El tema de esta semana es el fraude, el engaño, la mentira descarada que constituyó la promulgación del motu proprio Traditionis custodes. Ha estallado como una bomba de gran potencia. Y lamentablemente ha estallado en las narices del nuevo pontífice León XIV, que iba marcando sus tiempos con calma, por no incurrir en una dictadura de signo contrario a la que nos impuso el anterior pontífice. El caso es que, consecuente con el ritmo tranquilo que había elegido, ha ido haciendo nombramientos en favor de más de uno de los cardenales severamente implicados en ese fraude estremecedor. Un fraude que deja a la Iglesia y al anterior sumo pontífice, que es quien finalmente firmó el motu proprio (y no precisamente de mala gana ni engañado por nadie), en situación lamentabilísima: todos ellos convictos y confesos (los documentos incriminatorios son incuestionables) de uno de los delitos más graves que pueden cometer los más altos responsables de la doctrina de la fe, de la liturgia y de la pastoral en la Iglesia.
La semana pasada planteaba si la Iglesia abordará finalmente la cuestión de recuperar su “lengua propia”, el latín. Y esta semana tenemos un gran paso en esa dirección, aunque muy pedregoso. El día 1 de julio, el Vaticano daba publicidad al material (sin cocinar) de la consulta hecha a los obispos de todo el mundo, que dio lugar a la promulgación de “Traditionis custodes”. La conclusión que podemos sacar leyendo ese material, es que fue utilizado de forma fraudulenta: se cocinó y recocinó para que diese como resultado un clamor generalizado de los obispos de todo el mundo contra Summorum Pontíficum, a la que consideraban el mayor foco de enfrentamiento litúrgico en la mayoría de las diócesis del mundo. Fue ésa la conclusión a la que quiso llegar el papa anterior, y a ella llegó (evidentemente, mucho antes de la consulta); por lo que aseguró sentirse forzado por ese imaginario clamor de los obispos, a ofrecer a la Iglesia la solución de la Traditionis Custodes (custodios de la Traición, preferí traducirlo en su día). Una traición, en efecto, y un absoluto fraude cuya autoría material y jerárquica se mueve entre muy pocos nombres. La gran mayoría de comentaristas de este fraude teológico, coinciden en dictaminar, sin preocuparse por suavizar los términos, que Francisco mintió a toda la Iglesia. Fue un engaño para cuya culminación necesitó mentir, y mintió.
Era inevitable darnos de bruces con el juicio del anterior pontificado y del pontífice. Un juicio insoslayable, porque la verdad fue atacada violentamente desde el más elevado alcázar de la Iglesia, castigando severísimamente a los defensores de esa verdad. Y puesto que ante una cosa tan monstruosa no caben paños calientes ni dilaciones en nombre de la paz interior de la Iglesia (como tampoco debieron caber en el monstruoso problema de los delitos sexuales de los clérigos), al papa León XIV no le queda más remedio que actuar de forma fulminante (la que hubiese sido saludable para la Iglesia en el caso de los abusos), sin esperar a que terminen sus vacaciones. En una tormenta de tal magnitud, lo que puede contribuir mayormente a la rotura de la nave, es el tratamiento diplomático. Al papa se le han arruinado las vacaciones. Y parece de lo más lógico que eso afecte también a los cómplices del delito. Las redes están que arden, el fuego es muy violento, y no parece lo más prudente dejarlo arder, a ver qué se lleva por delante.
Se trata de un movimiento gemelo, dicho sea de paso, del que impulsó la sinodalidad: otro capricho papal, que empujó con muy pocos miramientos a que se presentara la cosa esa sinodal, como la mayor emergencia de la Iglesia. Los que lo hemos vivido de cerca, sabemos muy bien de qué va el cuento. Aparte de despojar el concepto de sinodalidad del significado que le ha dado la Iglesia a través de toda su historia, los procedimientos con que se ha llevado a cabo, han sido la antítesis, por no decir la burla y el escarnio de la sinodalidad.
Es deseable que este movimiento de destape del affaire Traditionis Custodes, no se haya hecho a espaldas del papa León XIV. Tampoco es fácil deducir que haya sido él su inspirador. Siguen ahí, bien instalados en la estructura de poder del Vaticano, el trío de cardenales (se supone que sometidos de mejor o peor grado, a la disciplina del nuevo papa) que actuaron de colaboradores necesarios. No es difícil entender, sin embargo, que no sólo el sensus ecclesiae, sino también el talante, el humor, “el pronto” del sucesor de Francisco está en las antípodas de ese papa tan tan tan él, tan humildemente arrogante, que estampó su firma en la Traditionis custodes. Un papa cuyos malos pasos, algunos de enorme gravedad, han de ser rectificados necesariamente por su sucesor: por el bien de la Iglesia, tan castigada. Y es en esa dirección hacia donde apunta la publicación por parte del Vaticano (¿quién es el Vaticano?), de la encuesta a los obispos sobre la misa en latín. El Vaticano tiene un plan, evidentemente.
Y ha movido ficha, claro está, con cierta reticencia, para equilibrar. ¿Pero cuál es la posición del papa, y cuáles sus intenciones? Seguro que León XIV, agustiniano él, además de agustino, está en perfectas condiciones de entender que la desacralización de la liturgia emprendida por el Novus Ordo no ha contribuido a que los fieles se sintieran mayormente atraídos por una liturgia tan poco litúrgica. Mientras el Vetus Ordo pone el foco de la Misa en el sacrificio y en la adoración; el Novus Ordo pone el acento y algo más en la Asamblea de los fieles que se reúnen en torno a la mesa del altar: descendida del lugar más noble del templo, para convertirlo de altar del sacrificio, en mesa del banquete eucarístico. Con la idea, claro está, de acercar la Misa católica al ritual del Culto protestante: lo confesó el mismo Bugnini. Obviamente los protestantes nos sacan ventaja en ese formato de celebración dominical. Guitarras incluidas, claro está y sermones más bien largos, que contribuyen al lucimiento del pastor-celebrante. Quizá por eso mereció Lutero que un gran admirador suyo (y no sólo en lo referente a la liturgia) entronizara su estatua en el Vaticano. El Novus ordo se empeñó en el formato asambleario de la misa, relegando el sacrificial. Y en efecto, fue muy notable su acercamiento al culto protestante, que se sustenta en una “nueva teología”, que tanto se acerca a la teología protestante. Ecumenismo sí, pero no por atajos y barrancos.
Efectivamente, se trata de “ritos” totalmente distintos. La Misa, el Sacrificio de la Misa es un rito intensamente litúrgico, trascendental, sagrado, cargado de misterio, de signos, de susurros y de silencios. Nos transporta al arcano, al sacramentum que sobrepasa todo entendimiento, imposible por tanto de separarlo de su carácter de inasequible. De ahí que, el hecho de que se celebre en una lengua sagrada, poco comprensible, contribuya a mantenerle ese halo de misterio.
Al misterio le ocurre, como a la cebolla, que si te empeñas en ir quitándole capas y más capas, cuando por fin has conseguido quitárselas todas para hacerlo más comprensible, llegas a la nada. Es lo que ha ocurrido en el tránsito del Vetus ordo al Novus ordo. ¿Qué ha quedado del sacramentum? Pues prácticamente nada. Tan poco sagrada es esa misa, que ni es necesario acondicionar mínimamente el alma para comulgar: ahí van todos los asistentes en tropel, perdido todo signo de reverencia. ¡Y menos de adoración! Obispo hay, de esos tan tan tan progres, que hasta prohíben arrodillarse para comulgar. Novus, novíssimus ordo, respaldado por una novísima teología.
La campaña de desvelado y desprestigio de la Traditionis custodes emprendida por el Vaticano, es demoledora. Echa por tierra no sólo el motu proprio (nombre muy ajustado a ese tipo de documento), sino también la clase de motus que movió al pontífice que lo firmó. Y entiendo que, por encima de todo, lo que pretende es demoler con una crítica tan certera, el servilismo adulador del aparato vaticano que le presentó al anterior pontífice el infame cocinado estadístico que éste deseaba. Una auténtica falsificación que ni siquiera cuenta con el atenuante de la mentira piadosa, sino que carga con el agravante de la mentira malvada que sirvió para desatar una vergonzosa y muy dolorosa persecución en la Iglesia; un modus operandi del que es justo sospechar que León XIV se alejará como de las brasas. Y un indicio evidente de que al Vaticano le urge un buen barrido.
Virtelius Temerarius
Y como consecuencia de este montaje de mentiras, muchos sacerdotes han sufrido persecución e incomprensión. En Barcelona algunos sacerdotes jóvenes han sido incomodados y amonestados de diferentes maneras, condenandolos al ostracismo, por celebrar, incluso privadamente la Misa tradicional. Las opiniones y juicios sobre ellos vertidas por boca de algunos obispos delante de sacerdotes y seglares que han quedado sorpendidos de la virulencia episcopal, manifiesta la mentira de su falsa gesticulación sinodal y fraternal para con sacerdotes a los que deberian fortalecer y animar. Luego se lamentan de que no haya vocaciones,el seminario de pena, el balneario de Battle Crick se llene, y cada año haya abandonos de sacerdotes que han perdido su identidad sacerdotal o nunca la conocieron. Y es que los sacerdotes lo son para celebrar la Santa Misa, para actualizar el Sacrificio de Cristo en la cruz, cuando esto se desdibuja acabas por no entender nada.
ResponderEliminarSr Virtelius, Barrido muy intenso hay que hacer en el Vaticano...desde la expurgación del maldito arbusto pachamámico que osaron plantar en los jardines cuando aquella abominación fue procesionada, a darse una vuelta por el cementerio teutónico donde dicen que se halla enterrado el hijo secreto del finado. Urge un barrido de cardenales aduladores y cómplices, urge que los obispos que fueron consultados se indignan y clamen justicia, urge reparar tanto daño hecho en esos 12 años de poder destructor Maria auxilie a León XIV cuando vaya cortando las muchas cabezas de la Hidra.
ResponderEliminarTraditionis Custodes fue un golpe muy duro, por muchos motivos. Fue una bofetada al Papa emérito Benedicto XVI, que aún vivía; es una negación implícita de la hermenéutica de la continuidad, clave no solo para la reconciliación interna de la Iglesia, sino también de ésta con su propio pasado, al afirmar implícitamente que la lex credendi de la Iglesia actual no coincide con la tradicional; y era una articulación despiadada del criterio amigo-enemigo: "para mis amigos, todo; para mis enemigos, la ley". En una Iglesia amenazada por un verdadero cisma alemán, el Papa prefirió inmolar a un grupo más bien inofensivo como chivo expiatorio para aplacar a sus aliados progresistas. Debo confesar que para mí ha sido motivo de escándalo y ha minado mi confianza en la institución del pontificado, junto con muchas otras acciones del difunto Papa Francisco, que en paz descanse. Y aunque León sane esas heridas, siempre quedará la duda de si el día de mañana no vendrá un Francisco bis a deshacer cuanto haya hecho.
ResponderEliminarHorroroso e infame.Lo que hicieron con Sumorum Pontificum roza lo 👿👿👿.
ResponderEliminarVeremos si más pronto que tarde echen a la 🪰🗑️ la traicionis custodes esa.
Una vez más sale al descubierto la jerarquía toxica que quiere acabar con la Misa de siempre, con siglos de antigüedad, con orígenes en los propios apóstoles, y fijada en Trento, con una bula que la protege a perpetuidad. Pero la jerarquía toxica, le importa todo un pimiento: se inventan un nuevo rito, y restringen el antiguo a su antojo. No les importa mentir descaradamente, sus objetivos ideológicos están por encima de todo.
ResponderEliminarComparto la opinión del Cardenal Sarah y otros clérigos, que piensan que esta inquina contra la Misa Tradicional es diabólica.
Ni pastoral, ni fe, ni sinodalidad. Parece que se cumple el refrán “dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”. Los campeones de la sinodalidad, se pasan por el forro la misma, cuando no coincide con sus gustos.
El Novus Ordo ha hundido la práctica religiosa. En occidente la práctica religiosa de los años 60 era del 70-80%, hoy en día es del 5-10%. A pesar de enorme fracaso, la jerarquía sigue insistiendo en la formula fracasada. Parece que Dios ciega a los que, contumaces en el error, su única solución para arreglar el desastre es “mas de lo mismo”. Dios los coja confesados.
Leon XIII escribió: "Enemigos llenos de astucia han colmado de oprobios y amarguras a la Iglesia, esposa del Cordero inmaculado, y sobre sus bienes más sagrados han puesto sus manos criminales. Aun en este lugar sagrado, donde fue establecida la Sede de Pedro y la cátedra de la Verdad que debe iluminar al mundo, han elevado el abominable trono de su impiedad con el designio inicuo de herir al Pastor y dispersar al rebaño".
Se cumple al pie de la letra.
«No les importa mentir descaradamente, sus objetivos ideológicos están por encima de todo». Excelente como resumen.
EliminarMT
Unas opiniones y pareceres personales, salvo yerros y omisiones:
ResponderEliminarTRADITIONIS CUSTODES: LA TORMENTA LITÚRGICA QUE SACUDE LA IGLESIA CATÓLICA
La liturgia católica, como el corazón palpitante de la Fé, es mucho más que un conjunto de ritos: es la vela desplegada que, izada cada día en las misas, revela al mundo la dirección del barco eclesial, ya sea hacia la ortodoxia, firme en su rumbo, o hacia la heterodoxia, zarandeada por vientos modernistas y progresistas, protestantizados y mundanizados. ¿Qué vemos cada día de la Iglesia? ¡Las misas!
Por eso la Misa es el locus pugnae donde se enfrentan ortodoxia y heterodoxia. Así, el camino sinodal alemán: liturgia no clerical liderada por laicos, homilías por laicos, liturgias laicas reemplazan a los clérigos, bendiciones litúrgicas de parejas homosexuales activas, uso de lenguaje inclusivo en liturgia (Padre cambiado por Divinidad), liturgias ecuménicas con elementos no católicos (luteranos en altar consagrando, intercomunión con protestantes).
En este escenario, hemos de ver la interrelación entre lex credendi (ortodoxia o heterodoxia), lex celebrandi (la misa Vetus o Novus), lex orandi (la misa son oraciones) y lex vivendi (lo vivido). Tengamos en cuenta que el camino sinodal alemán está realizando cambios drásticos en materia de Fé, moral, liturgia y eclesiología.
Ello nos da en el Rito Latino las dos formas del rito romano (hay otros: ambrosiano, hispánico): el Vetus Ordo (Misa Tridentina en latín) y el Novus Ordo (Misa post-Vaticano II). Por un proceso histórico de 60 años, y por la acción de Francisco el divisor, estos dos ritos se alzan como estandartes de visiones opuestas de la Fé católica.
El Vetus Ordo, un escudo resplandeciente forjado en siglos de tradición, es venerado como un baluarte de la ortodoxia, mientras que el Novus Ordo, con su flexibilidad moderna, es visto por muchos como un reflejo de las corrientes progresistas y modernistas que han sumido a la Iglesia en una crisis espiritual y doctrinal: la percepción de que Novus Ordo es igual a eclesiocatástrofe.
Así, vemos a las mujeres en el lavatorio de pies de Semana Santa, lectoras y acólitas, administradoras de la comunión, sacristanas o auxiliando al cura en la misa, monaguillas, presidiendo en el altar la llamada misa sin cura, todas ubicadas en una zona, el presbiterio, que debería de ser zona reservada al hombre consagrado; o las infinitas violaciones de la misa y su rito (rito considerado como "rictus mortis", rito libre modificado, cambio de la fórmula de consagración), junto con abusos y aberraciones modernistas (curas vestidos de payaso, patinando, bicicleteando, consagrando bollos...).
Esta pugna, que trasciende lo meramente litúrgico, se intensificó con dos documentos papales absolutamente opuestos: Summorum Pontificum (2007), del Papa Benedicto XVI, que abrió las puertas al Vetus Ordo, y Traditionis Custodes (2021), del Papa Francisco, que las cerró con restricciones draconianas, sinsentido y absurdas.
Recientes revelaciones han destapado que Traditionis Custodes se gestó en un proceso viciado por ocultamiento, mentiras y una ausencia total de sinodalidad, lo que ha alimentado la percepción de un cisma de facto que fractura la Iglesia desde la jerarquía hasta los fieles.
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I. EL DESCUBRIMIENTO RECIENTE: TRADITIONIS CUSTODES Y SU RATIO LEGIS VICIADA
En julio de 2021, el Papa Francisco promulgó Traditionis Custodes, un motu proprio que restringió severamente la celebración de la Misa Vetus Ordo, revirtiendo la apertura de Summorum Pontificum.
La justificación oficial fue que la liberalización del Vetus Ordo había generado divisiones y un rechazo al Concilio Vaticano II, según una supuesta consulta a los obispos.
Sin embargo, recientes investigaciones han revelado un proceso legislativo profundamente cuestionable, que vicia de nulidad de pleno derecho la legitimidad del documento:
ResponderEliminar- Ocultamiento: Los resultados detallados de la consulta episcopal nunca se hicieron públicos, lo que ha generado sospechas de que no reflejan un consenso genuino. Esta opacidad contrasta con las promesas de transparencia de Francisco.
- Mentiras: La afirmación de que los fieles del Vetus Ordo rechazan masivamente el Vaticano II carece de evidencia sólida. Muchos tradicionalistas aceptan el concilio en continuidad con la tradición, pero critican su implementación por motivos totalmente justificados: hay dos líneas irreconciliables y sin posibilidad de ningún acuerdo ni convivencia: la hermenéutica de la ruptura (progresistas modernistas heterodoxos) y la hermenéutica de la continuidad y la fidelidad (la recta ortodoxia).
- Falta de sinodalidad: A pesar de la retórica sinodal del pontificado de Francisco, Traditionis Custodes parece haber sido una decisión unilateral, sin diálogo con las comunidades afectadas ni deliberación real con los obispos.
- Prejuicio ideológico: Los críticos argumentan que el documento responde a una animadversión de círculos progresistas contra la Misa Tridentina, vista como un símbolo de resistencia al modernismo progresista heterodoxo, como se ha visto en el camino sinodal alemán.
- Abuso espiritual: La privación de un rito propio de la Sagrada Tradición Litúrgica se encuadra en este delito de abuso espiritual: se refiere a la manipulación, coerción o uso indebido de la autoridad religiosa o espiritual por parte de un líder eclesiástico (sacerdote, obispo, papa, religioso, etc.) para controlar, dañar o explotar a un grupo o a una persona en su vida espiritual, emocional o psicológica.
El descubrimiento del fraude y abuso en el expediente legislativo de Traditionis Custodes anula esta norma, y es una grave falta moral y pecado de Francisco, de verificarse, un hecho que no se ha tenido en cuenta suficientemente, por las fuertes repercusiones e implicaciones que tiene sobre el pontificado de León XVI, que se ha dicho seguidor y continuador de Francisco: de hecho, le quitaría toda santidad irreversiblemente, de confirmarse.
- Contra la Sagrada Tradición Litúrgica: Vetus Ordo está conforme a dicha tradición, pues acoge dos milenios de Sagrada Liturgia.
- Prohibición de abrogación: El Vetos Ordo tiene este derecho (que no privilegio) en virtud de cumplir con dicha Sagrada Tradición Litúrgica, según dispone la bula Quo Primum (1570) de Pío v
Esta ratio legis viciada —basada en mentiras, ocultamiento y una ausencia de sinodalidad— lleva a muchos a considerar Traditionis Custodes nulo de pleno derecho, ilícito e inválido, norma no existente, no vigente y sin deber de obedecerla, ya que afecta una materia grave que causa efectos graves: la Sagrada Tradición Litúrgica.
Este descubrimiento ha intensificado la resistencia de los fieles tradicionalistas, quienes ven en estas restricciones no solo un ataque a un rito venerable, sino una traición al espíritu de la Iglesia.
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II. LAS DOS FORMAS DEL RITO ROMANO: CONNOTACIONES Y CARACTERÍSTICAS
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A. El Vetus Ordo: Un Escudo de Ortodoxia y Arte Completo
La Misa Vetus Ordo, codificada en 1570 por el Papa Pío V tras el Concilio de Trento, es un tesoro litúrgico que hunde sus raíces en los primeros siglos del cristianismo. Conocida como la Misa Tridentina, su estructura, enriquecida por santos como San Gregorio Magno, se ha mantenido prácticamente inalterada durante siglos, convirtiéndola en un escudo resplandeciente (tal como debe ir armado el católico según el soldado de Cristo de Efesios VI) que protege la ortodoxia contra las tormentas del modernismo. Celebrada en latín, con el sacerdote orientado *ad orientem* (hacia el este, símbolo de Cristo resucitado), esta liturgia es un canto a la trascendencia divina, un lienzo donde la fe se expresa con precisión y belleza.
Sus características principales incluyen:
ResponderEliminar- Solemnidad y recogimiento: Los silencios reverentes, las genuflexiones y los gestos cuidadosamente prescritos crean un ambiente de adoración que invita a los fieles a elevar sus corazones hacia Dios. Cada palabra y movimiento está impregnado de un sentido de lo sagrado, como un río que fluye sereno hacia su fuente divina.
- Universalidad del latín: Como lengua universal de la Iglesia durante casi dos milenios, el latín trasciende las divisiones culturales y temporales, uniendo a los fieles en una comunión que abarca siglos y continentes. Es el idioma de los apóstoles, de los mártires, de los concilios.
- Estructura fija: La Misa Tridentina rechaza improvisaciones, garantizando una fidelidad absoluta a la tradición apostólica. Esta inmutabilidad es vista como una fortaleza contra las innovaciones que diluyen la Fé.
- Canon Romano: La plegaria eucarística única del Vetus Ordo, con su riqueza teológica y referencias bíblicas, es una joya doctrinal que ha nutrido la espiritualidad de generaciones.
- Riqueza histórica: Con 1.500 años, esta liturgia ha sido celebrada por santos como San Agustín, San Tomás de Aquino y San Juan María Vianney: es un puente vivo hacia el pasado de la Iglesia.
- ARTE TOTAL: El Vetus Ordo es un arte completo, sinfonía de lo sagrado que cautiva los sentidos:
a) Visual: retablos góticos, vestimentas litúrgicas bordadas en oro e iglesias adornadas con frescos y esculturas crean un escenario que eleva la mente hacia lo eterno, con la disposición del altar tridentino: velas, sacras, Tabernáculo, Crucifijo, adornos, vidriera... arte total al servicio de la liturgia divina, como la Sagrada Familia, donde se consagran arquitecto y constructores
b) Auditivo: El canto gregoriano, la polifonía de Palestrina y el resonar del órgano llenan el espacio con una música que parece descender del cielo.
c) Olfativo: El incienso, símbolo de las oraciones ascendiendo a Dios, envuelve la asamblea en una nube de misterio.
- Connotación:
El Vetus Ordo es un baluarte de la ortodoxia, un refugio para quienes buscan la verdad inmutable de la Fé católica. Su solemnidad y belleza lo convierten en un medio privilegiado para experimentar lo divino, un escudo contra las desviaciones del modernismo progresista que han debilitado la Iglesia.
Inconvenientes:
El uso exclusivo del latín puede alejar a los fieles no familiarizados con la lengua, y su estructura rígida dificulta la adaptación a contextos culturales modernos, aunque es su punto fuerte, pues la inculturación y el aggiornamento han desfigurado a la Sagrada Liturgia novoordinana en infinidad de abusos y delitos. Además, su solemnidad puede percibirse como distante para quienes buscan una liturgia más "moderna".
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B. El Novus Ordo: Flexibilidad y vulnerabilidad a la heterodoxia, abuso espiritual
Promulgada en 1969 por el Papa Pablo VI tras el Concilio Vaticano II, la Misa Novus Ordo buscó renovar la liturgia para hacerla más accesible al hombre contemporáneo. Celebrada principalmente en lenguas vernáculas, con el sacerdote frecuentemente versus populum (hacia los fieles), esta forma litúrgica prioriza la participación activa y la comprensión inmediata. Sin embargo, estas innovaciones han generado críticas feroces, que la asocian con la heterodoxia y la banalización de lo sagrado de una manera dramática hasta convertirla en una especie de horrorosa misa luterana o un terrorífico espectáculo del propio cura o comunidad.
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Características:
- Lenguas vernáculas: La traducción de la liturgia a idiomas locales permite a los fieles seguir el rito sin barreras lingüísticas, promoviendo participación más consciente
- Flexibilidad litúrgica: ofrece múltiples opciones, desde plegarias eucarísticas hasta variaciones en rúbricas, adaptándose a diferentes contextos pastorales.
- Innovación y abreviación: Introduce plegarias eucarísticas nuevas o reconstruidas, abreviadas, buscando una conexión con las prácticas de una supuesta o imaginada Iglesia primitiva.
Sin embargo, estas características traen consigo graves defectos:
ResponderEliminar- Abusos y delitos litúrgicos: La flexibilidad ha dado lugar a prácticas extravagantes, como danzas litúrgicas, música profana (guitarras, canciones populares) o sermones improvisados que desvían la atención del sacrificio eucarístico; otros han sido puros delitos: invención del rito, uso de fórmulas de consagración inventadas (no hay transubstanciación).
- Pérdida de sacralidad: La orientación *versus populum* y el minimalismo estético de muchas iglesias modernas —a menudo despojadas de retablos y ornamentos— crean una atmósfera percibida como profana, más propia de un auditorio que de un templo.
- Asociación con el modernismo: Para muchos, el Novus Ordo refleja las ideas progresistas que han llevado a una crisis doctrinal, con documentos como Amoris Laetitia* o Fiducia Supplicans, o la Pachamama, Lutero testigo del Evangelio y Abu Dabi o todas las religiones son buenas, y la Agenda 2030 (Fratelli tutti y Laudato si) vistos como síntomas de esta deriva.
- Abuso espiritual: Cuando el presbítero celebrante realiza la misa con abusos y delitos litúrgicos, y el obispo no lo disciplina o sanciona:
Los abusos litúrgicos, que son abusos espirituales y devocionales, como alterar textos, usar objetos inapropiados, introducir música profana o realizar celebraciones irreverentes, están regulados por el CIC (cánones 846, 838, 1378, 1384, 1389), Redemptionis Sacramentum (nn. 31, 45-47, 94, 108, 117, 183-184: alterar el rito; danza y música profana; recipientes eucarísticos inadecuados, celebrar misa en lugar inadecuado), Instrucción General del Misal Romano (nn. 22, 24, 117-119, 299), Sacrosanctum Concilium (nn. 22, 23, 36-40), y las normas de la Congregación para la Doctrina de la FeNormas de la Congregación para la Doctrina de la FeDocumentos relevantes: Normae de Gravioribus Delictis (2010): Cánon 1367: Profanación de especies consagradas (excomunión latae sententiae); Cánon 1378: Simulación de sacramentos (ej., Misa inválida por alteración grave de fórmulas). Carta sobre ciertos delitos litúrgicos (2000): Condena la concelebración indebida con no católicos. Abusos específicos: Alteraciones que invalidan sacramentos (ej., fórmulas consagratorias erróneas) o profanaciones eucarísticas.
Las sanciones van desde amonestaciones hasta la excomunión, dependiendo de la gravedad, con los obispos y la Santa Sede como responsables de su aplicación. La percepción de laxitud en la corrección de estos abusos, especialmente en el Novus Ordo, sigue alimentando la controversia litúrgica.
- Connotación:
El Novus Ordo es asociado con la heterodoxia, un barco cuya vela ondea al capricho de los vientos modernistas, vulnerable a innovaciones que bordean la herejía. Su estética, a menudo minimalista y carente de la grandeza del Vetus Ordo, es vista como un reflejo de una fe diluida, tal como es la pérdida de curas, religiosos y participación laical.
- Inconvenientes y virtudes:
Aunque puede ser edificante cuando se celebra con reverencia, su flexibilidad lo hace propenso a abusos. Sin embargo, su accesibilidad y adaptabilidad lo convierten en un medio eficaz para conectar con fieles de diversas culturas, especialmente en contextos donde el latín es un obstáculo. Hay que recordar que existe una adaptación congoleña (una misa adaptada), un rito maya (para una diócesis mejicana), y el curioso rito neocatecumenal que va por libre.
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- El principio lex credendi, lex celebrandi
La máxima "la ley de la oración es la ley de la fe", de Próspero de Aquitania (siglo V), vincula la liturgia con la fe católica. La liturgia, como lex orandi, refleja y forma la lex credendi (lo que la Iglesia cree).
La adición de lex celebrandi destaca que los gestos, textos y rúbricas litúrgicas deben estar en armonía con la doctrina. La fe informa la liturgia, asegurando su ortodoxia, mientras que la liturgia educa a los fieles en la fe. Cualquier abuso litúrgico que distorsione la doctrina pone en riesgo la lex credendi.
III. LA LITURGIA COMO VELA DESPLEGADA: ORTODOXIA CONTRA HETERODOXIA
ResponderEliminarLa liturgia es la vela desplegada de la Iglesia, visible cada día en las misas, que señala el rumbo del barco eclesial.
El Vetus Ordo, con su solemnidad y fidelidad doctrinal, es una vela robusta que mantiene el curso hacia la ortodoxia, guiada por la brújula de la tradición.
En contraste, el Novus Ordo, con su flexibilidad y apertura a la innovación, a menudo parece zarandeado por los vientos de la heterodoxia, navegando hacia un horizonte incierto: es una vela rota con un barco a la zozobra y perdido el rumbo, si norte, desarbolado.
Esta metáfora no es solo poética: refleja una división profunda en la percepción de la liturgia como expresión de la Fé
Mientras el Vetus Ordo encarna la verdad, la belleza, la bondad, la unidad y la universalidad de la tradición, el Novus Ordo, para sus críticos, lleva el estigma de una modernidad que ha sacrificado lo sagrado por lo profano, más los abusos y violaciones litúrgicas, morales y fideísticas que no han sido sancionadas por los obispos.
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IV. LAS PLEGARIAS EUCARÍSTICAS DEL NOVUS ORDO: UN PUNTO DE DISCORDIA
El Novus Ordo rompió con la exclusividad del Canon Romano al introducir múltiples plegarias eucarísticas, un cambio que ha generado intensos debates:
- Plegaria Eucarística I (PE-I o Canon Romano adaptado)
Aunque basada en el Canon Romano del Vetus Ordo, esta versión abreviada es vista como una maniobra para desincentivar la Misa Tridentina. Los tradicionalistas argumentan que su simplificación diluye la profundidad teológica del original, presentándolo como una opción secundaria dentro del Novus Ordo. De hecho, la PE-I del Novus Ordo y el Canon Romano del Vetus Ordo, al tener todas las innovaciones del altar vaticanosegundo, tal como sucede con la misa mozárabe, ha perdido del todo su personalidad y espiritualidad: el altar y celebrante mozárabe y tridentino han sido desvirtuados por el altar y celebrante vaticanosegundo.
- Plegaria Eucarística II
Inspirada en la anáfora de Hipólito (siglo III), es criticada como un “fósil arqueológico hipotéticamente reconstruido”. Su simplicidad y origen hipotético la hacen, para muchos, inadecuada para el centro del sacrificio eucarístico. Es la casi única usada por ser la más breve, siendo inexistentes las otras PE I y III a V.
- Plegarias III, IV, V y otras (niños, reconciliación)
Estas composiciones nuevas, incluyendo opciones para Misas con niños o de reconciliación, son descritas como una “macedonia, mosaico y puzzle litúrgico”, una mezcla de invenciones modernas y fragmentos históricos que carecen de la coherencia doctrinal del Canon Romano. Los críticos las consideran superficiales y desvían la atención de la trascendencia del misterio eucarístico.
Los defensores del Novus Ordo ven estas plegarias como un enriquecimiento pastoral, pero los tradicionalistas las perciben como una ruptura con la tradición, un reflejo de la heterodoxia que permea la liturgia moderna.
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V. LA BULA QUO PRIMUM: EL ESCUDO INQUEBRANTABLE DEL VETUS ORDO
La bula Quo Primum (1570) de Pío V es un pilar fundamental en la defensa del Vetus Ordo. Promulgada tras el Concilio de Trento, codificó el Misal Romano Tridentino y decretó su uso perpetuo:
“Decernimus et ordinamus ut nullo unquam tempore Missale hoc abrogetur”* (“Decretamos y ordenamos que este Misal nunca sea abrogado”)
Este mandato, respaldado por la autoridad papal, establece la inabrogabilidad del Vetus Ordo, un escudo que protege su lugar en la Iglesia contra cualquier intento de supresión.
Aunque los Papas posteriores tienen la autoridad para regular la liturgia (Pío XII reformó la Semana Santa), los tradicionalistas argumentan que Traditionis Custodes viola este principio al restringir severamente un rito que nunca fue abolido. Mientras el Novus Ordo, carente de una tradición comparable, podría ser abrogado por ser moderno e inventado, el Vetus Ordo permanece como un testimonio inmutable de la Fé católica y la Sagrada Tradición Litúrgica bimilenaria.
VI. LA EVOLUCIÓN NORMATIVA: DE SUMMORUM PONTIFICUM A TRADITIONIS CUSTODES
ResponderEliminarA. Summorum Pontificum: La Restauración de Benedicto XVI
En 2007, Benedicto XVI, teólogo erudito, emitió Summorum Pontificum, un motu proprio que liberalizó el uso del Vetus Ordo como la “forma extraordinaria” del rito romano:
- Libertad sacerdotal: Todo sacerdote podía celebrar la Misa Tridentina sin permisos
- Unidad eclesial: Buscaba reconciliar a los fieles tradicionalistas y fomentar un enriquecimiento mutuo entre ambas formas
- Revitalizó la Misa Tridentina, atrayendo a jóvenes, familias y seminaristas
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B. Traditionis Custodes: La restricción de Francisco
En 2021, Francisco promulgó Traditionis Custodes, restringiendo el Vetus Ordo con medidas como:
- Permisos episcopales: Los obispos deben autorizar su celebración, limitándola fuera de parroquias.
- Unidad litúrgica: Declara el Novus Ordo como la “única expresión” del rito romano.
- Críticas: La falta de transparencia en la consulta episcopal y el tono hostil del documento han generado indignación.
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C. La visceral animadversión, menosprecio y aversión de Francisco al Vetus Ordo
a) Epítetos en Spera (2025)
- Retroceso: Tradicionalismo como nostalgia por una época idealizada inexistente.
- Ocultista: Fascinación por la Misa en latín como esotérica o sectaria.
- Mundanidad sectaria: Apego al Vetus Ordo como rigidez disfrazada de espiritualidad.
- Rigidez: Actitud emocionalmente desequilibrada de los tradicionalistas.
- Clericalismo excesivo: Exaltación jerárquica del sacerdote en la liturgia tradicional.
b) Epítetos fuera de Spera:
- Excepción nostálgica (2016): Vetus Ordo como concesión temporal para nostálgicos.
- Instrumento de división (2021, Traditionis Custodes): Uso del rito para rechazar el Vaticano II.
- Obsesión formalista: Atención excesiva a detalles formales (latín, vestimentas).
Esta aversión y repudio del Vetus Ordo, junto con las mentiras, ocultaciones, falta de sinodalidad y violación de la Sagrada Tradición Litúrgica ponen a Francisco en una falta de legitimidad moral y sin condiciones básicas de santidad por estos presuntos hechos:
- Abuso espiritual: privar de la Divina Liturgia Vetus Ordo sin justificación y con vicios
- Falta contra la virtud de la religión por desprecio a la Tradición (Catecismo, n. 2110-2112)
- Mentir u ocultar es un pecado (Catecismo, n. 2482-2486)
- Abuso de autoridad por no sinodalidad
- División de la Iglesia
- Contra la salus animarum (CIC, 1753)
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VII. EL CISMA DE FACTO: RUPTURA Y APOSTASÍA
La controversia litúrgica ha engendrado un cisma de facto, una fractura que divide a la Iglesia en múltiples niveles:
- Separación: Comunidades tradicionalistas y progresistas se alejan, con desconfianza mutua.
- Apostasía: Para algunos, el Novus Ordo representa una traición a la fe tradicional: lefrebistas
- Fragmentación: La falta de uniformidad litúrgica debilita la unidad eclesial.
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VIII. BALANCE: LO FAVORABLE Y DESFAVORABLE
A. Vetus Ordo
Virtudes: Ortodoxia, belleza, universalidad.
Inconvenientes: rigidez, latín no comprensible
B. Novus Ordo
Defectos: Abusos, heterodoxia, estética pobre y fea.
Ventajas: Accesibilidad, adaptabilidad.
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IX. CONCLUSIÓN: UNA IGLESIA EN LA ENCRUCIJADA
La liturgia, como vela desplegada, revela el rumbo de la Iglesia. El Vetus Ordo, un escudo de ortodoxia, brilla con la belleza de la tradición. El Novus Ordo, vulnerable a la heterodoxia, lucha por mantener su rumbo.
Traditionis Custodes, y un pontificado bergogliano divisor por 12 años, con su proceso viciado, ha agravado un cisma que amenaza con fragmentar la Iglesia.
La pregunta:
¿podrá la Iglesia mantener la unidad en la verdad?
¿Qué hará León XIV?
Porque el gran peligro contra la Fé, moral, liturgia y eclesiología proceden de dos lugares, como mínimo:
a) Liberalismo radical: el camino sinodal alemán y toda su apostasía modernista sobre Europa.
b) Comunismo radical: la Iglesia Patriótica china esclava del Partido Comunista que reprime a la fiel Iglesia Clandestina.
Liberalismo y Progresismo (Comunismo), dos caras de la misma moneda. Dos corrientes dentro de la Iglesia que buscan lo mismo, adueñarse de todo para entregarlo de manera sibilina a su amo, el Anticristo. Será muy duro pero sabemos que no prevalecerán.
EliminarMe parece que la enorme Flota Novordista se ha roto en un mínimo de tres grupos:
Eliminar- el de la misa normativa, el del rito más o menos libre y el camino sinodal alemán revolucionario
El camino sinodal alemán acabará como el acorazado Bismark...
EliminarYa el nombre que le pusieron al malhadado motu propio se las trae.
ResponderEliminarSe mofaron muy a gusto del viejecito Benedicto.
Benedicto bifurca sabiamente la Iglesia para que la cizaña y el trigo se separasen. Veremos que cosecha hace León XIV...
EliminarAl autor de "Lex credendi, lex celebrandi". No tenía más tinta para alargar un poco su "modesto" escrito. En vez de escribir tanto, le aconsejo que estudie documentación seria.
ResponderEliminarCuando VOX alcance el poder, tiene que aplicar urgentemente una Damnatio Memoriae a socio-marxistas, indepes , peperos y demás ralea.
ResponderEliminarSolo así España amanecerá de nuevo.
No hermano...nada de Damnatio Memoriae...lo que hay que hacer es explicar la enorme mentira que es el Regimen del 78. Montones de nombres de calles en Barcelona deben ser quitadas pero explicando por qué...también estatuas de masonazos como Ferrer y Guardia y poner paneles informativos con imágenes de las Iglesias destrozads en la Guerra Civil (vamos en el genocidio de Companys y sus anarquistas alquilados). Nada de Damnatio...no!!! Explicar bien para que la gente sepa dónde hemos estado
EliminarLa actitud actual del cardenal pornógrafo, especialista en ósculos, refleja muy bien la perversidad de los documentos salidos de la Congregación que preside. Su énfasis en que la bendición de las parejas homosexuales no se toca es, de forma diabólica, un paso más en la peor dirección. Porque, ante el tremendo varapalo doctrinal que recibió y que puso de manifiesto que se había creído lo de los besos, se vio obligado a afirmar que el documento no bendice las parejas, sino a los individuos. Ahora ya da por descontado que son las parejas. Hizo muchísimo daño Francisco. Lo puse de relieve en multitud de ocasiones. En realidad, cada vez que hablaba, temblaba el basto, el Catecismo, Dogma y Moral. Enterarse de esos enjuagues porteños produce una inmensa pena e indignación.
ResponderEliminarTenga paciencia Sr Valderas..sé hará justicia. Los descreídos creerán porque verán la iniquidad de la que han participado, unos por maldad y, muchos, por simplones
Eliminarje je je... da alegría al cuerpo ver al Trucho garbeándose por el Vaticano...
EliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.
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