¿RECUPERARÁ LA IGLESIA SU LENGUA PROPIA?

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La Iglesia lleva ya casi un siglo cometiendo un pecado gravísimo contra su catolicidad. Con el loable y muy bien vestido pretexto de la pastoral, es decir de la condescendencia con los fieles y sus veleidades lingüísticas, ha ido laminando primero el uso, y luego la misma existencia de su lengua propia, común, universal e histórica: el latín. El siglo que llevamos en este lamentable experimento, nos da una perspectiva suficiente para ver en qué acaba ese buenismo que sí, que atiende con amor, al amor de cada uno a su terruño: pero a costa de la mayor cohesión interna dentro de la Iglesia. Con el añadido de que ese amor de unos a su terruño, atenta contra el amor de otros (de “los otros”) al suyo, con lo que se crean en la Iglesia “categorías lingüísticas” y “derechos lingüísticos” que no son iguales para todos. Bien lo estamos viendo en la Iglesia de/en Cataluña. Desaparecido el concepto de “lengua materna”, ya sólo queda que sea “la Nación” la que nos haga de madre, Mater et Magistra
Pero no nos engañemos, cuando una sociedad decae, la decadencia está liderada por sus maestros, por la decadencia de éstos. Y el pretexto de los maestros es siempre, siempre, la comprensión para con los alumnos: no apretarlos, no traumatizarlos, aligerar la carga que se les impone, acercarse más los maestros a los alumnos, ponerse a su nivel, o sea, bajar su nivel (el de los maestros).
Y en la Iglesia ocurre lo mismo: cuando el rebaño se descarría… tanto, que se sale del redil, hay que volver la vista a los pastores y ver qué están haciendo, ver que se aflojan cada vez más en el ejercicio de su oficio y ministerio; ver incluso que la misma carrera de pastor de almas se ha ido aflojando hasta convertirla en carrerilla de animador social sin titulación, o gestor de autoayudas o cosas por el estilo. Y obviamente, para eso no es necesario saber latín. 
A ver, díganme los ingenieros sociopolíticos de la normalización lingüística de Cataluña qué les parecería que por razones “pastorales”, es decir de comprensión para con todos y cada uno de los grupos lingüísticos que “viven y trabajan en Cataluña” (definición de “catalán” al uso), los responsables de la educación decidiesen que en la escuela en vez de agrupar a los escolares por niveles, se les agrupase por lenguas (eso existió ya en las universidades medievales: ahí empezaron las “naciones” lingüísticas). Evidentemente, eso permitiría una mejor comprensión por parte de los alumnos, de las enseñanzas que se les imparten. Evidentemente ganaría el aprendizaje. Evidente, evidente, pero perdería la nación. Y evidentemente, cuando se trata de construir la nación, es el individuo el que ha de ser sacrificado en el altar de la nación. Es ése el ambiente lingüístico impuesto en   Cataluña y en las demás Comunidades con “lengua propia” (de la Comunidad, no de los individuos).
Evidentemente, una nación, desde que le falta la “lengua propia” (de la nación, claro está), deja de ser nación y no le queda más remedio que abandonar el resto de elementos culturales (es decir el resto de “cultivos”) que dan vida a la nación. Si los nacionalismos se obsesionan con sus respectivas lenguas no es porque sean unos desequilibrados a los que les ha dado por una determinada paranoia. Nada de eso. Quien los empuja por ahí, sabe muy bien lo que se hace. La cosa está estudiadísima, no hay inventos nuevos. La lengua es el más potente aglutinador de una sociedad; y evidentemente, la descomposición de una sociedad, siempre empieza por la renuncia a la lengua que la mantiene cohesionada; del mismo modo que todo el que aspira a construir una nación, se agencia una lengua en torno a la que cohesionarla; y siempre acaba construyendo esa lengua “oficial” lo más amplia y extensa que pueda, a partir de los diversos dialectos preexistentes. Eso ha ocurrido de forma evidentísima con el euskera. La cuestión es defender a capa y espada la lengua común diferenciadora e identificadora de la nación.
¿Qué le ocurre al monasterio de Montserrat en la celebración de su milenario? Pues que celebra su irrelevancia como monasterio, como institución de la Iglesia católica: porque renunció a la lengua litúrgica que mantenía al monasterio en comunión con los del resto de la cristiandad. Mientras la lengua del culto en Montserrat fue el latín, ahí encontraron los católicos de todo el mundo, la misma liturgia de toda la Iglesia. Pero desde que se instalaron en la liturgia catalana, a malas penas llegan a ser un aglutinador de la liturgia en Cataluña: porque aparte de la babel lingüística a la que se ha abrazado la Iglesia con tanto entusiasmo, se ha impuesto también la babel litúrgica. Las diferencias rituales de un templo a otro de Cataluña, llegan a ser muy considerables.  
He aquí pues, cómo Montserrat, precisamente Montserrat ha conquistado un nivel de irrelevancia que llevaba siglos sin experimentar. Mientras la liturgia de Montserrat pudo homologarse a la del resto de la Iglesia católica, es decir universal, gracias a la lengua común de la Iglesia, fue un faro luminoso que resplandeció como Solesmes, Silos y los demás monasterios que han señalado durante siglos el sublime camino de la liturgia del más alto nivel. Pero una vez desaparecida la lengua litúrgica que hermanaba a éste con los demás monasterios de la Iglesia, apenas si alcanza a ser el referente de sí mismo. No hay unidad litúrgica (a falta de la unidad de lengua), que nos permita ver y vivir esta liturgia como un miembro más del gran Opus Dei litúrgico de toda la Iglesia, de la gran Cívitas Dei que dirá san Agustín: la ciudadanía de Dios, es decir La Cristiandad, cuyo corazón son los monasterios.
 
Pero es que la lengua, como bien saben los ingenieros sociales, no es una entelequia, no es un en eautó télos éjon que se justifica por sí mismo, sino que es la palanca que mueve la totalidad de la nación. Cataluña, Valencia, las Baleares, las Vascongadas y Galicia, saben perfectamente que, si no consiguen imponer su lengua en toda la población, pero no sólo por la imposición, sino también por el estímulo y la impregnación, ya pueden ir renunciando a su proyecto de Nación. Diferenciada, claro está, de cualquier otra nación, que ésa es la clave. Y eso que tan bien entienden y aplican aquí los curas respecto al catalán, nunca lo han entendido respecto al latín. 
Pero resulta que eso que es tan obvio en la construcción política, no parece ni tan obvio ni tan importante en la construcción y en la perpetuación de la Iglesia. Ahí tenemos, en efecto, cómo la Iglesia lleva más de un siglo dilapidando su gran patrimonio lingüístico y cosechando como fruto de ese dislate, una creciente disolución de la Iglesia en las lenguas del mundo y en sus igual de variados y desvariados valores. 
Y efectivamente, como muy bien saben los ingenieros sociales, la lengua marca su sello diferencial en los hablantes. Por eso, los promotores de la “normalización lingüística, no sólo no desdeñan, sino que incluso acrecientan y venden como un alto valor la dificultad de esa lengua: porque la lengua imprime carácter y acrecienta el valor de sus hablantes.
¿Es que acaso no ocurrió eso con la lengua latina? ¡Por supuesto! De manera que ya en el bachillerato el latín se convirtió en la barrera infranqueable hacia el sacerdocio para unos, y en el salvoconducto para otros. Porque, claro, aparte de que toda la liturgia, empezando por la misa, era en latín, en la carrera eclesiástica, la filosofía y la teología (unos 5 años) eran asignaturas que se cursaban en latín.
Y claro, como la Iglesia se lanzó con ardor a lo pastoral e incluso a lo pastoril, percibió que para esas lides el latín era más de estorbo que de ayuda. Y con una razón tan santa, la Iglesia se lanzó con pasión a la demolición del latín… e inevitablemente del nivel intelectual de los curas y de la liturgia. Y sí, claro, aún les queda mucha faena que hacer en este ámbito: porque son los fieles, la gente, lo que realmente le preocupa a la Iglesia. Y no precisamente bajo la perspectiva de la cura animarum, sino bajo la novísima perspectiva de animador social, asistente social oenegista, agente cultural y cosas así, todo ello bajo los estandartes pseudodemocráticos y pseudosinodales (tan pseudos y tan de moda), incorporando incluso a todo ello una celebración muy sui géneris de la neo- Eucaristía: pero evitando con suma prudencia, valerse de esas actividades para hacer proselitismo. Y para todo eso, evidentísimamente, el latín es un lamentable estorbo.     
Virtelius Temerarius

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30 comentarios

  1. Cierto, no hay otro remedio que avanzar hacia el "Dominus Poviscum" y por añadidura hacia el Diluvium. De lo contrario nos vamos al cero absoluto. Ya lo estamos pagando con el castigo del fuego solar que cae de arriba con los 40 grados fuera de tiempo, al igual como si fuera una pequeña "pentápolis" aderezada de advertencia. Adelante con el Dominus Poviscum y con el Diluvium, y roguemos al ángel encargado de enviar la lluvia que tenga compasión de nosotros los acalorados.

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    1. «Vobiscum» es lo correcto.
      MT

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    2. Totalmente de acuerdo con el Sr. Garrell, menos lo del poviscum.

      Ayyy, como andamos de Latín.

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    3. Hermanos, no ven ustedes que es un lapsus del Sr Garrellal escribir. Perdonamos y subsanados errores con caridad. Además lo de Poviscum suena un poco a Precost que buena falta le hace que Dios guíe sus pasos

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  2. Voleu sembrar un cristianisme viu i eficient i compenetrat amb les ànimes? Parleu en català als pobles de Catalunya; altrament, sols obtindreu un cristianisme artificial, sobreposat a l'ànima, desarticulat de la vida.
    Josep Torras i Bages, La Tradició Catalana.

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    1. Anónimo 18:20 h. Una cosa es predicar en lengua vernácula y otra muy distinta usar la lengua vernácula para la Liturgia. Después de tantos años de lengua vernácula en las Iglesias ¿el pueblo tiene más Fe que antes? Lo dudo.

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    2. Disculpi vostè però aqui a Catalunya n'hi han molta gent dissortada que no entén català, ni el vol entendre ni l'entendrà. La immersió lingüística ha estat una gran desgràcia. Ara el company Puigdemont ja ens solucionarà tot el pifosio que va muntar

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  3. Les preferències decidides per la llengua catalana en els serveis sacerdotals de predicar, catequitzar, administrar sagraments, etc., no sols em provenen de la meva naturalesa catalana, ni del sentit de justícia únicament, sinó que són també una imposició, com un postulat de la missió de sacerdot que vol treballar racionalment pel profit de les ànimes. L'església catòlica, conscient de la seva destinació ecumènica, no es cansa d'inculcar el respecte i l'adaptació dels sacerdots i els missioners a les institucions, costums, llengua, idiosincràsia dels pobles diversos que ha de conquistar per a Jesucrist. En aquest punt, sóc catalanista, vull dir que empro la llengua catalana, no malgrat ésser sacerdot, o al marge del sacerdoci, sinó per imposicions d'apostolat sacerdotal.
    Joan B. Manyà, canonge de Tortosa.
    Les meves confessions, 1965.

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  4. Los que íbamos para monagos, mediados de los cincuenta, en un pueblín de La Garrotxa (entre Besalú y Olot, y entre Amer y Olot, según la vertiente), el cura nos entrega para memorizar una suerte de cuadernillo con las respuestas en la Misa. Repetíamos, hasta retenerlo, aquello de "ad Deum qui laetificat iuventutem meam". La Misa de Angelis facilitaba la memorización del Gloria in excelsis Deo, del Credo, del Sanctus, del Agnus Dei... Los más tenaces se aprendían la secuencia de la Misa de Difuntos. No entendíamos mucho, en realidad no entendíamos nada. Aunque empezábamos ya a asociar la primera frase del gloria con las cintas de las postales de Navidad en que un angelote desplegaba esa leyenda. Claro que yo entonces tenía siete años y todavía faltaban algunos para el rosa-rosae.

    Pasaron años, pasó un concilio y un posconcilio. Al armonium le sustituyeron las guitarras. Y aquellas preces iniciales pasaron a ser "Jerusalén bien fundada", "tribus de Sión". Se perdió la teología condensada del rito latino que los fieles iban degustando poco a poco a medida que se les iba explicando, por la superficialidad de charanga. Había que mantener la compustura ente la traducción de las secuencias en pareados de mal estudiante, en ripios. Los motetes dejaron paso al Cristo de Palacaguina, hijo del señor José y una tal María, que según el canto era planchadora de un déspota explotador.
    Con los años, uno fue comprobando que la catolicidad de la Iglesia, de Munich (templo de san Miguel) hasta Oxford (templo de san Agustín t san Gregorio) el latín de la niñez, ahora entendido, me hacía sentir uno con los compañeros de banco. Era el carácter universal amasado por una lingua franca.
    También aprendió uno que la exactitud y precisión de la doctrina católica expuesta en los cánones perdía parte importa de su robustez semántica en versiones más o menos acertadas, menos que más.
    El cura de mi pueblo, que sabía muy bien que no sólo el monago era un ignorante en latines, a la hora de la homilía subía a la trona (púlpito) y repetía las lecturas de la Misa en catalán (supongo que con la Biblia de Montserrat), con una terminología relamida (pompeufabreana) cuyas sutilezas se les escapaba al común del auditorio. No era fácil adivinar a qué aludían tantos "llurs", o el "busilis" de los "esdevingueren". Busilis, lo aprendí muy pronto, era síncope de "diebus illis"-
    Muchas veces a uno le entran ganas de cantar el latín el adoro te devote en latín, tan profundo, tan severo, pasando por alto la versión catalana traducido. Y quien dice ese himno, los tomasianos Pange lingua y Tantum ergo, el Confiteor, Victimae Paschali laudes. Cantos todos ellos, rezos que compartimos con toda raza y color. El idioma ayuda a aquilatar conceptos, que la versión vernácula, cualquiera que sea, tiende a desnaturalizar empobreciéndola. Lo tomamos a chiste, pero se da con demasiada frecuencia en los actos cultuales aquello de Poncio Pilatos fue crucificado.
    Por si fuera pequeño el disparate, el empeño de los obispos y curas de acá en obligar a pasar por las horcas caudinas del idioma que ellos creen exclusivo y obligatorio, apaga la fe de muchos fieles que han dejado de tener a la Iglesia como casa común.




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    1. Totalmente de acuerdo con el Sr. Valderas Gallardo.

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  5. Escriure un text llarg, com aquesta, lamentant la manca de la llengua llatina en les litúrgies de Montserrat sense ni anomenar els moltíssims canvis litúrgics introduïts després del Concili Vaticà Segon (molts, sabem ara, sense la més mínima justificació en els textos del Concili) és, al menys per mi, de mala fe.

    FEM

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    1. El debate entre Misa Tradicional y Novus Ordo, no interesa profundizar, porque el bochorno de tener un rito nuevo, creado por un obispo mason es demasiado para el cuerpo.
      Lo primero que hizo Lutero fue cargarse la Misa Tradicional, igualito que Bugnini , a partir de ahi la perdida de Fe, es cuesta abajo sin parar.
      B XVI sentencio: que lo que era sagrado para nuestros padres no puede prohibirse o considerarse dañino.
      Ademas de ser una gran perdida de credibilidad de la Iglesia.
      Pero la mayoria de obispos a lo suyo: prohibir, dificultar la Misa Tradicional, no sea que la gente se vuelva demasiado catolica.

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    2. La questió no es aquesta. La questió és que en la missa en llatí, pel que sigui, no trobem els "moltíssims canvis litúrgics introduïts després del Concili Vaticà Segon (molts, sabem ara, sense la més mínima justificació en els textos del Concili)" dels que vosté parla.

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    3. El tema de l'article no és la discrepància (enorme) entre 'NO' i 'Trent'

      El tema de l'article és una decadencia litúrgica i, específicament, lingüística en el monestir de Montserrat.

      En aquell context, em reafirmo en denunciara la mala fe de tractar aquest tema exclusivament en el context del nacionalisme català sense dir cap paraula sobre el tsunami catòlic internacional engendrat pel Concili Vaticà Segon

      FEM

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  6. Ya se tarda en nombrar Prefecto de la congregación de Ritos al Cardenal Burke.

    El Latín volvería a ser la lengua oficial del Catolicismo en un plis-plas!!

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    1. Pues estaria muy bien que Burke estuviera en la brecha pero.. por ahora..a quien han confirmado es al cardenal Roche...que no parece que sea muy amigo del Vetus Ordo visto su papel en la aplicación del infausto "Traditiones Custodes"

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  7. Es un grave problema que en Roma actualmente no haya revisores de las traducciones de los textos sagrados a las lenguas vernáculas. El Padre Nuestro en catalán dice "qualsevol mal" cuando en realidad es el Mal con mayúscula, o sea, el Maligno. En el pasaje del evangelio sobre el hombre y la mujer que se casan "serán una sola carne", así traducen en francés, inglés, italiano, alemán; sin embargo, en alguna traducción catalana dice que serán "una família". La "piedra angular" en catalán es nombrada "la pedra que corona l'edifici", cuando sabemos que piedra angular también designa a la que protege y sustenta el ángulo de la base de una construcción. Etc. ¿Imaginamos cómo serán las traducciones en otras lenguas

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    1. Efectivamente: los ortodoxos cuando rezan el Padrenuestro, terminan diciendo textualmente y sin complejos "... mas líbranos del Maligno".

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  8. Es irónico que la misma de generación de curas catalanes que abandonaron el latín para la liturgia, con la excusa de hacerla más comprensible al pueblo, luego se negaran a celebran la liturgia en español, cuando la mayoría de asistentes eran castellano hablantes. ¿nunca se dieron cuenta de la contradicción o se dieron cuenta, pero les importaba un pimiento?

    El latín fue la lengua culta durante siglos, era el idioma de comunicación internacional por excelencia, la cultura y las ciencias se escribían en latín. A partir del s. XIX empezó a perder terreno, pero el golpe de gracia lo dio el Vaticano II, cuando tiró alegremente por la borda el latín, y rápidamente fue aprovechado el vacío por el mundo anglo, para extender el inglés como idioma internacional.

    En el Concilio de Nicea, año 325 la Iglesia decidió adoptar el latín como idioma oficial. Esto tiene muchas ventajas:

    -Unidad de la Fe, expresada en la unidad del idioma litúrgico.

    -El latín como idioma culto, se convierte también en idioma sagrado para la liturgia. Los musulmanes rezan en árabe, su idioma sagrado. Esto nos indica que tener un idioma sagrado para la liturgia, no es un capricho, sino algo, acorde con el sentido religioso del ser humano.

    -El latín como idioma muerto, tiene la ventaja de que las palabras no cambian de significado con el tiempo, tal como pasa con los idiomas vivos.

    -Las formulas latinas expresan mejor la Fe, que las múltiples traducciones vernáculas. Por ejemplo, en el Credo se dice “Iesum … consubstantialem Patri”, que fue traducido por “de la misma naturaleza del Padre”, que es un grave error teológico, además de error de traducción.

    -El latín fija la liturgia, y hace más difícil los abusos litúrgicos, tan habituales en los últimos 60 años. Con la introducción de las lenguas vernáculas, la liturgia ha perdido el sentido de acción sagrada de Dios, para convertirse en acción humana.

    -Después de 60 años de lenguas vernáculas en la Liturgia, ¿el pueblo tiene más o menos Fe que antes? ¿tiene más o menos conocimientos religiosos que antes? Me temo que la Iglesia católica se ha convertido en la Torre de Babel: perdida la unidad de idioma, le han seguido la perdida de unidad Litúrgica y también la unidad de Fe. Hay múltiples curas, obispos y cardenales que no profesan la misma Fe católica, que profesaban nuestros padres.

    -Por si no fueran razones suficientes, el Concilio de Trento declara Canon IX: “Si alguien dijera que..... la Misa se ha de celebrar solo en lengua vernácula...... sea excomulgado”.

    Occidente, con Roma a la cabeza lleva unos decenios en proceso de auto demolición.

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  9. Benedicto XVI (a)30 de junio de 2025, 4:12

    - Crítica de Benedicto XVI a la democracia y a la cultura modernas.

    Es un estudio que me parece muy interesante, sobre todo porque Benedicto XVI hizo una tesis sobre San Agustín (aprovechando que León XVI es agustino) dijo que había dos enemigos de la razón, los fundamentalismos islámico y liberal. Como llega verano, puede ser interesante rescatar la producción intelectual de Juan Pablo II y sobre todo Benedicto XVI, los dos únicos que realmente valen la pena, dada la heterodoxia absoluta de Francisco (magisterio inane y peligroso, asumió la Agenda 2030, y arrasó todo el derecho canónico basado en la justicia natural) y que el pontificado de León XIV (no es casual que después de Trump, después de la catástrofe de Francisco, tiene formación matemática, filosófica y es peruano y norteamericano) todavía no se sabe para dónde va porque sólo tiene unos dos meses, pero quien guía la Iglesia no son los papas, sino Dios.


    I. ISLAMISMO Y LIBERALISMO RADICALES

    Benedicto XVI identificó al islamismo radical y al liberalismo radical como dos enemigos de la razón.

    A. Islamismo radical

    Benedicto XVI veía el islamismo radical como una amenaza para la razón porque, en su opinión, transforma la Fé en fanatismo y violencia. Argumentaba que este extremismo rechaza la integración entre Fé y razón, lo que lleva a una visión del mundo donde la violencia puede justificarse en nombre de la religión. Un ejemplo claro de esta postura se encuentra en su famoso discurso de Ratisbona en 2006, donde sugirió que ciertas interpretaciones radicales del islam priorizan la Fé ciega sobre el diálogo racional. Para él, este rechazo de la razón no solo afecta la armonía religiosa, sino también la convivencia pacífica en sociedades plurales.

    B. Liberalismo radical

    Por otro lado, Benedicto XVI criticaba el liberalismo radical por promover el relativismo, es decir, la idea de que no existen verdades absolutas ni estándares morales universales. Según él, este enfoque lleva a una sociedad donde los deseos individuales predominan sobre los valores comunitarios, debilitando la coherencia ética y los lazos sociales. Este liberalismo, según él, fomenta una cultura de derechos sin deberes, visible en debates sobre bioética, matrimonio o educación, que alejan a Europa de su herencia cristiana. Advirtió que el multiculturalismo, si se basa en el relativismo, puede fragmentar la sociedad al carecer de un marco ético común.

    Además, denunciaba la tendencia del liberalismo radical a excluir la Fé del discurso público (la Fé, excluida del parlamento, la prensa, la cultura, el debate), lo que él consideraba una forma de secularismo extremo. Esto, en su visión, reduce la razón a un instrumento utilitario, desconectándola de fundamentos morales y trascendentes, como se observa en debates sobre temas como el aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo.


    C. La Razón como puente

    Benedicto XVI defendía que la razón es el punto de encuentro entre la Fé y el secularismo. Inspirado en pensadores como Agustín y Tomás de Aquino, abogaba por una integración equilibrada de ambos elementos. Para él, tanto el islamismo radical como el liberalismo radical amenazan este equilibrio: el primero, al rechazar la razón en favor de una Fé irracional; el segundo, al desvincular la razón de consideraciones éticas y espirituales. Su propuesta era un diálogo basado en la razón para superar estas divisiones y fomentar una sociedad más justa y armónica.

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  10. Benedicto XVI (b)30 de junio de 2025, 4:13

    II. CRÍTICA A LA DEMOCRACIA Y CULTURAS MODERNAS

    Benedicto XVI desarrolla una crítica "sutil" a las democracias y culturas modernas, evitando confrontaciones directas y utilizando un enfoque racional y escolástico para contraponer las verdades dogmáticas del catolicismo al relativismo, el individualismo y el laicismo. Esta sutileza se manifiesta en su preferencia por argumentos teológicos sobre ataques políticos explícitos, lo que refleja su formación académica y su estilo magisterial.

    Su crítica está profundamente influenciada por su formación teológica, incluyendo su tesis doctoral sobre San Agustín (1953), donde exploró la "Ciudad de Dios" como un ideal comunitario opuesto al subjetivismo, y su inmersión en el tomismo a través de figuras como Tomás de Aquino. Como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (1981-2005), Joseph Ratzinger ya abogaba por la primacía de la Fé católica frente al relativismo, un tema que continuó como Papa. Su experiencia en la Alemania nazi y post-Segunda Guerra Mundial (Juan Pablo II tuvo su experiencia nazi y comunista estalinista y post-estalinista), marcada por el colapso del nazismo y el auge del secularismo, reforzó su desconfianza hacia sistemas que priorizan el consenso sobre la verdad absoluta.

    Benedicto XVI emplea un enfoque neoescolástico que deriva verdades fundamentales de la Trinidad (Padre, Hijo, Espíritu Santo) y las virtudes teologales (Fé, esperanza, caridad). Este método, inspirado en la tradición medieval, busca contrarrestar el subjetivismo moderno mediante una razón iluminada por la Fé. Por ejemplo, en su crítica al modernismo, enfatiza la caridad como una virtud objetiva y comunitaria, opuesta a la tolerancia subjetiva que, según él, carece de fundamento trascendente.

    Así, Benedicto XVI ofrece una crítica sutil pero profunda a las democracias y culturas modernas mediante un enfoque neoescolástico, utilizando Dominus Iesus, sus encíclicas (Deus Caritas Est, Spe Salvi, Caritas in Veritate) y discursos (Ratisbona, Reichstag). Contrapone las verdades trinitarias y la caridad católica al relativismo, el individualismo y el laicismo, proponiendo un retorno a los fundamentos cristianos como alternativa.

    Su obra, influida por San Agustín y el tomismo, ha generado debate en círculos teológicos y políticos, siendo elogiada por tradicionalistas pero criticada por progresistas que ven en ella un rechazo al pluralismo.

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    A. Contexto histórico y filosófico

    1. Influencia de San Agustín y el tomismo

    Benedicto XVI se apoya en el agustinismo político, que distingue entre la "Ciudad de Dios" y la "Ciudad del Hombre", para cuestionar la idea de que la democracia liberal sea inherentemente justa. En su visión, la justicia debe trascender el éxito electoral, un punto que desarrolla al criticar tanto los totalitarismos (como el nazismo y comunismo socialista de la URSS) como el relativismo democrático.

    El tomismo le proporciona un marco para defender la ley natural como base de la justicia, una idea que conecta con Tomás de Aquino (Summa Theologiae, I-II, q. 94). Benedicto veía en la democracia moderna un riesgo de degenerar en "dictadura del relativismo" si carecía de raíces cristianas.

    2. Crítica al individualismo

    Benedicto observa que el individualismo, influido por el protestantismo y el modernismo, ha erosionado los valores comunitarios incluso en países tradicionalmente católicos como Italia o España. En su libro "Fe, Verdad y Tolerancia" (2004), argumenta que este individualismo fomenta una cultura donde la verdad se reduce a opinión personal, alejándose del bien común que el catolicismo promueve.

    3. Comparación con Pío X

    A diferencia de Pío X, quien en Pascendi Dominici Gregis (1907) condenó enérgicamente el modernismo, Benedicto XVI adopta un enfoque más moderado y aristotélico, buscando un equilibrio entre tradición y diálogo con la modernidad. Pío X excomulgó a modernistas, Benedicto prefiere persuadir mediante la razón (encíclicas y discursos).

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  11. Benedicto XVI (c)30 de junio de 2025, 4:14

    B. Textos clave: Dominus Iesus y discursos

    1. Declaración Dominus Iesus (2000)

    Reafirma la unicidad del catolicismo como vía de salvación, rechazando el relativismo que equipara todas las religiones. Critica el diálogo interreligioso si diluye las verdades dogmáticas, un punto que implícitamente desafía la ética del diálogo de Jürgen Habermas, quien aboga por una razón secular como base del discurso público (Teoría de la acción comunicativa, Habermas, 1984)

    2. Discurso de Ratisbona (2006)

    Benedicto critica el laicismo y las democracias que priorizan el éxito electoral sobre la justicia, como el nazismo, que surgió en un contexto democrático pero relativista, la República del Weimar. Defiende una razón iluminada por la Fé, contrastándola con el nihilismo moderno. Este discurso provocó controversia pero también destacó su compromiso con la verdad sobre el consenso

    3. Discurso en el Reichstag (2011)

    Benedicto dice que el cristianismo es el fundamento ético de Occidente, lamentando su exclusión de la Constitución europea. Propone que los sistemas políticos deben reflejar la ley natural, y critica el positivismo legal de Hans Kelsen, quien separaba la ley de la moral (Teoría Pura del Derecho, 1934)

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    C. Las tres encíclicas: la Trinidad y las virtudes teologales

    1. Deus Caritas Est (2005)

    Diferencia entre la caridad católica, derivada de la gracia divina y orientada a la comunidad, y el "amor" protestante, que interpreta como individualista. Critica la traducción de "agape" como "amor" en Biblias protestantes, pierde su dimensión teológica

    Crítica al modernismo: rechaza el amor como un sentimiento subjetivo (influido por Lutero) y lo redefine como una virtud objetiva vinculada a la justicia. Cita a Platón (Banquete) y San Juan para fundamentar esta distinción

    2. Spe Salvi (2007)

    La esperanza católica, ligada a la salvación en la "Ciudad de Dios" de San Agustín, se opone a la fe individualista de Lutero. Benedicto defiende una fe trinitaria que integra razón y trascendencia

    Cuestiona a Francis Bacon y Kant por reducir la esperanza a progreso humano, afirmando que ideales como la "paz perpetua" de Kant son utópicos sin la Iglesia

    3. Caritas in Veritate (2009)

    La caridad en la verdad (arraigada en la Trinidad) es el fundamento de la justicia, superior a los derechos humanos, individualistas y relativistas

    Crítica a la solidaridad: se distancia de Pablo VI y Juan Pablo II, relega la solidaridad como un valor modernista, prioriza la "caridad comunitaria". Sigue con la doctrina social de *Rerum Novarum* (1891), critica el socialismo por su materialismo

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    D. Postura neoescolástica y defensa de la tradición

    1. Neoescolasticismo

    Inspirado por Pío X y Pascendi Dominici Gregis, Benedicto XVI utiliza el neoescolasticismo para defender las verdades dogmáticas contra el modernismo y el protestantismo. Su enfoque lógico y jerárquica restaura la autoridad de la tradición católica

    2. Recuperación de la tradición

    Con Summorum Pontificum (2007), promueve el rito tridentino, criticando liturgias modernas que priorizan el espectáculo sobre la divinidad. En Jesús de Nazaret (2007-2012), refuta a teólogos modernistas como Reimarus y Strauss, reafirmando la naturaleza divina de Cristo

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    E. Crítica a las democracias y culturas modernas

    1. Relativismo cultural

    Benedicto ve en las democracias occidentales (EE.UU. y Europa) una "dictadura del relativismo" que erosiona los fundamentos cristianos. En "presente y futuro de Europa" (2004) lamenta la secularización de Europa

    Diálogo y tolerancia: critica el diálogo interreligioso y la tolerancia como concesiones al relativismo, desafiando la ética discursiva de Habermas y el "patriotismo constitucional" que prioriza la identidad secular

    Cristianismo: retorno al modelo benedictino (San Benito), donde el cristianismo configura la cultura y la política, lo que contrasta con el pluralismo moderno


    2. Neotomismo y críticas filosóficas

    Crítica al individualismo protestante y al relativismo kantiano, y rechaza la fe kantiana en el progreso

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  12. Le suena a alguien lo que es la "Inculturación".
    Una Misa celebrada en Latin en Barcelona o en otra ciudad de España ¿Cuantos fieles actuales la entenderian?.
    Las Misas en catalán, y/o castellano.
    Lo demás es añorar tiempos que ya no volveran, para bien o para mal.

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    1. No va de supuesto uso o frecuencia lingüística, va de tradición.

      Deben ser liberalizadas, son misas de la Sagrada Tradición Litúrgica, son un derecho de los fieles, un deber de la Iglesia, y luego el uso dirá, pero liberalizadas por siempre, un derecho de los fieles por siempre.

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    2. Usted perdone, señor inculturador. La traducción del latín a la lengua vernácula, puede ser una iluminación a mucho estirar durante el primer año. Pero luego, la rutina (sí, la rutina) convierte el texto vernáculo en tan hueco, vacío, abstruso, insignificante, como el texto latino: pero despojado de la sacralidad que aporta la lengua sagrada. Bueno, si el cura le va añadiendo morcillas por su cuenta, lo va "actualizando", hasta que los fieles se aburren de tanta actualización.

      Los textos de la misa voceados en español o en catalán, no producen más piedad que los textos latinos. ¿No es así?

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  13. Me produce un gozo inmenso ver al Papa "vestido" de Papa. Supongo que recuperar el latin le será más difícil... yo personalmente le pediría que cesen las continuas actualizaciones en las traducciones de los Leccionarios o acabaremos por no reconocer ni evangelistas ni cartas de los apóstoles en las lecturas de la misa.

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  14. 11/14, como sabe usted que otros tiempos pretéritos no volverán?

    Se lo ha dicho la sibila de Cumas?, Pedro Sánchez.....???

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  15. La Misa no es un servicio Protestante en el que no hay sacrificio y cuyo fin último, por tanto, es entretener a los asistentes. La Misa es el sacrificio de Dios, para Dios, y por Dios (el oficiante actúa in persona Christi), por lo que no es necesario que la entendamos para beneficiarnos de ella. Las Misas pueden celebrarse sin congregación (Misa privada) sin perder su validez. En cambio, sí que es grave que se cometan tropelías litúrgicas de las que ocurren a diario en nuestras parroquias, muchas de ellas por querer dar protagonismo a los laicos o por curas que se pasan de listos con la experimentación. En cuanto a la "inculturación" consistente en autorizar ritos inventados como el amazónico o el maya y prohibir la tradición bimilenaria de la Iglesia, mejor no hablar de ella.

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    1. Y no había bastante movida de ritos exóticos con el demoledor Francisco que León XIV va a presentar un nuevo rito a la "Tierra"(???)

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  16. Discrepo por tres razones. 1) La lengua de la Iglesia original fue el griego. O incluso el arameo en algunas comunidades. 2) El latín llego más tarde. 3) Pero si nos quejamos de las traducciones hay que recordar que los evangelios en latín están traducidos del griego.
    Las naciones cristianas más antiguas -Armenia y Etiopia- no usaban el latín.

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