Capítulo 38: Las Fiestas en honor de la Santa Cruz

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En los libros litúrgicos romanos son dos las fiestas en honor de la Santa Cruz: el día 3 de mayo la Invención de la Santa Cruz (hallazgo) y el 14 de septiembre la Exaltación la Santa Cruz. Pero el título de la primera conmemoración es totalmente erróneo porque tal hallazgo aconteció el 14 de septiembre, aunque con la incertidumbre del año y las circunstancias concretas del hallazgo.

El relato del Breviario Romano que se centra en Santa Elena pertenece a escritores tardíos, los cuales lo reportan con muchas variantes. No tenemos pues noticias históricas precisas. Al parecer Santa Elena, madre de Constantino el Grande, durante su peregrinación a Tierra Santa del año 326 hizo derruir un templo dedicado a Venus construido sobre el Calvario, y erigir a su vez una suntuosa basílica. En aquella circunstancia y tras investigaciones y excavaciones, habrían sido desenterradas tres cruces, una de las cuales mostró ser la Cruz del Señor porque al ser impuesta sobre una enferma la hubiera curado. Eusebio aunque habla de la peregrinación de Elena, nada dice sobre el hallazgo. San Macario en el 351 hace una mención de tal hallazgo en tiempos de Constantino pero sin referencia alguna a Santa Elena, igual que hace la peregrina Egeria en su Itinerarium. En siglos posteriores son muchas las leyendas que se han difundiendo en torno al legendario hecho del hallazgo.

Lo que más nos importa aquí es que la fiesta del 14 de septiembre en sus orígenes fue propia únicamente de Jerusalén, donde asumió una importancia extraordinaria. La piadosa Egeria (c. 394) nos ha dejado una interesante descripción, de la que resulta que era equiparada a Pascua y a la Epifanía, y convocaba a una inmensa multitud de fieles y obispos. He aquí su relato:

“La dedicación de las iglesias del Martyrium y del Anástasis se celebra con sumo honor porque en este mismo día fue hallada la Cruz del Señor…Cuando llega la fecha de la conmemoración, esta se prolonga durante ocho días, y ya muchos días antes empiezan a acudir multitud de monjes de diversas provincias, eso es, de Mesopotamia, Siria, Egipto y la Tebaida, donde viven muchos monjes: no hay ninguno que no acuda a Jerusalén para gozar de tanta alegría y de espléndidas jornadas; también los seglares, tanto hombres como mujeres, acuden desde todas las provincias a Jerusalén. Y cuando los obispos son pocos, son más de cuarenta o cincuenta, y con ellos acuden sus clérigos. Qué más podemos decir sino que los que no participan a tanta fiesta creen cometer pecado grave caso de no estar impedidos por verdadera necesidad. En tales días la decoración de las iglesias es el mismo que en Pascua o en la Epifanía, y así durante todos y cada uno de los días de la octava: en todos los Santos Lugares se festeja como si de Pascua o la Epifanía se tratara”

El Chronicon Paschale, redactado a principios del siglo VII, añade un particular importante: que en dicha celebración se mostraba al pueblo el Santo Madero de la Cruz. Tenemos pues que creer que la fiesta en primer lugar tenía como objeto el aniversario de la dedicación de las dos basílicas, mientras que la ostensión de la Cruz debía ser secundaria. Pero pronto esta se convirtió en la principal atracción de la solemnidad, hasta que poco a poco, creciendo en importancia, hizo que la Dedicación cayera en el olvido, hasta transformarse en una gloriosa Exaltación del Santo Madero de la Redención. Alejandro de Chipre (s. VI) en su homilía para la fiesta la designa ya con este título: Exaltatio praeclarae Crucis.

Creu de Matagalls (Collformic) y Creu de Montigalà (Badalona)
Es tradición en Cataluña subir hasta las cumbres más altas de las montañas y colocar el signo de nuestra Redención organizándose romerías “aplecs” con esta finalidad.

Desde Jerusalén esta fiesta pasó a muchas iglesias orientales, especialmente aquellas que tenían la suerte de obtener reliquias de la Cruz: Constantinpla, Apamea y Alejandría. En Roma debió introducirse hacia mitad del siglo VII con la consolidación de la dominación bizantina. El Liber Pontificalis da a entender que ya existía en tiempos del papa Sergio (687-701) el cual añadió una ostensión y adoración de la Cruz, es decir de la insigne Veracruz llevada a Roma por Constantino y conservada en la capilla del Sancta Sanctorum Lateranense. 

Una ceremonia semejante fue conservada por el Papa y su Corte hasta el siglo XIII. El Ordo atribuido a Cencio Savelli (Cencio Camerario) titular de la Cámara Apostólica de los papas Clemente III y Celestino III y más tarde elegido papa con el nombre de Honorio III (1216-1227), prescribe que en la mañana del 14 de septiembre, el Papa y los Cardenales acudan al Oratorio de San Lorenzo y extraigan el Lignum Crucis. Una vez entonado el Tedeum, procesionalmente se dirijan al Oratorio de San Silvestre, donde debe estar ya la Schola, y proceder a la Adoración de la Cruz, de la misma manera como se realiza en Viernes Santo. Cuando todos han venerado la insigne reliquia, el cortejo procede hacia la Basílica Lateranense, donde después de cantada la hora tercia, el papa celebra la Santa Misa.

Mientras Roma pues calcaba de la fiesta de Jerusalén en el siglo VII, las iglesias de la Galia adoptaban una fiesta análoga, intitulada De Inventione Sanctae Crucis, pero prescribiéndola para el día 3 de mayo, a partir de la fecha que en que la leyenda de Judas Ciriaco sitúa el hallazgo de la Cruz. El formulario de la misa compuesto entonces, según el modelo galicano, pasó rápidamente a la redacción galicana del Sacramentarium Gelasianum; más tarde ya en época carolingia pasó a los libros romanos, los cuales sin embargo admitieron las dos fiestas: la galicana con el nombre de Inventione Sanctae Crucis para el 3 de mayo y la oriental del 14 de septiembre con su título de In exaltatione Sanctae Crucis, que ha dado lugar al equívoco antes citado.

Cruz de mayo en Córdoba
Cuando en el año 635 Heraclio Augusto recuperó el Lignum Crucis en poder de los persas después de haberlos vencido, los particulares de la hazaña pasaron como relato a las lecturas del Breviario Romano, despertando en todo el mundo, especialmente entre la Iglesia Latina, una singular devoción a la Santa Cruz. Es probable que eso influyera en la voluntad de reordenación de su fiesta romana, y que en 1741 la comisión elegida por Benedicto XIV para ese fin, fuera partidaria de la abolición de la fiesta del 3 de mayo. Pero finalmente no hizo nada. Esta llegó con la reforma postconciliar de 1969 que en el misal de Pablo VI la suprimió como fiesta universal, dejándola pro aliquibus locis (para algunos lugares). En España la fiesta del 3 de mayo es aún conocida como “la Cruz de mayo” con un especial arraigo en Andalucía donde se elaboran altares populares con cruces confeccionadas con flores y arbustos.

Dom Gregori Maria

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9 comentarios

  1. Dom Gregori Maria, le felicito por su articulo.

    En una de las fotos que ilustran el mismo es
    la Cruz de Matagalls y por ello me gustaria compartir con los amables lectores, su historia, esta vez en catalán.

    El centre i el motiu dels aplecs és el de venerar la creu de Matagalls, plantada al bell cim del seu turó, en una data anterior al 1614, moment que el recorda la documentació.

    Les primeres creus eren de fusta i per això els llamps i les tempestes les aterraven sovint, els veïns de Viladrau plantant-n´hi una de nova. Aixó ho recorda l'article del diccionari Madoz referent a Viladrau fet cap allà el 1845.

    Un dels que va reposar aquesta creu fou Sant Antoni M. Claret, regent o encarregat de Viladrau el 1840, després d'una prèdica o missió feta per l'agost d'aquest any.

    Una altra vegada que es va reposar la creu fou per l'agost de 1894 i la va beneir personalment el bisbe Josep Morgades. Amb motiu d'això Mn. Jacint Verdaguer va escriure la poesia La Creu de Catalunya i anys més tard, al final ja de la seva vida, va dirigir una revisteta literària que tenia per títul <>. així aquesta creu, que Verdaguer va conèixer personalment, esdevenia també un lloc verdeguerià.

    L'any 1931 davant els estralls continuats de les tempestes, decidí substituir la creu de fusta per una de ferro que fes a la vegada de parallams. Aquesta creu es va mantenir dreta durant tota la guerra civil del 1936 al 1939, perquè l'escamot de desgraciats que va pujar per aterrar-la a finals de juliol del 1936, es va trobar que, en arribar a la creu, estavem massa cansats i mancats d'eines per a aterrar-la; per això es limitaren a picar i a malmetre els noms de Déu i de Crist que es llegien en els versos de Verdaguer. Durant la mateixa guerra civil, segons proves fotogràfiques, Mn. Josep Sanabre, arxiver de la diòcesi de Barcelona, hi va celebrar una missa acompanyat d'alguns escoltes.

    El 1950 amb motiu del primer aplec es renovaren els versos de Verdaguer i es va posar al sòcol de la Creu una majòlica dedicada a Sant Antoni Maria Claret; el 1955 dos medallons de bronze, recordaven la vinculació de la Creu de Matagalls amb Sant Antoni Maria Claret i Jacint Verdaguer; i, finalment l'any 1975, amb motiu dels 25 anys dels aplecs, es va erigir al peu de la Creu un nou altar, format per una gran llosa amb diferents inscripcions i dedicatòries gravades, sostingut per un peu de ferro forjat.

    Record agraït per al P. Faustí Illa, iniciador i ferm impulsor dels Aplecs

    Quan estàvem preparant per celebrar el 50è aniversari de l’Aplec de Matagalls, moria el seu iniciador i impulsor , P. Faustí Illa i Salvia, claretià; era el 23 de febrer de 1999; li faltaven dos mesos escassos per arribar als 90 anys de vida i esperava amb molta il·lusió poder celebrar l’Aplec del cinquantenari (11 de juliol). Volem doncs, que la nova edició dels Goigs a llaor de la Creu de Matagalls sigui un homenatge al P. Illa i, en la seva persona, a tots els qui al llarg d’aquest 50 anys li han estat fent costat.

    El P. Faustí Illa va néixer a Bellvís, comarca del Pla d’Urgell, el 6 d’abril de 1909. Va esmerça la seva vida en la tasca educativa de la joventut. Es preocupà de trobar llocs de treball als qui acabaven la carrera. Tenia organitzat un gabinet d’assessorament jurídic i professional per facilitar als mestres el coneixement de les noves lleis i normatives que els afectaven. Durant molts anys es va moure en l’àmbit de la sanitat organitzant cursos d’estiu per a professionals de la sanitat per tal de posar-los al corrent de les noves tecnologies. < Però on vessà el seu amor més pregon al P. Claret, la seva admiració pel nostre gran poeta Mn. Cinto, on va saber unir pàtria, fe i natura, fou en els aplecs de Matagalls. La seva torxa portada fins al gran cim i allà l’han entonada d’altres que continuen fent-la esplèndida>. (Homilia del P. Ramon Olomí, provincial dels claretians, a la missa exequial.

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  2. Gracias por este articulo Sr Trenchs, tambien en castellano hubiera sido estupendo para que todos conozcan tradiciones de Cataluña.

    Muchas gracias, yo conocia toda esta historia tan bonita.

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    1. Sr Anónimo de ayer a las 18,23, gracias por leer mi comentatio.

      Antes de escribirlo en catalán me lo pense varias veces, pero donde me encuentro no tengo medios para traducirlo como convindria, aún sabiendo que esta web, se lee fuera de Cataluña, me decidí por escribirlo en nuestra llengua vernácula. Con un poco de buena voluntad, creo que lo más importante que son las fechas y los personajes que han visitado esta Cruz y por último una mención especial al P. Fautino Illa, gran sacerdote claretiano, que desde 1950 hasta que sus fuerzas físicas le permitieron asistió cada año, celebrando la Misa en el Altar situado junto a la Cruz de Hierro.

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    2. La Cruz es fruto de la libertad y amor de Jesús. No era necesaria. Jesús la ha querido para mostrarnos su amor y su solidaridad con el dolor humano. Para compartir nuestro dolor y hacerlo redentor.

      Jesús no ha venido a suprimir el sufrimiento: el sufrimiento seguirá presente entre nosotros. Tampoco ha venido para explicarlo: seguirá siendo un misterio. Ha venido para acompañarlo con su presencia. En presencia del dolor y muerte de Jesús, el Santo, el Inocente, el Cordero de Dios, no podemos rebelarnos ante nuestro sufrimiento ni ante el sufrimiento de los inocentes, aunque siga siendo un tremendo misterio.

      Jesús, en plena juventud, es eliminado y lo acepta para abrirnos el paraíso con la fuerza de su bondad: "En plenitud de vida y de sendero dio el paso hacia la muerte porque El quiso. Mirad, de par en par, el paraíso, abierto por la fuerza de un Cordero" (Himno de Laudes).

      En toda su vida Jesús no hizo más que bajar: en la Encarnación, en Belén, en el destierro. Perseguido, humillado, condenado. Sólo sube para ir a la Cruz. Y en ella está elevado, como la serpiente en el desierto, para que le veamos mejor, para atraernos e infundirnos esperanza. Pues Jesús no nos salva desde fuera, como por arte de magia, sino compartiendo nuestros problemas. Jesús no está en la Cruz para adoctrinarnos olímpicamente, con palabras, sino para compartir nuestro dolor solidariamente.

      Pero el discípulo no es de mejor condición que el maestro, dice Jesús. Y añade: "El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y me siga". Es fácil seguir a Jesús en Belén, en el Tabor. ¡Qué bien estamos aquí!, decía Pedro. En Getsemaní se duerme, y, luego le niega.

      "No se va al cielo hoy ni de aquí a veinte años. Se va cuando se es pobre y se está crucificado" (León Bloy). "Sube a mi Cruz. Yo no he bajado de ella todavía" (El Señor a Juan de la Cruz). No tengamos miedo. La Cruz es un signo más, enriquece, no es un signo menos. El sufrir pasa, el haber sufrido -la madurez adquirida en el dolor- no pasa jamás. La Cruz son dos palos que se cruzan: si acomodamos nuestra voluntad a la de Dios, pesa menos. Si besamos la Cruz de Jesús, besemos la nuestra, astilla de la suya.

      Es la ambigüedad del dolor. El que no sufre, queda inmaduro. El que lo acepta, se santifica. El que lo rechaza, se amarga y se rebela.

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  3. Gracias por el artículo.

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  4. "Sube a mi Cruz. Yo no he bajado de ella todavía" (El Señor a Juan de la Cruz).
    Siento no haber conocido esta frase hasta ahora.
    Gracias.

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  5. A les Useres, encara s'hi fa una petita pelegrinació, no la gran de l'últim divendres d'abril i el dissabte, sinó la de les dones i els xiquets i xiquetes, que va fins al paratge del Piló de la Creu, on s'hi troba damunt d'una plataforma de pedres de carreu un piló de mamposteria i clavada a sobre una ccreu de fusta de sabina. Hi ha un ritual lúdico-iniciàtic magnífic, que ara no explicaré. El que vull destacar aquí és que aquesta creu de sabina antigament (per l'any 1636) era de ferro i el piló de mamposteria era un tronc d'arbre, segons els testimoniatges escrits.
    Pense que el tronc es podrí i el canviaren pel de mamposteria. La creu passà de ser de ferro a ser de fusta de sabina, que dura prou i alhora és ben forta. I la raó potser que a l'entorn del tronc d'arbre shi feia un ritual curiós i qui el feia era un ferrer del poble, que actualment encara hi va per a fer-lo a l'entorn de la creu de fusta dura.
    Jo hi trobo que és com una petja d'antics rituals pagans, que palesen el procès que va de l'arbre a la creu, tant citat en la fenomenologia religiosa.
    Què els sembla. Estic disposat a parlar-ne i enviar-los un petit treball sobre el particular, si em diuen concretament on ho puc fer.
    Moltse gracies per la seua atenció.
    Alvar Monferrer i Monfort, Castelló. Pl. Borrull, 1. 12003.
    amonferrermon@gmail,com

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