En sus clases de la facultad de teología, el profesor Daniel Palau les decía a sus alumnos que no le llamasen mosén, porque, palabras textuales, todos somos sacerdotes por el bautismo. Por la misma regla de tres, a partir de ahora no hace falta que nadie le llame obispo, ni senyor bisbe, ni tan siquiera un coloquial bisbe Dani. La anécdota que les acabo de contar se corresponde con alguna de las perlas que explican estudiantes de sus clases, respecto a un profesor del que no he conseguido que ni un alumno pasado ni presente me hable bien. Todos se refieren a él como un flojo teólogo, un profesor arbitrario y un clérigo subidito, que no solo estaba en la facultad de teología y el Ateneu, sino en el Centro de Pastoral Litúrgica y en la Pere Tarrés.
Su reciente nombramiento como obispo ilerdense, que ya había sido presentado por el Dicasterio de los Obispos antes del fallecimiento del papa Francisco, debe atribuirse de forma exclusiva al cardenal Omella, el cual, en su calidad de Gran Canciller del Ateneu Sant Pacià, vino promocionando al Dr. Palau hasta convertirlo en decano de la Facultad de Teología y vicerrector del Ateneo, a principios de este 2025. Una promoción fulgurante de un doctor en teología dogmática con tan solo 12 años de experiencia académica y únicamente cuatro obras publicadas. Pero a Omella le cayó bien desde el principio y caerle bien a un hacedor de obispos (incluso de papas) es muy importante en quien aspira a una gloriosa carrera eclesiástica. No se sabe si le cayó bien porque son de carácter similar (dicharacheros de puertas afuera y autoritarios de puertas adentro) o por su labor pastoral en el simpático pueblo de Corbera de Llobregat, localidad de 15.000 habitantes.
Es curiosa la propensión de Omella por los teólogos. No sé si es por ocultar sus carencias intelectuales, pero ha conseguido promocionar a tres en Cataluña: Planellas, Conesa y ahora Palau. Curioso es también que se los colase al papa Francisco, el cual era más partidario de dejarlos en la universidad y conferir el episcopado a sacerdotes más pastorales que intelectuales. Especial aversión manifestó en su día respecto a “los teólogos de escritorio”.
Veremos por donde se encamina el pontificado del nuevo obispo de Lérida, pero se va a encontrar con el reto de pastorear la diócesis catalana con peores números después de Gerona. Un obispado con una población de 241.000 habitantes con tan solo 101 sacerdotes, de los cuales únicamente 29 son menores de 75 años. Tiene una ratio un poco mejor que la gerundense, que para una población de 928.000 habitantes posee 118 sacerdotes, de los cuales solo 30 son menores de 75. El futuro ilerdense tampoco es nada halagüeño: desde 2006 solo se han ordenado 10 sacerdotes y 3 desde 2011; el último fue el mexicano Joshua Carrillo en 2023. En estos momentos, no posee la diócesis ni un seminarista. El obispo Giménez Valls únicamente ordenó dos sacerdotes en sus 10 años de pontificado.
Última ordenación sacerdotal en Lérida en 2023
En cuanto a la vida sacramental, según las últimas estadísticas publicadas, correspondientes al año 2023, hubo 358 bautizos, 394 primeras comuniones, 224 confirmaciones y tan solo 79 matrimonios canónicos. Cifras que indican una secularización acelerada y alarmante. Por poner un ejemplo, si buscamos una diócesis del resto de España de similar población hallaríamos la de Coria-Cáceres, con 214.000 habitantes. No ofrece las mejores ratios, pero posee 110 sacerdotes, de los cuales 62 son menores de 75 años y cuenta con 6 seminaristas. Respecto a la participación en los sacramentos, constaba en 2023 con 923 bautizos, 1.122 comuniones, 710 confirmaciones y 229 bodas religiosas. ¡Huelgan comentarios!
Con la designación del nuevo obispo de Lérida, Omella se halla ya en la rampa de salida episcopal, debiendo iniciarse previsiblemente los trámites después del verano. No será nada fácil el nombramiento. Confiemos en el rigor y prudencia que se le adivinan al papa León XIV, el cual, además, tiene experiencia suficiente en los nombramientos episcopales, por su desempeño como prefecto del Dicasterio que se cuidaba de ellos. Dicasterio que ya tendrá otro prefecto cuando se acometa la remoción barcelonesa, así como se supone que un nuevo nuncio en España que preparará las correspondientes ternas.
Oriol Trillas
3. El nombramiento de la Hna. Simona Brambilla como prefecta (un invento de Francisco) del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y de otra religiosa (la Hna. Tiziana Merletti), que ha mantenido León XIV, como secretaria de este mismo dicasterio.
ResponderEliminarLa crítica principal se centra en el hecho de que las religiosas:
a) Son laicas en estado de vida consagrada (no ordenadas como diáconos, presbíteros ni obispos)
b) Carecen del munus regendi (el oficio de gobernar propio de los obispos y, en ciertos casos, de los presbíteros)
c) No actuar in persona Christi, no pueden ejercer funciones de gobierno en la Curia Romana, especialmente en cargos de alto nivel como el de prefecto o secretario de un dicasterio.
El Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica tiene la misión de promover, animar y regular la práctica de los consejos evangélicos en las formas de vida consagrada, incluyendo la aprobación de institutos, la supervisión de su gobierno, disciplina, formación, y la regulación de formas como el Ordo Virginum, la vida eremítica y las sociedades de vida apostólica. Tiene funciones administrativas y de supervisión que implican decisiones relevantes para la vida consagrada en la Iglesia. Además, los religiosos tienen ordenados: diáconos, presbíteros y obispos, además de cardenales.
Su estructura actual está altamente burocratizada y con dos curiosos cargos directivos, prefecto y proprefecto:
- Prefecta: Simona Brambilla, M. C. (laica)
- Proprefecto: Ángel Fernández Artime, S. D. B. (Arzobispo Cardenal)
- Secretaria: Tiziana Merletti, S. F. P. (laica)
- Subsecretario: Pier Luigi Nava, S. M. M. (presbítero)
El munus regendi es el oficio de gobernar en la Iglesia, que incluye funciones legislativas (promulgar normas), ejecutivas (administrar y tomar decisiones) y judiciales (resolver disputas). Según el Código de Derecho Canónico (cánones 129 y 274), la potestad de jurisdicción (que incluye el munus regendi) está reservada a los clérigos, particularmente a los obispos y presbíteros, debido a su ordenación.
Los críticos sostienen que las religiosas, al carecer de esta potestad, no pueden ejercer legítimamente roles de gobierno en un dicasterio, ya que estos implican decisiones administrativas que afectan a institutos de vida consagrada y sociedades de vida apostólica a nivel universal.
A. Argumentos a favor
1. Mandato papal y delegación de autoridad
El Papa, como autoridad suprema en la Iglesia, puede delegar funciones administrativas a cualquier bautizado, incluidos los laicos, según Praedicate Evangelium. Esta constitución permite explícitamente que los dicasterios sean liderados por no clérigos, basándose en el poder del Papa para asignar funciones según su criterio.
La autoridad de una laica en el cargo derivaría directamente del Papa, no del sacramento del Orden, lo que legitima su liderazgo independientemente de la presencia de un proprefecto cardenal.
2. Naturaleza administrativa de los dicasterios
Los dicasterios no ejercen jurisdicción sacramental ni forman parte del ministerio episcopal o presbiteral, sino que son organismos administrativos que asisten al Papa en el gobierno de la Iglesia universal. Sus funciones incluyen supervisión, promoción y coordinación, no actos que requieran ordenación.
Una laica puede desempeñar estas tareas sin necesidad de potestad de jurisdicción, lo que hace irrelevante la ordenación clerical para el rol.
3. Eclesiología sinodal y corresponsabilidad laical
El Concilio Vaticano II (Lumen Gentium 31-33) y el Papa Francisco promueven una Iglesia sinodal donde todos los bautizados participen en la misión eclesial. Nombrar laicos en la Curia refleja esta visión, reconociendo sus carismas y experiencia.
Una laica, como una religiosa con experiencia en vida consagrada, aporta una perspectiva valiosa que enriquece el gobierno eclesial, más allá de las limitaciones clericales.
Qué pena. Se ha dejado la "a".
EliminarDecía esto en esencia:
Eliminar1. En la diócesis suiza de San Galo, León XIV confirma la elección por el capitulo catedralicio del obispo Beat Grögli, con posiciones heterodoxas:
infovaticana.com/2025/05/24/obispo-beat-grogli-sacerdocio-femenino/
La diócesis de San Galo se creó en 1847 y el nombramiento se rige por un Concordato del 1845.
El martes 20 de mayo de 2025, el capítulo catedralicio de San Galo (13 miembros) eligió a Beat Grögli como el nuevo obispo de San Galo, y el Papa Leo XIV confirmó esta elección al día siguiente.
...
2. En Cataluña, se ha elegido Daniel Palau, un obispo que tiene bastante polémica sobre sus espaldas, como dice el artículo.
Ambos nombramientos parecen haber sido propuestos durante el mandato de Francisco.
4. Competencia y experiencia práctica
ResponderEliminarLos laicos pueden poseer la formación y habilidades necesarias para liderar un dicasterio. Por ejemplo, una religiosa con experiencia en gestión de institutos consagrados es idónea para supervisarlos, independientemente de su estado no ordenado.
La idoneidad no depende del Orden, sino de la capacidad para cumplir las funciones asignadas, lo que apoya la designación de una laica.
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B. Argumentos en contra
1. Potestad de jurisdicción reservada a los clérigos
El Código de Derecho Canónico (canon 129 §1) establece que la potestad de jurisdicción está reservada a los clérigos. Aunque los laicos pueden cooperar (canon 129 §2), no la poseen plenamente, lo que podría limitar su autoridad en un dicasterio, especialmente en decisiones vinculantes.
Aunque los dicasterios sean administrativos, algunos actos de gobierno podrían requerir una autoridad que una laica no tiene, cuestionando su capacidad para liderar plenamente.
2. Tradición eclesial de liderazgo clerical
Durante siglos, los cargos de alto nivel en la Curia han sido ocupados por clérigos, reflejando la estructura jerárquica y sacramental de la Iglesia. Permitir laicos en estos roles se percibe como una ruptura con esta tradición.
Esta práctica histórica sugiere que el liderazgo clerical es más coherente con la identidad de la Curia, haciendo que la inclusión de una laica sea vista como una innovación problemática.
3. Presencia de un proprefecto cardenal: aumento de burocracia
La existencia de un proprefecto cardenal en este dicasterio implica que se requiere un clérigo para supervisar o validar las decisiones, debilitando la autonomía de una laica en el cargo.
¡¡¡Importante!!!: ni Francisco ni León XIV están seguros de la licitud y validez de este pseudoinvento de Francisco, pues nombrar a un cardenal arzobispo como proprefecto indica que la Iglesia no confía plenamente en una laica prefecta para liderar sin apoyo clerical, lo que refuerza la idea de que la función debería recaer en un clérigo.
Además, al crear figuras de prefecta y proprefecto, lo único que hace es crear burocracia vaticana absolutamente inútil. Uno piensa por qué no se pueden crear subprefectos, coprefectos, viceprefectos primero y segundo... engrandeciendo la burocracia para asignar cuotas de género, geográfica, de estado y condición.
4. Religiosos masculinos ordenados como opción más adecuada
Los religiosos masculinos pueden ser ordenados como diáconos, presbíteros, obispos o cardenales, lo que les otorga una participación en el sacerdocio ministerial. Esto los hace potencialmente más aptos para liderar un dicasterio que supervisa institutos con miembros ordenados.
Un clérigo ordenado podría entender mejor las realidades sacramentales y pastorales de los religiosos masculinos, una perspectiva que una laica no podría ofrecer de igual manera.
Una laica en estado de vida consagrado (monja, religiosa) estaría mejor en una posición de consejera para asesorar la religiosidad femenina.
Además, deben de estar representados en la dirección los religiosos diáconos, presbíteros, obispos y cardenales... y el orden de las vírgenes... lógico y natural...
León XIV, buen conocedor del panorama episcopal mundial, nos ha dado un buen pastor para Lleida. Benvingut sia i moltes gràcies Papa Lleó!
ResponderEliminarAnónimo, hacer esa afirmación implica dos cosas, o bien no conocer en absoluto al interfecto o ser de su línea ideológica, algo que es realmente catastrófico, menos mal que en Lérida queda poca cosa que destruir
EliminarNo le gustará. Tiempo al tiempo.
EliminarLos que se sintieron aliviados fueron los de Tarrasa: uno malo menos que les puede tocar. Pobre Lérida. Y el Anónimo de las 6.40… ciertamente no debe usted conocer al Dani. En fin, quizá cambie
EliminarEs aviat per dir si és o no un bon Bisbe. Gent ben preparada no ho ha sigut i altra gent poc preparada ho ha aconseguit. Deu i el temps ho diràn.
EliminarPor otra parte, Lleida no se nota tanto como Girona, pero también tiene muchos problemas. Habrá que ver cómo se desempeña el nuevo obispo. Pero está claro que la continuidad en este caso sólo puede llevar a la catástrofe.
En su día se dijo que fue el Cardenal La daría quien apadrinó a Planellas para ser nombrado Arzobispo de Tarragona.
ResponderEliminarCardenal Ladaria
Eliminar¿A quién enviaron los reservados para las consultas de Dani Palau como obispo? Me pregunto esto con insistencia. Humanamente es creído, arrogante y distante; pero con quien cree que es su par o superior extrae un carácter amable que sorprende pues no lo ejerce con sus alumnos o fieles llanos. Ideas woke. Teología de fachada, llena de herejías que decía en clase pero nunca escribió, pues no es estúpido. Era preferible dejar una sede vacante a este perfil. Pero bueno, un obispo más para la "familia" Omella. Enhorabuena, Lérida.
ResponderEliminarQuiero creer que Omella no lo ha elegido para evitar a alguien que le haga sombra a él y a su posible delfín. Quiero creerlo.
EliminarHasta aquí puedo leer.
Va usted errado doctor hermenegildo. Ladaria apadrinó a Xavier Novell, obispo de Solsona, no a Planellas.
ResponderEliminarPalau es esquizofrénico. Reía las gracias a Matabosch, Armand Puig, Omella... Y con los seminaristas todo lo contrario. Metamorfosis constantes. Es político y le gusta el politiqueo, pero nula ambición apostólica... Sabe lo que le gusta a la gente, porque tiene una natural capacidad para intuir cómo son sus interlocutores y sabe dar lo que se espera de él, aunque eso suponga decir lo uno y luego lo contrario. Cuando quiere es duro y de modos que superan lo desagradable. Si lee esto sobre él, seguro que si pudiera nos daría respuestas desde esa superioridad que siempre ejerce. Un consejo para buscar obispos: miren como tratan los posibles candidatos a su entorno. Luego ortodoxia, pastoral, espiritualidad, etc La base es la humanidad.
ResponderEliminarTal cual. Y 25 años por delante que le quedan de obispo...
EliminarSe puede decir que con este nombramiento gana la Facultad de Teología de Cataluña y pierde la diócesis de Lérida. Aunque igual Palau pretende seguir dando clases.
ResponderEliminarInsisto: un buen teólogo no es necesariamente un buen obispo y viceversa. Aquí hay que darle el beneficio de la duda.
EliminarMe preocupa más la sospecha de que su elección pueda responder más a ciertos planes de futuro en la diócesis de Barcelona (evitar elevar a un posible rival a futuro). Pero es sólo una sospecha.
Recuerdo que Palau siempre respondía a sus alumnos en catalán, aunque su interlocutor fuera extranjero y le hablase en español. Un día profirió una logorrea insoportable sobre el catalán como lengua oficial de la facultad de teología y como al ser fundada en 1968 el uso del catalán ya era un hecho característico de la misma, por lo que no podía él, como docente, usar el castellano en la facultad. Saliendo del aula, en un acto académico, le presentaron a un eminentemente arzobispo y cardenal castellano, acompañado del decano . Palau le habló en un engolado español. Esto no pasó desapercibido por sus alumnos que no hacía ni una hora tuvieron que soportar sus diatribas catalanistas. Huelga decir que para los alumnos de aquella promoción Palau era conocido como el "chaquetero". Una pena. Lamentable. Los del "tarannà" que celebren su nombramiento.
ResponderEliminarCorrecto; y como esta, muuuuuchas otras. Insoportable e incomprensible este nombramiento... ¿acaso no hay sacerdotes pastores y bien formados?
EliminarA ver si algún día se comenta lo de Matasoglio , alias matasuegras del Perú, sobre su aprobación de una cosa innombrable sobre la Virgen María.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Correcto. Es más, en su clase de CVII y tras el favoritismo que tenía con algunos; los alumnos decidieron una estrategia, que funcionó y reveló que no solamente tiene preferencias sino que arbitrariamente calificaba y descalificaba. Es incomprensible este nombramiento. Ya solo faltaría que otro de la colla lo hagan obispo para terminar de acabar con Cataluña. El futuro nonpsa por los catalanes y eso es evidente.
ResponderEliminarPalau profesor FTC engreído, arrogante y ofensivo cuando hablaba. Caridad ninguna, rozando el supremacismo vanidoso. Se auto-escuchaba cuando hablaba. Como profe muy muy cuestionado. No había ninguno mejor en labTrna d3 obispos?
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