Algunos de ellos gozan ya de responsabilidades diocesanas. Mn. Joan Obach, delegado de liturgia y rector de Sant Oleguer, que está dando un inmenso vuelco a su parroquia, no sin dificultades iniciales. Mn. Bruno Bérchez, delegado de juventud, que se encontró con un erial, pero que se ha puesto las botas con la nueva evangelización y que este pasado sábado se estrenó con éxito con los "sentinelle del mattino" . Mn. David Álvarez, delegado de pastoral vocacional, junto con su hermano Miquel, vicario de El Masnou. Mn. Ferran Lorda, delegado de santuarios, que será designado el próximo curso como párroco de Santa Teresita, el cual logró la hazaña de convencer a 131 jóvenes para peregrinar a pie desde Barcelona a Madrid con motivo de la última JMJ. Mn. Campoverde, actual responsable del seminario menor o el nuevo formador del seminario, Mn. Miquel Ramón.
Otros tienen responsabilidades parroquiales como Bernat Gimeno en Premià de Mar o Jordi Gutiérrez en Vilassar de Dalt. Sin olvidar a los religiosos, como el mercedario Fermín Delgado en Virgen de Nazaret o el oratoriano Victor Barrallo en San Carlos Borromeo. Y los vicarios que siguen la estela del bueno de mossèn Jordi, empezando por su sucesor en el Roser, Mn. Carlos Barba y siguiendo con Carlos de la Fuente , Juan Muñoz Cortés o Manuel Pérez Moreno.
Todos ellos amigos y compañeros de mossèn Jordi Moya, a quien procuran imitar en su estilo desacomplejado y su frenética actividad pastoral. En sus manos se halla el futuro de nuestra diócesis. A nadie le puede caber duda que juntamente con la generación precedente (la de las parroquias germinantes ) les va a corresponder dirigir al pueblo fiel de la Barcelona del siglo XXI.
Y lo van a tener muy difícil. Estamos viviendo tiempos de zozobra. No sólo en el ámbito económico y político, sino en la misma Iglesia. La terribles luchas de poder en el Vaticano no auguran nada bueno. Al revés, parece que esto sólo acaba de empezar. Por otro lado, el secularismo ha triunfado en Barcelona y se extiende de forma más rápida a la esperada por toda España. Sobran parroquias. Y se van a tener que cerrar algunas. Aunque algunas ya se pasan casi todo el día cerradas, curiosamente las que no son regidas por curas germinantes o de la generación Jordi Moya. Ellos no las vaciaron, sino que son los únicos que las mantienen en pie. Ninguna responsabilidad se les puede achacar en el desastre. Pero el futuro sí será suyo. Y aunque debemos ser realistas y parece que no nos va a deparar nada bueno, al menos tenemos la confianza de contar con un grupo de sacerdotes que van a mantener vivo el rescoldo y que no permitirán que se apague la llama.
Pese al aluvión de malas noticias que nos deprimen día a día, gozar de un plantel de jóvenes sacerdotes, bien preparados, entusiastas, que entraron en el seminario cuando la vocación no sólo había pasado de moda, sino que constituía motivo de indignación o de burla entre sus amigos y amigas, incluso entre sus familiares, les aporta un curtimiento que fortalece su carácter y les aporta temple para las oleadas del siglo que les ha sido dado en vivir.
Ya no tenemos curas de misa y olla, ni hijos de familia numerosa que mandaban a uno de sus vástagos al seminario. Tampoco aparecen iluminados que iban a cambiar el mundo (y luego no cambiaban nada) ni los que iban a reformar la Iglesia. Ahora la revolución es otra: nadar contra corriente. Y en un mundo que se rompe por todas sus costuras. En la Europa de nuestros días (no digamos en el minúsculo universo barcelonés) el cristianismo militante es una minoría. Pero, por fortuna, esa minoría cuenta con jóvenes osados, acostumbrados a remar con dificultades. Los mismos que fueron compañeros de mossèn Jordi Moya. Los frutos de esta generación serán la primera impronta de su legado. Tan sólo dos años de sacerdote lograron dar nombre y unir a toda una serie de presbíteros barceloneses. ¡Nunca se consiguió tanto con tan poco!
Oriolt
Da gozo ver sacerdotes de Barcelona vestidos así. Con este tipo de imagenes me doy cuenta de que no todo está perdido y de que hay futuro en esta diócesis. Sólo hace falta que venga un buen obispo y apueste por lo que tiene que apostar.
ResponderEliminarComprendo esta frase:
Eliminar"Da gozo ver sacerdotes de Barcelona vestidos así."
Lo que te invitaría a reflexionar es que más o menos el mismo gozo que te puede dar a ti puede darles, pero en un sentido totalmente opuesto, a otros fieles católicos. La sabiduría popular ya hace mucos años que dijo aquello de: "el hábito no hace al monje", y en este caso al sacerdote. Recemos para que al menos los veinte siglos de Iglesia Católica nos sirvan a todos los católicos (sea cual sea nuestra particular y concreta sensibilidad y gozos) para no aferrarnos en exceso a cuestiones de imagen externa.
Ay! si el próximo Obispo no os gusta! Qué cruz! Seguiremos teniendo germinantes para rato!!! Que venga uno de los vuestros!
EliminarDicen que vendrá el de Alcalá... Ahí es "na"
EliminarEs algo que va más allá de la sensibilidad estética. Los bomberos visten de bomberos, los policías y los médicos también. Tienen que ser reconocibles. ¿Los sacerdotes y religiosos no? ¿No hace falta? ¿O incluso es mejor que no se los reconozca?
EliminarPor otro lado, un fiel católico a quien le disguste la sotana o el cuello blanco tiene un problema, una contradicción. Sería como si le disgustara la cruz o las imágenes de la Virgen.
Siempre se pueden coger los textos bíblicos que a uno más le plazcan e ir por libre. Pero si uno se quiere católico y al mismo tiempo aborrece los signos visibles de la existencia de la Iglesia, pues tiene un problema.
Saludos
Seguro que son buenos sacerdotes, pero creo que ustedes no deberían dar tanta importancia a la aparencia externa: los fieles no debemos juzgar a nuestros pastores por su vestimenta, sino por su interior. "Por sus frutos los coneceréis". No caigamos en la idolotría de los hábitos, ni tampoco al revés, cuando oyes a fieles descalificar a los sacerdotes que van con "matrícula".
EliminarPor favor, mirénlo de forma mucho más sencilla, Mn. Jordi pidió ser amortajado con su sotana.
EliminarSr. Jordi Morrós, aprovecho para saludarle, es usted toda una institución en cuanto a los comentarios de Germinans se refiere. Se me hacía muy extraño que aún no hubiera aparecido por aquí.
EliminarSus comentarios siempe en linea crítica con Germinans y lo que aquí decimos, demuestra que somos tolerantes y respetamos la opinión de todos, por eso siempre se los publicamos.
No así los de otros personajes o "trolls" que se creen que esto es como aquellas páginas llenas de estiércol y guarrerías que aparecieron ingenuamente para combatir esta página.
Pues nada, todo un honor que se me considere digno de aparecer en este blog. De hecho he rebajado mucho mis aportaciones, y lamento contradecirles y les objeto que en el anterior comentario no he realizado ninguna crítica a su línea ideológica. Tan solo he realizado una observación complementaria al señor Antonio Moreno, que por otro lado me ha parecido muy correcto en su aportación.
EliminarNo me refería únicamente a su escrito de hoy, sino a los muchos que aparecían en Infocatolica, cuando estábamos allí hospedados.
EliminarDe todas maneras déjeme decirle que he observado su blog y me ha sorprendido gratamente. En las fotos de su 25 aniversario, el sacerdote que preside lleva casulla y todo parece muy serio. Yo lo hacía con amigos del clero algo más "progres"
Caramba, nunca hubiera dicho que se tomaran tantas molestias con un simple fiel católico como un servidor.
EliminarY más que el blog (que no lo utilizo para nada de momento) supongo que la información fotográfica la han sacado de mi página en Facebook.
Y puesto que se han tomado la molestia de visitar mi pàgina en Facebook pueden aprovechar el tiempo invertido para llegar a la conclusión de que ser un poco más "open mind" y un poco menos prejuicioso a la larga siempre es una inversión rentable.
Pienso que a veces vais un poco despistados. Citais a muchos sacerdotes dentro del mismo saco y algunos de ellos tienen pensamientos muy diversos y de amigos entre ellos nada. Incluso citais alguno que lejos está del magisterio de la Iglesia.
EliminarOtra cosa estupenda de Germinans: no sólo critica, denuncia, saca a la luz las oscuras maniobras del progresismo eclesial separatista, sino que da a conocer la realidad germinante de muchos buenos sacerdotes y lugares donde poder acudir con confianza como católicos.
ResponderEliminarAdelante, Germinans, SOIS PROFETAS DE LA ESPERANZA.
A veces comparo la organización de la Iglesia con una corrida de toros. Al sacerdote joven, con ganas de servicio y de mejorar la vida de las parroquias y de los feligreses primero se les pica con destinos subalternos, al lado de un sacerdote que puede que ya pase un poco de todo; luego se les clavan las banderillas si quieren sacar cabeza e imponer su propio ritmo y se los envía aquí, allá o acullá para que sigan aprendiendo a obedecer y ser pacientes. Y cuando ya les dan destino con mando y plaza... La experiencia es un grado, pero la juventud y el entusiasmo no le van a la zaga. Creo que hay que otorgar cargos de responsabilidad a los sacerdotes que tengan salud, entusiasmo y ganas de hacerlo bien. Puede que eso coincida o no con ser joven, pero hay que aligerar un poco el paso... Y también por lo que respecta a nombramientos de obispos y del propio Papa.
ResponderEliminarJordi Morrós:
ResponderEliminarParece que te da repugnancia que se haga visible que un sacerdote lo es, da la sensación de que es tu mayor preocupación, quizá por esta obsesión en despreciar la forma, abandonas bastante los contenidos. Pero ten en cuenta que éstos son los que admiramos de estos sacerdotes de la "Generación Moya", que no se ha perdido en detalles como pasó antaño, pero sabe cuidarlos porque también tienen importancia.
Muy poco progreso quieres tú para la Iglesia, cuando esperas que el único fruto de 2000 años de cristianismo sea la repulsa a la sotana.
¿Se saben ya los cambios del curso próximo? Veo que dais la exclusiva de Lorda.
ResponderEliminarSeguro que este nombramiento no se da, este obispo no se deja presionar en los nombramientos. Si no, tiempo al tiempo.
EliminarEl Morros és seguidor del bloc del Burxeta que el pobre em penso que no hi toca gaire perquè en diu cada una que em fa passar vergonya i tot.
ResponderEliminarMe alegra mucho que hayais bautizado esta generación como "Generación Moya". Todos los sacerdotes que habeis enumerado tienen sus particularidades y diferencias, óbviamente no todos son iguales, pero comparten una característica común que los hace grandes, característica que Mn. Jordi Moya tenía en grado supino.
ResponderEliminarMn. Jordi Moya tubo poco tiempo para desarrollar su pastoral, era muy joven, a veces impulsivo... quien sabe como hubiese evolucionado su carácter con la adquisición de experiencia. Pero tenía una gran particularidad, rara entre sus compañeros de profesión, que era un espíritu indómito para los temas de fe. Su gran obsesión era el amor de Dios y la salvación de las almas. No le importaba arriesgarlo todo (incluso su propia carrera sacerdotal) para defender los dogmas de nuestra Fe, evitando cualquier relativismo o idea descafeinada.
Dios quiera que su ejemplo cunda, y se erradique el relativismo teológico y moral entre los sacerdotes.
Muy bueno el artículo sobre el Padre Moya. Ya he dicho que hay mimbres para hacer otras cosas y otra Iglesia en Barcelona. Que el dilema esta si queremos sser como la Iglesia Husita checa creada en 1918 con el amparo del masón Benes ó la Iglesia universal abierta a todos los hombres, sin acepción de su lengua. De la marcha a Madrid de los jovenes de Lorda, tengo las mejores referencias y fueron una represdentación honrosa de nuestra Cataluña, que no es patrimonio de nadie. Muy bueno cuando "el único fruto de 2000 años de cristianismo sea la repulsa a la sotana". Esto lo empezaron los jesuitas (no todos).La sotana no es ningún uniforme vergonzante sino de testimonio.
ResponderEliminarEs que hoy no es posible predicar buenamente la Verdad a los católicos,porque sucede algo que está costando a la Santa Iglesia muchas pérdidas sin ganancia alguna y que no ponen solución alguna.La simple verdad estan dura para los cómodos,los ambiguos y los falsos curas "sociales-progres que visten la sotana y predican la palabra de Dios a su manera y luego se desmelenan.los vemos en actos oficiales y luego de tejanos.
ResponderEliminarQue en paz descanse Padre Jordi.
Supongo que cuando dices "visten sotana" te refieres a "visten alba o túnica blanca" en las celebraciones que presiden.
EliminarLos curas "sociales-progres" no llevan sotana. Algunos las llevaron cuando eran jóvenes y las quemaron cuando llegó el tiempo de la "tolerancia".
Yo soy de los que tuve la suerte de conocer personalmente a Mn. Jordi Moya e incluso confesarme con él y se de su santidad y celo pastoral. Por eso no publicaré ningún comentario en que se insulte su persona o se manche su memoria. En esta ocasión podéis llamarme "censurador" pero Mn. Jordi no se lo merece
ResponderEliminarDos cuestiones diferentes:
ResponderEliminar1ª/ El sacerdote que atendía la Parroquia de la plaza Virrey Amat por los años 1983, 1984, 1985...iba por las noches al Bingo CINCO QUINCE situado en la calle Garcilaso. Si hubiese vestido con sotana (con todas sus consecuencias, es decir sin tener otra vestimenta) eso no hubiera sido posible. Ese sacerdote iba siempre de "paisano".
2ª/ ¿Cuántas almas habán salvado sacerdotes por el mero hecho de ir identificados como tales? seguro que todos conocemos algún caso de sacerdotes que han atendido espiritualmente a alguien en un vagón de tren, en una sala de espera o en la cola de una ventanilla. Yo desde luego conozco varios casos.
El que tenga oidos para oir que oiga. Dios les bendiga.
PD: bendito "desastre del franquismo".
He tenido la gran suerte de compartir momentos importantes con esta generación de jóvenes germinantes. Superaron todas las dificultades en el Seminario por ser como eran gracias a la oración y la confianza de que todo lo podemos en Aquel que nos conforta. Mis felicitaciones y oración desde el exilio. Dios nunca nos abandona.
ResponderEliminarHe querido decir de la generación germinante de Mn. Jordi Moya, porque eran y son un grupo de jóvenes sacerdotes muy valiosos y valientes.
ResponderEliminarAlodia i Nunilo
ResponderEliminarEl hábito no hace al monje, pero nos permite identificarlo. Cuando voy por la calle y veo a un sacerdote vestido como tal, me acerco y le pido que me de su bendición y le agradezco todo lo que hace por la Iglesia. Si tuviera que parar a todos los hombres vestidos de yayos o camioneros franceses y preguntarles si son sacerdotes...
El habito indica que uno ha consagrado su vida a Dios y a su Iglesia y que lo proclama abiertamente, sin miedo ni verguenza y con el orgullo de ser un servidor de Nuestro Señor Jesucristo.Las ordenes que siguen llevandolo son las unicas cuyos miembros aumentan de año en año, señal inequivoca de la bendicion de Dios.Quien se averguenza de Jesucristo no puede esperar que El interceda ante el Padre cuando llegue el fin de los tiempos.Si alguien les dijese a San Ignacio, a San Juan de la Cruz o a San Bernardo que sus seguidores renunciarian al habito, moririan de pena o de verguenza.Ellos desafiaron al mundo llevandolo y lucieron con inmenso orgullo su servicio a la unica Iglesia verdadera: la Catolica.
ResponderEliminarAl parecer, lo de repudiar las vestiduras heredadas de la tradición es especialmente grave en Cataluña. Hace ya un tiempo contemplé un video, que tal vez siga por la red, que recogía el acto de investidura (?) como Dra. honoris causa de la Universidad (?) Autónoma de Barcelona de la gran intérprete de órgano Monserrat Torrent. El Rector y demás patulea de la mesa presidencial iban de paisano, algunos sin corbata (¿qué sentido tiene entonces el traje académico?). Y esos descamisados dignos del peronismo recalcitrante le imponían nada menos que un birrete doctoral, que ellos se habían negado a llevar, a una doctora injuriae causa. Se me caía la cara de vergüenza viendo cómo perpetraban aquel ultraje. Pues cuando uno no cree en esas cosas (los actos académicos, la toga, la muceta y el birrete), porque seguramente tienen una idea "aggiornada" de la Universidad (idea que, en esencia, consiste en ser más demagogo que los estudiantes para que estos no capten su incompetencia científica), en ese caso ni nombra doctores honoris nada ni les hace pasar el bochorno de la payasada. ¡Qué lección la de los ingleses en los actos universitarios, donde el traje académico no es motivo de vergüenza, sino de honra y orgullo! Y esto, se entiende o no se entiende. Comportarse como un desharrapado lo sabemos hacer todos; lo difícil es guardar la compostura y dignidad de ciertas funciones, que es una forma de respeto a aquellos a quienes se sirve.
ResponderEliminarAgradecería saber parroquia del sacerdote Juan Muñoz Cortés en Barcelona, si es que sigue en esta ciudad.
ResponderEliminarMuchas gracias!