Capítulo 31: La fiesta de Corpus Christi

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En el tiempo en el que los nuevos sacerdotes ofrecen a Dios las primicias de su ministerio, y las espigas que proporcionarán la harina para el Santo Pan están en flor, la Iglesia celebra una de las fiestas más populares, el Corpus Christi, en honor del Santísimo Sacramento de la Eucaristía.

Sus orígenes hay que buscarlos en aquel exuberante germinar de devoción eucarística que por doquier se constata en los albores del segundo milenio; y quizás de manera más inmediata debido a las revelaciones de la beata Juliana de Rétine, priora del monasterio de Mont-Cornillon cerca de Lieja (1193-1258) y al milagro eucarístico de Bolsena.

Juliana de Retine, revela las visiones que ha tenido: veía un disco lunar rodeado de rayos de luz de resplandeciente candor; en uno de los lados, sin embargo, se apreciaba una superficie oscura que deformaba el disco. El Señor explicó a Juliana que se trataba de la Iglesia, a la que todavía le faltaba una solemnidad en honor del Santísimo Sacramento. Juan de Lausanne, canónigo de Lieja y su director espiritual de la religiosa, habiendo obtenido el juicio favorable de diversos teólogos sobre tales revelaciones, entre los que se encontraban el provincial de los dominicos, Hugo de Thierry y el arcediano de Lieja  confidente de Juliana de Cornillon,  Jacques Pantaleón de Troyes, que llegó más tarde al Pontificado con el nombre de Urbano IV. Este insistió al obispo de Lieja Roberto de Thorote para que introdujese en su diócesis la festividad. El obispo accedió y se introdujo la fiesta en Lieja en 1246, el jueves de la octava de la Trinidad. 

Mientras tanto, Hugo de Thierry convertido en cardenal y Legado de la Santa Sede en Flandes, confirmó la fiesta en el año 1252 prescribiéndola al clero y a los obispos de su circunscripción, donde se había introducido.
Milagro de Orvieto
 Un poco más tarde, en el año 1261, habiendo subido al trono pontificio Urbano IV, el susodicho arcediano de Lieja, recibió la suplica del obispo flamenco de su ciudad para que extendiese la fiesta a toda la Iglesia Universal. El papa titubeó pero finalmente lo hizo a instancia de un milagro acaecido en Orvieto (Italia): un sacerdote que sentía dudas acerca de la presencia real, celebrando en la iglesia de Santa Cristina había visto la hostia convertirse en carne sangrante que caía en el corporal, conservado aún en Orvieto, manchando también la mensa del altar y algunas piedras del pavimento. El papa quiso ver aquel corporal, que le fue llevado con gran pompa el 19 de junio de 1264, tras lo cual lo mando conservar honrosamente tras construir un templo en su honor donde se custodiase celosamente. Aquel prodigio venció cualquier duda del Papa que con fecha 11 de agosto de 1264, desde la mismísima ciudad de Orvieto, publicó la Bula Transiturus de hoc mundo, con la que instituía en toda la Iglesia la fiesta de Corpus. Pero su muerte, dos meses después, impidió que el decreto tuviese la eficacia deseada. Fue Clemente V, cincuenta años más tarde (1312) el que reconfirmó la Bula insiriéndola jurídicamente, dándole así valor canónico. Es sólo entonces que vemos florecer esplendorosamente la festividad en toda la Iglesia. En Italia la adoptaron los benedictinos, en Génova, en Nápoles, en Bolonia y en Milán.
Relicario de Orbieto

En la bula que establecía la fiesta, aunque parece suponerla,  no se prescribía la procesión en honor del Santísimo Sacramento, que no obstante se estableció después espontáneamente y se extendió con gran rapidez por Alemania, Francia, toda Italia y España.

Al final la procesión se convirtió en el capítulo más brillante de la fiesta, ya que esta vez el celo del clero, la fe ardiente del pueblo sencillo, secundado por sus gobernantes, puso al servicio de la fe todo lo que encontró de pomposo, rico, sumamente decorativo, todo al servicio del Rey de la Gloria, para hacer más triunfal su paso por las calles de los barrios y de las ciudades, escoltado de filas compactas de creyentes y de la representación en cortejo de la nobleza, los gremios y las instituciones civiles. Los anales documentales de las principales diócesis del mundo rebosan de hermosas páginas que dan testimonio de ello.

El Santísimo en un primer momento era llevado en copones cilíndricos o hexagonales, cerrados y con conopeo. Más tarde se quiso poder observar la Hostia consagrada y se confeccionaron custodias y ostensorios de las más variadas formas. Cruces con incrustación de piedras preciosas, cristal de lupa para agrandar la Sagrada Forma, estatuillas del Resucitado llevando la Hostia en lugar del Corazón, tronos con la Virgen mostrando a Jesús Eucaristía para la adoración, imágenes de San Juan Bautista que en lugar de mostrar el Cordero dirigía su dedo hacia las Sagradas Especies. Sagrarios de cristal con transparencias o arcones de plata como el que hicieron construir los concejales de Génova en 1553 que aún llevan turnándose ocho sacerdotes.
Arcón Sacramental de Génova
Normalmente la procesión salía por la mañana después de la Misa Mayor, como estaba prescrito por el Pontifical. Era de larga duración, realizando varias estaciones en las iglesias del recorrido, o con altares domésticos para bendecir grupos de personas o de enfermos que encontraba por el camino.

El primer oficio del Corpus, por solicitud de la beata Juliana, fue compuesto por un agustino de Lieja, un tal P. Juan, pero su uso permaneció fiesta, dio el encargo de componer el Oficio a Santo Tomás de Aquino, que había seguido a la Curia Pontificia hasta Orvieto, enseñando allí Teología. Escogió los textos, compuso las oraciones, la secuencia Lauda Sion, así como los 3 bellisimos himnos Pange Lingua, Sacris Solemnis y Verbum supernum y el motete Adoro te devote. En lo que se refiere a los responsorios de Maitines y algún otro texto de menor importancia, parece ser que utilizó un Oficio eucarístico que usaban los cistercienses antes de la institución de la fiesta.



Hay que señalar que los conceptos desarrollados en las tres oraciones de la Misa (colecta, secreta y comunión) corresponden a la triple división escolástica que Santo Tomás realiza en la Summa Theologica con respecto al Sacramento eucarístico. Él ve en la Eucaristía un triple simbolismo: a) con respecto al pasado en cuanto memorial de la pasión de Cristo b) en referencia al presente como expresión de la unidad del cuerpo de la Iglesia, de donde el concepto comunión par indicar nuestra unión con Cristo y los hermanos c) con respecto al futuro, siendo prenda de la posesión que alcanzaremos con la visión en la patria del cielo. Estos tres aspectos forman el tema de las tres oraciones de la Misa, triple concepto recogido en la antífona del Magníficat O sacrum Convivium: a) recolitur memoria (pasado: se celebra la memoria), mens impletur gratia (presente: el alma se llena de gracia) c) futurae gloriae nobis pignus datur (futuro: se nos da en prenda la gloria futura)

Dom Gregori Maria

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10 comentarios

  1. ´Dom Gregori Maria, agradecido por esa atención que nos tiene en darnos a conocer la historia de nuestras principales festividades.

    Aqui en España, la tradición procesional del Corpus empezó precisamente por Barcelona, Gerona, Vic, Valencia, Calahorra fueron las primeras ciudades en sumarse a la celebración del Corpus. Con todo, ya antes, en otros lugares de nuestro país, había hermosísimas manifestaciones de piedad eucarística. Así, la exposición permanente del Santísimo se tenía y se sigue teniendo en la Catedral de Lugo desde el siglo VI. Del siglo XI son los hechos prodigiosos del Sant Dubta de Ivorra o de las formas incorruptas de Sant Cugat del Vallés.

    En España, por otro lado, junto a las procesiones y la gran ornamentación en torno a la solemnidad, como otra expresión característica de esta fiesta, en los alobores de la fiesta del Corpus nacen los Autos Sacramentales, que serán elevados en dignificación y categoría literaria por Lope de Vega o Calderón de la Barca, en la Edad de Oro de la Literatura Española. Se representaban en las iglesias, en las plazas y frente a los palacios. El final de la escenficiación viene acompañado de una Exposción y Adoración Eucarística. "El gran teatro del mundo" de Pedro Calderón de la Barca es el Auto Sacramental más conocido.

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  2. Ya no celebramos el Corpus, sino La Patum... Los obispos ya no hacen procesiones (qué anticuados), sino que se visten de demonios y tiran petardos.

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    1. El Obispo, y se debe referir a Monseñor Novell, tiene todo el derecho de participar en la Patum, sintonizar con los jóvenes,en la fiesta y el folklore. No me va a decir que no tiene criterio y que esto sea un escándalo. Es una muestra de cercanía; ¿por qué le niega esta presencia?.Para Ud. los obispos al despacho, a la sacristía, al púlpito...distantes, solemnes,serios...Cuando Jesús fue a Caná de Galilea participó de la fiesta, baile incluído. Cúrese de esta miopía y sea más abierto, tolerante y comprensivo.

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  3. La Eucaristia solo tiene sentido de ser venerada en los pobres, auténticos sacramentos de Dios, lo demàs quincalla

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    1. Sr. Anónimo de las 13,36. ¿No le parece que todos somos pobres ante Dios y estamos necesitados de sentirnos amados por Él?

      El mejor momento de recibir la Eucaristia es sin duda dentro de la Misa, para poderle pedir a Dios que nos de fuerzas para servir a los pobres y necesitados, pero tanbién para darle gracias de los dones recibidos.

      Sabiendo que es un acto festivo, una invitación, no se puede asistir a Misa con una actitud propia de un restaurante, donde se llega a la hora que se quiere, y vamos solos o en grupo, y cada uno va a la suya...

      Podemos imaginarnos una historia así,

      Jordi llega a su casa: "hola cariño -saluda a su mujer-... voy a jugar a tenis,
      Manuel y yo hemos quedado, lo siento porque no podré quedarme a cenar..."

      "Pero Jordi -contesta la mujer-: es ya tarde, y quería estar contigo el día de tu cumpleaños...

      te tenía preparada la comida que te gusta: carne a la borgoñona, verduras, una tarta de limón..."

      "Lo siento cariño, tomaremos algo en un frankfurt..." y mientras sale por la puerta dice unas últimas palabras: -

      "Tómatelo tú".

      Ella cae sentada allí mismo donde estaba, y llora con fuerza mientras no sabe repetir otra cosa que "¡no me quiere!".

      Pues esta falta de consideración es la que tenemos con Jesús no valorando -despreciando- este amor que ha tenido con nosotros, cuando no vamos a Misa, o no queremos comulgar bien preparados, o no hacemos la acción de gracias... abandonando la celebración antes de que haya acabado, o pasando al lado de las personas con las que hemos estado en Misa sin saludarlas... No: la Misa es una participación en el banquete de Jesús, y participar es señal de gratitud y de amor. Él ha tenido esta genialidad para que le recordemos, para estar con Él; una invitación que contiene un flechazo de amor como el que sintió Zaqueo cuando se subió a un árbol para verle mejor, y Jesús le dice al verle: "Baja, Zaqueo, que hoy quiero comer en tu casa"; y hace un cambio radical en su vida. Muchas amistades con Jesús comienzan así, con un poco de curiosidad para que el corazón quede después impactado con la mirada de Jesús... y cenamos con Él. Jesús preparó cuidadosamente la Eucaristía durante toda su vida y se concretó en la última Pascua, a la que también nosotros estamos invitados junto con los Apóstoles, pues es una cena más allá del espacio y del tiempo... este signo que empezó entonces durará hasta que Él vuelva.

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  4. Gracias por esta explicacion, hoy el Papa Francisco convoca a toda la cristiandad a hacer Adoracion de 17 a 18 hs, y muchos no se han enterado ¡ es una lastimas! con la falta que hace estar cerca del Señor.

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  5. Como Adorador Nocturno del Tibidabo animo a todos los lectores de GG a apuntarse a algún turno.

    AVISO IMPORTANTE:.....Crea adicción

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    1. Sr. Ascanius, comparto iguakmente con usted la gracia de Dios de pertenecer también a la misma Adoración.

      Aparte de crear una santa adicción, la más importante es estar delante del Santísimo y sentirse amado por Dios.

      Eso no es una utopía, o una frase bonita, realmente es un misterio de Fe, una Fe razonada con las palabras de Jesús en la Última Cena: Tomad y comer... Tomad y beber... y con mandato a los Apóstoles, que siguiesen haciéndolo "en memoria mía".

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  6. Saludos, Anscanius. En los 80 pasé alguna velada nocturna en el templo y guardo buen recuerdo. Cómo anda todo por ahí?
    Ans. Barch.

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    1. Sr. Anónimo, la Adoración Nocturna en el Tibidabo, sigue siendo una gracia especial de Dios, en medio de este mundo en que vivimos, pero como dice San Pablo "no somos del mundo".

      Después de algo más de cuarenta años, puedo decirle que me considero un afortunado de contemplar y sentirme amado en esas horas de la noche por Jesús Sacramentado.

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