El presidente de la CEE, Luis Argüello, acudió
el pasado sábado a la ordenación episcopal de Daniel Palau, nuevo obispo de
Lérida. Dos semanas atrás se había convocado contra su persona un escrache en
Vic que obligó al obispo Casanova a suspender la misa de San Miguel de los
Santos. En la capital ilerdense nadie protestó su presencia, eso que igual que
se boicoteó aquella eucaristía de fiesta mayor, se podía boicotear la
ordenación del nuevo prelado, a no ser que Argüello sea un facha, un machista y
un españolazo en Vic y deje de serlo en el poniente catalán, lo cual nos
debe conducir a pensar que la campaña orquestada en la capital de la comarca de
Osona carecía de cualquier base popular y solo fue un combate político iniciado
por los partidos nacionalistas, con la colaboración silente del PSC, después de
las declaraciones del arzobispo vallisoletano pidiendo elecciones generales.
Por otro
lado, en la celebración ilerdense, Argüello se topaba con Planellas que era el
celebrante y ordenante principal, como metropolitano, quien pocos días antes
del incidente de Vic salió a la palestra criticando las declaraciones del presidente
de la Conferencia Episcopal. No pareció el sábado que ni el uno ni el otro se guardasen
recelo alguno y estuvieron tratándose cordialmente, obviando aquella estéril
polémica. Incluso parece que Planellas ha echado agua al vino, según se puede entrever
en la sustanciosa entrevista que le
efectuó Pep Martí para Nació Digital este domingo. Entrevista exhaustiva, cuya
lectura les recomiendo, en la que la respuesta para mí más interesante fue el
archivo definitivo de la personalidad jurídica propia de la llamada Conferencia
Episcopal Tarraconense, mera reunión de coordinación de los mitrados catalanes,
cuyo antecedente fundacional sitúa Planellas en el año 1954, como proyecto del
cardenal Arriba y Castro. ¡En pleno nacionalcatolicismo!
En cuanto a la propia consagración del nuevo
obispo, muy contento ha de estar Daniel Palau de la concurrencia episcopal a la
celebración: dos cardenales (Omella y Cobo), el ya aludido Argüello, los
arzobispos de Valencia y Zaragoza, todos los obispos catalanes más los eméritos
Piris, Cortés y Vives, los obispos de Barbastro, Teruel, Tarazona, Segovia,
Coria-Cáceres, el obispo kazajo José Luis Mumbiela (ordenado sacerdote en
Lérida) y los eméritos de Zaragoza, Tarazona y auxiliar de Valencia Javier
Salinas. 29 obispos, 2 abades mitrados y el representante de Nunciatura. No es
mal elenco. También se hallaba presente una muy numerosa asistencia sacerdotal,
no en vano se juntaba clero de su nuevo obispado con el procedente de Barcelona
y Sant Feliu de Llobregat más otro apreciable número que vino de Tarragona. Cabe
decir que sus dos padrinos eran presbíteros de su hasta ahora diócesis, Mn. Xavier
Aymerich y Mn. Carlos Muñiz, luciendo el primero un inusual clergyman; él que
se burlaba, años atrás, de aquellos compañeros que lo llevaban. Muñiz, más
consecuente, no vistió como jamás había vestido.
La
ceremonia fue digna, sin ningún otro guiño progre más que la supuesta bendición
final del obispo por la nave y pasillos de la catedral, en la cual no hubo
bendición alguna, sino abrazos, risas, saludos desde la distancia y un continuo
estrechar de manos. Cierto es que Palau es el contrapunto, en cuanto a
carácter, a su maestro Planellas. Espontaneo y sociable frente al temperamento
hosco y taciturno del tarraconense.
Quien sí
estuvo en todo momento con los galones puestos fue el cardenal Omella, que no
parece que esté a las puertas de la jubilación. Este domingo, en la ordenación
de 7 nuevos sacerdotes, confesó que sería la última ordenación sacerdotal que
haría en Barcelona, por quedarle solo nueve meses para cumplir los 80 años;
especificando públicamente que el Papa Francisco le dijo que no lo retiraría
hasta cumplir esa edad y que León XIV lo ha ratificado. Por ello, avisó que su
retiro no era inminente. Y suerte que no habló de la posible visita del Papa para
el centenario de la muerte de Gaudí el día 10 de junio de 2026 y la prevista
inauguración, ese día, de la gran cruz que coronará el templo, lo cual aún
podría prorrogar más el mandato del turolense.
Oriol Trillas
El Presidente de la CEE ha sido en otras ocasiones obispo consagra te en dio esos catalanas y nadie levantó la voz. Así que la supuesta Conferencia Catalana es obra del gallego y franquista cardenal Arriba? Cosas veredes amigo Planellas
ResponderEliminarNo tiene sentido comparar la presencia de Argüello en Lérida con su frustrada presencia en Vic. En Lérida el arzobispo de Valladolid fue uno más de tantos, sin protagonismo alguno, mientras que en Vic era el invitado estelar y habría tenido todo el protagonismo.
ResponderEliminarEn este mundo indepe de la seva descerebrado y sobrecomprimido e hiperventilados, sectario fanático, el simple hecho de que esté el cuerpo biológico revestido de vestimentas litúrgicas de Argüello, ya es todo un éxito.
EliminarLo de Vic es de traca y matraca. Seres abducidos que necesitarían una buena catequésis del padre Claret, santo varón perseguido por liberales y masones.
EliminarUna curiosidad: ¿en la toma de posesión del nuevo obispo de Lérida hubo algún representante de la Nunciatura? ¿Es obligatorio que lo haya cuando no hay nuncio?
ResponderEliminarSí, lo hubo
EliminarTambién hubo tandas de aplausos como cuando entronizan al Obispo de Tortosa en la Catedral????
ResponderEliminarJajaja 😂😂
En una Santa Misa, bajo ningún concepto tiene que haber aplausos ni nada que se le parezca.
EliminarFuera en el atrio o plaza sí.
Si no hubo guiño progre, mejor. Porque en sus clases siempre había puyas independistas y catalanistas, wokes y demás. Si Dani Palau fue amable con la gente... esto siempre fue propio en él: duro con sus alumnos y cordial con sus colegas y demás.
ResponderEliminar¿Duro con sus alumnos? No. ¡Desagradable!
EliminarEl típico trauma del ciclicista, besando el c**o del que va delante y pisando fuerte el pedal/cabeza de los de abajo
EliminarÚltimamente solo hacen mención al confuso sinodalismo y al cambio climático.
ResponderEliminarNo dicen nada de castigos divinos por culpa de apartarse y negar a Dios un día sí y otro también.
Patetismo en estado puro.
El cambio climático por el CO2 es un cuento...cambio climatilico será el asteroide cuando impacte
EliminarEl sinodalismo va creciendo...
EliminarVeo que Ud. es discípulo del Sr. Garrell. Creen que la fe se comunica con castigos divinos.
EliminarEl agujero de la capa de ozono era culpa de los tubos de laca , ahora dicen que los pedos de las vacas hinchan de CO2 la atmósfera terrestre.
EliminarPersonalmente creo que hace más daño al clima el aliento de James Martín cuando abre la boca , que todos los tubos de escape diesel del mundo.
Unas cuestiones opinativas sobre las renuncias de obispos:
ResponderEliminarLegalidad: La flexibilidad del límite de 75 años, su naturaleza rogativa y potestativa, y las opciones de continuidad.
Innovaciones: La sinodalidad en la elección de obispos (participación comunitaria), evaluaciones periódicas de capacidad de obispos, gobierno episcopal, vicarios, arciprestes y párrocos, sistemas de apoyo estructurados, mayor transparencia en ceses, y propuestas de adaptación a la esperanza de vida actual.
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1. El límite de edad de 75 años en el derecho canónico
El Código de Derecho Canónico (CDC) de 1983 establece que los obispos diocesanos (c. 401,1) y los párrocos (c. 538,3) deben considerar su retiro al alcanzar los 75 años.
Sin embargo, esta norma NO ES OBLIGATORIA NI IMPONE UNA JUBILACIÓN FORZOSA, a diferencia de lo que ocurre en contextos civiles (por ejemplo, los 66 años y 6 meses en España).
En el ámbito eclesiástico, el precepto es flexible y se adapta a las circunstancias individuales y pastorales, priorizando el bien de la comunidad sobre una regla rígida.
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2. Naturaleza rogativa y potestativa del precepto
a) Edad
El canon emplea el término "rogatur" ("se le ruega"), lo que indica que la renuncia tiene un carácter:
- Rogativo: Es una solicitud, no una imposición.
- Potestativo: Depende de la voluntad del obispo o sacerdote, sin que exista coerción ni sanción por no presentarla.
- Sin coerción: No hay penalización alguna si no se cumple con esta solicitud.
b) Capacidad
Esto también aplica en situaciones de enfermedad o disminución de capacidad (c. 401,2), donde se "ruega encarecidamente" ("enixe rogatur"), pero sigue sin ser obligatorio. Por lo tanto, no existe una edad de retiro forzoso en la Iglesia.
Los Papas, sin límite de edad
Ejemplos históricos confirman que un obispo puede perfectamente seguir en su función hasta su defunción:
León XIII falleció como pontífice a los 93 años, San Juan Pablo II a los 84, y Benedicto XVI cesó a los 86, viviendo hasta los 95.
Esto demuestra que un obispo puede continuar ejerciendo más allá de los 75 años, incluso estando enfermo, siempre que conserve suficiente capacidad
...
3. Opciones al llegar a los 75 años
Al cumplir 75 años, obispos y sacerdotes tienen tres opciones:
I. No presentar la renuncia:
Es completamente legal, ya que no es una obligación. El Vaticano o la diócesis conocen su edad y no exigen acción alguna. Su no presentación no implica ninguna sanción, aunque es un uso o costumbre el presentarlo
II. Presentar la renuncia:
Cumplen voluntariamente con el ruego del CDC, sin que medie coacción.
III. Solicitar continuidad:
Pueden expresar su deseo de permanecer en el cargo, justificándolo con argumentos como capacidad, salud o necesidades pastorales (por ejemplo, "Tengo plena competencia y salud para continuar" o "Solicito un auxiliar por edad, pero deseo seguir").
Esta solicitud puede realizarse de dos maneras:
a) A solicitud del interesado:
El obispo o sacerdote presenta personalmente su petición de continuar, argumentando su capacidad y disposición para seguir sirviendo.
b) A solicitud de un sínodo de prórroga de mandato episcopal:
En el marco de la sinodalidad, un sínodo diocesano o un organismo consultivo, como un "Collegium pro Proroganda Potestate Episcopali", puede proponer la prórroga del mandato, respaldado por la comunidad local y en línea con el canon 212, que promueve la participación del Pueblo de Dios.
Decisión final
Corresponde al Sumo Pontífice (para obispos) o al obispo diocesano (para párrocos), quienes evalúan cada caso.
Sinodalidad
Desde 2021, en el marco de la sinodalidad, algunas diócesis han introducido la consulta a las comunidades locales antes de decidir sobre la continuidad de un obispo, alineándose con el canon 212, que reconoce el derecho de petición y expresión del Pueblo de Dios. Este enfoque fomenta una mayor participación y transparencia en el proceso
4. Flexibilidad en la práctica y excepciones
ResponderEliminarLa aplicación del límite de 75 años muestra gran variabilidad:
- Prórrogas comunes:
Los obispos suelen retirarse entre los 75 y 78 años (1-3 años de prórroga), mientras que los cardenales lo hacen a los 80 (por ejemplo, Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid, u Omella).
- Excepciones prolongadas:
El obispo de Saint-Denis-de-La Réunion cesó a los 81 años y 2 meses, y el padre Jacques Clémens, sacerdote belga, seguía celebrando misa a los 105 años en la iglesia de San Benito.
- Casos atípicos y misteriosos: Algunos obispos son cesados antes de los 75 años por razones no siempre claras, como Gabriel Antonio Mestre, quien dejó de ser arzobispo de La Plata a los 55 años tras solo 7 meses.
Justificación del cese
Recientemente, para evitar percepciones de represalia ideológica en ceses controvertidos, la Santa Sede ha comenzado a ofrecer explicaciones más detalladas en algunos casos, aunque no es una práctica universal, persistiendo durante Francisco esta práctica clerical oscurantista que se criticaba por parte del mismo Francisco.
Consultas
Además, se promueve la consulta a conferencias episcopales y comunidades locales para reforzar la legitimidad de estas decisiones.
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5. Contexto histórico y evolución de la esperanza de vida
a) Esperanza de vida biológica
El límite de 75 años se estableció en 1983, cuando la esperanza de vida era menor: en 1980, el promedio global estaba por debajo de 65 años, y en países en desarrollo rondaba los 50.
Para 2025, se estima en cerca de 75 años, y los avances médicos permiten a clérigos servir hasta los 95 años o más. Esto plantea que el límite podría considerarse obsoleto, ya que muchos obispos y sacerdotes mantienen su capacidad más allá de los 75.
Actualmente, se debate elevar el límite (por ejemplo, a 80) o sustituirlo por evaluaciones de capacidad, lo que ha llevado a prórrogas más frecuentes y prolongadas, combinando flexibilidad con sistemas mixtos de evaluación.
b) Esperanza de vida cognitiva laboral
En profesiones intelectuales como la de los obispos, la capacidad cognitiva puede mantenerse plenamente hasta pasados los 80-90 años, e incluso más allá (95 o 100) en casos de buena salud.
Esto es científicamente plausible y respalda la posibilidad de que sigan sirviendo activamente.
La prueba está en la edad en la que fallecen los Papas y en el caso del León XIII a principios de siglo XX con sus 93 años
6. Alternativas ante incapacidad o edad avanzada
ResponderEliminarEn casos de disminución de capacidad, las opciones incluyen:
a) Renuncia voluntaria: Se puede solicitar, pero no se impone (c. 401,2).
b) Apoyo institucional: Se puede designar un obispo auxiliar o coadjutor para asistir, permitiendo la continuidad, y un equipo de apoyo.
Una mejora reciente es la implementación en algunas diócesis de EQUIPOS DE APOYO más estructurados, como vicarios generales, administradores diocesanos o comités de asesoramiento pastoral.
Estos evalúan las necesidades del obispo y ajustan su equipo para garantizar la continuidad del servicio.
Así, un obispo mayor de 75 años y enfermo puede seguir en el cargo si conserva un mínimo de capacidad, recibe ayuda adecuada (por ejemplo, un coadjutor, su gobierno episcopal) y las circunstancias pastorales lo justifican.
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7. Vocación, experiencia y sinodalidad
Factores como la vocación religiosa, la experiencia acumulada y la sinodalidad influyen en la decisión de continuar más allá de los 75 y 80 años, hasta el deceso:
a) Vocación religiosa: Muchos desean seguir sirviendo por su compromiso espiritual.
b) Experiencia: Su sabiduría es invaluable para guiar a clérigos más jóvenes.
c) Sinodalidad: La comunidad puede apoyar la permanencia de un obispo o sacerdote, y su voz debe ser considerada.
Desde 2021, la sinodalidad se ha consolidado como un principio que promueve la transparencia, la deliberación y la participación del Pueblo Cuerpo Místico de Dios en decisiones sobre la prórroga de un obispo.
Collegium pro Proroganda Potestate Episcopali
Este instrumento sinodal deriva del canon 212 que respalda el derecho de petición y expresión, y se ha propuesto la creación de un "Collegium pro Proroganda Potestate Episcopali" para formalizar este proceso, evitando procesos de represaliedad como ocurrió con la destitución del obispo de Alcalá de Henares Reig Pla, que lo cesaron a los 75 años y un mes sin justificar absolutamente nada.
d) Reducción del número de obispos eméritos, que no hacen nada y podrían seguir trabajando
...
8. Revisión de competencia y capacidad episcopal
Algunas conferencias episcopales han implementado revisiones periódicas de la capacidad pastoral y espiritual, basadas en indicadores como el número de seminaristas, ordenaciones y gestión diocesana, para tomar decisiones objetivas sobre cese o continuidad, junto con su eficacia pastoral y doctrinal.
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9. Conclusión: un precepto adaptable a la realidad
El límite de 75 años no es una barrera rígida:
- Es rogativo y potestativo, otorgando libertad al obispo o sacerdote.
- Permite excepciones y prórrogas, como los casos del padre Clémens (105 años) o el obispo de Saint-Denis (81 años).
- En situaciones de obispos mayores de 75 años y enfermos, la continuidad es viable con apoyo adecuado y capacidad mínima.
- Con la esperanza de vida actual, un obispo podría servir hasta los 95 años o más, siempre que mantenga santidad, competencia y salud suficiente.
El derecho canónico prioriza la flexibilidad y el bien pastoral, y las innovaciones recientes —como la sinodalidad, la evaluación objetiva y el apoyo estructurado— refuerzan esta adaptabilidad.
A mi parecer, la casi totalidad de los obispos presentes en la ordenación episcopal de Daniel Palau, nuevo obispo de Lérida, 29 obispos (más 2 abades mitrados y el representante de Nunciatura), en una empresa normal ya estarían cesados por falta de competencia y capacidad ante la debacle destructiva del número de ordenaciones, sacerdotes y seminaristas en España:
ResponderEliminar1970
Ordenaciones: 200-250
Sacerdotes: 25.000
1980
Ordenaciones: 170-200
Sacerdotes: 24.000
1990
Ordenaciones: 150-170
Sacerdotes: 20.000-22.000
2000
Ordenaciones: 130-150
Sacerdotes: 18.000-20.000
2010
Ordenaciones: 120-130
Sacerdotes: 18.000
2020
Ordenaciones: 126
Sacerdotes: 16.000-17.000
2024
Ordenaciones: 79
Sacerdotes: menos de 15.000
La Iglesia española es un Titanic que se va hundiendo lentamente pero de manera segura e irreversible. Mientras tanto, da la sensación de que nuestros obispos pues se divierten arriba y abajo, como era una reunión de capitanes eméritos que han naufragado sus barcos, sin importarles mucho la cosa, ya que no reciben en sus carnes ningún tipo de efecto del descalabro que están haciendo (un ejecutivo sería despedido), mientras se nombra a un tal Daniel Planas, donde los informes sugieren que lo único que va a hacer es conseguir partir en dos al Titanic de Lérida más rápido que el iceberg, viendo las estadísticas de Lérida:
1980
Parroquias: 395 parroquias
Sacerdotes: 400-450 sacerdotes
Ordenaciones: 2-4 ordenaciones anuales
Seminaristas: 20-30 seminaristas
1990
Parroquias: 395 parroquias
Sacerdotes: 350-400 sacerdotes
Ordenaciones: 1-3 ordenaciones anuales
Seminaristas: 15-25 seminaristas
2000
Parroquias: 284 parroquias
Sacerdotes: 250-300 sacerdotes
Ordenaciones: 1-2 ordenaciones anuales
Seminaristas: 10-15 seminaristas
2010
Parroquias: 280-290 parroquias
Sacerdotes: 200-250 sacerdotes
Ordenaciones: 0-2 ordenaciones anuales
Seminaristas: 5-10 seminaristas
2020
Parroquias: 280 parroquias
Sacerdotes: 150-200 sacerdotes
Ordenaciones: 0-1 ordenaciones anuales
Seminaristas: 1 seminarista
2024
Parroquias: 280 parroquias
Sacerdotes: 89 sacerdotes (62 diocesanos, 27 religiosos)
Ordenaciones: 0-1 ordenaciones anuales
Seminaristas: 1 seminarista
...
II. Diagnóstico realista a sus episcopalidades de la situación de la Iglesia española ante la caída de ordenaciones y sacerdotes
La Iglesia en España enfrenta una crisis vocacional y pastoral profunda, marcada por una disminución significativa en el número de sacerdotes y ordenaciones, y que la dirige matemáticamente hacia su extinción en diez años en unos sitios, en otros veinte años en otros lugares.
Para tener contexto la población en España en 1970 era 34 millones, mientras que en el 2024 son 48 millones, catorce millones más, pero con menos sacerdotes, seminaristas, ordenados y religiosos. Es decir hay una debacle en números absolutos pero también en números relativos, es una catástrofe doble.
Según datos históricos, el número de sacerdotes ha caído de aproximadamente de 25.000 en 1970 a menos de 15.000 en 2024, mientras que las ordenaciones anuales han pasado de entre 200 y 250 en la misma década a tan solo 79 en 2024. Un grandioso fracaso que incluso la conferencia episcopal española ha ocultado los seminaristas por diócesis.
Esta tendencia refleja un problemón estructural que va más allá de las cifras y afecta la vitalidad y existencia misma de la Iglesia.
Molt bé, noi... ves a fer una classe a la facultat... quina pesadilla!!!
EliminarCAUSAS
ResponderEliminarLas causas de esta crisis son diversas y están interrelacionadas, y las conocen la mar de bien los obispos:
1. Secularización de la Iglesia:
Desde la Transición democrática, España ha experimentado un proceso acelerado de secularización, con una disminución en la práctica religiosa y en la influencia de la Iglesia en la vida pública. Esto ha reducido el número de familias comprometidas con la Fé, que tradicionalmente han sido el semillero de vocaciones. La secularización no obstante ha entrado dentro de la misma Iglesia a nivel de diócesis y órdenes religiosas en templos monasterios y conventos. Este proceso se ha degenerado y acelerado en el mandato de Francisco.
2. Envejecimiento del clero:
La mayoría de los sacerdotes actuales son de edad avanzada, y las nuevas ordenaciones no alcanzan a reemplazar a quienes fallecen o se retiran. Esto genera una sobrecarga pastoral que desalienta tanto a los sacerdotes existentes como a posibles candidatos. ¿Quien va a ir como sacerdote en diócesis decadentes que van a ser fusionadas, y con obispos decadentes?
3. Crisis de confianza:
Escándalos de abusos y percepciones de falta de competencia y capacidad pastoral y doctrinal, han erosionado la confianza en la Iglesia, alejando a muchos jóvenes de considerar la vida sacerdotal. La juventud va hacia lugares que son diócesis u órdenes religiosas y movimientos que tienen una garantía de ortodoxia tradicional en pastoral y doctrina
4. Falta de evangelización efectiva:
La Iglesia no ha logrado conectar con las nuevas generaciones, debido a que sean convertidos en entidades de gestión social y su doctrina ha sido secularizada, lo que ha contribuido a una desconexión con los fieles jóvenes. ¿Qué joven va a dar cincuenta años de su vida para estar en una diócesis cuya serie de obispos serán o un heterodoxo o un pasota o un carrerista?
5. Debilidad en la formación:
En algunos casos, la formación en los seminarios ha perdido rigor teológico y espiritual, lo que desanima a quienes buscan una vida sacerdotal profundamente arraigada en la tradición ¿Quién va a perder los seis años más trascendentales de su vida sacerdotal, tal que es la formativa, estando en seminarios y facultades de teología que son absolutamente mediocres a nivel doctrinal
6. Politización y nuevaeranización
La Iglesia ha perdido el único camino que es Jesús.
Por contra o bien ha adaptado:
a) la Nueva Era mediante las meditaciones el Zen y el yoga y otras creencias
b) el modernismo progresista de estilo protestante y luteranizador
c) el nacional progresismo en Cataluña, y en el resto la adopción de ideas izquierdistas, como fueron la teología de la liberación, y actualmente los partidos falsamente antisistema
7. Efecto retroactivo y retroalimentador
Esta situación tiene consecuencias graves: menos sacerdotes implican menos misas, sacramentos y presencia en las comunidades, lo que puede acelerar la secularización y el enfriamiento de la fe. Sin una intervención decidida, la Iglesia cerrará parroquias, templos y conventos, y perderá relevancia en la sociedad española.
III. Tratamiento desde la óptica del catolicismo tradicional ortodoxo
ResponderEliminarDesde la perspectiva del catolicismo tradicional ortodoxo, el tratamiento debe centrarse en revitalizar la fe, la liturgia y la vida sacramental, regresando a las raíces de la tradición para fortalecer la Iglesia y fomentar nuevas vocaciones.
A continuación, se proponen medidas concretas basadas en esta visión ortodoxa y tradicional
1. Fortalecer la formación en seminarios
Los seminarios deben ofrecer una formación RIGUROSA en teología, liturgia y espiritualidad, fiel a la tradición de la Iglesia. Esto incluye el estudio de las Escrituras, la Patrística y el Catecismo, así como una vida de oración intensa, para formar sacerdotes santos y preparados para los desafíos actuales. No hay tu tía...
2. Promover la vida sacramental y devocional de oración
La Iglesia debe incentivar la ADORACIÓN eucarística, la CONFESIÓN frecuente y devociones tradicionales como el ROSARIO y la devoción mariana. Estos pilares espirituales nutren la fe de los fieles y crean un entorno favorable para que surjan vocaciones.
3. Evangelización y catequesis sólida
Se necesitan programas de EVANGELIZACIÓN que combinen fidelidad doctrinal con un enfoque atractivo para jóvenes y familias.
La CATEQUESIS debe ser clara, basada en la tradición y el magisterio, evitando diluir la Fé para adaptarse a las tendencias modernas.
4. Apoyo a la IGLESIA DOMÉSTICA o las familias cristianas
Las vocaciones suelen nacer en familias fuertes en la Fe. La Iglesia debe ofrecer formación y recursos para que las familias eduquen a sus hijos en la fe, promoviendo la oración y la vida cristiana en el hogar.
La Iglesia doméstica ha sido la gran despreciada y menospreciada por los obispo durante estos sesenta años, cuando es la fuente de sacerdotes, religiosos, participación y financiación.
5. Recuperar la belleza litúrgica
La LITURGIA debe celebrarse con reverencia, solemnidad y belleza, respetando las normas tradicionales. Una liturgia bien celebrada atrae a los fieles y puede despertar vocaciones al mostrar la trascendencia de la fe.
6. Oración específica por las VOCACIONES
Siguiendo el mandato de Cristo en Mateo 9:38, las parroquias deben organizar momentos de oración comunitaria para pedir al "Señor de la mies" que envíe obreros a su Iglesia.
7. Sacerdotes como modelos de SANTIDAD
Los sacerdotes deben vivir con autenticidad su vocación, siendo ejemplos de santidad y servicio. La figura de santos como San Juan María Vianney puede inspirar tanto a los presbíteros como a los jóvenes.
Pero este debe de ser enseñado desde el seminario y el obispo debe ser su figura, cosa que lamentablemente no pasa. Por eso los jóvenes huyen a las diócesis, órdenes y movimientos donde esto sí se ve de manera efectiva, real, palpable, objetiva.
Ya se lleva más de quince años nombrando a muchos obispos absolutamente incompetentes e incapacitados para tener esa figura de virtud paternal que encarna a Jesús.
Son sólo funcionarios, mal formados, que saben que van a tener un trabajo estable, casi nunca reprendidos, y que llevan una vida tranquila para no tener manchado su expediente en Roma.
8. Colaboración con MOVIMIENTOS ortodoxos
Trabajar con movimientos laicales ortodoxos y tradicionales, que han demostrado éxito en generar vocaciones, siempre asegurando que sus prácticas sean fieles a la tradición y la ortodoxia.
9. Reforma interna y transparencia
La Iglesia debe abordar con firmeza cualquier problema de CORRUPCIÓN O ABUSO, mostrando un compromiso claro con la verdad y la justicia para restaurar la confianza de los fieles.
También debe reformar los actuales SEMINARIOS, cuya formación se hace con unos inaceptables e inútiles métodos modernos, los cuales han de ser reemplazados por los métodos clásicos y tradicionales
Conclusión
ResponderEliminarLa crisis vocacional en España es un desafío serio, pero no insuperable... Si se adopta la línea clásica, tradicional y ortodoxa. La línea moderna y progresista solo ha llevado a la muerte de la Iglesia, y las pruebas están contenidas abundantemente en estos últimos 60 años.
Desde la óptica del catolicismo tradicional ortodoxo, la solución pasa por un retorno a la esencia de la Fé:
una liturgia reverente, una formación sólida, una vida sacramental intensa y una evangelización fiel a la doctrina.
Estas medidas no solo buscan aumentar el número de sacerdotes, sino revitalizar la Iglesia entera, creando un ambiente donde las vocaciones puedan surgir y florecer.
Están condenadas al fracaso, como la han estado durante estos 60 años, todos los intentos de asimilar el progresismo modernista: con ésta ideología destructora, no se puede hacer ningún pacto de ningún tipo.
La clave está en la santidad y en la fidelidad a la tradición, que han sido siempre la fuerza de la Iglesia a lo largo de los siglos.
Hermano Largo-rollista..aqui lo único claro es que al Papa León XIV se le viene mucho trabajo si quiere cercenar toda la septicemia que asola la Iglesia. Hay que darle un poco más de tiempo pues no somos conscientes de la presiones entre bambalinas vaticanos...
EliminarPara Hermenegildo 23:15h
ResponderEliminarLa crónica del Obispado de Lleida hace constar que la Nunciatura Apostólica en España estuvo representada por Mons. Giuseppe Commiso, consejero. Aunque en la web
de la sede diplomática aparece como secretario (y el nuncio relevado como si estuviera en ejercicio). En el decanato del Cuerpo Diplomático no tienen prisa por actualizar la información. Laus Deo.
Salinas fue solo o con Valenzuela de chofer con chándal?!.
ResponderEliminar9/10, es verdad, soy fan del Señor Garrell porque siempre dice la verdad sobre Dios Trino, Omnipotente y Eterno.
ResponderEliminarAl 🦜 usted y sus catoliquillos cobardes, hombre.