Por primera vez en muchos años, ni el obispo de Madrid ni el de Barcelona ostentan la categoría académica de doctor. Tampoco la han alcanzado ninguno de los tres auxiliares electos madrileños ni los dos nuevos auxiliares barceloneses. Es un hecho absolutamente novedoso en los últimos cien años. En Madrid lo fueron absolutamente todos, desde Melo y Alcalde hasta Rouco (ambos en derecho canónico) pasando por Eijo y Garay, Morcillo, Tarancón y Suquía, los cuatro en teología. En Barcelona, desde Ramón Guillamet a Martínez Sistach lo fueron también todos, con la única excepción del cardenal Carles. Canonistas Jubany y Sistach, en filosofía Irurita y en teología Guillamet, Miralles, Modrego y Don Marcelo.
Cierto es que Francisco es el primer Papa en los últimos cien años que no ha alcanzado el doctorado. Desde Pio XI a Benedicto XVI todos los Romano Pontífices ostentaron dicho grado académico. En teología Juan XIII, Juan Pablo I, Juan Pablo II y Benedicto XVI y en derecho canónico Pio XI, Pio XII y Pablo VI.
También hubo un tiempo en que en Cataluña casi todos los obispos diocesanos eran doctores. Así coincidieron Modrego en Barcelona, Arriba y Castro en Tarragona, Jubany en Gerona, Moll en Tortosa, Masnou en Vic, Iglesias en Urgel y Bascuñana en Solsona. También lo eran los auxiliares de Barcelona, Torrella, Guix y Campmany y después Tena y Traserra. Hoy en día, de las diez diócesis catalanas, solo cuatro obispos aprobaron su tesis doctoral: Pujol en teología por la universidad de Navarra y Cortés, Benavent y Novell en teología por la Gregoriana de Roma.
Resultaría fácil deducir que un Papa no doctor designa obispos de su misma posición académica. Incluso Francisco ha dejado caer en más de una ocasión que los teólogos se han de quedar en la Facultad y que él busca obispos pastores. Dicen que esa frase fue la que cercenó las aspiraciones episcopales del Dr. Armand Puig. No obstante, creo que esa conclusión no es muy afortunada. La tendencia a la dilución del doctorado en las promociones episcopales viene sucediendo desde hace años, sin que ni tan siquiera se quebrase durante el pontificado de Benedicto XVI, nada menos que catedrático de dogmática en la universidad de Ratisbona y papa intelectual por antonomasia.
Por otro lado, la dicotomía académico-pastoral que puede desprenderse de la afirmación de Francisco se halla absolutamente desmentida por multitud de ejemplos. Desde la conjunción del rigor intelectual con la capacidad pastoral de los ya canonizados papas Juan XXIII y Juan Pablo II hasta la de los cardenales Tarancón, Marcelo o Jubany, entre otros ejemplos en España.
Sea como fuere lo cierto es que el nivel intelectual de nuestros obispos está descendiendo a cotas muy bajas. Probablemente ello no sea más que un reflejo del nivel de nuestros sacerdotes. En tiempos de sequía vocacional es más difícil que las diócesis remitan sus recién ordenados a estudiar a Roma, cuando los necesitan sirviendo cuatro, cinco o seis parroquias a la vez. También han desaparecido aquellas ricas filoteas que se dedicaban a sufragar, en todo o en parte, los estudios romanos de un reciente misacantano. Tenemos pocos seminaristas y menos ganas o posibilidades de ampliar estudios superiores. En mi opinión, es un tremendo error. Un sacerdote -no digamos un obispo- con una categoría y una profundidad intelectual notable puede ejercer mayor influencia que un simple licenciado, aunque sea licenciado en alguna materia civil. Su energía y vitalidad en la actividad pastoral no ha de ir reñida con ese afán por la excelencia académica. Al revés, puede dotarla de una mayor relevancia, de un mayor respeto, cual se respeta siempre al reputado profesor. Más bien creo que es la denigración de esa excelencia, cuando no una errónea concepción igualitarista, la que pretende recluir a los doctores en la cátedra de la universidad y no admitirlos en la cátedra de la seo.
Oriolt
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Totalmente de acuerdo con el artículo.
ResponderEliminarLa baja cualificación académica e intelectual de los obispos actuales, en comparaciones con las generaciones inmediatamente anteriores, es una muestra más de la presente decadencia del clero y de la Iglesia en general.
Ser doctor en una ciencia sagrada es altamente recomendable. El problema reside cuando la arbitrariedad y el capricho se instalan en las instituciones académicas. En estos momentos la Universidad eclesiástica de San Dámaso es un hervidero de doctorcillos, especialmente la facultad de derecho canónico, que sólo se buscan a si mismos. El problema tiene difícil solución pero poco a poco iremos desvelando quien es quien...
ResponderEliminarBien dicho, pero lo mejor es motivar los hechos, para que sepamos la verdad de todos los doctores implicados.
EliminarSan Dámaso es, aún, lo mejor de España -y no digamos de Cataluña, diluida a niveles basurientos- en cuestión de teología.
La única queja que tengo es que su acceso es restringido, mediante avales, al menos por lo que sé desde hace tres años.
Por eso debe de funcionar el canon del Concilio Vaticano II, el 212 del Código de Derecho Canónico, el cual pide exponer al público lo que va mal y lo que va bien pero puede ir mejor.
- ... y faltan no sólo consagrados doctores, sino también doctos, es decir, que hayan estudiado por sí mismos. Por experiencia, ser doctor con título académico, a veces, es sinónimo de catástrofe doctorada.
ResponderEliminar- La falta de obispos doctores y doctos nos lo muestra Mons. Omella. Las glosas dominicales son la única fuente de contacto con él, dada su predisposición sistachiana de no aparecer por las parroquias.
- Estas glosas son, simplemente, mejorables. No necesitamos cuentucos, ni buenicas palabras de concordia, todo para bajar el nivel de escritura y acercarse, eso creen, a más gente. Necesitamos un obispo que nos enseñe la verdad: mira que no hay cientos de libros de biografías de santos, miles de libros de historias de laicos, de teología, de catecismo, de predicación... que ha generado los 2.000 años de vida de la Iglesia. Pues no, hay que hacer de cuentacuentitis...
- Un obispo no doctor y no docto puede ser fácilmente dominado tanto por los grupos de interés y presión de la diócesis, como así también por cualquier laico de tres al cuarto que sea docto en algo de teología.
En Barcelona tenemos un gravísimo problema de heterodoxia causado por las heréticas interpretaciones de Amoris laetitia, permitiendo que se de la comunión, absolución y extremaunción a los adúlteros en ciertas circunstancias, cuando esto lo prohíbe totalmente la enseñanza de la Iglesia.
- Otra grave consecuencia de la falta de ser doctor y docto, es el tema del exorcismo. Es pintoresco, pero en esta Iglesia catalana del Concilio, el obispo es el competente para nombrar exorcistas... sin haber practicado nunca jamás ni un exorcismo, sea por el Rito de 1614 o del 1998. Increíble, pero pregunten a todos los obispos catalanes titulares, auxiliares y jubilados: no han hecho nada. El jefe de cardiología, el de contabilidad y el de procedimientos penales, no sabe qué es una válvula, no sabe sumar y no ha abierto un código penal en su vida. Así como lo oyen.
- En Colombia, un gran obispo dijo que todo obispo y presbítero (también laico y diácono), deben de dar el diezmo del día en oraciones. El obispo, además, duplicado. Un obispo y un cura santos son un bien precioso más valioso que un billón de euros, pues de él efluyen carismas de sanación y liberación, así como todas las gracias, dones y frutos del Cielo, ilimitados y gratuitos. Sin precio.
Pues si tu idea de lo docto es seguir expandiendo las supersticiones en pleno siglo XXI, pues vamos apañados!!!
Eliminar"Un sacerdote -no digamos un obispo- con una categoría y una profundidad intelectual notable puede ejercer mayor influencia que un simple licenciado, aunque sea licenciado en alguna materia civil. Su energía y vitalidad en la actividad pastoral no ha de ir reñida con ese afán por la excelencia académica. Al revés, puede dotarla de una mayor relevancia, de un mayor respeto, cual se respeta siempre al reputado profesor."
ResponderEliminarPromover obispos o curas pastores que IGNOREN todo lo referente a su profesión, denota diversas cosas:
1./ que se quieren curas y pastores ignorantes
2./ que no ensombrezcan a su superior: el cura y obispo, cuanto más ignorantes, mejor, menos protestan y más obedecen... más culto a la personalidad del jefe, y más tragan con heterodoxias, doctrinas peligrosas y erróneas, herejías, cismas y apostasías...
3./ que es condenarlos a ser irrelevantes ante el mundo, pues ignoran todo lo referente a su propia ciencia teológica y al resto de conocimientos ligados a la doctrina, moral, Biblia y liturgia
4./ que desconoce la historia de la Iglesia. En efecto, desde su nacimiento, la Iglesia ha necesitado siempre de las dos grandes ruedas y de los dos grandes pulmones: grandes teólogos de elevadísimos conceptos abstractos (Santo Tomás de Aquino), y de grandes pastores que lleven estos estudios al nivel de comprensión del pueblo, didácticos y pedagogos, prácticos y pragmáticos (San Antonio María Claret).
5./ que es un despropósito pensar que un "pastor místico" puede afrontar la vida espiritual y teológica moderna, de sí y de sus fieles, siendo un paleto iletrado en temas de moral, mística, espiritualidad, liturgia, teología, bíblica...
Existe desde la jerarquía de hoy, los hijos del concilio, una aberrante idea de que un obispo o cura pastor es aquel que hace "olor de oveja" y sea un descuidado, tosco, ramplón, basto, burdo, bruto, rudo, maloliente e iletrado sacerdote, sin saber nada de "medicina veterinaria", es decir, se reduce al sacerdote al nivel de un cómic, a un inculto misero que estrecha manos y sonríe a todos, cuenta chistes y habla vulgarmente, que no ha leído nada desde su salida del seminario, que dice sí a todo a sus ovejas por "caridad y misericordia", que dice sí al jefe a todo, y que no sabe nada en absoluto de exorcística, demonología, Nueva Era, angelología, espiritualidad, protología, soteriología, escatología... ni de lo básico de moral, culto y doctrina... y no digo nada de historia de la Iglesia y de sus santos y concilios...
Alguien incapaz de ver al lobo aunque lo tenga a dos dedos...
El santoral está lleno de obispos doctos y, por sentado, santos. De Agustín de Hipona y demás Padres de la Iglesia a Juan Pablo II, pasando por Antonino de Florencia, protector eficaz del miembro del equipo de Germinans Antoninus de Bárcino. Pero si antaño ese binomio fue un desiderátum, en la actualidad es una exigencia. La sociedad actual posee un nivel intelectual, alimentado sin cesar por las oleadas de información, que abomina del catetismo, de la ingenuidad postiza, de la simpleza. Para hablar de ética social, por ejemplo, se requieren, cierto, los tratados de iustitia clásicos. Pero se requiere también conocer los fundamentos científicos de determinadas decisiones relacionadas con aquélla. Por ejemplificarlo: en las relaciones laborales no basta con tener nociones de usura o de explotación, sino que hay que conocer los principios de la ciencia económica que nos permiten juzgar con mayor cierto la bondad o maldad de determinadas medidas. A propósito de las regulaciones de la manipulación genética, no basta con enunciados generales de respeto a la vida, hay que mojarse; es decir, conocer los argumentos de quienes se escudan ladinamente en las ventajas (para el bienestar de la sociedad) para aceptar prácticas objetivamente inmorales de alteración del genoma, cuando no sacrificio del portador de esta o aquella tara hereditaria.
ResponderEliminarHablaba santo Tomás de las virtudes como de hábitos que avanzan de consuno, a la par. No se puede ser humilde y egoísta. El humilde es generoso. Aunque aquí la piedra de escándalo ha basculado sobre el amancebamiento de obispos, abades, monjes y curas, y numerosas monjas desnortadas, con la falsedad y la mentira histórico-jurídico-política, no es menor la repercusión dañina del error en asuntos tan centrales para la persona como los indicados. Esa ignorancia comporta que campen a sus anchas instituciones eclesiásticas que conculcan la moral cristiana. Y Cataluña tiene un denso repertorio.
Bien por Valderas,en Cataluña MAS!!!
EliminarEs curioso, a juicio de algunos, en Cataluña todo es peor, siempre peor...
Eliminar¿Han probado de limpiarse las gafas?
Hay un "algo" católico que hace que por muy doctor de Salamanca que seas, eres en verdad malo, porque te faltan las virtudes (humildad, fe, caridad) y los frutos de santidad (amor, alegría, paz y paciencia), y por muy ignorante que seas, Dios te da todos los dones.
EliminarSi recuerdo bien, San Buenaventura, verdaderamente un tonto muy tonto, recibió los dones de sabiduría teológica de manos de la Virgen María, la cual se los quitó en el momento de su muerte, el tiempo suficiente para que se viera que San Buenaventura había recibido de la Virgen los dones de entendimiento y conocimiento, y por ello, murió tal como era: un tonto muy tonto.
Los Prelados aparte de tener CARRERA Académica,tendrían que tener TEORÍA y sobretodo PRACTICA de cuidar GANADO. Así sabrían de VERDAD lo que es ser PASTOR y aprenderían a separar las CABRAS de las OVEJAS y algún borrico despistado de por medio!
EliminarDoctor Valderas, más abajo un tal Nicola Canali lehace una breve descripción de lo que usted es. Ha dado en la diana!
EliminarTotalmente de acuerdo con lo dicho por el Sr Anónimo 18/21,jojo,muy bueno.
EliminarEl amancebamiento de obispos, abades, curas y monjas con la falsedad histórico-jurídico-política. Tiene usted rezón, señor Valderas. Y a los que empiezan por esta clase de fornicio, les da lo mismo dejarse llevar por cualquier otra fornicación. Con la diferencia de que estas otras fornicaciones suelen llevarlas con discreción, mientras que de su gran fornicio con la falsedad y la mentira histórico-jurídico-política, que envenena totalmente su pastoral, hacen gran ostentación. Es por la tremenda fatuidad a que les empuja su ignorancia. Si hubiesen tenido una preparación sacerdotal más intensa, no caerían en esas burdas patrañas. Pero no, una vez que se han apuntado a la ignorancia, la cultivan con un esmero digno de mejor causa.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo.
EliminarEl problema de Osoro no es solo que no sea doctorado, es que mintió para trepar inventándose dos licenciaturas que no tenía. Es decir es un hábil carrerista y un mentiroso. Tanto que su Santidad desproticaba contra los religiosos carreristas y mira lo que eligió para Madrid. Cuando alguien miente de esa forma, haciendo el rídículo impresionante que hizo, aún recuerdo la bochornosa entrevista con Schiliting en al COPE que daba verguenza ajena, alguien que es capaz de hacer eso para trepar que no será de capaz de hacer en otras cosas.
ResponderEliminarOsoro cuando los vientos en el Vaticano eran otros era de lo más ortodoxo que había rodeado de Opus, Heraldos del Evangelio, Kikos... en cuanto a la Sede de Pedro llego la misericordia en rebajas, se produjo la transformación y de expulsar a seminaristas de sexto curso por acusaciones de terceros de haber sido vistos en bares de gays, a decir que quien era el para juzgar la forma de amar de nadie. Paris bien vale un Misa y el cardenalato más.
Este señor una vez que se demostró su mentira tendría que haber sido expulsado y que hubiese terminado su carrera como castigo por su falta de moral, por mucho menos expulsó el a seminaristas.
Sería interesante que aportara algún documento de lo que dice.
EliminarDebe referirse a Cristina López Schlichting de la COPE:
Sch-lich-ting.
De todas maneras, Osoro, para mi, es un obispo bastante veleta: hace cosas raras, he visto que hizo un cutre acto ecológico estilo Laudato si por Madrid, algún evento "periférico" con bufandas rojas, y estas nuevas neuras que soplan por el Vaticano...
Mateo 11, 25-30
ResponderEliminarEn aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."
Tiene razón, Dios puede revelar todo lo que quiera a quien quiera, incluso si carece de luces, pues entonces el primer don que le da es el de inteligencia.
EliminarHay muchos profetas que han recibido revelaciones privadas de gran provecho espiritual: María Valtorta, Luisa Picarreta, Marta Robin, las videntes de Lourdes y Fátima, Garabandal, Medjugorje...
Es cierto que para ser buen obispo, no es necesario ser un buen doctor, aunque, si se busca la excelencia, uno será mejor obispo si además es buen doctor, pues estará más preparado intelectualmente y sabrá orientar mejor a sus sacerdotes y seglares en su formación permanente; esto es evidente y ponerlo en cuestión es cosa de necios. Ahora bien, que no sea “esencial” ser doctor para acceder al episcopado no debe ser un pretexto para consagrar por sistema a obispos no doctores. A mi no me parece ninguna casualidad que todos estos obispos no sean doctores; y ya son legión en la Conferencia Episcopal (véase el “curriculum vitae” de todos ellos en la web de la CEE). Vivimos una verdadera depauperación intelectual del episcopado español, la cual es buscada, no casual; y esto es lo más grave del caso, señores! Si el jerarca que está arriba no es doctor, a veces éste se siente acomplejado ante los estudiosos y eruditos de su diócesis, y, por esto, más que superarse a sí mismo, procura disminuir el nivel de su entorno, escogiendo a personas de bajo nivel intelectual, y a algún que otro analfabeto y mentecato; un criterio verdaderamente horrendo: “En el país de los ciegos, el tuerto es el rey”.
ResponderEliminarHombre,amigo Ottaviani,se ha pasado usted 3 pueblos con lo de los Mentecatos.Un poco de respeto no le iría mal,la verdad!
EliminarSin doctores o con doctores la Iglesia catalana esta ROTA hay una iglesia RACISTA:La iglesia parroquial de Amer (Gerona), con un lazo amarillo en apoyo a los golpistas encarcelados
ResponderEliminarEl acto, que reunió más 150 personas, acabó con el canto de Els Segadors a cargo de la polifónica de Puigreig y gritos de “libertad”, que resonaron entre las paredes del edificio eclesiástico. Como es habitual desde ya hace semanas la mayoría de los asistentes lucían piezas de ropa amarillas.El acto de ayer, que se celebró en la iglesia parroquial de Amer (Gerona), adornada con motivos y lazos amarillos para la ocasión, contó con la presencia de varios diputados electos en el Parlament de Cataluña, como Eduard Pujol o Anna Geis, además de la familia de Puigdemont y Turull. En las primeras filas también estaba sentado el jefe de los servicios informativos de Catalunya Ràdio, Francesc Cano, Segun publica OKdiario.
Y otra escondidica ninguneada por los obispillos, oculta que sigue a JESUCRISTO, Dios y Hombre verdadero.La rotura es total, gracias SATANÁS has cumplido tu misión, felicidades los obispillos te estarán agradecidos.
El poseer un doctorado, hoy en día, no es garantía de nada.
ResponderEliminarUn conocido mío tiene dos, y a pesar de ello es un pájaro de cuidado, en el peor sentido de la palabra. Poco le sirven sus doctorados contra su impulsividad y su incontinencia verbal, que le han llevado a tener enemigos en todas partes. A mi conocido, los doctorados solo le han servido para inflarle el ego... la soberbia se le sale por las orejas.
Sinceramente, tenemos magníficos pastores que no poseen doctorado alguno. El doctorado no es condición necesaria ni suficiente para ser un buen pastor de almas.
Un Prelado sin estudios en ningún caso puede ser TAL, por favooorr!!
EliminarTotalmente de acuerdo.
EliminarEn mi larga vida profesional, laboral, social, religiosa,...
he conocido personas humildes, trabajadoras, honestas, sacrificadas, buenos profesionales, vocaciones a su profesión,...
Algunos con estudios básicos, medios, superiores,...con o sin titulo universitario.
Algunos muy buenas personas y otros con Licenciatura, Doctorado, Grado,... y como personas estúpidos y sin criterios, ni valores. Ni conciencia en algunos casos.
Esto sirve para laicos, sacerdotes, religiosos, y obispos.
"De dónde no hay no se puede sacar", decía mi abuela.
El titulo y el habito no hacen al monje.
Sr. Nicola, qué bien ha definido usted al gran valdera! Mi más cordial enhorabuena!
EliminarTotalmente en DESACUERDO con el Sr.Nicola y con el Anónimo 7:03,que sabrán ustedes del SR.(CON MAYUSCULAS) Valderas Gallardo.No les llegan ustedes ni a la SUELA DE LOS ZAPATOS,hombre!!!
EliminarHay un cierto orgullo -pecado capital, puede que incluso, pecado original- que se basa en la erudición y en los títulos académicos, igual que el orgullo basado en el apellido, los dineros, el cuerpo, etc.
ResponderEliminarEs el orgullo basado en cualquiera de las vanidades humanas lo que el Evangelio identifica como "ricos", ricos en orgullo, ricos en ego, incluso hay ricos en lo buenos practicantes que se sienten, como los fariseos.
La humildad es una virtud imprescindible, básica, sin la cual Dios lo tiene muy difícil para acercarse a nosotros "por las buenas".
No es incompatible una rica formación intelectual con una vida de piedad y celo pastoral en el caso de los obispos, pero tampoco es imprescindible. Un buen obispo, un buen hombre con celo pastoral puede ser consciente de sus carencias y rodearse de expertos en esas carencias en su curia y además dispone de los recursos de su conferencia episcopal nacional y de la Santa Sede.
Yo no creo que el doctorado sea necesariamente la piedra filosofal del conocimiento. Solo ayuda. Solo hay que ver todos los doctorados que van repitiendo los mantras nacionalistas, sin saber diferenciar si es ideología o verdad. Un ejemplo de tantos: Novell.
ResponderEliminarLa persona que tiene interés por conocer el pensamiento y el obrar cristiano lo puede encontrar por otros caminos. Solo hace falta tener voluntad de conocer y sobre todo de querer cumplir.
S. Ignacio insiste en pedir “conocimiento interno del Señor”. No es un conocimiento meramente intelectual. Se trata de un llenarse de Cristo, de su mensaje. Un dejarse penetrar de Él, dejarse transformar por Él. Tal como dice S Pablo: “Ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mi”.
Se trata de orientar la afectividad. Es tarea de los padres a medida que el niño va creciendo. Se debiera continuar en la escuela. Es la educación en virtudes. Se trata de trabajar la integridad de la persona. No parece que en los seminarios se eduque particularmente la afectividad, a juzgar por el porcentaje de abandonos en ya consagrados, homosexualidad activa declarada, pederastia, concubinato, supremacismo blanco, etc.., todo eso que se llama “doble vida”.
Tal como dice un comentarista hoy, el que no tiene claras ciertas verdades acerca de la dignidad de la persona y persiste en la mentira supremacista con ignorancia culpable, es porque posiblemente toda la vida moral le importa un bledo.
Como ejemplo el desgraciado escrito de Omella que, en un post anterior, esta web intentó colar como “buena nueva”. Triste. Todavía andamos así.
No entiendo lo del supremacismo blanco... ¿de verdad es un problema en los seminaristas?
EliminarEl problema es que se puso a estudiar doctorados a los que no valían para estar en la calle. Ya los que están en la calle no se les doctoró.
ResponderEliminarAhora bien, también son doctores Pagola, Pikaza y Raguer... Lo era Leonardo Boff y sus amigos liberadores. Hay mucho doctor suelto. Los títulos no dicen nada. El Papa, si no es doctor, al menos hizo los estudios para ello. Y si me estoy equivocando da igual, lo que dice ayuda a mi fe. La mayor parte de los Papas de la historia, ni siquiera tenía el título de Bachiller... Lino, Cleto, Cornelio, Cipriano, Juan, Cosme y Damián... No sabían lo que era una facultad de teología.
Quizá el problema de fondo no esté en el doctorado, que desde luego da categoría, sino en que los nuevos obispos, más que ideólogos de la fe, sean creativos de la pastoral: se busca el mismo perfil de Franciso: comunicador, campechano, simpático, bonachón... grandes pastores para el pueblo llano que dejan fríos a los católicos que buscan de sus obispos un alimento sólido de fe.
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