Hasta tal punto se está mundanizando la Iglesia, que a imagen y semejanza del mundo se ha planteado la posibilidad de adaptar su doctrina a la demanda averiguada mediante sondeos. ¿Pero la demanda de quién? Basta ver a quiénes se han dirigido los sondeos. Por simplificar mucho, y por decirlo en términos que entienda todo el mundo, se trata de adaptar la doctrina a la demanda de los que cobran en la Iglesia; es decir de los que viven de la Iglesia.
Lo expreso de este modo porque así es mucho más evidente la analogía con el mundo: en este caso, con los partidos políticos. A nadie le cabe duda de que éstos no construyen ni aplican sus ideologías atendiendo a una hipotética demanda de la población sobre la que gobiernan: porque los partidos políticos, al igual que la Iglesia, están formados por potentísimos enjambres de personas QUE VIVEN DEL PARTIDO, que los tiene colocados en la inmensa red de cargos políticos, funcionariales y asimilables (empresas públicas o dependientes del Presupuesto), formando una imponente red clientelar al servicio del alto mando. Éste, al no tener otro objetivo que el poder por el poder, se estructura tan totalitariamente como puede: (“quien se mueva, no sale en la foto”) con lo que también la doctrina viene impuesta desde el poder (siempre atendiendo a cálculos electoralistas) y subordinada a él.
Y como en este automundo se celebran congresos (elecciones internas) tan de tarde en tarde y tan encorsetadas como se puede, es finalmente en este segmento social (“la casta”, “la caspa”, “la lepra”) donde se cuecen las cuotas de popularidad-aceptación de las líneas ideológicas y programáticas del alto mando y donde se hacen y deshacen las cuotas de poder. Es ahí por tanto donde se deciden finalmente las ideologías (a las que se supone el cimiento de todo ese aparato). Obviamente la red de intereses es tal, que no hay ideología que sobreviva a la presión de este mundo de intereses.
Por poner los ejemplos que nos caen más cerca, el entramado de poder de CiU es tan indestructible como el de una superempresa: si los resultados de la mala gestión la ponen en crisis, pasará de unas manos a otras; pero ese tejido empresarial y económico no se destruirá. Igualmente caerá el partido, le cambiarán las siglas, habrá trasvases entre partidos; pero la estructura clientelar nadie será capaz de desmantelarla: puede incluso emigrar en bloque a “Podemos” (que la necesita), pero no desaparecer. ¿Acaso no se han trasvasado numerosísimos miembros de la Iglesia a ideologías y formaciones nacionalistas y de izquierdas, manteniendo la DOBLE MILITANCIA en la Iglesia y cobrando la inmensa mayoría únicamente de ésta? Las cosas, por su nombre.
¿Y la ideología? Variable, según manden las circunstancias. Lo esencial para cada uno de esos miles y miles de paniaguados es mantener su modus vivendi, que es su verdadero oficio, como el del honrado albañil, camionero, médico o maestro. Dígase lo mismo hoy del PSOE, del PP (o del PPSOE), y mañana de Podemos. Del primero al último, todos y cada uno miran por sus alubias (su colocación: con su cuota de poder y dinero).
¿Pero no se cimientan los partidos políticos en su ideología? ¿No es el más sólido fundamento de la Iglesia su ideología (a la que en lenguaje interno se llama fe y moral)? ¿No se está creando “Podemos” para implantar una nueva ideología que supere la corrupción de los partidos-ideologías vigentes? ¿No está luchando este nuevo partido contra “la casta”? Claro que sí, pero resulta que no se puede presentar a las municipales porque le falta entramado político (es decir “casta”) y los de la casta que ven esfumarse su modus vivendi ya están infiltrándose en Podemos: la casta es la caspa. Un oficio como cualquier otro, siempre a disposición de quien pague. Nada nuevo bajo el sol: al fin y al cabo, los partidos políticos son esencial y visceralmente ESTRUCTURAS DE PODER y ponen su ideología a los pies de esa estructura. Es el primum vívere. Por eso hoy es absolutamente imposible reconocer y ni tan siquiera atisbar la menor huella de la genuina ideología socialista en el PSOE y en la mayoría de los partidos que se llaman socialistas. No nombro a otros porque ni tienen ni exhiben ideología. Pero sí nombro a la Iglesia, porque muchos de sus miembros han cambiado de chaqueta, es decir de ideología. Y es tan evidente, que lo ve todo el mundo.
¿Y qué ocurre al respecto en el seno de la Iglesia católica? Pues que en este momento (después de los últimos que los partidos políticos llamarían congresos -incluido el Sínodo) hay una presión brutal por parte de los que viven de la Iglesia para que ésta ADAPTE LA DOCTRINA a lo que este pesadísimo cuerpo burocrático exige para encontrarse más a gusto en el cumplimiento de su ministerio: en rigor, para facilitarles un poco más su modus vivendi y alargarles así su lenta agonía.
Por una parte le piden a la Iglesia que se deje de rigores religiosos y morales para con los fieles, puesto que esos rigores no encajan en la tremenda relajación de costumbres en que viven tanto el mundo como la Iglesia. Le piden por tanto que considere y declare EN PLENA COMUNIÓN CON LA IGLESIA a la multitud de “parejas de hecho” o “recasados” que están negando con sus vidas la sacralidad y la indisolubilidad del matrimonio. Que se les trate como a católicos normales: es decir, que “se normalice” su situación. Y como signo externo de esa normalización, se les dé la Comunión sin plantearles objeciones. Al fin y al cabo estas “parejas irregulares” son la gran mayoría de su clientela: y les merma popularidad el hacerse los estrechos con ellos.
En resumen, la mayoría de los que cobran de la Iglesia están presionando violentamente para que ésta CAMBIE LA DOCTRINA sobre el matrimonio. Han ido haciendo la vista gorda, pero ahora exigen que la relajación se convierta en norma. Esto les permitirá vivir más relajados. Digamos que la cuestión del matrimonio afecta directamente a la clase de tropa: porque son los que están en contacto directo con los fieles y lo viven muy de cerca.
Pero hay otra gran cuestión especialmente grave, el auténtico caballo de batalla, que afecta al mando. Una cuestión sumamente grave en la que absolutamente todos, del primero al último se han dedicado a hacer la vista gorda y a permitir que avanzase la gangrena. Empezando por el propio aparato burocrático disciplinario, tan prolijo que dilata las causas durante años, que es tanto como consentir burocráticamente el mal (ni más ni menos que ocurre con la corrupción política: la justicia puede tardar decenios). Me refiero al tremendísimo problema de la homosexualidad en el clero (ser y hacer), cuya manifestación más dolorosa es la PEDERASTIA.
Cuando el responsable máximo del clero y de la jerarquía, elige como la más sabia y piadosa respuesta el “QUIÉN SOY YO PARA JUZGARLE” (¿y quién otro, si yo no?) ante un caso flagrante, público y notorio de sonadísimos (y casi espectaculares) escándalos de homosexualidad por parte de uno de sus arzobispos con el capitán de la Guardia Suiza; y no sólo eso, sino que lo promociona a mayores responsabilidades de su máxima confianza; cuando así habla y actúa el líder, no hace otra cosa que poner de manifiesto que ésa es la actitud generalizada de la jerarquía y el auténtico y genuino modus operandi de la Iglesia: un modo evidentemente corrompido, puesto que ha dado lugar a tantísima podredumbre. Lo que queda claro es que desde el obispo de Granada hasta el de Roma, pasando por el de Barcelona, el de Santiago y el de cualquier otra diócesis, todos a una responden con el mismo sonsonete: “¿Quién soy yo para juzgarle?” Dejemos que sea el proceso canónico (en los casos de corrupción civil, la justicia) quien resuelva o deje podrir o haga desvanecerse el problema. Y entretanto lo confían todo a la misericordia infinita (y desearían que desnortada) de Dios: y los pastores siguen sacrificando inocentes corderos para sus festines. Y obviamente ni éste ni ningún problema profundamente enconado, se resuelve con una circular.
¿Qué pasa, pues? Pasa que la Iglesia lleva más de 10 años en un inacabable congreso (resaca del gran Concilio) en el que pugnan por triunfar dos tendencias (en especial de los que viven de la Iglesia): la regeneracionista conforme a la Tradición y al Magisterio, y la que pretende ajustar el dogma a la relajación reinante. En estos congresos lo que prima es la doctrina, y se elige la persona que se considera más capaz de encarnarla.
Como la mundanización de la Iglesia le deja cada vez menos espacio al Espíritu Santo (no le podemos achacar la responsabilidad sobre cada papa, porque los ha habido muy indignos), la elección del Papa se parece muchísimo a los congresos de los partidos políticos: así que sabemos muy bien cómo se cocinan esas elecciones. El hecho cierto es que el último congreso lo ganaron los partidarios de articular un divorcio católico no importa con qué fórmula, acabando así con la indisolubilidad del matrimonio; y de abrir la Iglesia a la homosexualidad, especialmente para el clero (el debate del celibato ha quedado trasnochado). Y de momento parece que van ganando por goleada. Es en este bando donde está situada hoy en la Iglesia la más alta cuota de poder y de popularidad.
¿Pero de verdad defienden todos esos la claudicación doctrinal de la Iglesia? ¿Alguien cree que toda esa multitud de gente que vive de la Iglesia y revolotea en torno a esas tesis (propias de la otra chaqueta que llevan puesta), tiene realmente inquietudes doctrinales y que les importa de verdad la Comunión? Si seguimos la analogía con la infinidad de gente que vive de los partidos políticos, en lo que piensan cuando dan su aval a un candidato no es en la ideología del partido, sino en su modus vivendi, en sobrevivir (y si puede ser, también medrar) gane quien gane.
Y lo que estaba ocurriendo quizás en la Iglesia, es que muchos miles de vividores veían peligrar su estatus si seguía la limpieza emprendida por el Papa emérito; con lo que se vieron impelidos a unir sus fuerzas para que la Iglesia bendijese su relajación (y en demasiados casos, su depravación), de manera que nadie pudiera reprocharles nada en adelante (¿quién es el Papa y quién es la Iglesia y quién es nadie para juzgar a nadie por nada, absolutamente por nada?) El precio que le exigen al poder para seguir sosteniéndolo, es que cambie la doctrina: exactamente igual que han hecho todos los partidos políticos por mantenerse en el poder.
Cesáreo Marítimo
Sr. Cesáreo Marítimo, en esta ocasión le ha tocado escribir un artículo nada alagüeño.
ResponderEliminarSi la Iglesia católica fuera humana, ya estaría aniquilada hace años, quizá siglos. pero no, la IGLESIA, ES LA ESPOSA DE CRISTO, aunque gobernada por hombres pecadores, no ángeles, ni hombres sin pecado, como el mismo Jesucristo y la Virgen Santísima.
Ha tenido persecuciones y ha seguido adelante.
«Haced discípulos de todos los pueblos»
La misión se dirige a la totalidad de los hombres. Así queda expresada de la manera más evidente la universalidad de la salvación. En la Antigua Alianza, Israel, con sus límites geográficos y étnicos definidos, había sido elegido como «pueblo de Dios»; en la Nueva Alianza, la Iglesia, que es el nuevo Israel, no posee límites de ningún tipo; ella tiene la extensión de la humanidad; todos están llamados a formar parte de ella y gozar de las promesas de Dios. En su gran visión del Apocalipsis, el autor escucha ante el trono del Cordero un cántico nuevo: «Fuiste degollado y compraste para Dios con tu sangre hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación» (Ap. 5,9).
«Enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado»
Se trata de guardar la totalidad de la doctrina enseñada por Cristo. Jesús envía a hacer discípulos suyos indicando dos cosas necesarias: el Bautismo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo y la observancia de todo lo que Él ha mandado. Muchas veces estamos bautizados y nos llamamos cristianos, pero faltamos a esta segunda condición: silenciamos sistemáticamente algunos puntos del Evangelio, porque nos resultan incómodos o porque, según la idea particular que nos hemos hecho de Dios, no cuadrarían con Él; o simplemente nos desentendemos de alguna parte de su doctrina, por ejemplo, lo que manda respecto al divorcio, al adulterio, al uso adecuado de las riquezas, etc. En obediencia a esta misión dada por Cristo de enseñar todo lo mandado por Él, la Iglesia ha promulgado el Catecismo de la Iglesia Católica, que contiene «un compendio de toda la doctrina católica tanto sobre la fe como sobre la moral». Contiene lo que un discípulo de Cristo debe creer, celebrar, vivir y orar.
«Estoy con vosotros todos los días»
Aquí está expresada la totalidad del tiempo. Son las últimas palabras de Cristo y es la promesa más hermosa: su presencia continua en medio de su Iglesia. Si es cierto que su Ascensión corporal es un dogma de nuestra fe, también lo es su presencia real en la Iglesia, sobre todo, en aquella presencia llamada «real» por excelencia: la Eucaristía. Jesucristo Resucitado, con su cuerpo, sangre, alma y divinidad está sentado a la derecha de Dios y está en nuestros altares en el «pan de vida eterna» y en el «cáliz de salvación».
No hay mayor milagro, aunque no nos lo parezca, porque nos acostumbramos a ello, que ante la palabras del sacerdote de la Última Cena, Jesucristo obedece siempre y además quiere quedarse continuamente entre nosotros para poderle visitar en el Sagrario y dar el Viático a los moribundos. Y esto solo por su infinito Amor.
Halagüeño se escribe con H.
EliminarSr. Anónimo, usted perdone, mi profesión nunca ha sido ni corrector ni nada relacionado con las letras.
EliminarYa hace muchos años de que fui a la escuela y siempre tengo algún que otro error, pero el hacho de haberse fijado en mi comentario y haberlo leído, detalle que le agradezco, creo vale más que una H ¿no le parece?
Si comparamos a Francisco como una fortaleza, veríamos una cosa bastante extraña:
ResponderEliminar1. La torre "social" de la izquierda: bien fortificada pero peronista, con acusaciones populistas a la "economía que mata", sin distinguir qué economía mata, pues la economía liberal-capitalista, cuyos abusos fueron denunciados por san Juan Pablo II, es la única que ha dado progreso, mientras que las economías socialistas (China, Cuba, Corea del Norte) y bolivarianas (Venezuela, Argentina) son una regresión al pasado pretecnológico. Francisco se mueve como pez en el agua en lo social, exportando su experiencia vital de las Villas Miseria.
2. La torre central del homenaje, "inerrancia-infalibilidad-liturgia-sacramento": sigue siendo demolida sin que nadie haga nada, como se ve en Cataluña, por los negacionistas de la inerrancia bíblica (Rius-Camps) y de la infalibilidad papal y conciliar ("Fills del Concili" de Estruch); la difusión de la Nueva Era (jesuitas de la Cova de Manresa) y del izquierdismo de la cultura de la muerte, del género, el relativismo y el bolivarismo independentista (sor Forcades), del relativismo litúrgico y sacramental y de la Iglesia alternativa y progresista (misas jesuíticas con la consagración cambiada, confesiones comunitarias)...
3. La torre derecha "de la vida, la familia y el matrimonio": totalmente paralizada, congelada, en mínimos de guardia de vigilancia; abandono de la doctrina de san Juan Pablo II de Evangelium Vitae 20: el aborto deriva a las democracias hacia estados tiránicos y totalitarios porque no respetan el derecho a la vida de los más débiles.
Contradicciones fuertemente flagrantes en esta torre: indignación por un millón de niños de la calle en Filipinas, silencio total ante el millón de niños abortados en la Unión Europea cada año; su carta a las carmelitas bonaerenses del 22 de junio del 2010 dice que el matrimonio homosexual es un plan satánico contra la familia diseñada por Dios, pero en el 2013 dice que "La Iglesia no puede hablar solo del aborto" y el "quién soy yo..."; su Evangelii Gaudium sólo dedica un 2% a bioética y familia, mientras que a lo social y a la economía le concede el 25%; el Sínodo de la Familia sólo sirve para justificar el homosexualismo y la comunión de los divorciados recasados, y no le interesa la obtención de un banco de datos estadísticos y legislativos sobre contracepción, aborto in vitro o in útero y quirúrgico o farmacológico, congelación de embriones, destrucción de embriones, eutanasia, suicidio asistido y divorcios, que son especialmente graves en Europa.
Yendo al sistema estadístico italiano sobre abortos [1], la región del Lacio tiene 5 provincias, una de ellas es Roma, y en ella se han hecho casi 12.000 abortos el 2012. ¿Y en Roma no está el Vaticano? Otra incongruencia más: mientras la Santa Sede abre duchas y barbería para los pobres y el Papa regala paraguas a los sintecho, ¿no se hace nada para los niños no nacidos que van a ser abortados? Pues nada. ¿No parece peronismo populista? Se comprende por qué el Sínodo no quiere saber nada de la realidad estadística: los cardenales de Roma no hacen nada contra el aborto... en Roma e Italia.
Hipótesis:
1. Francisco tiene un grave desconocimiento de bióetica y moral familiar y matrimonial. Solución: poner un "Ratzinger" que le asesore en estos temas.
2. Las contradicciones son evidentes y objetivas, continuadas en el tiempo, lo que presupone: o bien el síndrome de Pablo VI (exceso de optimismo al empezar una "nueva era"); o bien que ha asumido las tesis intelectuales de un núcleo duro de cardenales de oscura doctrina; o bien hay alguna incapacidad de algún tipo; o bien que constituye una decisión premeditada.
[1] www.istat.it/it/archivio/aborto; también en Salute e sanità, Salute riproduttiva della donna, Interruzioni volontarie della gravidanza, Migrazione, Interruzioni volontarie della gravidanza per regione di residenza e regione di intervento - livello regionale
Puede ser esta la explicación:
EliminarEn las congregaciones generales previas al cónclave de elección del Papa del marzo del 2013, un grupo significativo de cardenales y Bergoglio hicieron un análisis de la situación:
- Donde hay más católicos y más crecerá el catolicismo es en el Tercer Mundo, por lo que la cuestión social (pobreza económica, sistema económico) es lo prioritario y preferente (Villas Miseria), desplazando la defensa de la vida, la familia y el matrimonio en toda la Iglesia, incluso.
El discurso de Bergoglio como postulante al papado, con el fin de obtener el apoyo de un grupo de cardenales significativos para lograr la gobernanza de la Iglesia con éxito (que no consiguió Benedicto XVI), se sintetizó en cuatro puntos:
1. Evangelización: la Iglesia debe salir de sí misma e ir a las periferias” no solo geográficas, sino también las existenciales
2. No a la Iglesia “autorreferencial”, que se mira a sí misma en una especie de “narcisismo teológico”
3. No a la Iglesia mundana que vive en sí, de sí, para sí
4. [Bergoglio se presenta como] un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales.
Paralelamente, en octubre del 2013, a los pocos meses de la elección de Francisco y una vez eliminado Benedicto XVI por los lobos y los cuervos, aprovechando la ignorancia de Francisco sobre bioética, y conseguidos los objetivos tanto de su compromiso exclusivo por la cuestión social, lo económico y lo ecológico (Evangelii Gaudium, nueva encíclica ecologista) y desviada su atención por su contradicción en su pasada defensa de la vida y la familia (carta a las carmelitas, 22 junio 2010; “el aborto es una obsesión”, “quién soy yo...”), se inicia con el Sínodo de las Familias la verdadera Revolución sexual pendiente desde Mayo del 68 en la Iglesia, Sínodo que incluye los supuestos procedentes de las "periferias existenciales" de Francisco, que son eclesialmente rupturistas, y que son vividas por un porcentaje considerable de familias católicas: comunión de los divorciados recasados y homosexualidad.
La intención de crear una apostasía y herejía en la Iglesia a través de la legitimación de la comunión eucarística de los católicos divorciados recasados y de las uniones homosexuales, procede del ámbito de la alemana y protestante Teología del Rin, liderada por Kasper, Bonny y el presidente episcopal alemán Mons. Marx, con la ayuda de los organizadores del Sínodo de las Familias, Peter Erdo, Bruno Forte y Lorenzo Baldisseri y Paglia, los alucinantes autores del primer cuestionario... que no incluía ninguna pregunta sobre aborto, reproducción humana asistida, eugenesia, eutanasia ni suicidio asistido, como ya advirtió mosén Custodio Ballester.
En efecto, el primer cuestionario del 2013 tenía 38 preguntas, pero que en realidad eran 67 preguntas en forma de subpreguntas, e inexplicablemente no preguntaba nada sobre la esencia del pontificado de san Juan Pablo II: cultura de la vida, familia y matrimonio.
El segundo cuestionario del 2014 para el Sínodo del 2015 tiene 46 preguntas (son 104 preguntas en forma de subpreguntas), incluye las anteriormente olvidadas biomédica (41) y el aborto (44), pero sigue sin interpelar a los obispos sobre el aborto in vitro y la congelación e investigación de embriones en reproducción humana asistida, eutanasia y suicidio asistido, así como no demanda a los obispos los enlaces tanto a estadísticas oficiales europeas sobre estos asuntos, como sobre el acerbo de legislación vigente y proyectos de ley antivida y antifamilia.
El objetivo final de admitir a la comunión a convivientes irregulares que carecen de cualquier derecho a hacerlo, consiste en desacralizar a la eucaristía como Cuerpo y Sangre de Jesús. Desde un punto de vista de la escatología eclesial y de almas, es el inicio de la gran apostasía general y de la divinización del Anticristo con la ayuda de satanás, según 2 Tesalonicenses 2, así como de la perdición de muchas almas de consagrados y laicos.
Para entender esta situación hay que profundizar en la biografía , la psicología y la adscripción del jefe, no queda más remedio.
ResponderEliminarLean, pues," El verdadero Francisco", de Antonio Bello (se lo pueden descargar, de momento, de Internet porque tras una primera edición limitada ha desaparecido). Lean además " Non è Francesco", de Antonio Socci (Mondadori; lo pueden encargar en ibs.it). También lo conocen bien argentinos como el bloguista Wanderer, que escribe en Infovaticana.
En el Evangelio de San Juan, además, aparecen unas palabras de Jesús muy iluminadoras al respecto: A vosotros no puede odiaros el mundo, pero a mí me odia porque testifico que sus obras son malas. ¿Entienden, pues, el embobamiento del mundo ante Francisco? También es muy iluminador a su pesar de esta nueva situación el libro del cardenal jesuita y seguramente masón Martini "Diálogos en Jerusalén" (ahí está la agenda oculta de Francisco).
Este pontificado puede interpretarse perfectamente como un desquite , una toma del poder de la Compañía de Jesús frente a su intervención por parte de Juan Pablo II. Los jesuitas, pesar de su aparente buenismo, esto no no lo han perdonado.
¿Podrá recuperarse la Iglesia de estas dentelladas y heridas de ahora? Lo veo muy difícil. Además este pontificado se caracteriza por el maniqueismo y la arbitrariedad: los franciscanos de la Inmaculada, que rezan en latín, intervenidos y amordazados, pero los progres e izquierdosos y abortistas de distintas especies, encumbrados y con patente de corso. No hay palabras... Solo veo una solución : la intervención decidida de obispos valientes que corrijan esta deriva.
En los últimos años, cada vez que he tratado con un cura o sobretodo con alguien de la curia, siempre he tenido la sensación de tratar con un funcionario, en el sentido peyorativo de alguien que está allí porque le pagan cada mes, pero sin demasiado interés por lo que hace, y por supuesto, ningún interés en hacer más de lo debido porque "está muy ocupado".
ResponderEliminarEs de justicia decir que hay excepciones, pero que confirman la regla.
En este sentido, la sensación de "estructura de poder para seguir subsistiendo", coincide totalmente con el artículo de hoy.
Pues sí, la verdad es que toda la jerarquía eclesiástica, desde los superiores religiosos a los arciprestes, pasando por los obispos, arzobispos y cardenales hasta llegar al mismo Papa, están en el QUIÉN SOY YO PARA JUZGAR: y así estamos donde estamos. Todo lo demas, sean sermones, sean llamadas de teléfono y circulares, no son más que el paripé indispensable para que no parezca lo que es. Pero no nos engañemos: es lo que parece. Mal que nos pese.
ResponderEliminarBuen artículo para tocar conciencias, sobre todo OBISPALES, Si se olvidan los Evangelios, sobra la Iglesia y sobran sus vividores inútiles, muchos de ellos Obispos ya que son los "apóstoles" o sea los custodios de Jesús en la tierra.
ResponderEliminarTranquilos, como nos dice el barquero, no veis quien maneja la barca, es el ESPÍRITU SANTO en persona. Si rezamos y rezamos y rezamos y rezamos más todo mejorara.
Sr. Casáreo Marítimo. Con tristeza he de reconocer que todo lo que dice en su artículo lo hago mío. Qué lástima que en la Iglesia Católica estén ocurriendo estos fregaos, que vienen de hace años (CVII). Pidamos a María Auxiliadora que proteja y guíe a su Santa I C. Hemos de unir nuestras oraciones, que con seguridad serán escuchadas, para conseguir una verdadera unidad de criterios ante el desbarajuste que estamos viviendo. Aquellos que no estén de acuerdo con la Iglesia Católica de Jesucristo, que se alejen y nos dejen a los que sí la queremos, y deseamos continuar practicando nuestra FE como nos enseñaron nuestros Padres y la Iglesia C. Sepamos buscar parroquias donde sus pastores sigan practicando la Fe verdadera que es lo que a muchos nos llena y ayuda en nuestro caminar hacia Dios. Amén.
ResponderEliminarLa mayor tragedia de la Iglesia es la falta de fe: un problema que no va de abajo arriba, sino de arriba abajo. Cuanto más subes en el escalafón, más evidente y más inquietante es la falta de fe. Véase lo ocurrido con el Sínodo. Lo peor de todo es que esos jerarcas sobre el hábito religioso o la sotana (o sin hábito siquiera, que van más cómodos) llevan puesta otra chaqueta, otra fe, que es la que les mueve. Hoy la fe de moda es la izquierdista-populista. Con el agravante de que en la fe izquierdista entra también la ideología de género, que le impone a la Iglesia silencios en unos temas, y acomodaciones en otros. Eso es lo grave gravísimo: la otra fe con que esos altos mandos se han revestido y que exhiben con orgullo como si ésa fuese la fe de Cristo, esa fe prostituida de la que se sienten tan ufanos. Tanto, que están empeñados en convertir a la Iglesia a esa nueva fe que han abrazado inducidos por el mundo, el demonio y la carne.
ResponderEliminarTODO LO HA HECHO BIEN
ResponderEliminarEn el fragmento del Evangelio de san Marcos, que se proclama en el día de hoy, el último versículo 7,37, dice:
"Y se maravillaban sobremanera y decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos»".
Buscamos señales extraordinarias y estamos contentos cuando las encontramos. El Señor está dispuesto a dárnoslas como respuesta a nuestra fe y seguramente ellas contribuirán a afianzar más aun esta fe. Sin embargo, no es para hacer milagros que ha venido el Señor…Esto es lo que no hay que perder de vista. El Señor Jesús nos ha reconciliado con el Padre a través de su muerte y con ello ha hecho posible nuestra salvación. El camino está expedito. El nos lo ha mostrado, lo ha abierto y señalado. Nos toca a nosotros transitarlo.
Si queremos verlo de otro modo, el milagro más grande que ha venido a realizar y de hecho ha realizado es el de hacer posible nuestra salvación. Gracias a Él, podemos salvarnos y vivir eternamente al lado del Padre. Él lo ha hecho posible para cada uno de nosotros. Pero, para lograrlo, debemos tomar una decisión. Entonces, la vida eterna es posible, Gracias a Dios, aunque depende de nosotros, de nuestra elección. Somos libres de aceptar o rechazar este plan. Claro está que si hacemos esto último, seremos unos necios, porque no de otro modo podría llamarse a quien teniendo en sus manos su felicidad eterna, la rechaza o la cambia por una frivolidad.
Por ello, en realidad, lo que hizo específicamente Jesús para que este sordo oyera y pudiera hablar fluidamente, es anecdótico. No tiene mayor importancia, porque tal como hemos visto en pasajes anteriores, cualquiera podía curarse con tan solo tocar su manto. Tal vez, digo yo, nos está tratando de enseñar algo, que va más allá de los gestos y señales específicos. Si quieres lograr una curación, algo debes hacer. Si quieres salvarte, algo debes hacer. Y, en cualquiera de los dos casos, lo que hagas debes hacerlo con Fe, invocando a Dios Todo Poderoso.
Es el poder de Dios, atraído por nuestra oración –la debilidad de Dios-, que lo hace todo posible. Esta me parece la lección. Todo lo ha hecho bien, sí es verdad, pero no sólo porque obra milagros específicos para aliviar las dolencias de personas concretas. Todo lo ha hecho bien, porque nos ha salvado. Con su vida, muerte y resurrección ha hecho posible nuestra salvación, que consiste en vivir eternamente en el Paraíso, al lado del Padre. ¡Claro que Todo lo ha hecho bien! Pero no solo por aquellas mezquinas razones que tienen que ver con nuestro alivio y bienestar temporal o personal, sino porque nos ha abierto y mostrado el camino. Tenemos que ser perfecto como es nuestro Padre, para alcanzarlo.
Por eso el Señor les manda callar. No quiere que nos quedemos en lo anecdótico y perdamos de vista el fondo. Lo importante no es que curó a este o aquél…después de todo, podría decir alguien, no me curó a mí. ¿Por qué no me cura a mí? Es que lo importante no es que haya curado, sino que nos mostró que Él tiene el poder de hacer esto y mucho más. Y es este “mucho más” en el que debemos meditar. Jesús tiene el poder de Salvarnos y lo hará a quién se lo pida y lo escoja. No lo hará contra nuestra voluntad. “Dios que te creo si ti, no te salvará sin ti.”
Entonces si todo ha hecho bien, el que la parte humana de la Iglesia esté como está, sera culpa nuestra ¿o no?. Cada cual según su responsabilidad.
Tristes realidad la que se refleja en el artículo, pero que es la que es; hemos llegado a tal grado de degeneración que se nos ha escapado de las manos y solo Dios puede arreglarlo inspirando a sus santos y a los buenos pastores, que aunque pocos, los hay en la Iglesia. También hay buenos monjes, ermitaños y buenas personas que sufren, lloran la situación de la Iglesia y elevan su oración día a día al Señor para que tenga misericordia de su pueblo y se apiade para que no se pierdan las almas en esta vorágine eclesial diabólica donde Satanás ha introducido a los suyos. Dios tenga piedad de nosotros y escuche nuestra suplica y llanto por tanta ofensa al Amor infinito.
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