En la década de los 90, cuando el rector del Seminario de Barcelona era Don Joan Enric Vives, un seminarista me invitó a su casa, una vez en su habitación observé que entre carpetas mal ordenadas y libros torcidos había una urna. Al preguntar al seminarista que era aquello, me respondió: "Es mi abuelo". Quedé tan impactado y desorientado que fui incapaz de articular palabra, me mantuve en silencio y tardé en reaccionar un buen rato.
Me viene a la cabeza esta anécdota, teniendo en cuenta las fechas en las que estamos, hoy día de Todos los Santos, y mañana el de Todos los Fieles Difuntos. Pero sobre todo con la reciente aparición de la Instrucción de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe "Ad resurgendum cum Christo", que indica el respeto con el que deben tratarse los restos de las personas difuntas y la prohibición de según qué costumbres, lamentablemente muy extendidas.
Para aquel chico, hoy sacerdote, era normal tener los restos de su abuelo en un rincón de su desordenada habitación, y si alguien que se estaba formando para ser sacerdote pensaba así, qué no pensarían tantos otros católicos de a pie, que durante estos últimos años han realizado todo tipo de actuaciones poco reverentes con los restos de las personas difuntas.
Y a estas alturas también me pregunto que hará una buena parte del clero nacional-progresista catalán ante esta Instrucción vaticana, y mi respuesta es que mayoritariamente la obviará como casi todo documento que viene de Roma, y continuará permitiendo e incluso impulsando que las cosas continúen haciéndose mal.
Y es que en este tema hace falta mucha pedagogía y explicar bien las cosas, para que el pueblo fiel las entienda, porque ya sabemos que algunos Medios de Comunicación controlados por los enemigos de la Iglesia, pero que tanto influyen en los cristianos sencillos, ya se han encargado de decir, que esto es sólo para el negocio de la Iglesia, que quiere que así pasen por caja en los cementerios católicos y en las iglesias donde se han puesto columbarios o lugares específicos para las cenizas de los difuntos.
Nada más lejos de la realidad, porque cementerios católicos prácticamente no existen en Cataluña y todos dependen de los municipios y la práctica de que en las Iglesias haya lugar para las urnas, se puede decir que es anecdótica por no decir nula.
Pero sin esa pedagogía y catequesis adecuada, muchos seglares continuaran actuando exactamente igual que antes de la llegada del documento, y cuando a alguno se le ocurra preguntar a su párroco respectivo se encontrará con la respuesta habitual: "Fes el creguis més oportú" (Haz lo que creas más oportuno). Porque el nacional-progresismo ha formado a sus seglares en el mismo libertinaje en el que ellos viven, es decir ellos hacen lo que les da la gana en contra de los documentos de la Santa Madre Iglesia y enseñan a sus discípulos a hacer exactamente lo mismo.
Por eso sería bueno que la archidiócesis organizara alguna charla de formación al respecto, o que editara algún folleto explicativo. Pero ¿quien se va a preocupar de ello?. Si miramos el Consejo Episcopal y las Delegaciones Diocesanas, todavía en manos de los protegidos de n.s.b.a... y jubilado cardenal Martínez Sistach, poca cosa podemos esperar.
Antoninus Pius
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Pues mire,una anécdota más del clero NAZIONALISTA,que le vamos a hacer?!!
ResponderEliminarSi enterrar a los muertos es una obra de misericordia, a mí me chirrían un montón de cosas –fe, obediencia, sentido común, respeto– ante las posturas de insubordinación que algunos que se dicen cristianos toman ante la rebeldía de la orientación de la Iglesia (que no es de hoy; tiene muchos años de vigencia) del respeto que merecen nuestros difuntos. Ese decidir por cuenta propia no habla muy bien que digamos de quienes así obran. Al menos, eso pienso yo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con usted,pero esto ya viene de lejos y tendrían que haber avisado hace muchos años,el concilio dejo muchas grietas que parece ser no se cerrarán NUNCA.
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