Octavi Vilà anda muy despistado

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Asumir el obispado de Gerona debería suponer un auténtico reto para el elegido. Un presbiterio de 73 años de media, con tan solo 30 sacerdotes menores de 75 para 381 parroquias. Y de esos 30 sacerdotes únicamente 9 cuentan con menos de 50 años y de esos 9 solo dos con menos de 40. Dos únicos clérigos en la diócesis nacidos en la década de 1980 y ninguno en los 90. Imagínense qué futuro les espera. De aquí a unos 25 años, toda la diócesis gerundense puede ser que cuente únicamente con una decena de sacerdotes en edad más o menos hábil. Y no vayamos más allá que, al ritmo vocacional de los últimos cursos, el panorama se antoja tétrico: 4 sacerdotes ordenados en los últimos 10 años. Los dos últimos a la tardía edad de 73 y 53 años. Es decir, no solo cambia la tendencia, sino que se acentúa. Pero eso no sucede por mala suerte, una especie de demonización o una alergia a la vocación sacerdotal. Ese yermo sacerdotal es el fiel reflejo de la secularización de la población. Una provincia de 900.000 habitantes que ostenta el récord de menos bodas católicas de toda España, suponiendo en el último año los matrimonios civiles el 90% de los enlaces. En términos similares se hallan las estadísticas de bautizos, primeras comuniones o confirmaciones. No hay vocaciones porque no hay feligreses. Es una consecuencia natural.

¿Y este panorama qué le parece a su nuevo obispo? Según las declaraciones que ha ido dejando en varios medios no le preocupa en absoluto. Sí, es consciente del envejecimiento presbiteral, pero cree que la riqueza de la diócesis se halla en los laicos. Sí, sí, han leído bien: en los laicos. Pero ¿dónde están esos laicos? Según Octavi Vilà en los equipos parroquiales y en los que dirigen celebraciones de la Palabra. Poco los conoce el obispo electo. Esos laicos son 4. Hay menos laicos que sacerdotes y su envejecimiento es similar. Confiar en ellos el futuro de la diócesis resulta tan suicida como confiar en el plantel sacerdotal. Hablar de los laicos de un obispado donde la feligresía ha caído en picado y carece de relevo juvenil es una muestra de ingenuidad preocupante.

El obispo electo se ha paseado bastantes días por la diócesis que le espera. Incluso ha estado más de una semana seguida y es imposible (porque no existen) que se haya topado con esa riqueza laical de la que habla. Probablemente le habrán presentado a seglares que se ocupan de cargos diocesanos y otros que dirigen en sus pueblos la celebración de la Palabra. Pero no ha visitado esos pueblos, ni ha acudido a una celebración dominical. Sea Eucaristía o sea de la Palabra. Ahí se daría cuenta del verdadero desierto diocesano que le espera, en el que la ausencia de sacerdotes es un problema menor si se compara con la falta de feligreses. 

 
Ciertamente, el conocimiento de la vida parroquial y pastoral del futuro obispo Octavi Vilà es absolutamente nulo: 8 años de ordenación sacerdotal y 17 de vida religiosa en Poblet, sin salir del claustro del monasterio, sin tener ninguna responsabilidad diocesana, sin contacto alguno con la vida de las parroquias. Antes de ingresar en el cenobio, era un bibliotecario de un archivo sostenido económicamente por Caixa Tarragona, sin que se le conociese una actividad propia como seglar comprometido. Tampoco se le conocen estudios teológicos, pastorales ni publicaciones docentes o académicas, a excepción de una actualización de la Historia de Poblet. Una vocación tardía que fue elegido abad el mismo año en que fue ordenado presbítero. Ahora, tras 8 años de sacerdocio y de dignidad abacial, es designado obispo de la diócesis más secularizada de España. Por experiencia pastoral no habrá podido ser.

Sin aguardar a su ordenación episcopal, Fra Octavi Vilà ha ido concediendo entrevistas y opinando sobre su futura diócesis. No ha mostrado ninguna preocupación, ni tan siquiera ha anunciado que estudiaría algún plan para revertir la decadente situación que le espera. Se supone que, como monje contemplativo, sí dirigirá sus plegarias hacia el despertar religioso de la grey que se le encomienda. Esperemos que un mayor conocimiento de la misma y su insistencia en la oración le lleven a diagnosticar cuáles son los remedios que atajarían las enfermedades de la porción de Iglesia que va a presidir. Enfermedades que no se hallan tanto en el escaso presbiterio que gobernará, sino en las menguadas huestes seglares que lo sostienen. Le espera un reto gigantesco. Algo habrá que hacer, a no ser que quiera limitarse a administrar el cierre y la extinción de la diócesis.
 
Oriol Trillas 

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35 comentarios

  1. Estas declaraciones tan absurdas de que no le preocupa la falta de sacerdotes, da la sensación de que su plan es "a mi no me molesteis, que todo siga su curso y ya echaremos el cierre cuando no quede nadie".

    Como se fíe de la decrépita curia y no haga un equipo con los curas jovenes que tienen mas energia para un cambio de rumbo, esto no hay quien lo arregle.

    Esta semana es la fiesta de San Jose. Tradicionalmente se reza por las vocaciones sacerdotales. Por lo visto ya dan el asunto por finiquitado y sin remedio. Esta es la maravillosa primavera del Vaticano II. Si fueran un poco humildes se darian cuenta que fue un fracaso y convendria rectificar. Pero antes muertos que reconocerlo.

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  2. Este obispo de Gerona, al reunir la doble condición de presbítero y religioso, al ser dirigente abacial, joven sin experiencia ni fondo de armario con muertitos, encerrado en un ambiente de vigilancia mutua que garantiza la fiabilidad al menos moral, totalmente alejado de Gerona, a más de 220 kilómetros de ésta... opino habrá sido el personaje ideal que mejor se adapta a las circunstancias del momento

    El problema de Gerona es doble, triple, parroquial (cura y laicos) y religioso. La crisis de vocaciones es doble, sacerdotal y religiosa. Como no hay estadísticas de los últimos 50 años que indiquen la evolución de la población religiosa femenina y masculina en conventos y monasterios, sin duda alguna, por mi experiencia, la muerte de Gerona será doble ya en menos de 10 años, antes quizás de la Agenda 2030: drástica desaparición de un número sostenible de sacerdotes para las parroquias y de religiosos en conventos y monasterios

    Según la legislación actual, se disuelven las órdenes religiosas de un monasterio si bajan de 5 religiosos o bien hay 5 o más pero por enfermedad o vejez son equivalentes a los anteriores: es decir, insostenibles, por lo que se disuelve y sus miembros se reparten en otros conventos

    Evidentemente, nuestro querido abad Cisneros tendrá que afrontar esta doble crisis religiosa-presbiterial, amén de la tercera crisis, la de la Iglesia Doméstica, las familias y matrimonios

    Una cuestión interesante es si aceptó el cargo de manera transitoria y provisional, es decir, para unos 5 años, hasta que haya un nuevo papa, para luego regresar a su comunidad de origen, o si bien estará en una escala temporal larga, por ejemplo unos 15 años, y luego si abandonará su comunidad religiosa para iniciar un cursus honorum como obispo nombrado para diversas diócesis hasta llegar a Barcelona, que fa patxoca (y así fastidiar a sus queridos enemigos de Montserrat, los benedictinos, je)

    Sobre el hecho de que todo le parece bien y que es guapo tener laicos y bla bla bla, lo podemos tomar como una persona educada. Lo cierto es que si existe un significado pleno para la palabra "formación permanente", es en Gerona: casi todos, religiosos, presbíteros, diáconos, catequistas y profesores de religión, lo han de recibir y urgente. El nivel de descomposición moral y teológica es, simplemente, total. Ignorarlo es un pecado grave. Prácticamente, al menos durante el mandato del obispo Pardo, casi ni un sacerdote usaba las palabras válidas de consagración, por lo que no había transubstanciación. Ponerse las pilas es urgente, tengan la edad que tengan

    Habrá que ver si el abad-obispo viene como resucitador o como enterrador. Ponerse a rezar y sólo a rezar en la diócesis de Gerona, pues no, esto es una herejía del quietismo o molinosismo, del sacerdote y místico español Miguel de Molinos (siglo XVII), que proponía el pasivismo total: "quietos parados, que Dios ya hará". Herético es también el activismo o pelagianismo: el poder de la voluntad


    ORDENACIÓN, PROFESIÓN Y MINISTERIOS LAICALES

    Para darse cuenta de la gran labor que es necesaria en Gerona para restaurar tanto la vida religiosa como presbiterial, hay que tener en cuenta que se pueden requerir de facto unos 8 ó 9 años para tener un religioso y un presbítero bien formados: no es sacar la varita mágica i et surten como a bolets. Los ministerios laicales instituidos (lector, acólito, catequista) pueden requerir de uno a dos años. En el caso de Gerona, si hay casi 400 parroquias, eso implica que deben de haber 800 seminarias (sólo uno de cada dos se ordenan). O sea, que hay que encontrar durante los próximos años a estos 800 candidatos... y luego pensar en la vida religiosa.

    Para asimilar lo costoso de tener un religioso y un presbítero, aquí va una relación de estudios y etapas. Si el obispo-abad quiere tener un ejército en formación, va a necesitar ejercer su cargo un mínimo de 15 años para ver los frutos, pues los primeros 7 años no va a ver nada, sólo alguna monja de orden de ciclo rápido (o sea, hasta el 2030)

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  3. RELIGIOSOS

    Los religiosos profesan votos religiosos en lugar de ser ordenados como sacerdotes. La palabra que describe su compromiso es "profesar". Cuando un individuo se convierte en religioso, hace votos de pobreza, castidad y obediencia, comprometiéndose así a vivir de acuerdo con los principios de su orden religiosa.

    El proceso de formación desde el aspirantado hasta la profesión solemne se desarrolla en varias etapas, un ejemplo de una religiosa de clausura de escala temporal larga:

    Tres grandes tipos de clausura:

    a) las de vida activa
    b) las de clausura estricta
    c) las de clausura monástica intermedia

    Fases:

    1. Aspirantado: Esta etapa marca el comienzo del proceso de formación. Durante este tiempo, la persona interesada en ingresar a la vida religiosa, conocida como aspirante, tiene la oportunidad de explorar y discernir su vocación. Es un período de prueba donde se busca conocer si la vida monástica es adecuada para el aspirante y si este está comprometido con los principios y prácticas de la orden religiosa. Puede durar 1 año

    2. Postulantado: su objetivo es profundizar más en el conocimiento de la orden y su espiritualidad, iniciar la formación religiosa y apostólica, y confirmar la vocación. Realiza las actividades de formación teórica y práctica, oración, apostolado, discernimiento vocacional. Puede durar 1 año

    3. Noviciado: una vez que el aspirante decide ingresar formalmente a la orden religiosa, comienza el noviciado. Durante esta etapa, el novicio se compromete a vivir de acuerdo con las reglas y normas de la orden. Esto implica una formación más intensiva, tanto espiritual como práctica, donde el novicio aprende sobre la vida monástica y se prepara para tomar votos temporales. Puede durar hasta dos años (varía según la orden religiosa)

    4. Profesión temporal: después de completar el noviciado, el novicio realiza una profesión temporal. En este paso, el novicio hace votos temporales de obediencia, estabilidad y conversión de costumbres, que son los votos benedictinos tradicionales. Estos votos suelen hacerse por un período de tres años

    5. Profesión solemne: La etapa final del proceso es la profesión solemne. Después de haber completado con éxito el período de votos temporales y haber demostrado un compromiso continuo con la vida religiosa, el religioso realiza la profesión solemne. En este momento, la persona hace votos perpetuos de obediencia, estabilidad y conversión de costumbres, comprometiéndose de por vida a la orden religiosa y a sus principios

    El proceso de formación incluye una serie de ceremonias y rituales significativos, así como periodos de estudio y formación espiritual, que ayudan al religioso a crecer en su vocación y a integrarse completamente en la vida de la orden religiosa.


    Varios aspectos ceremoniales y simbólicos asociados con la profesión religiosa:

    1. Toma de hábito y velo: Durante el noviciado, se lleva a cabo una ceremonia en la cual la novicia recibe su hábito religioso y el velo blanco. Estos elementos simbolizan la consagración y compromiso de la novicia con la vida religiosa.

    2. Profesión solemne: En la etapa final del proceso de formación, se realiza la profesión solemne. Durante esta ceremonia, la religiosa hace votos perpetuos de obediencia, estabilidad y conversión de costumbres. La profesión solemne implica una celebración eucarística especial, donde la religiosa recibe el escapulario, un símbolo de su compromiso religioso.

    3. Elementos simbólicos: Durante la profesión solemne, se entregan varios elementos simbólicos, como la regla, el anillo y el velo negro. Estos objetos tienen un significado profundo dentro de la tradición religiosa y representan la consagración total de la religiosa a Dios y a la comunidad religiosa.

    4. Letanías de los santos: En un momento de la celebración de la profesión solemne, se cantan las letanías de los santos. Esta es una práctica común en las ceremonias religiosas que invoca la intercesión de los santos y simboliza la comunión de la religiosa con la Iglesia universal.

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  4. PRESBÍTEROS

    1. Periodo Propedéutico:

    Antes de ingresar al seminario, muchos aspirantes pasan por un período propedéutico. Este período, que puede durar uno o dos años, está diseñado para ayudar a los candidatos a discernir su vocación de manera más profunda. Incluye actividades como retiros espirituales, estudios de la fe y del Magisterio de la Iglesia, así como también acompañamiento personalizado por parte de sacerdotes o formadores.

    2. Ingreso al Seminario:

    Es importante destacar que el ingreso al seminario a menudo sigue un proceso de discernimiento vocacional que puede durar varios años y que incluye acompañamiento espiritual y experiencias pastorales.

    Para el ingreso al seminario generalmente incluyen:

    a) Buena salud física y mental.
    b) Madurez emocional y espiritual.
    c) Capacidad intelectual para los estudios teológicos.
    d) Compromiso con la Iglesia católica y su doctrina.

    Algunos seminarios ofrecen programas de formación interna, mientras que otros envían a sus seminaristas a estudiar a universidades o facultades de teología. La formación permanente para los sacerdotes, hoy, es esencial. El sacerdocio es un camino de aprendizaje continuo, por lo que es importante que los sacerdotes se mantengan actualizados en teología, pastoral y otras áreas relevantes.

    3. Formación Filosófica y Teológica:

    Formación teológica básica:
    a) Sagrada Escritura.
    b) Teología dogmática.
    c) Teología moral.
    d) Liturgia.
    e) Historia de la Iglesia.
    f) Derecho canónico.

    Mencionar la importancia de la formación pastoral. Los seminaristas deben tener la oportunidad de aplicar sus conocimientos teológicos en la práctica, a través de experiencias pastorales en parroquias, hospitales, escuelas u otras instituciones.


    4. Lectorado y Acolitado:

    El lectorado y el acolitado son ministerios laicales, no exclusivos del camino al sacerdocio. El lector proclama las lecturas de la Sagrada Escritura en la liturgia, mientras que el acólito asiste al sacerdote en el altar y distribuye la Sagrada Comunión. Por eso, no todos los seminaristas son instituidos lectores o acólitos. La decisión de instituir a un seminarista en estos ministerios depende del obispo o del responsable del seminario.

    5. Diaconado:

    Los hombres que están en camino hacia el sacerdocio pueden ser ordenados diáconos transitorios antes de ser ordenados sacerdotes. Esta ordenación como diácono transitorio puede ser un paso necesario en su formación y preparación para el presbiterado. El diácono es un ministro ordenado que puede predicar, bautizar, distribuir la Sagrada Comunión y asistir al sacerdote en la liturgia (equivale como un laico).

    6. Ordenación Presbiteral:

    Este rito incluye:

    a) La presentación del candidato por parte del rector del seminario.
    b) La homilía del obispo.
    c) La profesión de fe y el juramento de obediencia del candidato.
    d) La imposición de manos por parte del obispo y los presbíteros presentes.
    e) La unción con el Santo Crisma.
    f) La entrega de la patena y el cáliz.



    MINISTERIOS LAICALES INSTITUIDOS Y NO INSTITUIDOS

    Está el ministerio ordenado (que deriva del sacramento del Orden: obispos, presbíteros y diáconos); los ministerios instituidos de forma permanente, por medio de un ritual (que derivan del sacramento del Bautismo: lectores, acólitos y catequistas), y otros ministerios, ejercidos «de hecho» como servicios sin que medie una institución estable incluyendo también los servicios de la Palabra, el altar o la catequesis y otros muchos.

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  5. Los ministerios laicales son servicios de colaboración, y en casos especiales, pueden también suplir la ausencia de los ministerios ordenados.

    1. Catequistas: Son responsables de impartir la enseñanza de la fe católica a niños, adolescentes y adultos. Esto puede incluir la preparación para los sacramentos como el bautismo, la primera comunión y la confirmación, así como la educación continua en la fe.

    2. Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión (MESC): Son laicos autorizados para ayudar en la distribución de la Sagrada Comunión durante la Misa, así como para llevarla a los enfermos y ancianos que no pueden asistir a la iglesia.

    3. Ministros de la Palabra: Proclaman las lecturas bíblicas y dirigen las oraciones de los fieles durante la liturgia, especialmente en ausencia de un diácono o sacerdote.

    4. Ministros de la Hospitalidad: Ayudan en la acogida y organización de las personas durante las celebraciones litúrgicas, facilitando la entrada, distribuyendo hojas de cantos y ayudando a los feligreses a encontrar asientos.

    5. Equipos de Liturgia: Colaboran en la preparación y coordinación de las celebraciones litúrgicas, incluida la selección de lecturas, cantos y elementos decorativos.

    6. Ministros de la Música: Dirigen coros, grupos de música o músicos individuales que acompañan las celebraciones litúrgicas con cantos y música.

    7. Grupo de Oración y Espiritualidad: Organizan y lideran grupos de oración, retiros espirituales y otras actividades destinadas a profundizar la vida espiritual de la comunidad.

    8. Ministros de la Caridad y Servicio Social: Trabajan en programas de caridad y justicia social, como la distribución de alimentos, la atención a personas sin hogar, el apoyo a familias necesitadas y la defensa de los derechos humanos.

    9. Consejo Pastoral Parroquial: Este grupo, compuesto por miembros selectos de la comunidad parroquial, colabora con el párroco en la toma de decisiones pastorales y administrativas en la parroquia.

    10. Líderes de Grupos y Movimientos Eclesiales: Dirigen y coordinan diferentes grupos y movimientos dentro de la parroquia, como las comunidades de base, los grupos de jóvenes, los movimientos carismáticos y otros grupos apostólicos.

    ...

    Como se ve, la labor destructiva del nacional-progresismo en Gerona ha sido total: recibieron a cientos de miles del nacional-catolicismo franquista y sólo conservan a unas decenas de miles. Lo han aniquilado todo. Una acción correcta y efectiva del obispo-abad sólo se observa en el número de vocaciones laicales, sacerdotales y religiosas. Cada una de ellas realiza a su modo aquella llamada de Jesús que es el "Sígueme", "Sequere me". Se hace cierto aquello de Lucas 9:

    - Sígueme. El hombre aceptó, pero le dijo: —Señor, deja que primero regrese a casa y entierre a mi padre. Jesús le dijo: —¡Deja que los muertos (espirituales= nacional-progresismo) entierren a sus propios muertos!

    Una llamada de atención de Dios a los obispos es la sequía en las vocaciones laicales, sacerdotales y religiosas. Si el seminario de Barcelona sólo ha recibido un seminarista (50% de que siga o se marche), es que no se bendice la acción de salvación de las almas por parte de ministros laicos, sacerdotes, religiosos y obispo. Así lo dice San Pablo en I Corintios xi:

    - Que cada uno se examine a sí mismo antes de comer este pan y beber esta copa (eucaristía); porque si come y bebe sin discernir el Cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación. Por eso, entre vosotros, hay muchos enfermos y débiles, y son muchos los que han muerto. Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos condenados. Pero el Señor nos juzga y nos corrige para que no seamos condenados con el mundo.

    Y es que si se comulga indignamente, la comunidad del Pueblo de Dios, encabezada por su obispo, decae y desaparece. Y Gerona es la evidencia de la vigencia de esta ley de hierro de la comunión indigna: ya hay parroquias muertas, sin laicos ni curas. Con Dios no se juega.

    El que tenga oídos, que oiga.

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  6. De momento para empezar y según sus declaraciones en Diari Girona, la Iglesia debe ser neutral en la política y esto se traduce en que debería estirar las orejas de los curas gerundenses que cuelgan esteladas en los campanarios y carteles de "llibertatpresuspolítics". Si el obispo Octavi no da este primer paso mal empezará su ruta.

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    1. Escrigui-li això a Fra Octavi digui-li que si no ho fa se la carregarà. Vostè es considera membre de la Santa Inquisició?

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  7. Pues claro. Alguién cree que el Papa Francisco buscaba en este nombramiento un experto en catequesis, para nada. Buscaba alguién bien aceptado en una diócesis difícil. Desconfiemos de los despistados, Omella como ejemplo.

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  8. La primera característica, que el Señor requiere del siervo, es la fidelidad. Se le ha confiado un gran bien, que no le pertenece. La Iglesia no es nuestra Iglesia, sino su Iglesia, la Iglesia de Dios. El siervo debe ar cuenta de cómo ha gestionado el bien que se le ha confiado. No vinculamos a los hombres a nosotros; no buscamos poder, prestigio, estima para nosotros mismos. Conducimos a los hombres hacia Jesucristo y así hacia el Dios vivo. Con ello le introducimos en la verdad y en la libertad, que deriva de la verdad. La fidelidad es altruismo, y precisamente así es liberadora para el propio ministro y para cuantos se le han confiado. Sabemos que las cosas en la sociedad civil, y no pocas veces en la Iglesia sufren por el hecho de que muchos de aquellos a quienes se les ha conferido una responsabilidad, trabajan para sí mismos y no para la comunidad, para el bien común. El Señor traza con pocas líneas una imagen del siervo malvado, que se pone a festejar y a pegar a sus dependientes, traicionando así la esencia de su encargo. En griego, la palabra que indica «fidelidad» coincide con la que indica «fe». La fidelidad del siervo de Jesucristo consiste precisamente también en el hecho de que no intenta adecuar la fe a las modas del tiempo. Solo Cristo tiene palabras de vida eterna, y estas palabras debemos llevar a la gente. Son el bien más precioso que se nos ha confiado. Una fidelidad semejante no tiene nada de estéril ni de estático; es creativa. El amo reprende a su siervo, que había escondido bajo tierra el bien que se le había entregado para evitar riesgos. Con esta aparente fidelidad el siervo en realidad había dejado de lado el bien del amo para poderse dedicar exclusivamente a sus propios asuntos. Fidelidad no es miedo, sino que está inspirada por el amor y por su dinamismo. El amo alaba al siervo que hizo fructificar sus bienes. La fe requiere ser transmitida: no se nos ha entregado para nosotros mismos, para la salvación personal de nuestra alma, sino para los demás, para este mundo y para nuestro tiempo. Debemos colocarla en este mundo, para que se convierta en ella en fuerza viva; para hacer aumentar en él la presencia de Dios.
    El obispo según Benedicto XVI: Siervo “bueno, fiel y prudente” | ZENIT - Espanol

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  9. La segunda característica, que Jesús pide al siervo, es la prudencia. Aquí es necesario eliminar inmediatamente un malentendido. La prudencia es una cosa mu y distinta de la astucia. Prudencia, según la tradición filosófica griega, es la primera de las virtudes cardinales; indica el primado de la verdad, que mediante la «prudencia» se convierte en criterio de nuestra actuación. La prudencia exige la razón humilde, disciplinada y vigilante, que no se deja llevar por prejuicios; no juzga según deseos y pasiones, sino que busca la verdad – incluso la verdad incómoda. Prudencia significa ponerse en búsqueda de la verdad y actuar conforme a ella. El siervo prudente es ante todo un hombre de verdad y un hombre de razón sincera. Dios, por medio de Jesucristo, nos ha abierto de par en par la ventana de la verdad la cual, frente a nuestras solas fuerzas, resulta a menudo estrecha y sólo en parte transparente. Él nos muestra en la Sagrada Escritura y en la fe de la Iglesia la verdad esencial sobre el hombre, que imprime la dirección justa a nuestro actuar. Así, la primera virtud cardinal del sacerdote ministro de Jesucristo consiste en dejarse plasmar por la verdad que Cristo nos muestra. De esta forma seremos hombres perfectamente razonables, que juzgan en base al conjunto y no a partir de detalles casuales. No nos dejamos guiar por la pequeña ventana de nuestra astucia personal, sino de la gran ventana que Cristo nos ha abierto sobre toda la verdad, vemos al mundo y a los hombres y reconocemos así lo que cuenta verdaderamente en la vida.
    El obispo según Benedicto XVI: Siervo “bueno, fiel y prudente” | ZENIT - Espanol

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  10. La tercera característica de la que Jesús habla en las parábolas del siervo es la bondad: «Siervo bueno y fiel… toma parte en el gozo de tu Señor» (Mt 25, 21.23). Lo que se entiende con la característica de la «bondad» se nos puede aclarar si pensamos en el encuentro de Jesús con el joven rico. Este hombre se había dirigido a Jesús llamándole «Maestro bueno» y recibió una respuesta sorprendente: «¿Por qué me llamas bueno? Solo Dios es bueno» (Mc 10, 17s). Bueno en sentido pleno solo lo es Dios. Él es el Bien, el Bueno por excelencia, la Bondad en persona. En una criatura – en el hombre – ser bueno se basa por tanto necesariamente en una orientación profunda hacia Dios. La bondad crece al unirse interiormente al Dios vivo. La bondad presupone sobre todo una viva comunión con Dios. Y de hecho: ¿de quién se podría aprender la verdadera bondad sino de Aquel que nos ha amado hasta el final, hasta el extremo (cf. Jn 13, 1)? Llegamos a ser siervos buenos mediante nuestra relación viva con Jesucristo. Solo si nuestra vida se desarrolla en el diálogo con Él, solo si su ser, sus características penetran en no0sotros y nos plasman, podremos llegar a ser siervos verdaderamente buenos.

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  11. n la encíclica Deus caritas est reafirmé que los obispos tienen la primera responsabilidad de edificar la Iglesia como familia de Dios y como lugar de ayuda recíproca y de disponibilidad (cf. n. 32). Para poder cumplir esta misión habéis recibido, con la consagración episcopal, tres oficios peculiares: el munus docendi, el munus sanctificandi y el munus regendi, que en conjunto constituyen el munus pascendi. En particular, el munus regendi tiene como finalidad el crecimiento en la comunión eclesial, es decir, la construcción de una comunidad concorde en la escucha de la enseñanza de los Apóstoles, en la fracción del pan, en la oración y en la unión fraterna (cf. Hch 2, 42).

    Íntimamente unido a los oficios de enseñar y santificar, el de gobernar —es decir, el munus regendi— constituye para el obispo un auténtico acto de amor a Dios y al prójimo, que se manifiesta en la caridad pastoral. Lo indicó autorizadamente el concilio Vaticano II en la constitución Lumen gentium, presentando a los obispos como modelo a Cristo, buen Pastor, que no vino para ser servido sino para servir (cf. n. 27). En esta línea, la carta apostólica postsinodal Pastores gregis invita al obispo a inspirarse constantemente en la imagen evangélica del lavatorio de los pies (cf. n. 42). Sólo Cristo, que es el amor de Dios encarnado (cf. Deus caritas est, 12), puede indicarnos de modo autorizado cómo amar y servir a la Iglesia.

    Queridos hermanos, cada uno de vosotros, siguiendo el ejemplo de Cristo, en la atención diaria a la grey, ha de hacerse «todo a todos» (cf. 1 Co 9, 22), proponiendo la verdad de la fe, celebrando los sacramentos de nuestra santificación y testimoniando la caridad del Señor.

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  12. Acoged con corazón abierto a los que llaman a vuestra puerta: aconsejadlos, consoladlos y sostenedlos en el camino de Dios, tratando de llevarlos a todos a la unidad en la fe y en el amor, cuyo principio y fundamento visible, por voluntad del Señor, debéis ser vosotros en vuestras diócesis (cf. Lumen gentium, 23). Tened en primer lugar esta solicitud con respecto a los sacerdotes. Actuad siempre con ellos como padres y hermanos mayores que saben escuchar, acoger, consolar y, cuando sea necesario, también corregir; buscad su colaboración y estad cerca de ellos, especialmente en los momentos significativos de su ministerio y de su vida. Tened la misma solicitud por los jóvenes que se preparan para la vida sacerdotal y religiosa.

    En virtud del oficio de gobernar (cf. Lumen gentium, 27), el obispo está llamado también a juzgar y regular con leyes, indicaciones y sugerencias, la vida del pueblo de Dios encomendado a su cuidado pastoral, según lo previsto por la disciplina universal de la Iglesia. Este derecho y deber del obispo es muy importante para que la comunidad diocesana esté internamente unida y avance con profunda comunión de fe, de amor y de disciplina con el Obispo de Roma y con toda la Iglesia.

    Por tanto, os exhorto, queridos hermanos en el episcopado, a ser custodios atentos de esta comunión eclesial y a promoverla y defenderla vigilando constantemente sobre la grey de la que habéis sido constituidos pastores. Se trata de un acto de amor que requiere discernimiento, valentía apostólica y bondad paciente al tratar de convencer e implicar, para que vuestras indicaciones sean acogidas de buen grado y aplicadas con convicción y prontitud. Con la dócil obediencia al obispo, cada fiel contribuye responsablemente a la edificación de la Iglesia. Esto será posible si, conscientes de vuestra misión y de vuestras responsabilidades, sabéis alimentar en cada uno de ellos el sentido de pertenencia a la Iglesia y la alegría de la comunión fraterna, implicando a los organismos específicos previstos por la disciplina eclesial. Construir la comunión eclesial ha de ser vuestro compromiso diario.

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  13. a carta apostólica Pastores gregis y el Directorio para el ministerio pastoral de los obispos insisten en indicar a cada pastor que su autoridad objetiva debe ser sostenida por una vida ejemplar. La serenidad en las relaciones, la delicadeza en el trato y la sencillez de vida son dotes que sin duda enriquecen la personalidad humana del obispo.

    En la «Regla pastoral», san Gregorio Magno escribe que «el gobierno de las almas es el arte de las artes» (n. 1). Este arte requiere el crecimiento constante de las virtudes, entre las cuales deseo recordar la prudencia, que san Bernardo define «madre de la fortaleza». La prudencia os hará pacientes con vosotros mismos y con los demás, valientes y firmes en las decisiones, misericordiosos y justos, preocupados únicamente por vuestra salvación y por la de vuestros hermanos «con temor y temblor» (Flp 2, 12).

    La entrega total de vosotros mismos, que exige el cuidado de la grey del Señor, necesita el apoyo de una intensa vida espiritual, alimentada por una asidua oración personal y comunitaria. Por tanto, un contacto constante con Dios debe caracterizar vuestras jornadas y acompañar todas vuestras actividades. Vivir en íntima unión con Cristo os ayudará a alcanzar el necesario equilibrio entre el recogimiento interior y el esfuerzo necesario requerido por las múltiples ocupaciones de la vida, evitando caer en un activismo exagerado.

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  14. El día de vuestra consagración episcopal habéis hecho la promesa de orar de forma incansable por vuestro pueblo. Queridos hermanos, permaneced siempre fieles a este compromiso, que os capacitará para ejercer de modo irreprensible vuestro ministerio pastoral. Mediante la oración, las puertas de vuestro corazón se abren al proyecto de Dios, que es proyecto de amor, al que él os ha llamado uniéndoos más íntimamente a Cristo con la gracia del episcopado. Siguiéndolo a él, el Pastor y Obispo de vuestras almas (cf. 1 P 2, 25), seréis impulsados a tender siempre a la santidad, que es el objetivo fundamental de la existencia de todo cristiano.

    Queridos hermanos, a la vez que os agradezco vuestra grata visita, quiero aseguraros mi recuerdo diario ante el Señor por vuestro servicio eclesial, que encomiendo a la Virgen Mater Ecclesiae. Invoco su protección sobre vosotros, sobre vuestras diócesis y sobre vuestro ministerio. Con estos sentimientos, os imparto a vosotros y a vuestros seres queridos una especial bendición apostólica.

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  15. Le esperan días difíciles. Esperemos que el tropiezo, de vergüenza ajena, que tuvo con el historiador hispanista, le haya servido de lección. A todos nos enseñan los errores que cometemos.
    No existe una reserva laical para el clero gerundense. Los laicos, los genuinamente cristianos, como aquellos que uno conoció en la adoración nocturna del Sagrado Corazón, eran la prolongación del clero, no la sustitución del clero. Sin sacerdotes no hay laicos. Basta acudir a cualquier prédica vicaria de un seglar en sustitución del sacerdote. Los que uno ha oído producen pena, no sólo por insolvencia doctrinal, sino, lo que es peor, por la carencia de "élan". Siendo uno niño, en aquellas célebres misiones generales, en concreto la de Cádiz, junto a los padres misioneros disertó José María Pemán. Le preguntaron, él que tenía el don de la palabra, si no creía que había llegado el momento de que los laicos participaran codo con codo con los sacerdotes. Respondió: nosotros podemos tener la palabra, pero ustedes tienen el Espiritu por mor del sacramento.
    Eso no es negarle al laico su compromiso como cristiano de difundir la verdad de Cristo, sino señalar la imperiosa necesidad de sacerdotes, aunque vivan en el Seminario Sivilla un merecido retiro-

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    1. "Sin sacerdotes no hay laicos."

      Completa, total y absolutamente cierto.

      Ahora hay que decírselo a los obispos...

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    2. Totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.

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  16. Sr. Oriol. M'avergonyeixo en llegir el seu escrit. Com sempre, trinxant!
    Alguna vegada té idees positives? Les seves topen amb l'Evangeli. Faci-s'ho mirar!

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  17. Si de verdad no le preocupa la situación de su propia diócesis, o es un ingenuo o le han engañado, o se engaña él mismo.
    El mejor consejo que se le puede dar es "Ora et labora". Pues no conseguirá nada si sólo se dedica a lo primero.

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  18. Ora et labora.....

    Mejor, a Dios rogando y con el MAZO dando.

    En la cabeza de los traidorcillos indepes,claro!

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  19. Tenían de haber mandado a Monseñor Sanz Montes aunque no hablé Catalán.

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    1. ¿Conoce Ud lo que significa la inculturación del Evangelio?

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  20. Aquest bon home té si més no un bon punt de partença: en una diòcesi tan espatllada per malament que ho facis no s'espatllarà més. Laicitzar els ministeris i la litúrgia és un pas absolutament inútil, només cal veure a Barcelona el que ha passat amb les exèquies a base de col·locar-hi laics amics... Cal animar els pocs sacerdots que hi ha, joves o granadets, a redescobrir la grandesa i la sacralitat del seu ministeri, i a partir d'aquí que facin el que puguin, i no perdre l'esperança...

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  21. Pobre nou Bisbe electe de Girona.
    Encara no ha començat el seu ministeri episcopal i ja el critiquen.
    Algunes persones que fan comentaris aquí potser no coneixen el significat de la "caritat" i la "comunió".
    Que Dios ayude y bendiga a este servidor del Evangelio que ha aceptado esta carga ministerial de ser Obispo de Girona.
    Yo valoro que podria haber dicho no, y ha dicho un SI al Señor y al Pueblo de Dios a él encomendado.

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  22. Nuestro implacable juez de ortodoxias y heterodoxias, D. Oriol Trillas, expide hoy una nueva entrega de la apocalíptica serie de argumento único: “El erial del nacional-progresismo”
    En este episodio, nuestro martillo de herejes no concede al obispo electo de Girona ni el caritativo beneficio de la duda: “anda muy despistado” … una elección inexplicable!
    Y ello, aún antes de la ordenación episcopal!
    Nuestro oráculo de cabecera diagnostica minuciosamente las enfermedades terminales que aquejan a la diócesis y que deberá atajar el pardillo de D. Octavi; no he sabido encontrar, por el contrario, ningún párrafo de fraternal acogida al nuevo pastor, de confianza en su ministerio ni que remita a fiarnos de Quien sabe más.
    Una pena!

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    1. ¿Y usted es el implacable comentarista que le parecen mal los artículos de germinans? Tómese una tila.
      La situacion de la Iglesia en Cataluña es demasiado mala para ir con paños calientes.
      Sin sacerdotes es muy difícil que haya Iglesia. Parece que algunos no lo tienen claro.

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    2. Anónimo de las 13:58 h...........que listo eres

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  23. https://www.diaridegirona.cat/comarques/2024/03/14/octavi-vila-l-esglesia-prendre-99496571.html

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    1. Si no empieza eliminando todo elemento anti-Católico heterodoxo, que atente contra los principios del tan denostado Movimiento Nacional Católico, no llegará a ningún sitio.

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  24. Soy de la diócesis de Terrassa. Suelo ir los fines de semana y en vacaciones a un pueblo muy cerca de la Escala donde tengo una casa desde hace mucho tiempo. Los domingos excepto uno al mes, celebra la misa un sacerdote . El resto un feligrés celebra la liturgia de la palabra, dice unas palabrotas y da la comunión (él divorciado y viviendo con una mujer en el pueblo... Pero claro de pequeño era el monaguillo)
    Suelo recorrer la diòcesi en busca de buenas misas, suelo acabar en el Sagrat Cor de Girona O en Palamós. Por lo general suelen celebrar en otras parroquias sin casulla, con textos espontáneos incluida la consagración y un día con un sacerdote borracho, que hizo solo media consagración. He rezado mucho por el nuevo obispo. Pero esto ya no tiene remedio. ¡Ojalá me equivoque!

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  25. 19/52, su comentario, que creo que es verdad, es para denunciarlo a la otrora Congregación para la Doctrina de la Fe.

    Puffff, eso está peor de lo que pensaba!

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    1. O se hacen las cosas de otra manera, o echamos las persianas. Lo más urgente es traer sacerdotes de fuera, dejando de anteponer el nacionalismo a Dios. Por otra parte, vaya un nivel de formación que tienen los curas de aquí; tuve un párroco que no sabía ni predicar; o curas que niegan la existencia del demonio o que haya gente en el infierno, etc. Y el que piense en religiosos o monjas, que se olvide porque prácticamente no hay, solo jubilados. Tampoco puede ser que haya tantas parroquias y los párrocos tengan que ir corriendo de un lado a otro para solventar trámites; la documentación en un solo sitio. Qué sentido tiene que hayan las parroquias del Carmen y del Mercadal, atendidas por el mismo cura y con tan solo el río de por medio? Digo atendidas en sentido administrativo, porque para todas las misas no llega y va gente de la curia.

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  26. En otros tiempo tuvo que haber una reforma gregoriana, en otros un Trento, y no solo por el tema protestante, sino por profundizar en el orden y calidad de los sacerdotes y sacramentos en particular.

    El obispo no va a decir lo mal que está todo, eso creo que lo saben de sobra las curias eclesiales.

    El problema es que los brotes verdes se los cargan como en S, Sebastián, gustará o no Hakuna, pero los sectores pro-Omeya hablan de que hacen poca labor social, eso de caritativa no debe contar como acoger y acompañar a hijos de familias normalizadas, es decir caóticas y darles orientación en la vida, pero luego enseguida piden a Kikos y otros que vayan a llenar reuniones multitudinarias, estos no podrán decir que nacieron en zonas pudientes, me gusten o no.

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  27. La falta de vocaciones se solucionaría permitiendo que los sacerdotes se casen y formen una familia. No entiendo por qué el ministerio debe estar reñido con algo tan del gusto de Dios como la procreación y la formación de familias católicas.

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