La última carta de Don Maks: "Mi falta es irremediable"

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Los escritos de un sacerdote acusado de pedofilia se publican tras su suicidio: Estaba enamorado, olvidando su edad… Y la hice sufrir.
Solo pido perdón ... Dios tenga misericordia de mí. Cinco páginas manuscritas dirigidas al Arzobispo Giampaolo Crepaldi. Un mea culpa en el que habla de un acoso que ha causado profundos sufrimientos. El suicidio, la mejor solución ...». Junto a un testamento. 

La tarde del martes 28 de octubre de 2014, Don Maks Suard, el párroco de la Santa Croce -acusado de pedofilia- se suicidó con una cuerda alrededor del cuello. Descubrió el cadáver, en el ático de la casa parroquial, el arzobispo Crepaldi en persona. El prelado había organizado una cita, una reunión para iniciar un procedimiento y destituirle de su cargo. Una historia oscura (no sólo del párroco, sino también de su negligente obispo), que trastornó durante semanas, a la diócesis de Trieste, a la comunidad eslovena de la cual era capellán, y a toda la ciudad.
 
Parroquia de San Antonio en Bosco
El hecho se remonta a diecisiete años antes, cuando la niña tenía trece años. Todo se hizo público a principios de octubre, después de que la víctima, que tiene ahora treinta años, decidió denunciarlo al obispo y luego a los carabinieri. Quería así proteger a una sobrina que es profesora de religión en la escuela en la que colaboraba el sacerdote del que fue víctima en el año 97 en la parroquia de San Antonio, en Bosco.

Cinco meses después de la trágica muerte del sacerdote, su familia autorizó la publicación de las cartas que escribió don Maks antes de quitarse la vida. Documentos cotejados ​​en el sumario, que hasta ahora sólo los investigadores habían visto y analizado. De los textos se puede deducir que el P. Suard había comenzado a prepararlo todo ya unos días antes, el 25 de octubre, después de una conversación inicial con su obispo. El suicidio fue planeado con claridad. Tanto es así que, en otra carta, escrita en esloveno el día antes de su muerte, Maks decide entregarse a un último pensamiento. Son palabras de despedida, en las que anuncia lo que haría unas horas más tarde: La vida comienza a ser pesada ... Pido disculpas por este gesto, pero créanme, que esta es la mejor solución. Dios mío, perdóname. Se dirige a su padre, a los jóvenes de la Parroquia de la Santa Croce y a todos los que me amaronRecordadme en oración. Espero veros desde el corazón del Buen Señor. Pero es en las cinco páginas de la carta, dirigida al arzobispo Crepaldi, donde podemos comprender algo más sobre aquellos hechos.

El párroco mira a lo profundo, pero a su alrededor no ve ninguna posibilidad de redención y perdón. Ahí está él, con sus recuerdos. Él, el bolígrafo en su mano y el pensamiento de suicidio. Esas líneas que escribe, revela, que le habían sido solicitadas por el propio obispo. El sacerdote recorre esos años, cuando como "sacerdote novel" había sido enviado a la parroquia de Sant Antonio en Bosco. También había una niña.  A veces sucedía que ella estaba sola, continúa Suard,  y me sorprendió su amabilidad, sensibilidad e inteligencia. Maks tenía entonces unos treinta años, la niña trece.

Olvidando su edad, estaba enamorado, admite. Un enamoramiento que en una situación diferente de edad me hubiera llevado a renunciar a mi estado clerical. Mi interés radicaba en esa persona y no en su corta edad. Un aspecto, éste, sobre el cual el párroco insistirá en otro pasaje. Todavía me arrepiento de no haber mantenido las distancias necesarias. El sacerdote se dio finalmente cuenta de la edad de la niña: lo que me llevó -afirma- a un período de profunda aflicción y dolor, en el que repetidamente le pedí al obispo Ravignani que me trasladara de parroquia o que fuera a otra diócesis.

Mons. Eugenio Ravignani
Mons. Eugenio Ravignani, el entonces prelado de Trieste, ¿sabía los detalles? ¿Sabía realmente el motivo de la solicitud de traslado? "¡No!", declaró hace unos meses a la pregunta de los carabinieri. Cuando empezó esta historia, el párroco quiso poner tierra por medio y le pidió repetidamente al anterior obispo que le trasladase a otra parroquia. Y el obispo ni caso. Le importó un pimiento. Ahora, con el sacerdote muerto, nadie puede ya contradecir al emérito arzobispo.

Maks, consciente de todo, se dirige al arzobispo Crepaldi con plena conciencia de la gravedad de lo que había sucedido en la parroquia entre él y la adolescente: Al escuchar sus palabras, monseñor, me di cuenta de que lo que sucedió en aquel momento fue un acoso y que causé un profundo sufrimiento del que soy responsable. En la carta, Maks, por lo tanto, habla de acoso, nunca de abuso. ¿Por qué?

Después de los hechos, -continúa-, confesé mi pecado, con la intención de no recaer nunca más en él. Repito que mi interés era por esa persona y no por su edad. En este pecado nunca volví a incurrir. Don Maks dice que se encontró, años más tarde, a la joven. La atracción y el sentimiento nunca se desvanecieron: Me guardé muy mucho de expresarle mi interés, a pesar de ser más que adulta. No quería crear más problemas. El sacerdote explica que habló sobre el pasado con la chica: Reconociendo mi culpa, le pedí perdón. Hay otras tres páginas, llenas de consternación, dirigidas a la joven, a la familia, a la Iglesia y al obispo.

Desafortunadamente, las oportunidades perdidas no regresan y no puedo remediar el mal hechoEl dolor me ha acompañado desde entonces. En un último pasaje, Don Maks vuelve sobre su debilidad y sobre esos momentos en la parroquia: En aquel momento yo también la confesé a ella. No recuerdo haberle dado la absolución por esos hechos, también porque no me estaría permitido. Le dije que yo era el único que pecó. Esos fueron los años en que el sacerdote estuvo cuidando a su madre enferma: El consuelo y el calor humano que buscaba en aquella circunstancia me hizo caer en una tentación cuyas consecuencias odio con todo mi corazón. ¡Señor, ten piedad de mí!

El padre de D. Maks, Giorgio, con un pañuelo entre sus manos, con su rostro sereno afirma: ¡Mi hijo no era un pedófilo! Y dice: «No hubo relaciones sexuales reales ...Un poco de atención, tal vez algunas caricias ... No lo sé. ¡Pero no relaciones! La certeza, presumiblemente, provendría de algunas confidencias que el padre del cura fallecido tendría más tarde de dos sacerdotes, uno de la comunidad eslovena actualmente en el cargo y el confesor de Maks.

Mons. Crepaldi
Parece que la hiperinflación de misericordia que padece nuestra Iglesia no llegó al corazón de D. Maks. De nada sirvió su confesión pública y privada, sus peticiones de perdón a su obispo y a la interesada; ni su vida penitente, a partir del momento en el que reconoció su culpa y no volvió a recaer en ella. El pasado volvió y lo aplastó. La conversación con Mons. Crepaldi no le dio ni consuelo ni esperanza. Nadie quiso ofrecérsela, ni siquiera el obispo… más preocupado por salvar su decrépito prestigio que por el destino final de su sacerdote. Ni padre, ni hermano, ni maestro ya, sino pésimo gestor de un personal sacerdotal al que teme o desprecia. Pastores mercenarios que seleccionan interesadamente a sus ovejas y se adelantan temerariamente al juicio divino, juzgando y condenando sin atenuante ni compasión. El obispo calló ante la horrible tormenta que percibió en el sacerdote, y se puso a buen recaudo, no fuera a caerle encima el diluvio. El sacerdote tomó al final una “sabia” decisión, quitándose de en medio para no salpicar a su obispo, reo de negligencia recalcitrante.

Son los mismos que ordenan sacerdotes y los envían, cual míseros peones, a tapar parroquiales agujeros vacíos, sin tener en cuenta ni su carácter ni su situación anímica ni su sensibilidad pastoral o teológica. Obispos tan solo preocupados de que nadie les dé problemas o promueva “conflictos” o les llame por teléfono con quejas. Pastores asalariados que abandonan a la oveja perdida para que la destroce el lobo, gobiernan como déspotas la heredad de Dios por sórdida ganancia. Les sobran todos los curas del mundo… menos ellos mismos. Son los que filtran la mosca y se tragan el camello y que luego promueven un ayuno a pan y agua por las victimas el Miércoles de Ceniza… Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo.

¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! Sí, me refiero a vosotros, obispos que habéis encontrado en la PENA DE SUICIDIO de los sacerdotes acusados, la solución que satisface a todos: A un mundo podrido de perversiones que se escandaliza de una pedofilia que luego practica en la intimidad y con impunidad. A los mismos obispos que ven en la muerte del infractor el “justo pago” por el pecado, que a la vez les exonera a ellos de toda responsabilidad. Y hasta a las presuntas víctimas que, ante el suicidio del transgresor, no pueden más que callarse… ¿Qué más podrían pedir?

¡Ciegos y guías de ciegos! Porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.  Así también vosotros, pastores de la Iglesia, por fuera parecéis justos a los hombres, lloriqueando perdones cuando no supisteis gestionar las sanciones que, medicinalmente -tal como dice vuestro Código-, podrían haber salvado al pecador y consolado a la víctima; pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad.

Ceñíos vuestros fajines colorados. Haced vuestros ayunos de Miércoles de Ceniza… de nada servirán a los ojos de Dios, Juez de todos. Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.

Gerásimo Fillat

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18 comentarios

  1. Y dijo Dios: -No es bueno que el hombre esté solo. Pero "el hombre" que se cree más listo que Dios desobedeció y por su arrogamcia llevó al infierno a muchas almas.

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    1. salvador (nombre de pila)22 de febrero de 2019, 8:41

      Anónimo de las 23;13, ACERTADISIMO CON SU MUY BREVE RELATO,
      QUE EL BUEN DIOS MISERICORDIOSO PERDONE EL ALMA DE ESTE Y MUCHOS SACERDOTES, con las mismas circustancias, pero a los Obispos ALERTA CON VUESTROS ACTOS, demostrad que cuidais de vuestro rebaño.
      Son momentos de pedir que EL ESPIRITU SANTO ILUMINE AL SANTO PADRE FRANCISCO Y TODO EL EPISCOPADO. (Oración y sacrificios por nuestra parte)

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  2. Una catòlica no muy practicante22 de febrero de 2019, 0:14

    En el periòdic esta publicada conversació que Miguel hurtado(,supuestamente víctima de abusos) gravada en secreto cuando hablaba con abad de Montserrat de este tema.
    Es para horrorizarse.

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    1. Quién o quiénes pagan a Miguel Hurtado? Porque detrás de todo esto hay mucha pasta... Algún día se sabrá quien/quienes están moviendo los hilos!

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    2. Por qué pensar que hay dinero detrás? Ya es hora que vayan cayendo las cortinas de humo y la verdad salga a flote, afecte a quien afecte. Los monjes de Montserrrat han ido dando muestras que distan años de luz de una verdadera y auténtica vida monástica. Tanta arrogancia y prepotencia no se aguantaba por si misma

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    3. "Por qué pensar que hay dinero detrás?" Pues porque lo hay y mucho!Todo es muy raro... Un joven de 16 años - los que tenía cuando sucedió - es suficientemente mayor como darle un par de mamporros allí donde más duele... No lo hizo, luego...

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  3. Mayor es el pecado cuanto mayor es el rango o la cualificación del pecador. Los abades, obispos y arzobispos encubridores: hay alguno en España, en activo o emérito, que haya dado públicamente un paso al frente como muestra de que realmente se desea de corazón que la Iglesia católica se sanee? No basta con pedir perdón a las víctimas y rezar y tratar en adelante de reparar el daño: es necesario dejar sin más dilación su alto ministerio por la sencilla razón de que con su omisión han mancillado del modo más grave; pues encubrir, por ejemplo, puede entenderse como una forma de admitir que los abusos sigan dándose. Mi asombro negativo radica en que ningún encubridor tenga la gallardía de dar la cara; si uno comenzara ello le honraría y pronto habría otros. Es el momento de la verdad. La verdad para sufrir como se debe por amor a Cristo, por imitación a Cristo; y por la Iglesia que se merece ese abrazo de enorme sufrimiento que significa beber ese cáliz. La Iglesia recobrará crédito con vuestra epifanía: manifestaos, exponeos y arrostrad el calvario. Por caridad y por fe, os lo pedimos con esperanza.

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  4. Son ciertamente misteriosos los extremos de Don Maks Suard y McCarrick con Mons. Crepaldi. Unos extremos de sensibilidad e insensibilidad que hacen dudar de si es posible que se den en los humanos, en nosotros, pero por lo que sabemos, son las consecuencias del pecado original, con la concupiscencia y el maligno, que nos dejó, ante una misma materia, con la desesperación del débil y la psicopatía del orgiasta o del mandón.

    Lo mejor es quedarse con la enseñanza, y para mí, son estos dos fragmentos:

    - "gestionar las sanciones que, medicinalmente -tal como dice [el] Código-, podrían haber salvado al pecador y consolado a la víctima".

    - "los... que ordenan sacerdotes y los envían, cual míseros peones, a tapar parroquiales agujeros vacíos, sin tener en cuenta ni su carácter ni su situación anímica ni su sensibilidad pastoral o teológica. Obispos tan solo preocupados de que nadie les dé problemas o promueva “conflictos” o les llame por teléfono con quejas. Pastores asalariados que abandonan a la oveja perdida."

    Es decir, el problema recae en los obispos. Al parecer, en este tiempo de misericorditis e hijos del Concilio -dime de que presumes y te diré de qué careces-, falta aquel cálido espíritu de familia de los primeros tiempos del Imperio Romano pagano y pospagano, que unía el obispo a sus curas, diáconos y ovejas en cercanía total, cara a cara, como San Agustín en Cartago con los suyos: todos se conocían, todos se amaban.

    Una hipótesis apocalíptica afirma que la Carta de Sardes (posible sardónice, sexta piedra "cornalina" de la Jerusalén Celestial), la quinta, se refiere a nuestra Iglesia actual del final de los tiempos, pues la sexta es para la Iglesia del Anticristo, Filadelfia (filein, amar, adelfos, hermano), en el inicio del Milenio, y la séptima es para la Iglesia de Gog y Magog, Laodicea (laos, pueblo, dike, derecho: derechos humanos o del pueblo o de las gentes), para el final del Milenio, cerca ya del fin del mundo.

    Así, para nuestras iglesias, tanto para el Papa, como para los curas, diáconos, religiosos y laicos, todos, rezaría así:

    El que posee los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas, afirma:

    --- [Iglesia putrefacta y medicina revitalizadora] Conozco tus obras: aparentemente vives, pero en realidad estás muerto. Permanece alerta y reanima lo que todavía puedes rescatar de la muerte, porque veo que tu conducta no es perfecta delante de mi Dios. Recuerda cómo has recibido y escuchado la Palabra: consérvala fielmente y arrepiéntete. Porque si no vigilas, llegaré como un ladrón, y no sabrás a qué hora te sorprenderé. [alerta, reanimar, la alegría de la fe primera, conservar, arrepentirse, vigilar, venida de Jesús el Esposo]

    [Gran Promesa] Sin embargo, tienes todavía en Sardes algunas personas que no han manchado su ropa: ellas me acompañarán vestidas de blanco, porque lo han merecido. El vencedor recibirá una vestidura blanca, nunca borraré su nombre del Libro de la Vida y confesaré su nombre delante de mi Padre y de sus Ángeles.

    El que pueda entender, que entienda lo que el Espíritu dice a las Iglesias.

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  5. Estos casos existen en toda la historia eclesial pero hoy con los modernos medios de comunicaciones alcanzan una relevancia mundial muy destructiva para la Iglesia, antes en tiempos pasados no se propagaban estas noticias y en según que regímenes políticos ejemplo Franquismo estaban censuradas. Sabemos que se dan estos casos en porcentaje más alto en la sociedad civil especialmente dentro de las mismas familias, pero cuando sale un caso protagonizado por un sacerdote queda multiplicado por mil. En todo caso servirá para que la Iglesia y todos sus jerarcas,sacerdotes y laicos, seamos más humildes y nos demos a más oración. Es la nueva persecució contra los cristianos en la época de Internet.

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  6. Triste asunto. Vemos como algunos pedofilos no tiene el minimo remordimiento y repiten las mismas conductas dañinas sobre multiples víctimas sin el más minimo escrupulo, pero aquí vemos tambien un hombre que cayó puntualmente creyendose enamorada de una niña y se deduce que no tuvo relaciones sexuales completas e hizo lo posible por evitarlo.
    La iglesia debe hacer todo mo posible por proteger a menores, pero tambien debe tratar de no prejuzgar a los sacerdotes, que viven una situación muy complicada, privados de afecto y en un mundo lleno de tentaciones como nunca antes.
    Como primera prioridad protección para el inocente pero al mismo tiempo apoyo emocional al sacerdote para que no caiga y si ya ocurrió, compasión para la victima pero también para el causante, como acabamos de ver, no conocemos el corazón de la gente
    Agradezcamos que esta niña no sufriera mayor daño y que Dios tenga en su gloria a éste sacerdote,

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  7. ¿Y QUÉ HAY DE LO NUESTRO, DE NUESTRO CARDENAL SISTACH?

    No hay que ser ni un gran matemático ni un excelente sociólogo para reconocer los MILES DE ABUSOS y agresiones sexuales extremas (violaciones y demás) de que es RESPONSABLE INDISCUTIBLE el cardenal Sistach firmando el salvoconducto para que ordenaran en el extranjero a dos diáconos que habían demostrado ser unos depredadores sexuales de la calaña del cardenal McKarrik.

    ¿Y qué hace la Iglesia en general (por ejemplo, su sucesor Omella) y el Vaticano en particular para sancionar esa conducta criminal de un obispo?

    Pues nada, absolutamente nada. Monta un circo-cumbre para que la gente crea que hace algo, y que cada palo (es decir cada víctima) aguante su vela. Y los obispos y abades, a seguir con sus conductas criminales, dando una misericordiosa cobertura a los crímenes de sus subordinados.

    ¿Le quitará el Papa el capelo cardenalicio a Sistach como se lo quitó a McKarrik? ¿O quizás está estudiando incluso la posibilidad de reducirlo al estado laical? Y con él, al abad de Montserrat y al obispo de Tarragona para empezar.

    No, no creo que vaya a ser así, porque si se deshacen de todos los obispos que en sus diócesis han dado cobertura a los sacerdotes cuyos abusos sexuales han sido conocidos y consentidos durante decenios, si el Vaticano y su Cumbre licencian a todos esos obispos, la limpieza en la Iglesia sería tan extrema, que los acostumbrados a la pocilga, no podrían vivir en ella.

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  8. Gerásimo, sin desvirtuar el fracaso personal de ese sacerdote, que Dios tenga en su seno y se haya arrepentido en el último suspiro de su vida, la lección que extraigo de ese apasionante relato es la del desamparo de tantos sacerdotes por quienes deberían tratarlos como padre no sólo compasivo sino previsor de posibles trampas que cada día les acechan. Mucho se ha hablado del carrerismo en este pontificado, pero muy poco del calor y cuidado de los sacerdotes, muchísimas veces dejados a su albur. Cuando no sometidos a vejaciones públicas por incapacidad del prelado, mal asesorado o simplemente incapaz. Uno ha conocido sacerdotes vapuleados literalmente por obispos que se creían lumbreras o de una casta superior. Sacerdotes santos sometidos a vejaciones por un pastor que no era más que un interino camino de diócesis de mayor relumbrón. Mucho antes del olor a oveja, las afueras y demás ocurrencias, he visto cómo el cura de mi pueblo bajaba a la ciudad en el autobús (coche de línea que se dice por allí) por no querer que el alcalde del pueblo, uno de los pocos con coche propio, le llevara para que la gente no lo asociara con los poderosos.
    Con la que está cayendo, ¿quién se va a mostrar amigo del cura? Si les falta el calor, la comprensión y la defensa del obispo, su soledad se acentúa, soledad que es uno de sus principales enemigos. Y ello no debe circunscribirse a lo sexual. Quienes defienden la doctrina de la Iglesia no salen mejor parados por intereses bastardos del propio obispo o de su camarilla. No hace falta salir de Germinans, como bien sabemos.

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    1. Totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.

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  9. La Iglesia católica está mal. Tiene la nfermedad de que cohexisten, en la misma Iglesia, distintas maneras de entender el mensaje de nuestro Señor Jesucristo. Esto es nefasto y causa la incertidumbre que desgraciadamente estamos viviendo desde el CV II.
    Sólo un Señor, sólo un Pastor y sólo un Salvador.
    Nuestra Iglesia necesita de santos pastores que señalen el verdadero Camino de Salvación. Hay que eliminar que cada uno celebre los Sacramentos e interprete la Buena Nueva según su inspiración y su ego. LOs obispos son los responsables de que nos encontremos en este pozo sin Luz. Hace falta mucha oración. LOs que orais a menudo hacedlo más fracuente, así contrarestáis a aquellos que nos cuesta rezar. Tengamos en nuestro corazón el mensaje : JESÚS HA RESUCITADO y contestemos desde lo más profundo de nuestra alma. ALELUYA. ALELUYA. ALELUYA.
    María Auxiliadora y Sant Joan Bosco, rogad por nosotros pecadores.

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  10. ¿Esta es la Iglesia que quiso Jesucristo?
    La soledad jamás ha sido buena compañera y los sacerdotes están solos.
    Dios nos creó hombres y mujeres, Jesús compartió su vida con su familia y sus discípulos, hombres y mujeres.... ¿No hay nada que pensar?
    Quizás levantar el celibato y permitir que libremente puedan formar una familia no seas la solución absoluta pero seguro que facilita mucho las cosas.
    Y los obispos que deberían ser padres, quizás así comprendan lo que eso significa de verdad.
    En un mundo en el que la soledad es una lacra, vivir la vocación de servicio en un ambiente hostil acaba por provocar un sufrimiento absurdo y sin sentido.

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  11. Algún día la Iglesia pedirá perdón por cómo ha actuado ahora.
    He conocido algún caso de chica de 13 años y chico de más de 18 que triunfaron en su amor con la oposición de todos. Se casaron, fueron felices y comieron perdices.
    Lo mismo digo de otra pareja que conocí. Él con veintimuchos, se enamoró de ella, de 13. Él legionario, de la División Azul y comisario de Policía. Terminaron casándose. Los conocí ancianos, maravillosos.
    Recuerdo el caso de una maestra casada y madre que se enamoró de un chico de 13 en Estados Unidos y quedó embarazada. Ella terminó en la cárcel, pero cuando salió se casó con el muchacho. Fue muy famoso en la prensa.
    Y es que la naturaleza es como es. No empieza a funcionar a los 18 años. En el Derecho Romano la edad mínima para casarse era de 11 años en las mujeres y de 14 en los hombres. En el Derecho Canónico la mayoría de edad comienza a los 16 años. En España, desde el año 95 creo, hasta hace poco, la edad mínima de consentimiento sexual era de 13 años, se ha cambiado hace poco a 16 años.
    No es que yo sea partidario de relaciones prematuras y matrimonios inmaduros. Pero de ahí a la penalización, la cárcel y las condenas tan duras, que provocan casos como el del post, hay un largo trecho.

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  12. Qué profundamente triste... Los dispensadores de la Misericordia divina sometidos al más inmisericorde trato por parte del obispo, la iglesia y el mundo. No es justo disfrutar de los beneficios de la gracia a un precio tan alto de desgaste para muchos sacerdotes, hombres como nosotros. Cómo un señor obispo, en su formación y responsabilidad puede enviar a misionar sin armas adecuadas para el lobo. Dicen las almas más iluminadas que Asmodeo no escatima esfuerzos en las almas consagradas. Y en estos tiempos más que nunca. Ya lo decía la Virgen hace tiempo. Rezar por los sacerdotes. Tan solos. Ante tantos retos. En medio de un mundo inmensamente enlodado que es un pozo sin fondo.
    Don Maks, descanse en paz. Jesús seguro que tuvo Misericordia en su encuentro personal del juicio particular. Triste, muy triste el artículo. Y se queda corto en sus palabras a los obispos.

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