Es una lástima que una institución milenaria como es la Iglesia católica, haya optado en sus estrategias de largo alcance, por el cortoplacismo. Teniendo un recorrido de más de mil años que avalan la tradición, los altos pastores de la Iglesia tendrían que ser muy prudentes a la hora de sugerir novedades en cuestiones de fe y moral. Era obligado tener en cuenta que se trata de una fe y una moral que han ido decantando y dejando poso a lo largo de muchos siglos, hasta formar parte de la “naturaleza” católica.
Estamos asistiendo con enorme estupor a operaciones extravagantes que se promueven desde las más altas esferas de la comunidad eclesial, yendo frontalmente contra el sensus fídei de la gente de a pie. Lo sorprendente es que esas innovaciones se empujan con unos niveles de soberbia inaceptables para los simples fieles, que perciben esos movimientos como apostasía pura y dura, sin atenuantes.
Para ilustrar esta realidad, estamos asistiendo hoy a una operación temeraria de los obispos de Alemania embarcados en su “Camino Sinodal” (caminante, no hay camino, se hace camino al andar), que acaban de descubrir la imperiosa necesidad de introducir en los colegios católicas la más amplia educación polisexual guiada por la ideología de género. ¿Por homologarse con la fe? No, por homologarse con el mundo. Y de paso, con el demonio y la carne.
Ah, pero he aquí una gran curiosidad: si se hacen encuestas promovidas por el camino ése sinodal, todas ellas dan un resultado abrumador en favor de esa modernización de la Iglesia. Ya, pero eso son las estadísticas, que siempre tienen un promotor que espera de ellas un resultado determinado. Y si no lo da, ya hemos visto lo que ha sucedido con la encuesta en favor de Traditionis Custodes: lo que le sucede siempre al interesado en la encuesta, lo normal.
Ahí tenemos un ejemplo incontaminado de la fuerza de la tradición. En el tema sexual, al moverse pasiones y la necesidad de cohonestar conductas, hay nuevos factores de distorsión. ¿Adónde nos lleva el sensus fídei de la masa inmensa de catecúmenos que sólo saben de la fe lo que han escuchado en la Iglesia, en la escuela y en casa? Los lleva a abrazarse a lo que tienen, y a huir de las novedades que tan mal se llevan con la fe de sus padres (gran referente éste de la fe de los padres).
Es que el sensus fídei goza de las mismas prerrogativas que la “competencia lingüística” en que se sostienen todas las lenguas: no sólo no se necesita ningún título académico para reivindicar la competencia lingüística, sino que son precisamente los títulos académicos, los mayores enemigos de la competencia lingüística, patrimonio de todo hablante de una lengua, sea el que sea su nivel académico.
Así nos encontramos con esas raras iniciativas de los obispos alemanes (seguro que con espléndidos títulos académicos) que repugnan al sensus fídei de todo simple bautizado con una mayor o menor frecuentación del culto religioso y de los sacramentos. No cuela de ningún modo. Simplemente, no cuela. Y efectivamente, por más tesis y explicaciones teológicas que aporten los promotores de esas novedades, no hay modo de colársela a un fiel normalillo, a un semianalfabeto religioso. Porque lo que trabaja ahí, no son ni los títulos académicos, ni los grados jerárquicos, ni las encuestas, sino el sensus fídei del que ha heredado la fe de sus ancestros, el instinto de la fe.
¿Qué está ocurriendo en la virulenta confrontación entre el Vetus ordo y el Novus ordo? Sólo un mínimo porcentaje de los que asisten a las misas en latín, tienen una formación suficiente para entender y argumentar esa opción por lo más difícil de explicar; siendo la mayoría, de los que se guían por un sentimiento, una intuición, una corazonada que no saben explicarse, pero que ahí está.
Y eso, teniendo enfrente una misa, la del Novus ordo, tan adaptada, tan comprensible, tan moldeable según las exigencias de cada momento… una misa que, desde la razón y la más rigurosa racionalidad litúrgica, es inatacable. En cambio, el peligro de la misa de S. Pio V es que se convierta en el refugio de ciertos católicos que buscan en ella una especie de pedigrí de católica clase alta. Más o menos como en la liturgia mozárabe, a la que pertenece lo más granado de las antiguas familias toledanas con ocho apellidos acreditados. Por otro lado, también los hay que acuden al Vetus ordo con la aviesa intención de criticar todos los fallos en el latín o en las rúbricas que comete el celebrante que, si no es un experto latinista, pueden ser muchos.
Sin embargo, el fiel normal, el del sensus fídei, el de la competencia (en este caso religiosa) asume con total disciplina el principio de autoridad y jerarquía en la Iglesia. Pero con el nivel de apostasía y desvarío que ha soportado de tantos pastores, ha quedado vacunado contra los eclesiásticos abusos de autoridad, y ha adquirido una notable capacidad de discernimiento. Y es justamente el sensus fídei complementado con tantas experiencias demoledoras, el que le ha llevado a entender por sí mismo, sin necesidad de que nadie se lo explique, que para jerarquía suprema, la de la Palabra de Dios en la Sagrada Escritura; todo ello, simplificado en el catecismo. Y entiende perfectamente este fiel ingenuo, que todo lo que se oponga a la Palabra de Dios, ha de ser rechazado: venga de quien venga.
Y claro que existe el fiel bobalicón, el fetichista que se abraza a su párroco, a su obispo o a su papa como si fueran su Dios. E incluso se abrazan a determinadas “manías” o a prácticas religiosas que no son esenciales; pero si eso les ayuda a sostener su fe, pues bien está. No deja de ser una ingenuidad religiosa sin fondo, que se centra en el fiel cumplimiento de normas. Eso ha pasado siempre; también a los judíos. Pero es fe, al fin y al cabo. Y eso ocurre tanto entre conservadores como entre progresistas. En el otro extremo (normalmente entre progresistas), está el desprecio absoluto de las normas.
Andamos temerosos por si el nuevo papa se inclinará más por los conservadores o por los reformistas, tanto en liturgia como en dogma y moral. Pero resulta que con una visión providencialista, eso tiene muy poca importancia; porque por encima del papa está el sensus fídei de los fieles y el depositum fidei de la Iglesia. La resistencia del sensus fídei es increíble. Lo hemos visto en Rusia, donde tras 80 años de autoridades furibundamente antirreligiosas, ha resurgido la iglesia ortodoxa como si no hubiese pasado nada; lo hemos visto en el anterior pontificado, en el que, para algunos, llegó a parecer que la Iglesia pasaba a adquirir una naturaleza casi imposible de reconocer.
E independientemente de la inclinación que adquiera la Iglesia con este pontificado, el sensus fídei volverá para colocar las cosas en su sitio. Los papas pasan, mientras que la Iglesia permanece. Estamos conteniendo la respiración, pendientes de si el papa se inclinará en una dirección o en otra. Relajémonos, que al final el papa hará lo que pueda hacer, aun suponiéndole las mejores intenciones desde nuestra perspectiva. Los Papas pasarán, pero la Palabra de Dios no pasará (cf. Mateo 24:35). Es la promesa de Cristo.
Custodio Ballester Bielsa, Pbro.www.sacerdotesporlavida.info
Llevo años asistiendo a Misa tradicional y no conozco a nadie que busque en ella una especie de pedigrí de católica clase alta ni con la intención de criticar todos los fallos en el latín o en las rúbricas que comete el celebrante.
ResponderEliminarLa gente suele ir a Misa tradicional por otras razones: porque la encuentran más espiritual, más bella, más seria y, sobre todo, libre de influencia protestante, lo que no puede decirse del Novus Ordo, que fue ideado para que los protestantes pudieran celebrarlo sin grandes problemas de conciencia.
Te pasaste tres pueblos. Si te gusta el latín, haz lo que quieras, pero no tienes la exclusiva de la verdadera misa. El misa nueva también es válida..
EliminarNo he dicho que la Misa nueva no sea válida, pero se parece mucho a la "Cena del Señor" de los protestantes. Así lo quiso su arquitecto, Annibale Bugnini, con la aprobación de Pablo VI. Es algo perfectamente documentado.
EliminarChesterton cuenta que, cuando estaba en proceso de conversión al Catolicismo un día entro en una Iglesia, y el cura dijo tal cantidad de tonterías, que concluyó que la Iglesia católica tenía que ser la verdadera, si seguía en pie con estos curas tan incompetentes.
ResponderEliminarLos curas, obispos, etc. se creen inspirados por el Espíritu Santo cuando predican, pero a veces me parece que es el Espíritu Santo que inspira a los fieles no perder la fe, cuando oyen tal cantidad de sandeces de algunos clérigos.
Lo que el Sensus fidei detecta es la SANTIDAD del clérigo. Cuando un ignorante como el cura de Ars predicaba, llenaba su iglesia y lograba convertir a miles, mientras que algún Papa ha tenido la plaza de San Pedro vacía, y ha provocado el rechazo del pueblo.
Cada vez hay más fieles que prefieren la Misa Tradicional porque respira santidad. Tal como decía Benedicto XIV la Liturgia nos viene dada por la Tradición y no se inventa en un despacho. Yo añado, y menos por un obispo masón aconsejado por teólogos protestantes. La idea de que la Liturgia se fabrica no es católica, por esto del fracaso del Novus Ordo: millones de fieles dejaron de ir a Misa, en cuanto detectaron que esta liturgia no respira sacralidad. Cuanto más se pretendió acercar la Liturgia al pueblo, más se alejó el pueblo.
Total y absolutamente de acuerdo con el Sr. Fred y El Sr. Hermenegildo.
EliminarDe la A a la Z.
Así es, Hermenengildo y Frédéric aciertan, el anónimo de los "tres pueblos" debería corregir el número de pueblos que dice se pasó. Quienes sí que se han pasado 1000 pueblos son los que siguieron al "espíritu del Concilio" y, a su hermano menor" " el espíritu de la Sinodalidad"
Eliminar¿Qué está ocurriendo en la virulenta confrontación entre el Vetus ordo y el Novus ordo?
ResponderEliminar---
Realmente el Novus Ordo tuvo una historia accidentada, y su confusionismo nació en el período 1970-1975, al apelotonarse muchas reformas. Una historia, s.e.u.o:
.....
I. Vetus Ordo (1570-1962-hoy)
El Vetus Ordo, conocido como la Misa Tridentina, fue el rito litúrgico dominante de la Iglesia Católica latina desde el siglo XVI hasta las reformas del Concilio Vaticano II. Durante este período, experimentó varias reformas significativas, documentadas en fuentes históricas y litúrgicas:
...
1. 1570: Reforma de San Pío V
Tras el Concilio de Trento (1545-1563), que buscó responder a la Reforma Protestante, se necesitaba una liturgia unificada para fortalecer la identidad católica. San Pío V, en su bula Quo Primum (14 de julio de 1570), promulgó el Missale Romanum de 1570, estandarizando el rito romano.
Características:
Uso exclusivo del latín, con el sacerdote celebrando ad orientem (de espaldas al pueblo, hacia el este), enfatizando el carácter sacrificial de la Misa.
Canto gregoriano como música principal, con el órgano como acompañamiento típico.
Estructura rígida y uniforme, aplicable a toda la Iglesia latina, excepto ritos locales con más de 200 años de antigüedad (ej. rito ambrosiano).
Impacto: Esta reforma logró una liturgia estandarizada, aunque su implementación completa tomó siglos, como se evidencia en variaciones como el Misal de París de 1738.
...
2. 1903: Reforma de la Música Sacra por San Pío X
Como parte del movimiento litúrgico, San Pío X buscó restaurar la dignidad de la música litúrgica, promoviendo el canto gregoriano y la polifonía.
Motu proprio Tra le sollecitudini (22 de noviembre de 1903).
Características:
Énfasis en el canto gregoriano como música litúrgica ideal.
Prohibición de música profana o teatral en la liturgia.
Promoción de la participación activa (actuosa participatio) en la liturgia.
Impacto: Afectó la práctica musical, pero no cambió la estructura de la Misa, siendo más una reforma pastoral que estructural.
...
3. 1911: Reforma del Breviario por San Pío X
Simplificar y hacer más accesible la recitación del Oficio Divino, promoviendo la participación activa.
Divino Afflatu (1 de noviembre de 1911).
Características:
Restructuración del Psalterio para recitarlo semanalmente, reduciendo la carga de las fiestas de santos que desplazaban a los domingos.
Énfasis en el canto gregoriano y la restauración de prácticas litúrgicas tradicionales.
Impacto: Afectó principalmente al Oficio Divino, no a la estructura de la Misa, pero marcó un paso hacia la modernización litúrgica.
...
4. 1955: Reforma de la Semana Santa por Pío XII (PRE-NOVUS ORDO)
En los años previos al Concilio Vaticano II, Pío XII buscó modernizar la liturgia para fomentar la participación activa, alineándose con el movimiento litúrgico. El decreto Maxima Redemptionis Nostrae Mysteria (19 de noviembre de 1955) revisó los ritos de la Semana Santa.
Características:
Revisión de los ritos de Jueves Santo, Viernes Santo y Vigilia Pascual, con horarios más accesibles (ej. Vigilia Pascual en la noche en lugar de la mañana).
Mayor énfasis en la participación activa, permitiendo lecturas en lengua vernácula de forma opcional, aunque el latín seguía siendo predominante.
Simplificación de algunos ritos, como la reducción de oraciones al pie del altar en el Viernes Santo.
Impacto: Esta reforma preparó el terreno para las reformas más amplias del Concilio Vaticano II, promoviendo una liturgia más participativa y adaptada a las necesidades pastorales.
...
5. 1962: Misal Vetus Ordo de Juan XXIII
Contexto: Última edición del Misal Tridentino antes del Concilio Vaticano II, incorporando algunas actualizaciones menores.
Misal Romano de 1962.
Características: Mantiene la estructura del Vetus Ordo, pero incluye ajustes como la simplificación de ciertas rúbricas.
Impacto: Sirve como base para la liturgia tradicional posterior, siendo la versión usada por comunidades tradicionalistas hasta hoy.
II. Transición al Novus Ordo (1962-1969)
ResponderEliminarEl Concilio Vaticano II (1962-1965), convocado por Juan XXIII y concluido bajo Pablo VI, marcó un cambio significativo en la liturgia católica. La Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum Concilium (4 de diciembre de 1963), estableció los principios para una reforma litúrgica que buscaba renovar la liturgia y hacerla más accesible. Sin embargo, la implementación no fue inmediata; se inició un período experimental conocido como el Novus Ordo ad experimentum (1965-1970), documentado en detalle por Annibale Bugnini.
...
1. 1963-1965: Concilio Vaticano II
Convocado para actualizar la Iglesia frente a los desafíos modernos, el Concilio Vaticano II promovió la renovación litúrgica.
Documento: Constitución Sacrosanctum Concilium (4 de diciembre de 1963)
Características:
Promoción de la participación activa de los fieles (Art. 14).
Uso de lenguas vernáculas (Art. 36), permitiendo adaptaciones culturales (Art. 37-40).
Simplificación de ritos y restauración de prácticas antiguas.
Impacto: Estableció las bases para la reforma litúrgica, iniciando el proceso de transición al Novus Ordo.
...
2. 1965-1970: Novus Ordo ad Experimentum
Contexto: Período de experimentación basado en las directrices del Concilio Vaticano II, documentado por Annibale Bugnini en La reforma litúrgica (1948-1975).
Documentos clave:
Inter Oecumenici (26 de septiembre de 1964): Primera instrucción para implementar reformas, permitiendo experimentación con nuevos ritos.
Tres Abhinc Annos (4 de mayo de 1967): Ajustes adicionales, promoviendo la revisión de los ritos sacramentales.
Proceso experimental:
Según Bugnini, se celebraban misas experimentales en capillas específicas, con participantes (clérigos, religiosos, laicos) tomando notas durante la celebración, evaluando ritos, gestos y textos litúrgicos.
Estas notas se enviaban a la Comisión para la Reforma Litúrgica, que las analizaba y ajustaba los ritos, con informes al Papa Pablo VI.
Ejemplo: Experimentación con nuevas plegarias eucarísticas, celebración versus populum y uso de vernáculo, ensayo de los tres grandes principios del Novus Ordo: abreviación, innovación y opcionalidad.
Consecuencias:
Generó confusión litúrgica, con cambios constantes que variaban entre diócesis, según el texto proporcionado.
Pérdida de hasta el 50% de fieles que nunca jamás se recuperaron, quienes percibían una ruptura con la "misa de siempre", asociada al Vetus Ordo y su sacralidad.
Abusos litúrgicos, como misas con payasos o bailes, agravaron la percepción de desorden. Sensación de impunidad universal y vitalicia a todos los presbíteros infractores de delitos litúrgicos. Persecución episcopal progresista a muerte de cualquier expresión Vetus Ordo. Se transmite la impresión de que el enemigo no es de afuera, son los propios obispos progres.
Impacto: Este período preparó el terreno para el Novus Ordo, pero generó tensiones entre tradicionalistas y progresistas.
...
3. 1969: Aprobación del Novus Ordo I
Contexto: Finalización del proceso de reforma litúrgica, estabilizando los ritos experimentales.
Documento: Bula Missale Romanum (3 de abril de 1969) de Pablo VI, entrando en vigor el 30 de noviembre de 1969 (Primer Domingo de Adviento).
Características:
Uso principal de lenguas vernáculas, aunque el latín sigue permitido.
Celebración versus populum como práctica común en muchas parroquias.
Nuevas plegarias eucarísticas (I-IV), con la I siendo el Canon Romano del Vetus Ordo.
Mayor énfasis en la participación activa, con respuestas del pueblo y lecturas en vernácula.
Simplificación de ritos, como la reducción de signos de la cruz y oraciones al pie del altar.
Impacto: Establece el Novus Ordo como la forma ordinaria, pero no resolvió las tensiones litúrgicas, alimentando el movimiento tradicionalista.
III. Novus Ordo ampliado o Novus Ordo II (1970-presente):
ResponderEliminarTras la aprobación del Novus Ordo, se introdujeron adiciones y se gestionaron las tensiones entre los ritos, reflejando las dinámicas entre tradición y modernidad:
...
1. 1970-1975: Adiciones al Novus Ordo
Ampliación de las opciones litúrgicas para diferentes contextos pastorales.
Liturgia:
a) Plegaria Eucarística IV (1970), basada en la anáfora de San Basilio, con narrativa extensa.
b) Plegaria Eucarística V suiza (1975)
c) Variantes para Misas de niños (1973), con tres plegarias simplificadas (I, II, III).
d) Misas de reconciliación (1975), con dos plegarias (I, II) enfocadas en el perdón.
Características: Lenguaje adaptado, prefacios variables, énfasis en contextos específicos.
Impacto: Aumenta la flexibilidad litúrgica, pero genera más diversidad en las prácticas, a veces percibida como desorden. Esta es la época de la confusión (1969-1975), cuando empezaron a añadirse más inventos litúrgicos.
...
2. 1984: Vetus Ordo I - Permiso del Obispo (Juan Pablo II)
Respuesta a la demanda de comunidades tradicionalistas tras la implementación del Novus Ordo ante la pérdida de asistencia de misa en un 50% y ante la cantidad de delitos litúrgicos impunes e inmunes de curas y obispos progresistas y modernistas
Carta Quattuor Abhinc Annos (3 de octubre de 1984) de la Congregación para el Culto Divino.
Características:
Permite a los obispos autorizar la celebración del Vetus Ordo (Misal de 1962) bajo estrictas condiciones, respondiendo a abusos litúrgicos y demandas tradicionales.
Impacto: Facilita el uso del rito tradicional, pero con limitaciones, ya que muchos obispos progresistas negaron permisos.
...
3. 1988: Vetus Ordo II - Permiso Pontificio (Juan Pablo II)
Ajuste a la política anterior debido a la resistencia de algunos obispos progresistas, centralizando el permiso en Roma.
Motu proprio Ecclesia Dei Adflicta (2 de julio de 1988).
Características: Establece la Comisión Ecclesia Dei para supervisar comunidades que usaban el Vetus Ordo, permitiendo a sacerdotes solicitar permiso directamente al Papa.
Impacto: Garantiza la continuidad del rito tridentino, pero en un contexto restringido, respondiendo a la crisis con la Fraternidad San Pío X.
...
4. 2007: Vetus Ordo III: Summorum Pontificum (Benedicto XVI)
Liberalización del uso del Vetus Ordo para fomentar la paz litúrgica y unir sensibilidades.
Motu proprio Summorum Pontificum (7 de julio de 2007).
Características:
Establece el Vetus Ordo como "forma extraordinaria" del rito romano, permitiendo su uso sin necesidad de permiso especial, bajo ciertas condiciones.
Impacto: Aumenta el uso del rito tradicional, con reportes de conversiones y regreso de fieles, según respuestas de obispos (ej. Dallas, Nueva Orleans).
...
5. 2021: Vetus Ordo IV: Traditionis Custodes (Francisco): renovación de la guerra e involución litúrgica
Restricción del uso del Vetus Ordo para promover la unidad eclesial, respondiendo a supuestas divisiones.
Motu proprio Traditionis Custodes (16 de julio de 2021).
Características:
Limita el uso del Vetus Ordo, exigiendo permiso episcopal y restringiéndolo a casos excepcionales, contradiciendo Summorum Pontificum.
Impacto: Genera controversia, con misas clandestinas y tensiones, especialmente tras informes de Diana Montagna (2025) que revelan manipulación y mentiras de Francisco en la consulta a obispos: todo ya estaba decidido de antemano, y se hizo el paripé de la consulta sinodal estéril y falsa.
...
IV. Complejidad entre 1962 y 1975
1962: Misal de Juan XXIII: Última edición del Vetus Ordo, sigue reformas de Pío XII (1955)
1963-1965: Concilio Vaticano II: Sacrosanctum Concilium
1965-1970: Novus Ordo ad Experimentum: Período experimental con Inter Oecumenici (1964) y Tres Abhinc Annos (1967), donde Bugnini documentó misas
1969: Aprobación del Novus Ordo: Missale Romanum: vernáculo y nuevas plegarias eucarísticas.
1970-1975: PE IV y PE V (versiones A, B, C, D), para niños y penitenciales. Base de la confusión litúrgica y la pérdida del 50% de fieles.
Bugnini y las Misas Experimentales o Novus Ordo ad experimentum
ResponderEliminarAnnibale Bugnini fue una figura central en la reforma litúrgica de la Iglesia Católica tras el Concilio Vaticano II (1962-1965).
Nombrado por el Papa Pío XII en 1948 como secretario de la Comisión para la Reforma Litúrgica, y posteriormente secretario de la Comisión Preparatoria Pontificia sobre la Liturgia para el Concilio, Bugnini lideró el Consilium ad exsequendam Constitutionem de Sacra Liturgia, encargado de implementar las reformas litúrgicas.
Misas ad experimentum y proceso de Reforma:
Durante el período de transición al Novus Ordo (1965-1970), Bugnini organizó misas experimentales para probar nuevos ritos litúrgicos. Estas misas se celebraban en entornos controlados, con participación de clérigos, religiosos y laicos.
Según su libro La Reforma de la Liturgia (1948-1975), publicado póstumamente en 1983 y traducido al inglés en 1990, los participantes tomaban notas detalladas sobre los ritos, evaluando su eficacia, claridad y recepción.
Estas notas se recopilaban y enviaban al Papa Pablo VI para su revisión y aprobación, quien emitía directrices para ajustar los ritos.
Este proceso estaba regulado por documentos como Inter Oecumenici (1964) y Tres Abhinc Annos (1967), que permitían experimentación con nuevos ritos, incluyendo el uso del vernáculo y la simplificación de ceremonias.
Críticas sobre la falta de Tradición:
El enfoque experimental de Bugnini ha sido objeto de controversia. Algunos críticos, como el escritor Michael Davies en Pope Paul's New Mass (1980), argumentan que este método carecía de la organicidad histórica típica de la evolución litúrgica católica, que se desarrollaba lentamente a lo largo de los siglos.
Las reformas introdujeron cambios significativos, como la celebración versus populum (sacerdote frente al pueblo) y el uso predominante de lenguas vernáculas, percibidos como una ruptura con la tradición del Vetus Ordo, que enfatizaba el latín y la orientación ad orientem.
Esta percepción se refleja en la pérdida de hasta el 50% de los fieles, según estimaciones, quienes abandonaron la práctica religiosa al no reconocer "la misa de sus padres", asociada con la sacralidad y el canto gregoriano.
Novus Ordo arrasó sin piedad nuestras misas, carente de ninguna tradición histórica, pura invención de origen o de continuidad de Bugnini y colaboradores en misas ad experimentum ocultas y reservadas, sin participación ni conciliar ni sinodal.
Aunque son plenamente válidas y lícitas y se realiza verdaderamente la Transubstanciación, no obstante su Ratio Legis, su fundamentación, su justificación, está bien demostrado que carecen de ninguna tradición (uso continuo, uso íntegro, existencia milenaria)
Contexto histórico:
Las misas experimentales fueron parte de un esfuerzo para implementar Sacrosanctum Concilium (1963), que promovía la participación activa y la adaptación cultural.
Sin embargo, la rapidez y la naturaleza innovadora de los cambios generaron tensiones, alimentando movimientos tradicionalistas como la Fraternidad San Pío X de Marcel Lefebvre, que defendían el Vetus Ordo.
Fuentes como Catholic World Report (2019) y RORATE CÆLI (2010) destacan estas críticas, señalando que Bugnini fue visto como un arquitecto de una reforma que priorizaba la modernidad tal como se entendía en 1960 sobre la continuidad histórica.
En resumen, las misas experimentales de Bugnini representaron un enfoque sistemático y planificado para reformar la liturgia, pero su falta de arraigo en la Sagrada Tradición Litúrgica histórica, su oscurantismo y clandestinidad, el elitismo sin criterio, la falta de participación conciliar y sinodal, su falta de justificación, su sospecha de protestantización litúrgica encubierta, la facilidad en abusar del Novus Ordo, la falta de vigilancia de los obispos progresistas y su hostilidad al Vetus Ordo, ha sido un punto de controversia muy grave que ha durado 55 años y sigue aún.
Características de las Plegarias Eucarísticas del Novus Ordo
ResponderEliminarEl Misal Romano, promulgado en su edición de 1970 por el Papa Pablo VI, incluye varias Plegarias Eucarísticas (PE), cada una con características específicas, años de publicación, normas de aprobación y orígenes e inspiraciones. A continuación, se detalla cada una:Plegarias Eucarísticas Principales (I-IV)
...
1. PE I (Canon Romano):
Es la más antigua y tradicional, con una estructura compleja que incluye una larga lista de santos y oraciones fijas. Se usa especialmente en solemnidades y días con textos propios para el Communicantes y Hanc igitur.
Misal de 1970.
Promulgado por el Papa Pablo VI en 1969 como parte de la bula Missale Romanum.
Basado en tradiciones litúrgicas romanas antiguas, con raíces en la Iglesia primitiva, posiblemente datando del siglo VII u VIII, transmitido en versiones Gelasiana y Gregoriana. Es una pura invención por abreviación: nunca se había celebrado con los recorte que tiene. Se suele hacer en misas solemnes.
...
2. PE II:
Más corta y simple, ideal para misas de entresemana debido a su brevedad. Basada en la anáfora de San Hipólito de Roma.
Misal de 1970.
Aprobada por el Papa Pablo VI como parte del nuevo Misal Romano.
Derivada de la anáfora de San Hipólito (siglo III), un texto litúrgico temprano de la Iglesia Occidental. Es otra invención de continuidad, pues es una misa arqueologizante, pura reconstrucción hipotética de lo que se cree que fue una supuesta misa que desapareció ya en el siglo III. Es la más breve y la más usada de largo, la más conocida sin duda, tiene muchas lagunas litúrgicas, y es tan primitiva y elemental que parece más un banquete que un sacrificio. Su uso es un gran retroceso en riqueza respecto al Vetus Ordo.
...
3. PE III:
Composición moderna con un prefacio variable, adecuada para domingos y ocasiones especiales, con flexibilidad para conmemorar santos o patronos.
Misal de 1970.
Aprobada por el Papa Pablo VI.
Compuesta por el Consilium para la reforma litúrgica, inspirada en tradiciones litúrgicas variadas, sin un origen específico, adaptada a modernidad. Pura invención de origen. Es casi desconocida para el fiel.
...
4. PE IV o suiza:
La más larga de las cuatro principales, con un resumen histórico de la salvación y un prefacio fijo, usada en domingos y solemnidades.
Misal de 1970
Aprobada por el Papa Pablo VI
Inspirada en tradiciones litúrgicas orientales, como la anáfora de San Basilio, con énfasis en la historia de la salvación. Otra invención de origen. Totalmente desconocida para el fiel
...
5. PE V (versiones A, B, C, D): Plegarias para diversas necesidades y ocasiones:
Cuatro plegarias (A, B, C, D) para diferentes temas pastorales, como la unidad, la paz y las necesidades de la Iglesia, con variaciones temáticas.
Misal de 1975.
Aprobadas por la Congregación para el Culto Divino.
De un sínodo suizo en 1974, adaptadas para uso universal, con influencias de tradiciones litúrgicas modernas y pastorales. Tan desconocida como la PE IV suiza.
Nota: No existe una "Plegaria Eucarística V" estándar en el Misal Romano, pero hay una costumbre en llamarlas PE V (versiones A, B, C, D)
...
6. Plegarias para Misas con Niños:
Versiones simplificadas de las PE I, II y III, adaptadas para la comprensión de los niños
Aprobadas experimentalmente en 1974; luego permanentes por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Adaptaciones de las PE estándar, diseñadas para pastoral infantil, sin inspiración en tradición
...
7. Plegarias para la Reconciliación:
Dos plegarias (I y II) enfocadas en temas de reconciliación, penitencia y perdón, con textos breves y centrados en la misericordia.
Aprobadas inicialmente para el Año Santo de 1975; posteriormente extendidas indefinidamente.
Aprobadas por el Papa Pablo VI para el Año Santo; luego Congregación para el Culto Divino.
Específicamente para resaltar temas de reconciliación, sin inspiración directa de la Tradición
...
8. Plegarias para diversas necesidades y ocasiones: ver PE V
-----
Entro con frecuencia en esta página y quería felicitar al comentarista (hoy, Liturgia; ayer, Ofensa...) que con tanta generosidad comparte sus casi infinitos saberes.
EliminarSe podrá estar o no de acuerdo con sus opiniones, pero no cabe duda de que es usted un portento.
Me gustaría asistir a una partida suya contra ChatGPT. Creo que el tal Chat se retiraría avergonzado.
Muchas gracias.
Muchas gracias por su mensaje positivo, Mosén.
ResponderEliminarAdmirado por el docto comentarista que sea cual sea el tema que se trate siempre tiene a punto su dictamen. Ya quisieran muchas curias disponer de informante tan capacitado.
EliminarEntiendo que, como presbítero, Mn. Custodio tenga las manos atadas, y que la opción más prudente para no parecer desobediente es apelar a las sensibilidades o al gusto estético, del cual non est disputandum, pero no estoy de acuerdo con que el Novus Ordo es inatacable "desde la razón y la más rigurosa racionalidad litúrgica". Aunque el Novus Ordo se celebrase con todo el debido rigor y reverencia, seguiría adoleciendo de innumerables problemas litúrgicos y teológicos. ¿Qué decir del desplazamiento del mysterium fidei y de la aclamación memorial, tan impropia del rito romano, colocada estratégicamente para arrojar duda sobre la verdadera presencia? ¿Qué decir de las anacrónicas oraciones del seder puestas en el ofertorio que transmiten más la idea de un intercambio de regalos que la del sacrificio de Dios Hijo? ¿Qué decir del cambio en la intención del tono de la consagración, que se asemeja más a una narración o teatralización de hechos pasados? Por no hablar de las plegarias eucarísticas inventadas o de la concelebración de la asamblea dirigida por un "presidente," según las palabras de la misma Institutio Generalis, que podría haber salido de la mente del mismo Lutero... estos no son problemas de estética, son problemas de fondo graves porque transmiten una lex credendi ajena a la de nuestros padres. Me dirán que tengo un espíritu desobediente, pero ¿acaso eran obedientes los que impusieron este nuevo orden, como cierto teólogo francés que se jactaba de mearse en la puerta del Santo Oficio, comparándola con la Gestapo? ¿Cuánto derecho tiene a exigir obediencia aquello que nació de la desobediencia? Son cuestiones incómodas y que dan cierto vértigo, pero que hay que plantearse.
ResponderEliminarEn segundo lugar, hay que tener muy presente el testimonio de la historia y de cómo los pretendidos reformadores supieron desgastar el sensus fidei de las naciones que conquistaron. A diferencia de lo que se suele decir, la reforma protestante no fue fruto de un clamor popular: era un movimiento elitista de la pujante burguesía urbana, mientras que el pueblo humilde seguía apegado a las tradiciones católicas. Para vencer esta resistencia hicieron uso de la sutileza: Lutero solamente cambió partes de la misa, lo suficiente como para distorsionar su significado, dejando otras intactas; Cranmer introdujo fórmulas ambiguas que podían ser entendidas de diversas maneras, de forma que los sacerdotes "romanistas" podían decirse que nada había cambiado, mientras los más radicales las interpretaban en un sentido más extremo, del mismo modo que cada cual puede interpretar "él será para nosotros pan de vida" según le parezca, desde la transustanciación hasta lo meramente digestivo. Al cabo de pocas generaciones, el clero tradicional se había extinguido y, parafraseando a Jerónimo, Inglaterra despertó y gimió, y se sorprendió al descubrir que era protestante.
Corremos el mismo peligro. El sensus fidei se despierta sobresaltado ante un cambio brusco, pero si aumentan la temperatura poco a poco, la rana se dejará hervir casi sin darse cuenta.
Tiene toda la razón.
EliminarEl estudió comparada entre Vetus y Novus es favorable al Vetus, pues se nota que fue hecho por teólogos responsables, serios y conocedores de la liturgia.
Novus no es más que un invento que empezó con los experimentos del Dr. Frankenstein Bugnini, otro de suizo y diversos de diferentes procedencias, cuyos razonamientos nunca fue explicado mi justificaba en ninguna tradición, y todo esto empezó en 1964 y acabó en 1975, diez años de experimentos que acabaron con más de la mitad de los asistentes a la Iglesia por los grandes cambios que había realizado.
El Novus Ordo es el directo responsable del actual crisis litúrgica que está sufriendo la Iglesia.
Por lo tanto el Novus Ordo es el directo culpable de la situación litúrgica de la Iglesia, no es el Vetus, y esto es por una simple razón: primera porque la historia lo demuestra, y en segundo lugar porque existe el derecho de cada fiel a elegir libremente el rito que él quiera, no el que la élite progresista le indique.
Por eso León XIV debe de derogar este septiembre Traditionis Custodes, pues de no hacerlo esto constituiría un grave pecado, al no permitir una misa conforme a la Sagrada Tradición Litúrgica, y permitir el libre desarrollo de los derechos y libertades de opción y elección litúrgica de los fieles
Excelente análisis! Vivimos en todo los?aspectos lo mismo, disolución de la Iglesia, disolución de la patria, disolución de la familia, disolución de los sexos...
Eliminar"La liturgia es vital, es vida, por tanto no debe de estar anquilosada", Fray Juan Javier, monje de Silos.
ResponderEliminar(en Religión Digital 8-8-2025).
Recomiendo la lectura de
LA MISSA AHIR I AVUI de Pierre Journel.
Editorial Herder. Barcelona, 1988. 166 p.
Imprimatur de Mons. Ramon Daumal.
Eso responde a una mentalidad modernista y progresista típica de Occidente, que yo en absoluto respaldo.
EliminarEn Oriente la liturgia está fijada de siempre.
Además las novedades que nos predican hoy en día serán anquilosadas obsolescencias y antiguallas en el futuro.
Benedicto XVI : "La Liturgia NO es innovacion, es repetición solemne"
Eliminar¿"Religión digital" es ese medio que apodan "Herejía digital"? Haga saber a Fray Juan Javier que si Silos le queda pequeños, encontrará simpatías en algún cenobio catalán
EliminarLa misa "viva" de los iconoclastas, novusordinos y Grillaos* varios es un sepulcro blanqueado: mucho blabla y mucha justificación y autoengaño, pero por dentro las parroquias envejecen, se vacían y mueren. A fructibus eorum cognoscetis eos.
Eliminar*Seguidores de Andrea Grillo
Parece que hay una campaña para "enterrar" el legado de Benedicto XVI, ahora con no se qué carta a un tal monseñor Bux. No para el modernismo porque Benedicto fue quien les plantó cara con Summorum Pontifex
EliminarLa Santa Misa de siempre nunca se suprimió en el Concilio V- II.
ResponderEliminarFue después, presionado el Papá por la Maldita Masonería.
Las cosas claras y el chocolate espeso, Hombre.
A largo plazo volverá la Santa Misa de San Pío V.
ResponderEliminarGuarden los viejos misales. Volverán a utilizarse en la Iglesia regenerada.
EliminarConfirmando la observación del comentarista de las 22:40
ResponderEliminarRespecto a la sentencia de Benedicto XVI según la cual, "LA LITURGIA NO ES INNOVACIÓN, es repetición solemne, vale la pena recordar que etimológicamente toda solemnidad se sustenta en la repetición, en la tradición, en la costumbre. El adjetivo "solemne" se origina en el verbo sóleo, solere, que significa efectivamente "soler, acostumbrar".
Las celebraciones son solemnes en tanto en cuanto se sustentan en la costumbre (en el "solere"). Y tanto más solemnes son, cuanto más antigua y arraigada es la costumbre: cuanto más lejos llegan sus raíces.
Sentencia muy sabia la de Benedicto XVI, pero de una obviedad incuestionable. Aquí es la etimología la que nos "da razón" de dónde se encuentra "la razón".