiteriano. Después de leer su artículo uno se da cuenta de la Gracia. Es sólo Ella quien hace de la Iglesia lo que es la Iglesia. Gratuita, sopla donde y como quiere, en fin, no voy a descubrir nada. Pero sí descubrimos a los que monseñore Marcel Lefevre se olvidó de llevarse con su fraternidad. Qué hace Ud, hombre de poca fe, pensando que el tal hermenèutico traido con la punta de un pelo por el anterior papa el gran exponencial de lo que significó Vaticano II? Grandes miserias dice que ha dicho BXVI acerca de éste? Mire, coja a los que piensen como Ud. y trasládelos a webs sedevacantistas, sólo tiene que ver el escaso relieve que tienen sus divertidas webs porque coinciden palmo a palmo con lo que nos ha expuesto. Por mi parte, aunque nací después del concilio, doy gracias eternas a mi Creador por ver con mis ojos lo que estoy viendo con un Papa que -oh casualidad!- han elegido más de cien príncipes de la Iglesia para que dirija sus destinos que nos depara el devenir del tiempo. Los intérpretes de lo que es la hermenéutica, lo correcto, lo más católico en detrimento de otras líneas tengo que decir que me honro en mandárlos a freir espárragos por prostituir el Mensaje de Jesús y haciendo gala de un inconmensurable fariseísmo, pretenden hablar en Su Nombre. Aprendan de este Papa, que nos dice que incluso su papado necesita de conversión, pues se reconoce un miserable pecador en el cual Dios ha puesto su mirada, para escándalo de los hermeneutas éstos que ud. comenta... Así da gusto pertenecer a mi Iglesia. Los sapos que había que tragar pensando que el Señor está muy por encima de las miserias humanas que nos regalaba un mal testimonio arribista y carrerista de lo que interpretan algunos de lo que es la Asamblea de las Piedras Vivas llegaron a oidos de los cardenales, que debieron ser sin duda influidos por el Espíritu Santo el 13 de marzo. Au revoir, caspa!
    Anscarius Barchinonensis

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    1. Espero siempre las intervenciones de Anscarius Barcinonesis.
      Con mi mayor sinceridad le digo que expresa lo que me gustaría saber expresar. Es una persona que desearía conocer en carne y hueso para poder platicar con ella.

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    2. Caray! pues nada, hombre, si pone un e-mail donde escribirle, siempre me dejo invitar a café o caña!, pero me avergüenza un poco lo que ha escrito. En todo caso, ya sabe que si le gusta lo que se me ocurre escribir en el apartado comentarios de esta web, entra en terreno pantanoso para la mayoría de los asiduos lectores. Paz y Bien.
      Ans.

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  9. Cabe atribuir al Papa Francisco, lo mismo que al Concilio Vaticano II. Por un lado está el Papa real, que impone las manos a un endemoniado, que recomienda rezar la corona a la Misericordia y el Rosario todos los días y, por otro, el Papa progre y rupturista que dibujan los medios.

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  10. Francisco da la sensación y la percepción, con frases sacadas de contexto, de ser de izquierdas, liberacionista, populista, socialista-comunista, anti y altersistema, anticapitalista, y de justificar indirecta y peligrosamente la violencia revolucionaria de tipo socieconómico:

    - No soy de derechas [entonces ¿es de izquierda, populista, antisistema y revolucionario?]

    - Hoy es más noticia que la Bolsa baja dos puntos, que un anciano haya muerto de frío en una calle cualquiera [¿y si el anciano, en lugar de morir en un sistema de libre mercado, muere en un sistema comunista nordcoreano, chino o vietnamita, en un régimen islamista iraní o saudí, en un sistema populista bolivariano, venezolano, cubano, en un sistema nigeriano, maliense, centroafricano?]

    - El actual sistema económico es injusto en su raíz y mata [entonces si mata por dinero y para enriquecerse (dinero por sangre, petróleo por sangre), entonces es lícito matar a los que matan enriqueciéndose injustamente a costa de los demás, ¿y los otros sistemas son justos: chino, venezolano, cubano, iraní?]

    - Obama cierra la embajada USA ante el Vaticano [después de conocer Evangelii Gaudium]


    Por otra parte, su Evangelii Gaudium es una quimera de imposible cumplimiento por la cantidad de contradicciones, antinomías y contraposiciones que da.

    Parece que Francisco usa el lenguaje de calle sin saber las consecuencias.

    Debería de vigilar más el alcance de sus declaraciones para evitar la descontextualización injusta.

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  11. Como ha escrito El País en su análisis de la exhortación "Evangelii Gaudium", el Papa Francisco ha dejado claro que su iglesia, la Iglesia Católica, no le gusta.

    Por mi parte añado, que no reconozco la Iglesia de las reiteradas críticas del Papa Francisco (“que se mira a sí misma en una especie de “narcisismo teológico” que la aparta del mundo y “pretende a Jesucristo dentro de sí y no lo deja salir”; de caminar errático…..). La Iglesia que conozco anuncia a Cristo y cuida de las almas, practica la caridad y es misionera, y da culto a Dios con la sagrada liturgia.

    La Iglesia de hoy dialoga, como lo ha hecho históricamente, con la cultura de nuestro tiempo. El apóstol Pedro exhortó a los cristianos a estar siempre dispuestos a dar razón de su fe (1 P 3, 15), lo que significaba que la fe bíblica debía entrar en discusión y en relación con la cultura griega. También en la época medieval, sobre todo a través de santo Tomás de Aquino, se produjo el diálogo entre la fe y la razón de su tiempo. Por lo que se refiere al diálogo con la razón moderna, ha atravesado muchas fases, pero ha encontrado su orientación con los textos conciliares del Vaticano II y en particular con el diálogo del Papa Benedicto XVI, que es guía para la relación y para afrontar los retos que plantea al cristianismo la cultura contemporánea.

    Respecto a las siempre necesarias reformas de la Iglesia y que el Papa Francisco quiere abordar, hay que tener en cuenta que el diálogo de la Iglesia con la edad contemporánea, no puede significar, y de ello aparecen indicios en este pontificado, que deje de ser “signo de contradicción” para el mundo. La fe cristiana es motivo de escándalo para el mundo, y éste no puede ser suprimido si no se quiere anular el cristianismo.

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    1. El concepto subyacente (el subtexto) que recorre la Evangelii Gaudium es el concepto jesuítico de "frontera": la Iglesia de Francisco se ha transformado en una "Iglesia de frontera" al estilo jesuítico.

      ¿Qué es ser "Iglesia de frontera"? Se trata de cualquier "situs" o lugar conflictivo, además de geográfico, donde hay una falta de "diálogo y comprensión" (en materia social, fideística, espiritual, económica, teológica, política, cultural) debido a diferencias de cultura, de fe, de valores, de sensibilidades, de percepciones, de riqueza o de cualquier otro motivo.

      Sólo tiene en cuenta la capacidad de comprender las posiciones de todas las partes implicadas en el conflicto para poder “construir puentes de diálogo y de comprensión”, tanto dentro como fuera de la Iglesia. Pero no interesa la cuestión subjetiva: si el misionero evangelizador está, o no, en la ortodoxia teológica, espiritual, litúrgica, ritual y disciplinaria. Sólo interesa el aspecto conflictual, procesal: la resolución pacífica de los conflictos por la vía del diálogo.

      Así, existen fronteras de todo tipo: dentro de la Iglesia, entre conservadores y progresistas, la frontera teológica, la frontera apostólica, la frontera misionera, la frontera litúrgica. Fuera de la Iglesia: la frontera ecuménica, interreligiosa, con ateos y agnósticos, con los enemigos de la Iglesia; en la sociedad, en los ámbitos tribales, políticos, culturales, económicos, ecológicos. Lo importante es la frontera (el conflicto y los medios pacíficos de resolución).

      Por ejemplo, en el discernimiento apostólico, misionero y evangélico, implica un discernimiento de las fronteras donde se es llamado a estar presente: guerra, pobreza, terrorismo, explotación, Estado fallido; discernimiento sobre cómo llevar adelante la misión, apostolado o evangelización; la evaluación del trabajo que se ha ido realizando; y finalmente, el discernimiento necesario para tener una mirada universal y atenta a los nuevos desafíos que aparecen en el mundo.

      Pero en el concepto jesuítico de frontera que late en Evangelii Gaudium, NO interesa tanto la ortodoxia teológica, espiritual y litúrgica del apóstol o misionero evangelizador, sino el hecho de ir predicando por la calle, a la manera protestante, incluso si uno está "manchado, herido y accidentado" espiritualmente por el pecado, la heterodoxia, la ruptura y la desobediencia.

      Se asume, pues, que con sólo anunciar (kerigma-catecúmeno) y enseñar (mistagogia-neófito) lo mínimo, tal como hacen los predicadores protestantes, pues el protestantismo sólo se define como una comunidad bíblica que excluye los deuterocanónicos, el magisterio, la autoridad, la tradición, el dogma, el ritual y la disciplina, y que gracias a sus "innovadores" métodos modernos de captación de afiliados, consiguen engrosar las filas de sus comunidades, mientras que los católicos, siendo tan rigurosos espiritualmente, pierden miembros.

      En definitiva, viendo el éxito del mundo protestante, la Evangelii Gaudium asume una Iglesia jesuítica "de frontera apostólica", en que su éxito será anunciar "Jesús te ama" por la calle y dar un mínimo de enseñanza en la parroquia, el amor de Dios, tal como hacen los protestantes. Mágicamente, la semilla plantada por el kerigma y por la mistagogia de mínimos irá haciendo el resto, con independencia de si el sembrador es ortodoxo o heterodoxo. “Tú anuncia que ya creceremos”.

      Ello se ve en La Vanguardia de este domingo, cuando tanto Forcades (con su habitual tontería) y un miembro del Opus Dei elogiaban a Evangelii Gaudium: no puede ser que una exhortación pueda satisfacer a dos sectores, uno heterodoxo y el otro ortodoxo. Algo va mal.

      Por eso, San Pío X estableció claramente dos programas en sus encíclicas Acerbo Nimis (qué quiero hacer: Instaurare omnia in Christo) y Pascendi (qué errores pretendo eliminar: el modernismo), dejando los medios y medidas necesarios.

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    2. Con esa perspectiva, hay que temer que el balance de este pontificado se asemeje para la Iglesia, salvando las distancias, al del balance del ex presidente Rodríguez Zapatero en España, que dejó ruina, leyes perniciosas y división. El también empezó su mandato deslumbrando a muchos.

      Al parecer al Papa Francisco no le concierne la misión de Pedro: confirmar a los hermanos en la fe y custodiar a los fieles en la unidad y la comunión.

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  12. Anscarius, es usted muy divertido. Pero si además fuese respetuoso... Acaba usted su comentario de hoy con un Au revoir, caspa! ¡Qué mal sufre que no piense todo el mundo como usted!

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    1. A Anscanius le sobran algunas expresiones depreciativas para que sea mucho más tenido en cuenta de lo que es.

      A él le concierne sacar lo que debe, necesita, sacar.

      Ganaría muchísimo más.

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    2. Acepto de nuevo la "correción fraterna", pero he de decir que ser tenido en cuenta o no en según que ámbitos no es el criterio que utilice cuando me da por responder aquí según qué cosas. Preferiría andar más en la Voluntad de Dios, que presumo ando siempre un tanto alejado.
      Ans.

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    3. ¿Y cuál es su criterio? Porque sinó quiere aportar algún dato o punto de vista que arroje alguna luz sobre los asuntos tratados, ¿para qué se molesta?

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  13. Visto hoy en La Vanguardia:

    1. José Ignacio González Faus, "Más madera":

    (En relación al caso del incendio de una fábrica textil de Bangla Desh) "...los gobiernos podrán presentar cifras espectaculares de crecimiento económico, aunque sin decirnos que el crecimiento en dólares es directamente proporcional al crecimiento de muertos". Demagogia liberacionista.


    2. Ferran Requejo, "Socialdemocracia, espejo roto":

    La socialdemocracia europea, partidaria del Estado del bienestar, ya ha caducado (fracasado) frente a la mundialización y hay que buscar un sustituto [para los que quieren cambiar el globo global]


    3. Artículo sobre "Cómo ganar en PISA":

    La mejor enseñanza en Finlandia y Corea del Sur se debe principalmente a dos causas:

    a. Sólo el mejor profesor enseña
    b. La implicación de la familia


    4. Sor Lucía Caram aparece como miembro integrante beneficiada de la Fundación Rosa Oriol ("Acollir amb el cor"), de la familia de joyería Tous. Como Forcades y otros, arrímate a un buen árbol que te apadrine...

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  14. Tiene Ud razón, querido anónimo. Lamento mi falta de formas respetuosas para con el prójimo y le pido perdón si se ha sentido aludido. Es más, me voy a confesar por mi falta venial a cualquier confesionario de los que nombran aquí "germinantes". Dios tenga piedad de mi alma...
    Ans.

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  15. Nueva Evangelización.

    Iglesia Pentecostal - Camino a la Vida Eterna
    Programa Ministerio Palabra de Vida Eterna

    www.youtube.com/user/ministeriopve?feature=watch

    Y un niño predicador de famoseo: Nezareth Casti Rey

    www.youtube.com/watch?v=VyuMgoYBaJE&list=TLhKq6rFfMKBWOhTxtGYSns6dcVEINjWYK

    ¿Se quiere eso?

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  16. Como ya escribí en otra oacsión en este foro, yo sólo soy un católico de a pie, pero entiendo algo de medios de comunicación.
    No soy nadie para hablar del Concilio Vaticano I, pero entiendo algo de estrategias de propaganda. También creo que existe el diablo y que actúa a través de los hombres contra la Iglesia con todas sus posibilidades.
    Estoy seguro de que su presión contra los sacerdotes y contra los que forman la estructura de la iglesia es brutal. que en tiempos del concilio ser´ñia su primera estrategia. No lo estoy tanto (seguro) en cuanto a que su estrategia actual sea principalmente esa.
    Los medios han alcanzado tal poder (sobre todo la televisión) que ya son capaces de crear una realidad ficticia independiente. No importa cómo seas tú o qué hayas hecho. Sólo importa lo que digan los medios de ti. Persona u organización.
    El diablo ya no necesita a los curas para malmeter contra la iglesia. tiene un arma infinitamente superior. y sabe cómo usarla.
    Es una persecución. Menos cruenta que las romanas pero más eficaz. Porque hay más gente dispuesta al martirio físico que al ridículo frente a los demás.
    Entonces, en Roma, la iglesia actuó con astucia, dando testimonio cuando era necesario, pero escondiéndose en las catacumbas cuando no lo era.
    Francisco se ha criado en uno de los paises más golpeados por la demagogia de los medios: Argentina. y se ha enfrentado con éxito (al menos relativo) a ellos. Con esa estrategia.
    ¿No creeis que deberíaiis confiar un poco en él? Porque por lo que leo, parece que esteis más preocupados de que os den la razón que de escucharle.
    ¿de verdad necesitáis que el Papa os diga que lo que hacéis luchando contra el aborto es necesario? No me imagino yo en las catacumbas a los cristianos teniendo que ir a buscar a Pedro cada vez que tenían una disputa.
    Un saludo.

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    1. Sobre el éxito de la estrategia en Argentina:

      ¿Significa que ha dado buenos frutos?

      ¿Que la situación de la Iglesia y del catolicismo en Argentina ha de ser un referente para toda la Iglesia?

      Lamentablemente las noticias que llegan de allá no son precisamente alentadoras.

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    2. http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=32237

      Y mejor nos vamos haciendo todos a la idea de que nadie va a dar la vuelta a la tortilla hasta que Dios tenga decidido que ocurra. De momento, es época de catacumbas.

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    3. http://chiesa.espresso.repubblica.it/articolo/1350643?sp=y

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  17. 1 Pedro 4:18


    CVM VIX IVSTVS SIT SECVRVS


    *

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  18. ratzinger igual que montini, rasgándose las vestiduras por las consecuencias del concilio, (cadalsos a las consecuencias) pero le levanta altares a las causas...

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  19. El “viraje antropológico”
    Dice asimismo el cardenal Siri que De Lubac abre paso «al antropocentrismo fundamental (...) A
    una especie de monismo cósmico, a un idealismo antropocéntrico»19. Con todo, mientras Siri condena, con
    razón, el pensamiento de De Lubac como antropocentrismo panteísta, Juan Pablo II lo exalta diciendo que
    acaso sea el punto más importante del Vaticano II, el cual logró hacer coincidir teocentrismo y antropocentrismo
    (Dives in Misericordia, nº 1), lo que equivale a decir que Dios y el hombre son la misma cosa, el
    mismo punto central en torno al cual gira el mundo, igual que la circunferencia da vueltas en derredor de su
    centro: es el panteísmo o pancristismo de derivación teilhardiana.
    Así, pues, el viraje antropológico no es cosa sólo de Karl Rahner, Congar, Metz, Küng y Schillebeeckx20,
    es decir, de la corriente “progresista” de los peritos con ciliares -tributaria de la nouvelle théologie y
    cuyo órgano de expresión era la revista Concilium, sino, además, de los denominados teólogos “conservadores”
    de dicha nouvelle théologie (De Lubac, Daniélou, Balthasar, Chenu y Joseph Ratzinger) cuyo órgano de
    expresión ha sido la revista Communio. Esta corriente “conservadora” se halla representada hoy en Italia
    por el cardenal Angelo Scola, Monseñor Rino Fisichella y Monseñor Luigi Negri, cercanos al movimiento
    Comunión y Liberación, fundado por el sacerdote Luigi Giussani.
    De hecho, no se dan diferencias esenciales entre estas dos corrientes: su sustancia es el pancristismo,
    el antropocentrismo y la confusión entre la naturaleza y la gracia; mas, tocante al modo de expresar
    tales errores, hay una diferencia accidental entre ellas: un modo más radical en la primera, más pacato en la
    segunda.


    http://www.statveritas.com.ar/Libros/Precursores_y_peritos_del_Concilio.pdf

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