La "Manada" ha sentado la violencia sexual en el banquillo
Con la formación que se imparte y entendiendo la vida como una juerga, abundan los momentos y circunstancias en que se emborrona y hasta desaparece la línea que separa el consentimiento y el disentimiento. Es fruta del tiempo.
¿Recuerdan los juicios contra los asesinos de la ETA que se convirtieron en juicios contra el Régimen? Sí, al régimen le salió el tiro por la culata. Pues bien, tengo la rara impresión de que en el juicio contra “La Manada” ha estado ocurriendo algo parecido. Se ha estado poniendo en diálogo la conducta de los agresores y de la agredida como un todo inseparable. Conductas que se condicionan y se complementan recíprocamente.
Y aunque no se explicite, porque es políticamente incorrecto, ahí está sentado también en el banquillo el nuevo diseño socio-sexual, a años luz del mojigato de la prehistoria de anteayer. Confirmado el panorama por la pública condena social -y también jurídica- de los tres futbolistas que abusaron de una menor de 15 años. El argumento de ellos es que voluntariamente se fue la mocita a la casa de uno de ellos, donde se juntaron los otros dos, y que voluntariamente aceptó todo lo que luego denunció como agresión. Si no se hubiese dado la circunstancia de que la chica es legalmente una menor, y por tanto no vale hablar legalmente de relaciones consentidas, su juicio hubiese sido un calco del juicio de “La Manada”. Algo serio está pasando.
Es que tanto a esta agredida como a la otra y como a todas las otras, les enseñaron en la escuela que tienen derecho a comportarse como lo hicieron, sin el menor temor de que la cosa vaya más allá de lo que ellas quieran. Les enseñaron que la mujer tiene todo el derecho de hacer con los hombres en cuestión de sexo cuanto se le antoje sin cohibirse en absoluto, porque ha de comportarse con plena libertad y sin el menor temor. Y que cuando ella diga “se acabó la fiesta”, se acabó. Aunque sea en su punto álgido. Son los derechos sexuales de la mujer. Es lo que se les enseña a diestro y siniestro. ¿Y los del hombre? No están definidos sus derechos, sino sólo sus limitaciones. He ahí pues, un régimen de comportamiento sexual distinto para cada uno. Olvidando (¡menudo olvido!) el principio de la absoluta igualdad de derecho a conducta sexual (¿es eso?) de la mujer y del hombre. Igualdad: pero los derechos del hombre menos iguales que los de la mujer, es decir menos “derechos”.
Pero si en el sexo son dos, se supone que los derechos estarán balanceados con algún tipo de deber para con el otro. El derecho de uno termina donde empieza el derecho de otro. Lo mismo que la libertad. Únicamente puede gozar de libertad absoluta quien está totalmente solo. En cuanto aparece uno más, la libertad de ambos queda limitada por la libertad del otro. Pero en cuestión sexual eso no es así, si hablamos de la mujer: a ella se le reconoce libertad absoluta, sin ningún límite; al hombre en cambio no se le reconoce esa libertad. ¡Qué lástima! Ahí se quiebra escandalosamente el principio de igualdad. Y realmente se quiebra, por más que lo políticamente correcto sea negarlo.
En este nuevo diseño, el concepto de agresión sexual ha dado un giro copernicano. Es que a la “acción” sexual (la nueva ola insiste en que la mujer, para demostrar su rechazo al papel pasivo a que la condenó el arcaísmo sexual, tiene casi la obligación de llevar la iniciativa), corresponde la co-acción: que obviamente ha cambiado muy notablemente su carácter, como consecuencia inevitable del cambio de fórmulas de la “actora” que reivindica la iniciativa. El primer gran precepto de esta revisión del papel sexual de la mujer, es que ha de ser “sexy”, es decir que ha de ser y mostrarse sexualmente atractiva (atraedora de los hombres). En dirección contraria de la cultura islámica, que le impone a la mujer el velo en todas sus variantes, precisamente para evitar que los hombres se sientan atraídos sexualmente por ella. Porque ellos piensan que si la mujer despliega sus atractivos sexuales ante el hombre, no es nada extraño e inesperable que éste reaccione sexualmente. Ellos son así de extravagantes… Como lo fuimos nosotros no hace tanto tiempo.
Eso nos ha llevado inexorablemente a redefinir los parámetros de la co-acción sexual, es decir de la respuesta del hombre a ese despliegue de incitación sexual. Es lo que tiene el haber cargado las tintas en el aura de progreso y bondad de la ilimitada disponibilidad sexual de la mujer. A partir de este nuevo fenómeno ha sido inevitable redefinir la co-acción sexual, es decir la aportación del hombre a esa inmensa y excelsa libertad sexual de la mujer. Porque claro, la disponibilidad de la mujer se da por supuesta. Sobre todo en determinados lugares y circunstancias.
En efecto, tanta libertad sexual culturalmente obligatoria, conlleva una liberalidad nunca antes conocida. Ante esa nueva definición de libertad sexual de la mujer en que lo fetén es llevar la iniciativa y en cualquier caso decir siempre que sí (porque para hacerse la estrecha y decir a piñón fijo que no, ya estaba la carcundia de la represión sexual del antiguo régimen), al hombre no le ha quedado más remedio que repensarse su papel en el mercadeo del sexo. Porque sabiendo los hombres que se educa a las mujeres para que alejándose todo lo posible de la anterior represión sexual digan que sí por defecto, es obvio que los modos de acceso del hombre a la mujer se han tenido que acomodar a esta nueva realidad. Y en su virtud, al contar de entrada con la predisposición a la vía libre, la inmensa mayoría de las acciones con que se corona esta libertad sexual de la mujer, queda descargada de su ancestral agresividad.
En efecto, ésa ha sido la línea de la defensa en ambos casos: si habitualmente la mujer se comporta como demandante -y aceptante- de sexo, el hombre moderno entiende de entrada que la disposición ahí está; sobre todo si coincide con la mujer no en el súper o en el metro, sino en una francachela donde la impresión que causan unos y otras, es de dejarse llevar por la excitación sexual que forma parte de la circunstancia. Los casos de abusos sexuales y violaciones masivas en las fiestas de año nuevo en Suecia y Alemania por parte de la población extranjera, tuvieron como condicionante el ambiente de mayor disponibilidad que se respira en esas fiestas, donde cuesta más distinguir qué es abuso y qué es simple uso. En el supermercado y en el metro no es tan fácil confundirse… ahí no se puede alegar que la situación alborotadamente festiva y el estado de ambos se prestaba a confusión. Pero en otras circunstancias, está clarísimo que sí.
Es el mundo nuevo que se construye sobre la nueva mujer. Oigan, no se vayan tan lejos, pásense por las discotecas, las lonjas más activas de contratación de sexo, y observen a qué va cada cual, y cómo se atiborran ellas y ellos de lo que sea, porque tanto ellos como ellas, tanto ellas como ellos, lo que pretenden es desinhibirse, andar más sueltos, desmadrarse. Es evidente que en esas circunstancias cuesta mucho más discernir entre consentimiento y no consentimiento. Ciertamente cuesta mucho más.
Con una particularidad singularísima: en el sistema liquidado por la nueva era, la mujer era responsable de su defensa. Tenía que cuidarse ella de agresiones y abusos; tenía que evitar situaciones de riesgo; y evitar cualquier equívoco sobre su disponibilidad sexual para ahorrarse abordajes indeseados. Tenía que evitar por ejemplo, enrolarse en juegos equívocos en los que hacen crecer y crecer la excitación de ellos, o irse a casa o a un lugar retirado con uno o varios hombres ya en estado de celo, contando con que siempre estás a tiempo de decir que no, y que por tanto no va a pasar nada. ¡Ni en sueños! La mujer sabía que eso era jugar con fuego, y que debía evitar tales situaciones si no quería quemarse.
Pero hoy ya no va así, porque al fin y al cabo, si la cosa acaba de forma distinta a como lo decidió a última hora tampoco es grave, porque papá Estado ha previsto cómo sacarla del apuro. El sistema sitúa a la mujer en una total y absoluta irresponsabilidad: más que nada, por evitar que la responsabilidad le limite la libertad. Gran argumento. Y el sistema, con un aplomo digno de mejor causa, le asegura que puede comportarse así tranquilamente; por lo que a este respecto queda declarada tácitamente menor de edad (nadie se atrevería a poner esta realidad en palabras) y es tratada explícitamente como mermada de facultades.
Es el Estado el que atiende a su seguridad sexual y a su defensa mediante leyes y procedimientos que la pongan a salvo de cualquier posible agresión o incluso de cualquier molestia o incomodo sexual que quepa bajo la denominación de “acoso”. Lo que haga ella a este respecto, nunca le será imputable; puede hacer lo que le dé la gana: porque lo importante es preservar su libertad sexual. Por consiguiente, sea cual sea su conducta, el sistema no le pedirá nunca responsabilidades. Ella tiene todo el derecho de demandar al hombre al que viene diciéndole sí, sí, sí mientras le divierte, y a decirle no: un no que esta vez sí que es no, en cuanto se le gire el disco. El Estado se lo garantiza.
Y no tiene por qué temer nunca la reacción del hombre: el Estado sexo-protector cuida de la seguridad sexual de la mujer por encima de todo. Sin que sea necesario que ésta haga nada por ponerse a salvo de insistencias indeseadas, porque es cosa del Estado mantener a raya al hombre mediante su sistema de amenazas y coacciones. Ya ven, la represión sexual ha cambiado de bando. En el antiguo régimen era la mujer la que debía proteger su integridad mediante la auto-represión sexual. Hoy quien ha de andarse con cuidado y reprimirse es el hombre, porque las consecuencias de su ligereza le pueden ocasionar disgustos mucho más conflictivos que un embarazo. Un aborto… y arreglado. En cambio, la cárcel es harina de otro costal. ¿Cárcel por acusación de acoso? ¡Por supuestísimo! Y ni siquiera por acoso, sino por acusación de acoso.
Si la mujer denuncia los intentos de aproximación sexual de un hombre como acoso, o califica como agresión su empeño en continuar una faena a la que ella ha querido poner fin diciendo “no” con un retraso de difícil enmienda, la que se le viene encima a ese tal, puede ser mucho más lamentable que lo fue para la mujer el embarazo. Sobre todo si esas cosas ocurren en el ámbito laboral. Es mucho más ruinosa la denuncia de una mujer por acoso, que un embarazo. He ahí el precio que ha de pagar el hombre por la libertad sexual total, absoluta e irresponsable de la mujer: una libertad que la sociedad ha puesto bajo la maternal tutela y protección de las modernas estructuras sexo-protectoras del Estado. Es decir, que vivimos en la máxima excitación porno-carnal y, a la vez, en la máxima represión de los instintos sexuales resultantes.
Ya advirtió San Pablo en el siglo I: Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios (1Co 6, 18).
Cuando es el Estado quien dicta las normas morales y el sistema exige adoración absoluta e incontestada, sólo la libertad de los hijos de Dios permanece como faro de luz en la profunda oscuridad. Porque es una libertad ganada al precio de la sangre de Cristo frente a los poderes esclavizadores de este mundo. Y sabemos que somos de Dios, y que todo el mundo yace bajo el poder del maligno. Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento a fin de que conozcamos al que es verdadero; y nosotros estamos en aquel que es verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios y la vida eterna (1Juan 5, 19).
Suena raro; pero aunque suene paradójico, en esta doctrina hay mucha mayor libertad que la ofrecida por el mundo, sobre todo a la mujer. El mundo la ha colocado en una tremenda esclavitud que desvergonzadamente llama “libertad”. Y encima sus esclavizadores, con igual desvergüenza, se atreven a decir que no fueron capaces de darse cuenta de que ella no quería, porque su conducta era totalmente equívoca. En esas estamos. Encantados de haber vuelto a la manada.
Custodio Ballester Bielsa, pbro.
Sacerdotes por la Vida
Maravilloso articulo Mosen, como todos los suyos, gracias y que Dios le bendiga.
ResponderEliminarCierto.
EliminarPero la violencia doméstica está íntimamente relacionada con la violencia del aborto sobre niños no nacidos, hombres y mujeres, que nunca podrán vivir una vida de adultos y formar su familia y matrimonio.
En Cataluña, calculo que lleva acumulados unos 460.000 abortos, cifra que supera en cientos a los homicidios por violencia doméstica.
En España, el número de embriones congelados llega a los 230.000, con la vida suspendida, a la espera de ser muertos a los cinco años de criopreservados.
En España, en el informe "El aborto en España treinta años después (1985-2015)", señala que en este periodo se produjeron 2.103.430 abortos, "una cifra que es superior a la población conjunta de las Comunidades de Navarra, La Rioja y Cantabria" (la píldora del día después tiene efectos abortivos pero no computan).
www.geopolitica.ru/es/news/espana-mas-de-dos-millones-de-bebes-abortados-en-30-anos
ABORTO EN CATALUÑA
Una estadística de abortos en Cataluña, y que quizás explican la relación entre homicidios en forma de abortos y "la tierra catalana que gime dolores como de parto" por culpa de la división separatista:
ERA PUJOL (apoyando a González y Aznar)
De 1987 a 2000 (13 años): 113.787 abortos
2001: 15.207
2002: 16.710
2003: 16.605
ERA TRIPARTITO MARAGALL Y MONTILLA
2004: 17.278
2005: 18.434
2006: 21.976
2007: 23.799
2008: 26.932
2009: 26.046
2010: 24.305
ERA MAS
2011: 22.614
2012: 21.956
2013: 22.083
2014: 19.130
2015: 19.521
ERA PUIGDEMONT-JUNQUERAS Y RAJOY 155
2016: 19.661
Estimado redondeado 2017: 19.000
TOTALES
Total 1987-2016: 446.044 (exacto)
Total 1987-2017: 465.044 (estimado redondeado)
EMBRIONES CONGELADOS EN CATALUÑA
Hay, además, de acuerdo con las últimas estadísticas disponibles hoy 2017:
- Embriones congelados almacenados a fecha de 2014: 100.285
Fuentes estadísticas oficiales IVE-FIV en Cataluña (IVE hasta 2016; FIV hasta 2014):
salutweb.gencat.cat/ca/el_departament/estadistiques_sanitaries/dades_de_salut_i_serveis_sanitaris/
[IVE-FIV son eufemismos de homicidio directo y diferido:
- aborto (IVE: interrupción voluntaria del embarazo, que no es interrupción sino terminación irreversible, y no es voluntaria porque al embrión y feto no se le pregunta nada)
- FIV: es la RHA o reproducción humana asistida in vitro, es decir, embriones criopreservados, congelados o vitrificados, que morirán al cabo de unos años, el fin del ciclo de fecundidad de la madre, por descongelación programada. A la temperatura de -196ºC, los embriones congelados pueden conservarse miles de años]
La Iglesia debería de priorizar la vida, familia y educación, a todos los obispos, abades, curas, religiosos y laicos.
EliminarMatar viola el quinto mandamiento, es un pecado grave intrinse malum per se, es un grave pecado social y estructural, y es causa de infestación demoníaca personal y social, al ser el Padre de la mentira y el homicidio.
Es de fariseos despreocuparse de la vida de los no nacidos, cuando son matados un mínimo de 40.000.000 al año, pero apasionarse por otras violencias que, siendo igualmente intrinsece malum per se, no llegan al gravísimo nivel de matar al más indefenso, vulnerable y desamparado: el niño no nacido, sin voz, sin fuerza, sin defensores, y lo que es peor, sin oraciones y sin la acción de la Iglesia, que hoy es omitente y silente, olvidándose de san Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Este 28 de diciembre, la Iglesia no ha hecho una fiesta para la vida y familia, como sí hacía antes.
Todos los consagrados, empezando por todas las jerarquías, responderán de sus omisiones ante este grave crimen silencioso.
Completamente de acuerdo padre Ballester, pero este tema no sale en las cartas dominicales de los obispos y las comunicaciones papales. Quienes mandan tienen su responsabilidad. En las iglesias de verano durante las misas a veces parecen escenarios de teatro El Molino por las vestimentas de las jovencitas participantes y comulgantes. Esto debería ser un tema de enseñanza frecuente en catequesis de los jóvenes, tanto que incluso los periódicos laicos hablarían de ello por ser NOTICIA. Pero los que mandan en la Iglesia se han empeñado en que el Cristo y su Doctrina no sean demasiado noticia. SG.
ResponderEliminarEfectivamente, Babilonia ha vencido.
EliminarBabilonia ha vencido," DE MOMENTO"!
Eliminar"¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios..."
ResponderEliminarEsto sería válido, creo yo, en el caso del católico y ortodoxo bautizado y confirmado, o del protestante bautizado legítimamente (pero no confirmado porque niegan este sacramento), pues el bautismo hecho en el nombre de cada Persona (Padre, Hijo y Espíritu Santo) ya da dicho Espíritu Santo y nos hace hijos adoptivos de Dios.
Para los no bautizados, me parece que esto no funciona, ni son Templo del Espíritu Santo ni son hijos adoptivos de Dios, son sólo criaturas de Dios, pero igualmente pecarían en la fornicación porque tienen en su corazón a todos los Mandamientos como ley moral natural, y conservan el querer y conocer propio de la culpa que la conciencia determina; y si fornican, se hacen una sola carne con el o los otros que fornican, e igualmente se condenan para siempre en el infierno por un pecado grave intrinsece malum per se no arrepentido.
ResponderEliminarEl problema, mosén Custodio, pudiera radicar en la amoralidad general. Usted enfoca desde la moral un problema que la justicia resuelve desde el derecho. Cierto es que una chica que acude a una casa particular de chicos sabe a lo que se expone, y, en cambio, no suele ser equiparable, ni de lejos el caso inverso: un chico que acude a un piso compartido por varias chicas. No son casos equiparables desde la moral, pero el derecho sí los equipara. En ambos el juez se atiende exclusivamente a la libertad sexual en todo el proceso. No hay atenuantes ni eximentes para el juez, salvo en lo que atañe a la chica. Recuerde el varapalo que le cayó a aquel juez que introdujo como atenuante masculino la minifalda extrema de la joven.
Vivimos en una sociedad amoral desde la infancia. Desde los colegios religiosos. ¿Ha oído usted alguna vez la palabra modestia en los últimos cuarenta años en Cataluña? ¿Ha oído de alguna lección en colegios de monjas y religiosos sobre el matrimonio, la vida consagrada, la rectitud de intención, el sentido de pecado? Si hasta el colegio La Farga invitó a la consejera de salud socialista, hoy separatista, Geli para impartir una conferencia sobre los métodos de (no) reproducción y del derecho a decidir (la muerte ajena)? ¿Qué esperan que enseñe un socialista o un seguidor de ERC o de cuantos han aprobado leyes contra la vida y el matrimonio en el Parlament?
Me entretenía estos días con la lectura de las tesis de la nouvelle théologie y la disputa desatada, en particular el trabajo del moralista Labourdette sobre la ruina ética que significaba. Una ruina que desgraciadamente se repite con un famosos texto pontificio reciente y su descripción del papel de la conciencia. Los chicos de la manada actuaban plenamente conscientes de que era lo que hacían “los hombres”, como proceden las chicas y los chicos que vemos apareándose en cualquier estación de metro o en cualquier parterre. ¿Moral objetiva? ¿Qué es eso? Mi conciencia, sin resquicio para el escrúpulo o la duda, me dice que que es propio del varón –o de la mujer—yacer si la ocasión lo propicia como acto de amor. ¿A cuántos curas ha visto usted glosar el texto paulino sobre los fornicarios?
La Iglesia catalana tiene pendiente aún tres líneas de defensa de Juan Pablo II y Benedicto XVI:
Eliminar1. Los valores no negociables de la vida, familia, educación y bien común
2. La lucha contra el ateismo e islamismo radicales
3. La defensa de la doctrina y de los valores tradicionales
Omella, Sistach y obispos catalanes, buena suerte y feliz 2018... seguiremos...
Mi efusiva felicitación a Mn. Custodio por atreverse a entrar con tanta valentía, cuidado y acierto en estos temas que se han convertido en tabú (también para la Iglesia, cuya doctrina no es políticamente correcta). Y mi felicitación también al webmáster, que ha ilustrado tan brillantemente el argumento con las imágenes que ha incorporado. Ése es el tema del artículo. ¿A qué se llama consentimiento en el marco de las situaciones que representan esas imágenes? ¿Y pueden esas mujeres al final de esas fiestas decir que alguien ha mantenido con ellas relaciones no consentidas? Supongo que los de La Manada aportarían en su defensa imágenes de este estilo para demostrar que la situación de consentimiento venía de mucho rato antes. Y luego, con los atenuantes del alcohol y las drogas por ambas partes... En situaciones como las que nos muestran las fotos que ilustran este artículo, vaya usted a saber qué es consentimiento y qué es lo contrario.
ResponderEliminarBueno, al menos descansamos este fin de semana de la asfixia del prusés y de la guasa de la República de TABARNIA, que está llamada a regalarnos días gloriosos. ¡¡¡Viva Tabarnia libre!!!
Oiga usted, de republica de TABARNIA Nada de nada, continuaría siendo REINO DE ESPAÑA, como tiene qué ser, HOMBRE!
EliminarEn el fondo es una consecuencia más del pecado de Eva.
EliminarGrandioso comentario del Sr.Valderas Gallardo.
ResponderEliminarAunque no comparto muchas cosas de Mn Custodio y pienso que vive en su mundo ideológico , debo sacarme el sombrero ante este artículo pues refleja la realidad al 100 por 100 y el análisis es muy acertado.
ResponderEliminarY tu en el tuyo...
EliminarCada uno tiene su mundo ideológico...
Por supuesto , yo en el mio , Cristo es la verdad , nosotros tenemos la verdad si estamos en Cristo ...y la verdad absoluta sólo es Él ...nosotros nos equivocamos mucho
EliminarBien que lo refleja todo esto. No hay más que ir una noche a una discoteca y verlo para ver la banalización de las relaciones, la promiscuidad y de que se hace todo lo posible por ver, ser visto y se explota el sex appeal digamos así. Hoy las chicas no tienen inhibición ninguna, no son ni educadas, ni tímidas, ni siquiera precavidas. A menudo hablan con más desparpajo, son más groseras, beben más y fuman más que los chicos de su edad. Por supuesto para que no digan sus amigas que son unas estrechas y la dejen más sola que la una alardeará de con cuantos se ha enrollado, si fulanito se lo hacía mejor o peor y demás, (eso es verídico lo he oído contar a chiquillas de 15 años)si soy más chula que tú y cualquiera que venga proponiendo no se qué pues no dicen que no aunque no lleguen a alcanzar el mal que se pueden hacer y de que puede que no haya marcha atrás. A eso hay que sumarle todas las tonterías de la ideología de género,el feminismo que odia al hombre y demás incongruencias de esta nuestra sociedad. Sumemos a esto el alcohol sin límites, las drogas y tenemos rápidamente suceso al canto.Patético es que por un lado la sociedad quiera una mujer rompedora, sexy, moderna, sin tabúes de ningún tipo ni frenos y por otro lado se condene,se reproche y se critique que un hombre responda a esos estímulos tan evidentes. Es un contrasentido tal que no es lógico y todo porque no se enseña una sexualidad responsable, encaminada a la fidelidad, al respeto mútuo. Tanta obsesión con la mujer y tanto adelanto y nunca ha sido menos libre y más objeto y ha estado más desprotegida que ahora.
ResponderEliminarY con más razón si es de algún cuerpo armado que vela por la seguridad de todos.
EliminarFelicito nuevamente al sr. Valderas Gallardo. En el escrito de Mn. Custodio no asomaba por ningún lado el tema catalán, pero el sr. Valderas ha sido capaz de ponerlo sobre el tapete. Tomemos ejemplo de su perseverancia. Hoy día ya no hay gente tan persistente, tan entregada en cuerpo y alma a una causa.
ResponderEliminarSe hable de lo que se hable, el Sr. Valderas sabe cómo conectarlo con el tema de Cataluña.
EliminarTotalmente de acuerdo con el Sr Valderas Gallardo. Predica usted en el desierto pero DIOS está con usted, ánimo y Feliz año nuevo!
EliminarMuy estimado Mn. Custodio, chapeau. Ánimo y sin decaer, para que siga siendo la voz que clama en el desierto de nuestros días, en el que se ha perdido el concepto de dignidad y respeto.Felicidades e infinitas gracias. A ver si aprenden los obispos... de todas maneras aunque ellos callen hablaran las piedras.
ResponderEliminarSoy profesor de secundaria y catequista en un pueblo...
ResponderEliminarCuando uno baja a la arena y habla con ellos, le enseñan fotos de wassap de compañeras de clase, amigas... Instagram o en sus tiempos tuenti era suave... Una vez me enseñaron un vídeo, sentí asco, deprabación... eso críos de 13 años... ¿Qué limites tienen para acceder a páginas de zoofilia, sadomasoquismo gore...?¿Han escuchado el vocabulario sobre todo tipo de desviación sexual?
Pero claro madre de 40 que se pavonean porque se ponen ropa de su hija de 16, incluso compañeras del instituto...
Padres que comentan de las hijas o incluso sobrinas...
Es verdad que siempre ha existido y existirá lujuria, pero leches como dijo Santiago Segura... pederasta yo... la culpa las madres que con diez años la visten de putas...
Soez, claro, mal gusto Santiago Segura, obvio, realidad, muy clara, si los padres no ponen limites, pero, divorcios, familias sin orden, madres con miedo por no ser tratado igual que un hombre en la ley de violencia de género...
La situación es grave, pero si hablas con claridad... yo no piso la sala de profesores, pero luego se quejan las profesoras porque les contestan con lenguaje repugnante...
Queremos orden pero no queremos luchar contra el caos...
Soy el que tiene como dices su ideologia propia...totalmente de acuerdo con lo que dices...yo también he trabajado en institutos ...el problema es muy profundo y grave, actualmente yo diría que la mitad de las bodas acaban en divorcio...sino más..y muchas mujeres entre 38 a 45 buscan vivir una segunda juventud liberal donde ir de flor en flor sin tabús. Muchos matrimonios largos con hijos , se rompen por aburrimiento e infidelidades ...el panorama es desolador
EliminarSeñor JM, tiene usted toda la razón. La evidencia es tan escandalosa, que clama al cielo. Y sin embargo, disimulando, que es gerundio. El rey está exhibiendo desvergonzadamente su desnudez; pero como lo políticamente correcto es alabar los magníficos oropeles reales, pues ahí estamos: cantando las excelencias de una sociedad podrida por una ideología repugnante. Hace usted bien, JM, en no pisar la sala de profesores. No todos podemos ser Superman. Hablas en cristiano en la sala de profesores, y se te comen. Así que santa resignación y a hacer lo que se pueda para limpiar las legañas de los ojos de los alumnos.
ResponderEliminarUsted ha hablado con más claridad y desgarro que Mn. Custodio sobre la cruda y repugnante realidad que nos asfixia. Usted tiene que hacer catequesis. ¿Cuál? ¿La que hacen obispos, curas y monjas, salvo honrosísimas excepciones? Me refiero a la catequesis del silencio, a la catequesis del dejar hacer, la catequesis del acomodarse a lo que hay, y por supuesto la catequesis de no incomodar ni al mundo, ni al demonio, ni muchísimo menos a la carne. ¿Carne? ¡Carnaza! Para todas las manadas.
Mi libro es el Youcat y algunas cosas de Radio María...
EliminarCon mis errores y aciertos...
Muchas gracias por sus articulos.
ResponderEliminarEstamos estamos en manos del Principe de este mundo Satanás.
La imprudencia de una de las partes no justifica la barbarie de la otra. Aun cuando en algunos aspectos estoy de acuerdo con el articulo echo de menos una condena de la actuacion de la manada, al contrario parece que se la justifica. Y es injustificable. Esto, por parte de un sacerdote me parece un escandalo horrible. Por otra parte, digamos la verdad, seamos honestos, tanto los varones como las mujeres sabemos hasta donde podemos llegar y cuando es el momento de parar o de decir que no.
ResponderEliminarAquí no se trata de condenar, porque jurídicamente aún no se pronunció el juez ni las apelaciones, casaciones que se puedan hacer.
Eliminara.- Si no ha sido violación y fue consentido, condenamos a la que falsamente denunció, como ha pasado en Málaga gracias a unas grabaciones o en Irún o cerca.
b.- Si hubo esa violación, se debe condenar.
Aquí se trata de denunciar desde la moral, que el juez no debe entrar, solo de pronunciarse una vez aclarado los hechos.
De denunciar un problema social, donde puede llegar el caso una chica le diga a un chico, no entro en otro tipo de relaciones, si no te acuestas conmigo te denuncio, o se cree que no existe ese chantaje en algunas denuncias de violencia de género...
Y sé de que hablo...
Y no hablemos de lo peligroso que es para un hombre casarse...
Exacto. ¿Cuántas mujeres han muerto a manos de los hombres? ¿Cuántos hombres han muerto a mano de las mujeres? Y no es debido a la superioridad de fuerza física. Es debido a la cultura machista ( mujer: déjate someter al hombre).
EliminarPor favor, no participemos más en esta barbarie. Recapacitemos. Santa maría madre nuestra, Santa Magdalena y todas las Santas, interceded por nosotras, que parece "ellos" todavía no se están enterando... Ayúdanos Señor, ayuda a tu Iglesia, ciega e ignorante... Amén.
Preguntarse que hace una adolescente a partir de las 22:30 de un domingo, al día siguiente el instituto comienza a las 8:30, no es decir que estas a favor del violador y asesino presunto todo ello, sino que estás preguntando que papel juega la familia en la educación de un hijo, los poderes del estado con leyes que anulan la autoritas de sus mayores, incluyo abuelos, tíos... sobre un ser carente de conocimiento, eso es adolecer-ciencia, ese es parte del debate, Diana Quer, Marta del Castillo... deben servirnos para plantearnos que la desgracia es el final de un largo sumatorio de realidades, ojo, no actuales, pero ahora mucho más peligrosas.
EliminarSeñor anónimo de las 22:53 del 30 de diciembre.
ResponderEliminarEstá tomando usted el rábano por las hojas. El artículo que usted critica como horrible por haber sido escrito por un sacerdote (no nos engañemos: por haber sido escrito cuestionando la actual educación sexual que desemboca en esas situaciones), no se dedica a justificar sino a explicar. Que a usted le escueza que alguien se atreva a manifestarse en contra de los dogmas de género, lo encuentro normal. Pero no se rasgue las vestiduras; porque lo que a usted le escuece es la verdad, la diga Agamenón o su porquero. Tiene usted pinta de alegrarse más bien de los errores y de las aberraciones de un sacerdote. Así que si le gusta que un sacerdote meta la pata, déjele: mejor para usted y para la ideología que usted defiende.
Y por lo demás, es totalmente obvio que cualquiera condena la conducta de los agresores y no se necesita abundar en lo único que se escucha a todas horas. Lo mismo que a quien se atreve a decir que los asesinatos de mujeres a manos de hombres despechados no son más que la punta del iceberg de la violencia doméstica, lo fulminan los bienpensantes como usted. Porque eso desmonta la teoría oficial de que el mal que nos devora es la violencia contra las mujeres, y no la violencia contra los niños y los abuelos. ¿Alguien lleva la estadística de los niños muertos por malos tratos? No padre, que no es políticamente correcto. ¿Y la de los abuelos muertos a consecuencia de malos tratos? Tampoco, que eso no interesa. ¿Y el maltrato de los hijos a los padres? No, que eso nos desvía del gran tema: La mujer como única víctima de una civilización patriarcal machista. No hay que hacerle sombra al gran tema. ¡Ah!, ¿y qué me dice del número creciente, muy creciente, de suicidios de hombres maltratados por las mujeres? En cuanto se vio que no paraban de crecer año tras año las estadísticas, dejaron de publicarse. Porque hacían sombra a la estadística de verdad. Por si le interesa, le informo que cuando dejaron de publicarse superaban ya la cifra actual de mujeres que mueren víctimas de la violencia sexual. Evidentemente no se podía seguir con esa estadística. Es que la verdad oficial necesita mucha construcción. Siga usted siendo políticamente correcto, que es lo que más nos falta hoy: ser políticamente correctos. Y necesitamos apóstoles como usted de la corrección política. Es que está en una minoría estremecedora esa corrección política. ¡A que sí!