Claro, claro, en paralelo a los partidos de progreso, la Iglesia de progreso. Hemos de ir hacia delante, hemos de progresar. La Iglesia no puede detenerse: si el hombre progresa, la Iglesia no puede quedarse quieta, ha de progresar con él, ¿eh que sí? Si va variando la existencia del hombre, habrá que modificar su esencia, ¿no? Ése es el argumento; y es el mundo el que define estos cambios. Siendo esto así, o la Iglesia se acomoda a esa nueva existencia y en consecuencia declara modificada la esencia en función de esa nueva existencia, o la Iglesia queda fuera de juego, fuera del tiempo y del espacio. Se queda sin espacio. Y claro, para los que calculan “el bien” de la Iglesia, eso no puede ser.
Y para una revolución semejante, para darle el golpe definitivo a esa revolución, se necesitó el gran concilio de la renovación de la Iglesia, que intentó dejar atrás todos los demás concilios con sus arcaísmos. Lo que se pretendía era una Iglesia renovada, una Iglesia nueva para un hombre nuevo. La articulación de esa renovación no podía sostenerse en ningún otro principio de conducta y de valor que la insubordinación contra lo que había sido la Iglesia hasta entonces. El pasado ya no valía. Por tanto, era inevitable un giro violento y mayoritario de la Iglesia a la izquierda.
Ésa es la esencia de las izquierdas, ése es el máximo motor del progreso. Y en efecto, en esa dirección se orientó la formación de los sacerdotes postconciliares, de manera que la inmensa mayoría de los sacerdotes entre los 70 y 80 años (el Concilio ya ha cumplido de largo los 50 años) consideran que los movimientos de insubordinación e indisciplina tanto doctrinal como litúrgica y moral, es decir el que llaman posicionamiento de izquierdas o de progreso, son la esencia de la nueva Iglesia. Revisionismo total.
Y así tenemos la generación de curas y frailes y monjas que tenemos. La inmensa mayoría abominaban de lo de siempre, de la subordinación a la doctrina, la moral, la liturgia y la pastoral de siempre. Lo que se impuso a partir del Concilio, fue la insubordinación contra todo eso. Lo que se impuso como movimiento irresistible, fue ser de izquierdas, es decir de progreso, de cambio. Gracias a Dios, esa generación de curas y frailes y obispos está dando ya sus últimas bocanadas.
Todavía no se han acabado las “lecturas” (las hermenéuticas) del Concilio Vaticano II. El simple hecho de que el Concilio admita distintas lecturas, es la más clara evidencia de su falta de claridad (o la evidencia de los consensos y enjuagues a los que llegó). ¿Hemos de llamar a eso falta de verdad? Porque la verdad no puede ser nunca fruto del consenso. La verdad no es ambigua, no se consensúa. Y en ese concilio, en el que coincidieron corrientes muy encontradas, al final se optó por el consenso. El principal tema de consenso, fue: los conservadores os quedáis con los documentos del concilio (con gran profusión de enmiendas progresistas), y los progresistas, los del aggiornamento sin fin, los de la modernización constante de la Iglesia para sintonizarla con el mundo, nos quedamos con el Espíritu del Concilio. Y así fue.
Los distintivos de ambas corrientes están claros: el ala conservadora de la Iglesia era la partidaria de la subordinación a Dios, a las Sagradas Escrituras, al Magisterio y a la liturgia multisecular de la Iglesia; mientras que los progresistas ondeaban la bandera de la insubordinación. Se negaban a someterse a la disciplina de la Iglesia, puesto que eran partidarios de modificar de raíz esas normas. Ellos estaban por encima de las normas y por encima de lo que había sido la Iglesia hasta entonces. Su objetivo era modernizar de una vez la Iglesia, sacarla de su anacronismo. Sin darse cuenta de que lo más anacrónico de la Iglesia, lo que más frontalmente choca con el espíritu del mundo al que pretenden acomodar la Iglesia, es nada más y nada menos que Dios. Por fin se han enterado. Las estadísticas que se han hecho en algunas conferencias episcopales, nos dan porcentajes escandalosos de sacerdotes que se declaran ateos. Sí, sacerdotes ateos: por encima del 50%. Es que Dios es el mayor freno a la insubordinación y a la modernidad modernista.
Veníamos de una Iglesia dócil (docíbilis: dispuesta a ser enseñada). La inmensa mayoría del clero eran creients (que dicen en catalán), obedientes, disciplinados. Y eso valía tanto para el clero regular, como para el clero secular. Nadie se creía superior a las normas ni a la autoridad eclesiástica. Como en el ejército, los grados se ganaban por la carrera, no por el capricho del gran jefe. La autoridad era sagrada. Empezando por la de Dios y sus Sagradas Escrituras, y continuando por la del papa, el Magisterio, el Derecho Canónico y el obispo o superior respectivo. No se discutía, no se cuestionaba ni se ponía nada en duda.
¿Y qué ocurrió con el Concilio Vaticano II? Pues que la Iglesia “oficial” se quedó con el Concilio oficial-formal, el de los documentos conciliares (tampoco hubiese sido posible una ruptura tan violenta); mientras que la plebe clerical y episcopal se alzó con “El Espíritu del Concilio”, que se ocupó de imponer esa revolución a sangre y fuego. Y en medio del gran desbarajuste, la suprema autoridad de la Iglesia callando y consintiendo. No sólo la suprema autoridad, sino también las autoridades intermedias.
Y hoy, en el siglo XXI, la indisciplina de todo género ha venido a ser la norma. Ser de izquierdas (oponente de la autoridad, partidario de la indisciplina) autoriza a cualquier mequetrefe (generalmente muy mal formados) a hablar de lo humano y de lo divino, de lo sagrado y lo profano, con un desparpajo y una desvergüenza jamás antes vista. Eso de “ser de izquierdas” es el manto con el que tantos y tantos cubren sus miserias de todo género: las intelectuales y las morales.
Y de ahí salieron auténticos bodrios como la teología de la liberación ayer, comunista y terrorista cuando se ha terciado, por acomodar los pasos de la Iglesia a los del mundo: el mundo progresista, claro está. Y hoy se ha lanzado a la teología homosexualista sin que la suprema autoridad tuviera nada que decir. Veremos cómo respira en esto León XIV. Todo por acomodar los pasos de la Iglesia a los del mundo. Y como la teología, así la moral. Y ya preparando un futuro de enorme progreso, la Iglesia tapando sus escándalos y guardando silencio ante el adoctrinamiento de la infancia en la escuela, preparándola ya para la primavera pederástica que ha diseñado la ONU y la está imponiendo por todo el mundo. Y la Iglesia, atrapada en esa inmoralidad cuya erradicación ha quedado en manos de Dios por extinción biológica; la Iglesia guardando silencio.
¿Y todo eso tiene que ver con el Concilio Vaticano II? Evidentemente. No salió de la nada, que hubo un preconcilio que condicionó tremendamente el Concilio, claro que sí; y hubo un postconcilio (el “Espíritu del Concilio”), que arrasó sin contemplaciones el Concilio, imponiendo unas doctrinas y unas praxis rabiosamente anticonciliares. Como si el único contenido del Concilio hubiese sido: “el Concilio autoriza y justifica todos los cambios”. Tanto tirar a la izquierda, a la insubordinación y al progreso, tanto denostar la tradición y las tendencias conservadoras, tanto correr los clérigos a porfía hacia esas modas, ya sin hábitos y sin vestes litúrgicas, el rostro de la Iglesia acabó deformándose lamentablemente. De aquellos polvos, estos lodos.
¿Y dónde está León XIV? Claro que ha vivido sumergido en la tentación de acomodar un Evangelio a la medida de las Villas Miseria, claro que ha estado envuelto en cierto modo en la teología de la liberación, claro que ha tenido que dirigir una congregación religiosa, la de los agustinos, tan víctima del modernismo como las demás órdenes religiosas. Pero con una diferencia sustancial: y es que los agustinos no eligieron como superior y representante de todos, al máximo exponente de la decadencia y la reforma, como muchas otras órdenes hicieron; sino que, por el contrario, eligieron al mejor exponente del carisma de la orden y de su continuidad.
Sorprendentemente, León XIV no es sólo agustino, sino también agustiniano, seguidor del gran san Agustín, excelso doctor de la Iglesia. Y da la imagen de llevar la marca viva de su fundador. Dios lo quiera.
Virtelius Temerarius
Como los Borgia ninguno.
ResponderEliminarA menudo, las cosas son más simples de lo que parece. En los últimos decenios se dijo que la Iglesia no evolucionaba acorde con los tiempos. Y lo peor fue que pronto empezó a fructificar esa idea hacia dentro. Y la clerecía moderna, avanzada y con visión de futuro, se puso manos a la obra para adaptarse al modo de vida de la sociedad. En consecuencia, se esperaba que los creyentes y las vocaciones fluyeran por doquier. Y ha sucedido lo contrario. Algunos fieles han abandonado, otros han ido falleciendo, y sus descendientes estan de turismo, en las playas, en conciertos y otras orgías. Hoy la sociedad occidental está impregnada de un ateísmo y hedonismo casi imposibles de revertir. Soy totalmente pesimista.
ResponderEliminarEscriure un anàlisi en un medi espanyol, per no dir hiper-espanyolista, del Concili Vaticà Segon sense dir ni una sola palabra sobre el nacionalcatolicisme que regnava aquí aquells anys, no us sembla una mica estrany ?
ResponderEliminarA mí sí
Molt?
¿ Quién soy para juzgar ?
FEM
Estimat FEM. Ya sabemos son recuerdos de personas ya mayores que abundan en G.G, generaciones que recuerdan sus cambios de hace solo 60 años. La Iglesia de 2025 nada tiene que ver con esos recuerdos hipernacionales que están en extinción, como también esa gente que les gusta criticar y que ya tienen mas de 70 años. A donde va la Iglesia no lo sé , lo seguro es que no a la Iglesia que les gustaría en G.G ni ya la que paso de moda de los 60. Europa envejece, como la fe y ya no cuenta para nada, solo cada vez más un buen balneario. Hay que mirar Asia, especialmente Corea de Sur y China. Pero bueno G.G ha mirar como criticarlo todo y pa adelante mientras puedan que todo se acaba.
EliminarAquí el comentarista parece ignorar que el término nacionalcatolicismo fue acuñado por los que pretendían equiparar un gobierno confesional católico con la Alemania nacionalsocialista.
EliminarNo tuvieron éxito entonces y no lo tienen ahora.
Olvidando la encíclica "Mit brennender Sorge" o el apoyo manifestado por el Venerable Pío XII al régimen surgido de nustra Guerra Civil.
Sin contar con que el nacionalismo español no existe, puesto que España ya contaba con una religión, la verdadera fe católica, que no deja sitio para religiones laicas como el nacionalismo. O uno o lo otro, como demuestra la situación actual de la religión católica en las regiones más nacionalistas de España, Cataluña y las Vascongadas.
'...como demuestra la situación actual de la religión católica en las regiones más nacionalistas de España, Cataluña y las Vascongadas [sic]'
Eliminar'...En Madrid, dentro de la M-30, se está produciendo un auge en la conversión de edificios emblemáticos, incluidos CONVENTOS y MONASTERIOS, en viviendas de lujo y otros formatos residenciales, impulsado por la demanda de producto premium que posiciona a la ciudad como la "nueva Miami europea". Este fenómeno, descrito como una "mancha de aceite inmobiliaria", se centra en la rehabilitación de edificios históricos, ... como CONVENTOS, para transformarlos en residencias de alto standing, residencias de estudiantes o coliving. Los precios en el segmento de lujo alcanzan hasta 25.000 €/m², mientras que los suelos dotacionales, necesarios para estos proyectos, superan los 6.000 €/m².
Foco en CONVENTOS y MONASTERIOS
Los CONVENTOS y MONASTERIOS, junto con colegios mayores, están en el radar de inversores debido a su potencial para convertirse en residencias de lujo, residencias de estudiantes o espacios de coliving. Estas propiedades, muchas de ellas históricas, son atractivas por su ubicación privilegiada en barrios como Jerónimos, Justicia o Salamanca, y por sus características arquitectónicas únicas, como techos altos o pasos de carruajes. La rehabilitación de estos edificios requiere licencias dotacionales que permitan el uso residencial, lo que los hace más económicos que suelos residenciales puros, pero difíciles de encontrar....'
Res a afegir.
FEM
'... el término nacionalcatolicismo fue acuñado por los que pretendían equiparar un gobierno confesional católico con la Alemania nacionalsocialista.'
Eliminar10/10 pel coneixement històric i l'ensenyança lèxic
'No tuvieron éxito entonces y no lo tienen ahora.'
0/10 pel coneixement històric
["Así Catolicismo y Patriotismo representan para nosotros a un tiempo los factores máximos de nuestra grandeza y el doble altar en que ofrezcamos los mayores sacrificios... sin tratar ahora de la posición de los católicos ante la política, decimos que ésta, en su más profundo sentido, NO PUEDE SEPERAR-SE DE LA RELIGIÓN"
Pamplona a 5 de febrero de 1939
Ϯ ISIDRO, Card. Gomá y Tomás [sic], arzobispo de Toledo]
FEM
["Así Catolicismo y Patriotismo representan para nosotros a un tiempo los factores máximos de nuestra grandeza y el doble altar en que ofrezcamos los mayores sacrificios... sin tratar ahora de la posición de los católicos ante la política, decimos que ésta, en su más profundo sentido, NO PUEDE SEPERAR-SE DE LA RELIGIÓN"]
EliminarMe parece necesario recordar que una cosa es el patriotismo y otra cosa es el nacionalismo.
Alguien plasmó brevemente una diferencia enunciando que, mientras el patriotismo es el amor a la patria de uno, el nacionalismo es el odio a las patrias de los demás.
Por otro lado el patriotismo no está en absoluto reñido con la religión, ya que es una de las manifestaciones del Cuarto Mandamiento.
En cambio, el nacionalismo es una forma de religión que pone a la nación en el lugar de Dios. Por lo tanto, es contrario al Primer Mandamiento.
'Me parece necesario recordar que una cosa es el patriotismo y otra cosa es el nacionalismo.'
EliminarA veure si ho puc entendre:
Com que el cas d'Espanya és una mica complex, ...parlem de Txecoslovàquia:
El 30/12/92 hi havia un grup virtuós de patriotes txecoslovacs i 2 grups dolents de nacionalistes txecs i eslovacs respectivament.
Però, de sobte, l'endemà hi havia 2 grups virtuosos de patriotes xecs i eslovacs i un grup malèvol de nacionalistes txecoslovacs.
Ho he entès bé?
Encara que he de confessar que no ho entenc. Gens.
FEM
Si no entiende que una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa, un servidor debe confesar que sus habilidades dialécticas no están a la altura de este debate.
EliminarBREVE CARTA ABIERTA A DANI PALAU.
ResponderEliminarDani, así te llamamos, pues no querrás que pongamos el monseñor. Eres el obispo electo de Lérida. Ignoramos si lees Germinans, pero sabemos que algunos de tus amigos sacerdotes sí lo hacen. Pedimos que modifiques tus actitudes. Con esfuerzo y con la gracia de Dios es posible. Tenemos el recuerdo diáfano que nos sentíamos maltratados por tí, cuando eras nuestro profesor. Algo que es compartido por muchos de tus antiguos alumnos. Ahora tendrás mucha más autoridad que la que tiene un profesor, serás obispo, tendrás la autoridad apostólica. Deseamos que lo seas para el bien de todos, también de los que no pensamos como tú. Le pedimos a Dios que seas un buen obispo. Y santo. Firmado: tres antiguos alumnos de antaño.
El CV II es algo incomprensible. Resulta que en unos momento en que la asistencia a la Iglesia en Occidente era de un 70-80% de la población, unos tipos se les ocurrió hacer un Concilio Pastoral, para que las Iglesias estuvieran más llenas que nunca, y consiguieron lo contrario: al cabo de pocos años, la asistencia bajó al 25% y actualmente estamos sobre 10%.
ResponderEliminarSi fuera una empresa estarían todos despedidos y su memoria borrada, por incompetentes. Pero aquí no pasa nada, se les canoniza y el clero sigue hablando del CVII como algo fabuloso que hay entender como si la Iglesia hubiera renacido en ese momento.
Los progres incansables al desaliento, cuanto peores son sus frutos, más convencidos están que lo están haciendo muy bien y no hay nada que rectificar.
Esto de culpar al Espíritu Santo de los propios errores, me parece esperpéntico.
¿Alguien lo entiende?
Hay una heurística muy útil que reza: "El propósito de un sistema es lo que hace". O, como dijo Jesús, "por sus frutos los conoceréis".
EliminarYo no lo entiendo más que el "espíritu del Concilio" era clamaramente algún demonio que gobernaba la logia masónica en la que se creó aquel caos. Dicen que Pablo VI se sintió traicionado, que sufrió mucho..pero vamos...que para mí. El objetivo fundamental del CVII fue la "introducción de la libertad de culto"..eso actuó de cuña para derribar al Régimen de Franco que se había consolidado y, sin esa clave masónica, no hubiera podido ser fácilmente infiltrado
EliminarTotalmente de acuerdo con el Sr. Fred.
EliminarProgresista, caro Virtellius, es un término mendaz. Nada tiene que ver con el progreso de la inteligencia, de la moral, de la ciencia, del humanismo. Ante el espejo de Marín Sola, que fue el teólogo dominico que llevó el progreso de la teología a su máxima cota con su teoría de la evolución homogénea del dogma, hasta Elizabeth Anscombe, que hizo lo propio en filosofía moral, hasta Gerardo Sánchez, nuestro eminente biblista especialista en San Juan, cuyo libro La Palabra Fuente de Vida, me está ayudando estos días pascuales, ya trinitarios, o hasta Antonio Tovar o su discípulo Rodríguez Adrados, o hasta Ramón Margalef, genuino creador de la ecología...por citar sólo a quienes uno se ha cruzado en su camino de una manera u otra, hablar a mequetrefes de progresismo suena a palabrería insolente y soez. Lo fácil es la patada al dogma, a la moral, a la ciencia. Y además, hacerlo con aires de superioridad ética. Es el bienvenido a todos de la imagen. Porque la imagen viene a decir que aquello es un reservado de postulados contrarios al derecho natural, a la ley natural. Cuando alguien se me presenta como progresista suelo preguntarle: ¿qué has hecho por el progreso? Responden por lo común con los socorridos ataques a la derecha y ultraderecha. Si le acotas un poco: ¿es el aborto un crimen o no? ¿Es la eutanasia un crimen o no? ¿Es la opresión lingüística un crimen o no? Quienes han dedicado toda su vida a desasnar --prout sonat-- e inculcar valores genuinos esos son los auténticos progresistas. Quienes entregan su vida al Reino esos son los únicos progresistas. Cumplen las bienaventuranzas. En ello encuentran la eudaimonía, que es la señal indeleble del progreso personal y colectivo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el Sr
EliminarValderas Gallardo.
Lastima que Margalef no fuese creacionista o pentapolistas, lastima.
El CVII fue desacralizar, nada más. No habrá vocaciones hasta que se revalorice el sacramento de la Unción de los enfermos. El más abandonado y el más importante a la hora de la verdad. Si a los curas no les interesa este sacramento significa que tienen poca fe en si mismos y poco interés en salvar almas. Es como el termómetro. El abandono de este sacramento nos dice cómo va el sacerdocio y el camino a seguir.
ResponderEliminarEs que cristiano y de izquierdas es como querer hacer una mezcla homogénea con agua y aceite. Son sistemas opuestos. El cristiano tiene un superior supremo que es Dios, con sus escrituras y sus normas. El de izquierdas, en cambio, al ser igual a todos, no acepta un superior a él. Ni a Dios. Y aparte del sistema, es que las leyes y normas emanadas de esa igualdad son para salir corriendo. En el izquierdismo caben holgadísimos el divorcio, la promiscuidad, el aborto, la homosexualidad, la bestialidad, la eutanasia, cualquier cosa. Los votos, todos iguales en valor, son los que determinan lo que está bien y lo que está mal. Al izquierdismo le sobra Dios.
ResponderEliminarVisto en las noticia de El Mundo:
ResponderEliminarEn Madrid, dentro de la M-30, se está produciendo un auge en la conversión de edificios emblemáticos, incluidos conventos y monasterios, en viviendas de lujo y otros formatos residenciales, impulsado por la demanda de producto premium que posiciona a la ciudad como la "nueva Miami europea". Este fenómeno, descrito como una "mancha de aceite inmobiliaria", se centra en la rehabilitación de edificios históricos, oficinas obsoletas y propiedades singulares, como conventos, para transformarlos en residencias de alto standing, residencias de estudiantes o coliving. Los precios en el segmento de lujo alcanzan hasta 25.000 €/m², mientras que los suelos dotacionales, necesarios para estos proyectos, superan los 6.000 €/m².
Foco en conventos y monasterios
Los conventos y monasterios, junto con colegios mayores, están en el radar de inversores debido a su potencial para convertirse en residencias de lujo, residencias de estudiantes o espacios de coliving. Estas propiedades, muchas de ellas históricas, son atractivas por su ubicación privilegiada en barrios como Jerónimos, Justicia o Salamanca, y por sus características arquitectónicas únicas, como techos altos o pasos de carruajes. La rehabilitación de estos edificios requiere licencias dotacionales que permitan el uso residencial, lo que los hace más económicos que suelos residenciales puros, pero difíciles de encontrar.
Los suelos de conventos y monasterios con licencias dotacionales tienen precios que superan los 6.000 €/m², dependiendo de la ubicación y el estado del inmueble. Tras la rehabilitación, las viviendas de lujo derivadas de estas transformaciones pueden alcanzar los 25.000 euros/m² en el mercado.
La demanda proviene de inversores latinoamericanos, fondos de inversión, grandes patrimonios familiares y promotores especializados. Firmas como K&N Elite buscan conventos y fincas clásicas para rehabilitar y vender o alquilar por unidades, priorizando propiedades exclusivas que no están saturadas en el mercado.
La clave para la viabilidad de estos proyectos es un análisis previo detallado, para garantizar la rentabilidad. Los cambios en la normativa municipal de Madrid facilitan estas conversiones, especialmente para edificios con licencias adecuadas. Sin embargo, la escasez de suelos dotacionales y la alta competencia elevan los precios y dificultan la localización de estas propiedades.
Los conventos y monasterios, muchos de ellos en desuso o propiedad de órdenes religiosas, son objetivos prioritarios por su valor histórico y su potencial de transformación. Estos inmuebles suelen estar en zonas céntricas, lo que los hace ideales para proyectos de lujo o formatos innovadores como el coliving, que combina espacios privados con áreas comunes para jóvenes profesionales o estudiantes.
La rehabilitación respeta elementos históricos, como fachadas o claustros, para añadir valor al producto final: un convento en el barrio de Salamanca podría transformarse en apartamentos de lujo con precios de venta superiores a los 20.000 €/m², o en residencias de estudiantes con rentas altas debido a la demanda en la zona.
La clave es la CALIFICACIÓN del suelo, ya que sin licencias dotacionales, la reforma no es viable. Además, la búsqueda de estos inmuebles se realiza a menudo a través de contactos directos con propietarios o anuncios en portales especializados, lo que refleja la exclusividad y opacidad de este mercado.
CONCLUSIÓN
La transformación de conventos y monasterios en Madrid responde a una demanda creciente de residencial premium y formatos flexibles, con precios elevados tanto en los suelos (desde 6.000 €/m²) como en el producto final (hasta 25.000 €/m²).
Este mercado, liderado por inversores internacionales y locales, aprovecha la escasez de oferta en el centro y las facilidades normativas, consolidando a Madrid como un polo de inversión inmobiliaria de lujo.
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Nos quedamos sin religiosos, pero serán ricos...