Sabía que el Rvdo. Custodio Ballester estaba inmerso en la preparación de su tesis doctoral sobre el Papa Luna, Benedicto XIII, una de las figuras más apasionantes y controvertidas de la historia de la Iglesia. Y esperaba con expectación la publicación de sus conclusiones. Pero la sorpresa ha sido grata: antes de la tesis, Editorial Fides nos ofrece un adelanto en forma de libro: El Arca de Noé. La Iglesia del Papa Luna. Un planteamiento previo que, sin entrar aún en los resultados de su investigación, resulta sumamente oportuno en estos tiempos en que resurgen debates sobre la legitimidad de los pontificados y las turbulencias eclesiales.
La historia es maestra de la vida: Historia magistra vitae, y quien la ignora está condenado a repetirla. La figura del Papa Luna ha sido prejuzgada durante siglos, condenado “por el bien de la Iglesia”, sin detenerse en si el juicio que lo excomulgó y depuso fue justo o injusto. Lo que entonces se consideró un sacrificio necesario, hoy merece una revisión desde la distancia que proporciona el tiempo. Y es ahí donde se enmarca el minucioso trabajo del P. Custodio Ballester, quien, con rigor académico y sin prejuicios, nos invita a repensar la historia de aquel pontífice aragonés.
Porque la pregunta sigue abierta: ¿la aparente terquedad de Benedicto XIII perjudicó realmente a la Iglesia o, por el contrario, su resistencia tenía una razón más profunda que sólo ahora podemos comprender? La excesiva inmediatez con la que solemos juzgar los acontecimientos nos impide ver su verdadero alcance. La Iglesia, con dos mil años de historia, no se define por un solo pontificado ni por las crisis de un tiempo concreto. La tormenta que vivimos hoy en la Iglesia no se ha originado en el presente, ni siquiera en el Concilio Vaticano II: es un proceso mucho más profundo y prolongado.
La obra del P. Custodio nos introduce en la turbulencia del Cisma de Occidente (1378-1429), una época en la que la Iglesia sufrió tensiones mucho más graves que las actuales. Los reyes cristianos conspiraban para controlar el papado; el pueblo romano llegó a amenazar de muerte a los cardenales para que eligieran “un papa romano o, al menos, italiano”; Benedicto XIII fue asediado en Aviñón por los mercenarios del rey de Francia. Intrigas, traiciones y un drama eclesial que culminó con el Papa Luna en su exilio definitivo en Peñíscola. Todo ello narrado con un pulso vibrante, que convierte la lectura en una experiencia casi novelesca.
El libro, El Arca de Noé. La Iglesia del Papa Luna, toma su título del nombre que Benedicto XIII dio a la comunidad eclesial en aquel momento de zozobra. Es una obra que conjuga la investigación académica con un lenguaje divulgativo, logrando hacer accesible una historia que merece ser conocida. No se trata solo de rehabilitar la figura de un pontífice maltratado por la historiografía oficial, sino de ofrecer un espejo en el que la Iglesia de hoy pueda mirarse.
El P. Custodio Ballester, con valentía y lucidez, nos brinda unos materiales preciosos para comprender una de las épocas más difíciles de la Iglesia y su proyección en el presente. Con una historia como esta, no sería extraño imaginar una película de gran calibre. Mientras tanto, tenemos este libro. Y con él, una invitación a reflexionar sobre la Iglesia de ayer, para entender mejor la Iglesia de hoy.
Pablo Hertfelder García-Conde
Periodista, Corresponsal de la Agencia de Noticias ZENIT en España
Esto del Arca de Noé a la gente le suena a leyenda mítica, todavía no estan ilustrados por los curas de turno, los obispos blandengues y los papas consentidores. El Arca de Noé es un tema prohibido por los mandatarios eclesiales para hacer desaparecer el Diluvio de la catequesis. Gracias a Dios y nuestras plegarias en este momento la pentápolis solar de la ola de calor extremo ya va disminuyendo. Pidamos al Señor al igual como Abraham y Lot que en las nuevas olas de calor extremo solo las sufran los malos y no los buenos. Creo que esto de que los justos debemos pagar por los pecadores en la pentápolis solar ya debería estar terminado. ¿Estamos en la Parusia o no estamos todavía, que nos queda de más??.
ResponderEliminar¿Cómo vamos a estar en la Parusía? Querrá usted decir que estamos en el Reinado del Anticristo y acelerándose...Por cierto, ¿dónde engloba usted el trilerismo de Traditiones Custodes que se está destapando ahora?
EliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Garrell.
EliminarLo que dice que no sufran los buenos, le aconsejo que busque la maravillosa antífona gregoriana para tiempo de adviento,Rorate Caeli de Super, sacada del Profeta Isaias.
Verá usted por donde van los tiros.
Mi opinión sobre lo que ha dicho el P. Custodio sobre el Papa Luna, de hecho la base legitimista aviñonista durante 33 años nada menos. Pueden haber inexactitudes y errores, pero pienso que es un tema muy importante: legalidad secundum legem contra excepcionalidad extra et contra legem.
ResponderEliminarLa tesis del P. Custodio es una crítica sólida desde la perspectiva de la legalidad canónica, destacando las irregularidades del Cónclave de 1378 y el Concilio de Constanza, y defendiendo a Benedicto XIII como el legítimo portador del munus petrino hasta 1429.
Sin embargo, la Iglesia optó por el pragmatismo y la noción de emergencia eclesial, validando a Martín V y la línea de Roma para restaurar la unidad, a costa de flexibilizar las normas canónicas.
Ambas posturas tienen méritos: la del autor es más rigurosa legalmente, pero la de la Iglesia fue más efectiva históricamente. La resolución del Cisma requirió un equilibrio entre legalidad y pragmatismo, con la Iglesia priorizando este último para garantizar la estabilidad.
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I. Último Papa legítimo antes del Cisma
Gregorio XI (1370-1378): Último papa indiscutido antes del inicio del Cisma de Occidente. Murió en Roma tras regresar desde Aviñón, desencadenando la crisis sucesoria.
II. Primer Papa legítimo después del Cisma
Eugenio IV (1431-1447): Electo en un cónclave libre y sin coacción en 1431. Según el P. Custodio, restablece la legitimidad tras un período de confusión; según la Iglesia, continúa la sucesión legítima desde Martín V.
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Estos eran los dos papas seguros como legítimos, uno en 1378 y el otro en 1431. El lío vendrá durante los 53 años siguientes:
A. Duración del Cisma según la Iglesia Católica (Línea de Roma)
La Iglesia considera que el Cisma comenzó con la elección de dos papas en 1378 y terminó con la unificación bajo un solo papa en el Concilio de Constanza.
Inicio: 1378, con la elección de Urbano VI (Roma) y Clemente VII (Aviñón), tras la muerte de Gregorio XI.
Fin: 1417, con la elección de Martín V en el Concilio de Constanza, reconocido como el papa legítimo que puso fin a la división.
Duración:
1417 - 1378 = 39 años
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B. Duración del Cisma según la tesis del P. Custodio
Sostiene que la legitimidad papal se mantuvo en la línea de Aviñón con Benedicto XIII hasta su muerte, y que el Cisma solo terminó con la elección de un papa legítimo en 1431.
Inicio: 1378, con la elección inválida de Urbano VI y la elección correctiva de Clemente VII en la línea de Aviñón.
Fin: 1431, con la elección de Eugenio IV, considerado por el autor como el primer papa legítimo tras la muerte de Benedicto XIII (1429) y un período de sede vacante ocupada ilegítimamente por Martín V.
Duración:
1431 - 1378 = 53 años.
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II. Líneas de legitimidad durante el Cisma
ResponderEliminarDurante el Cisma (1378-1431), surgieron múltiples pretendientes y líneas de legitimación en el papado.
Las líneas legítimas e ilegítimas según la tesis del P. Custodio y la Iglesia Católica, destacando la línea de Aviñón (Benedicto XIII) y la línea de Roma.
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A. Según la tesis del P. Custodio
Argumenta que la legitimidad se mantuvo en la línea de Aviñón, especialmente con Benedicto XIII, titular único, exclusivo y verdadero del munus petrino y el ministerium pasivo (rezar y sufrir) como activo (poder sacramental y jurisdiccional, poderes legislativo, ejecutivo y judicial; munus regendi, docendi et santificandi; jefatura de Estado y de la Iglesia), y que las elecciones de Roma, Pisa y el Concilio de Constanza fueron inválidas.
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1. Línea legítima: Aviñón (fundada en Benedicto XIII)
Clemente VII (1378-1394): Electo tras el Cónclave de 1378, considerado legítimo por el autor como una corrección a la elección inválida de Urbano VI.
Benedicto XIII (Papa Luna) (1394-1429): Papa legítimo hasta su muerte en 1429 en Peñíscola. Según el autor, fue depuesto ilegalmente por el Concilio de Constanza y mantuvo el munus petrino durante todo el Cisma.
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2. Líneas ilegítimas (Antipapas)
a) Línea de Roma
Urbano VI (1378-1389): Electo en un cónclave bajo coacción, rechazado por los cardenales.
Bonifacio IX (1389-1404)
Inocencio VII (1404-1406)
Gregorio XII (1406-1415)
b) Línea de Pisa
Alejandro V (1409-1410): Electo por el Concilio de Pisa.
Juan XXIII (1410-1415): También de Pisa, considerado ilegítimo.
c) Sucesor de Benedicto XIII
Clemente VIII (1423-1429): Electo tras la muerte de Benedicto XIII por un pequeño grupo de cardenales, pero sin legitimidad según el autor.
d) Concilio de Constanza
Martín V (1417-1431): Electo en un concilio inválido, considerado antipapa por el P. Custodio.
e) Sede vacante
1429-1431: Desde la muerte de Benedicto XIII hasta la elección de Eugenio IV, con Martín V ocupando ilegítimamente la sede.
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B. Según la Iglesia Católica
La Iglesia reconoce la línea de Roma como legítima y considera a los papas de Aviñón y Pisa como antipapas, sin interrupciones en la sucesión.
1. Línea legítima: Roma
Urbano VI (1378-1389): Electo en el Cónclave de 1378, aceptado como legítimo pese a las irregularidades.
Bonifacio IX (1389-1404)
Inocencio VII (1404-1406)
Gregorio XII (1406-1415)
Martín V (1417-1431): Electo por el Concilio de Constanza, reconocido como el papa que resolvió el Cisma.
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2. Líneas ilegítimas (Antipapas)
a) Línea de Aviñón
Clemente VII (1378-1394)
Benedicto XIII (Papa Luna) (1394-1423)
b) Línea de Pisa
Alejandro V (1409-1410)
Juan XXIII (1410-1415)
c) Sucesor de Benedicto XIII
Clemente VIII (1423-1429)
d) No hay sede vacante
La Iglesia sostiene una sucesión continua desde Gregorio XI hasta Eugenio IV, sin interrupciones.
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III. Análisis de la tesis del P. Custodio
ResponderEliminarCuestiona la legitimidad papal durante el Cisma, basándose en una interpretación de respeto del Derecho Canónico.
A. Puntos clave
1. Cónclave de 1378 sin libertad
Argumento: La elección de Urbano VI fue inválida por coacción del populacho romano, irregularidades (no era cardenal) y el rechazo posterior de los cardenales, quienes eligieron a Clemente VII.
Evaluación: Históricamente, hubo presión externa, y el Derecho Canónico exige elecciones libres. Este punto es sólido y apoya la legitimidad inicial de la línea de Aviñón.
2. Benedicto XIII como figura central
Argumento: Benedicto XIII mantuvo la legitimidad hasta 1429, resistiendo deposiciones ilegales y siendo el último papa legítimo del Cisma.
Evaluación: Su largo pontificado y resistencia refuerzan su caso, pero depende de aceptar la ilegitimidad de Urbano VI y el Concilio de Constanza, elemento clave.
3. Concilio de Constanza ilegítimo
Argumento: Fue convocado por autoridades ilegítimas (Juan XXIII y Gregorio XII), depuso a Benedicto XIII sin autoridad, e incluyó no cardenales en la elección de Martín V.
Evaluación: Las irregularidades son ciertas (participación de no cardenales), pero la Iglesia lo valida como solución práctica pero sin principio de legalidad, solo según el principio de excepcionalidad pragmática.
4. Martín V: ¿unificador o usurpador?
Argumento: Martín V, electo en Constanza, fue un antipapa; la legitimidad solo volvió con Eugenio IV.
Evaluación: La Iglesia ve a Martín V como el fin del Cisma, mientras que el autor lo rechaza por su elección irregular. Su función práctica como unificador tiene peso histórico, pero no de legalidad.
5. Legalidad contra Pragmatismo
Argumento: La Iglesia sacrificó la legalidad canónica (elecciones libres) por pragmatismo (unidad con Martín V).
Evaluación: El P. Custodio prioriza la legalidad estricta, lo que es coherente canónicamente, pero la Iglesia optó por la estabilidad por razón de conveniencia y emergencia, haciendo que su tesis sea una crítica válida pero no aceptada por el consenso.
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IV. Conclusión
A. Según el P. Custodio:
Legítimos: Gregorio XI (antes), Clemente VII y Benedicto XIII (durante), Eugenio IV (después).
Ilegítimos: Líneas de Roma (Urbano VI a Gregorio XII), Pisa (Alejandro V y Juan XXIII), Constanza (Martín V), y Clemente VIII.
Sede vacante: 1429-1431.
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B. Según la Iglesia:
Legítimos: Gregorio XI, línea de Roma (Urbano VI a Martín V), Eugenio IV.
Ilegítimos: Líneas de Aviñón (Clemente VII y Benedicto XIII), Pisa, y Clemente VIII.
Sin sede vacante: Sucesión continua.
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Valoración:
La tesis del P. Custodio es lógica desde el Derecho Canónico, destacando fallos como el Cónclave de 1378 y Constanza, y defendiendo a Benedicto XIII.
Pero la Iglesia priorizó la unidad práctica con Martín V, relegando la visión del autor a una interpretación alternativa, aunque bien fundamentada.
Lo cierto es que el debate aún hoy en día continúa, y tiene efectos sobre el papa Francisco y la dimisión de Benedicto XVI, entre un cese no libre y un ejercicio pontificio heterodoxo sin base ortodoxa, y que dejó una polémica durante 12 años, que aún dura sus efectos con León XIV (Tucho, Amoris laetitia, Fiducia supplicans, Traditionis custodes, Abu Dabi, sinodalidad, justicia natural del derecho canónico, China), junto con un cisma de facto radical de maximus en marcha procedente del camino sinodal alemán.
ADELANTE....Mosén Ballester con su tesis Doctoral y Canonicen a Benedicto XIII.
ResponderEliminarGravísimo lo de Vic, donde los independentistas han hecho lo posible y lo imposible, incluso con boicot y amenazas de violencia, para que Mons. Argüello, Arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, no pueda celebrar la Misa en la conmemoración de St. Miquel Dels Sants, patrono de la ciudad. Hoy, como en tiempos del Benedicto XIII, se coharta la libertad de la Iglesia. El independismo es la mayor lacra de Cataluña.
ResponderEliminar16.46 Totalmente de acuerdo. Monseñor Arguello no es santo de mi devoción por sus vaivenes y compdreos con la izquierda pero...lo de Vich, lo de los mamarracho indepes exige respuesta firme de Omella
EliminarSabíamos que Llisterri es un mal periodista independentista y paniaguado, pero su zafiedad llega a extremos intolerables en su artículo de Catalunya Religió en el que obvia que existían amenazas graves de violencia a Argüello y viene a justificar a los atacantes. Que un medio eclesial, y por medio de su director, justifique un ataque a la libertad religiosa merece una rápida censura por parte de su responsable.
EliminarLo de Vich concuerda siempre con la teoría evangélica de que Jesucristo nunca se metió con los romanos que gobernaban en Palestina y en nuestro caso Argüello además de ser un apóstol hace manitas con ciertos bandos políticos, por esto lo han vetado.
EliminarApreciado lector: El Papa Luna murió en Peñíscola en 1423. Fieles a su testamento, sus cuatro cardenales eligieron pocos días después a Gil Sánchez Muñoz como sucesor: Clemente VIII. Abdicó solemnemente en 1429, eligiendo luego en cónclave, junto a sus cardenales, al papa romano reinante, Martín V, como Sumo Pontífice, dando así fin al Cisma y legitimándolo, por ello, través de la obediencia de Aviñón.
ResponderEliminarPadre Custodio, ¿dónde podría comprar su libro? La página de la editorial no funciona y en mis librerías locales todavía no lo han traído. ¿Sería posible comprárselo directamente a Vd.?
EliminarLo de Vichy es un escrache en toda regla.
ResponderEliminarPeor aún, una serie de presuntos delitos... que los retratan como banda u organización... insensatos...
EliminarLo de Vich merece un buen diluvio!!
ResponderEliminarQuise decir Vich, no Vichy.
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