NOMEN, OMEN: LEÓN XIV, UN NOMBRE QUE OBLIGA MUCHÍSIMO

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He de confesar que eso del nombre que ha elegido el nuevo papa, me ha impactado muy intensamente. Es que entre los prejuicios (gratuitos, claro que sí) a los que cada uno se abraza, yo cultivo el de pensar que el nombre, marca. Una marca evidente es la decisión de los padres de imponer el nombre a su hijo en razón de los valores que cultivan. Hasta en los nombres que les ponemos a las mascotas, está nuestra proyección. Es decir que el nombre que lleva cada uno, está cargado de intención más o menos fuerte. Intención sin duda. Y este fenómeno tiene un peso muchísimo mayor cuando uno mismo, ya adulto, elige nombre: es el caso de los nombres artísticos, de los nombres al entrar en religión, y el del nombre que elige el papa cuando es designado para ejercer ese ministerio.
Y obviamente, el hecho de que el nuevo papa haya elegido el nombre de León XIV, me empuja de forma casi irresistible, a valorar todo lo que hace y dice, a través de las lentes (los espejuelos, dicen los cubanos) de su antecesor León XIII (final del siglo XIX). Me siento inclinado a ver en León XIV (inicio del siglo XXI) la continuación de León XIII. Acceden al papado, prácticamente a la misma edad; con lo que es para León XIV es razonable la perspectiva de un pontificado igual de largo (25 años), o más largo aún.
Si añadimos el hecho de que son comparables los momentos históricos de León XIII y de León XIV, tenemos ya enderezada la ecuación con sus coincidencias. Sabemos lo dura que fue la revolución industrial a la que León XIII dio una respuesta católica con su encíclica Rerum Novarum. No sabemos, en cambio, en qué desembocará la actual revolución tecnológica, sostenida (sí, sostenida) en la revolución ideológica, sociológica y moral) que vemos ya entreverada de tremendas maniobras geopolíticas, de las que forman parte inevitable las guerras diseñadas al efecto.
El Papa León XIII
 Y hablando de guerras, ahí tenemos a León XIV invocando la paz de Cristo desde el primer momento. He leído ya su alusión a Ucrania y a Gaza. También me ha parecido leer la alusión del papa a la relación entre la caridad y la verdad (Cáritas in veritate, claro), y tengo la impresión de que no es lo mismo ser “el papa” un argentino dicharachero, poco caracterizado por su diferenciadísima ideología católica y su original  instinto evangelizador, que ser “el papa” un norteamericano, caracterizado por una evidente fidelidad doctrinal; con un potencial de gran peso en la opinión (tanto la popular como la institucional) de la potencia económica y militar que rige el mundo (sin la cual, no hay guerra que dure: por decir lo menos). En este momento, gracias a Dios, hablamos de un papa cuyo núcleo ideológico es el Evangelio y que lleva en la sangre el instinto evangelizador no sólo con la palabra, sino también con los hechos. Y en el actual contexto geopolítico, los hechos de la gran potencia diplomática que es el Vaticano, son determinantes.
Todos tenemos en mente el hecho del pacto ¡secreto! de la Santa Sede con el gobierno chino para dar paso a esa especie de Iglesia Nacional China supervisada por el Partido, pacto sancionado por el anterior pontificado. Parece evidente que el valor evangelizador de ese concordato, convenio, pacto, apaño o lo que sea (siendo secreto, ¡qué vamos a saber!), es totalmente discutible; sin cuestionar otros valores que sin duda tendrá. Dicen que lleva el sello Parolín. Quizás fue un intento pacificador o apaciguador. Y damos por supuesto que, si el nuevo papa desease deshacer ese desaguisado, lo conseguiría.
Y aquí en España, somos muchos los que estamos desconcertados por el apaño al que se comprometió el Vaticano con el gobierno de Sánchez sobre el Valle de los Caídos. Otro sello Parolín, dicen. Lo cierto es que si se ejecuta ese plan sin que el nuevo Papa León lo frene, la desacralización de ese recinto (paso previo para derribar la cruz más grande del mundo, que van a por ella) provocará el desencanto de muchos.
Pietro Parolin y Pedro Sánchez
 Cierto, cierto, estamos ante un papa cuyas primeras palabras han sido: “La paz sea con vosotros”, la salutación de Cristo resucitado. Un alegato en favor de la paz. Y al día siguiente aclaró que se refería en especial, obviamente, a la paz en Ucrania y en Gaza (lo de Yemen -con Irán detrás- es otro hueso duro de roer). Y, ¡cómo no!, nos urge saber si estas bellas palabras desembocarán en bellos hechos.
El presidente norteamericano ha manifestado ya que tiene deseos de encontrarse pronto con él. Y sospecho que se causarán muy buena impresión recíproca. Porque a Trump, cristiano al fin y al cabo, no se le ocurrirá exhibir su altanería ante el papa. Se caerán de maravilla, y mantendrán ya a partir de ese encuentro, una relación fluida. Si fuese así, la paz que invoca el papa, podría ir mucho más allá de las palabras. En unos momentos tan convulsos como los de León XIII, León XIV podría ser de nuevo el faro de la Iglesia que ilumine al mundo.
Es que estamos asistiendo a la comedia de la paz en la que tantos querrían participar (y no precisamente por amor a la paz); una comedia para la que se ha diseñado un relato totalmente alejado de la realidad, donde cada uno juega el papel que se le ha asignado en el reparto. Pero todos sabemos que las guerras duran lo que dura su financiación, y que el máximo financiador de las guerras citadas, hoy se llama Donald Trump. Así que el poder que muy probablemente tendrá León XIV respecto a la paz, puede concretarse en acciones eficaces si fluye la comunicación entre ambos líderes.
Parolin y el vicepresidente norteamericano J.D. Vance
¿Es legítimo esperar tanto del nuevo papa León XIV)? Es legítimo. Como dice la breve sentencia latina: nomen, omen. El nombre es el destino (de omen viene ominoso, la cara negativa del destino; la desinencia -osus es negativa: famosus es el que tiene mala fama: la ignominia abunda en esa idea). Cuando eligió el papa el nobilísimo nombre de León, comprometió su destino (omen) con la virtud y la fuerza que lleva de por sí el nombre: la fuerza, la nobleza y la virtud del león, a la que se añadió la de los grandes papas que eligieron ese nombre.
Y luego está su “apellido” de agustino. Su condición de religioso agustino, con lo que implica de línea formativa tanto religiosa como intelectual. Que el papa tenga formación agustina, es un gran lujo, en un momento en que sufrimos el horror de tantos sacerdotes y obispos que desconocen los fundamentos de su nobilísimo oficio. Algo tan fuera de lugar como un cirujano con apenas unas ligeras nociones de anatomía y fisiología, pero eso sí, con gran desenvoltura y mucha inventiva.
Pues sí, es una bendición que el nuevo papa se haya formado en la filosofía y la teología agustiniana, y en su brillante inteligencia. Tener a la vista las Confesiones, La Ciudad de Dios y los Sermones es el gran lujo añadido a la filosofía y la teología académicas en que ha de estar versado todo sacerdote formado en un seminario “normal”.
Y yendo a su condición de pastor, devenida primordial y hasta exclusiva en el pasado pontificado, el papa León ha tenido ocasión de hacer un largo aprendizaje en Perú, tierra de misiones en los lugares recónditos de la cordillera. Se asimiló con los habitantes de la tierra y se igualó a ellos adquiriendo también la nacionalidad peruana. Se entregó a una pastoral con cuya capa se han cubierto tantas dejaciones de los oficios de cura y obispo, sacrificándole hasta la oración, el alimento espiritual del sacerdote. 
Y sí, claro, es evidente su preocupación por las vocaciones sacerdotales. Ya desde el segundo día animó a los seminaristas a abrazar su vocación sin miedo. Seguro que él a lo largo de su vida pastoral ha tenido la fuerza de empujar con su ejemplo a jóvenes a seguirle para abrazar su ministerio. No, su labor no ha sido estéril. 
 Virtelius Temerarius

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6 comentarios

  1. Sublime Virtelius! Este es el Papa que anhelabamos muchos. Que el Espíritu Santo y León XIII le ayuden en el gran trabajo que le espera "desfaciendo entuertos" .

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  2. Bastante temerario es usted Don Virtelius. Una bonita "carta a los Reyes", la realidad y la diplomacia dirán.

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  3. La Historia de la Iglesia, la de los Papas en particular, nos ofrece un rico muestrario de pontífices sabios y santos que cuidaron de la viña del Señor con ejemplaridad. En la mayoría de las sagas encontramos modelos cabales. Los Pío, por ejemplo, cuentan en su elenco a egregias figuras, como san Pio V, el Papa que puso en práctica el Concilio de Trento, promulgó el Catecismo y reformó la Institución con la creación de seminarios diocesanos. Los curas de pueblo, el del mío en particular, tenían antaño especial veneración por san Pío X. El Papa Sarto había sido, según contaba el mosén, párroco en sus comienzos, como "deberían serlo todos", apostillaba. Pío XII, el más reciente, nos regaló el dogma de la Asunción y la Humani Generis, nunca suficientemente bien ponderada. De acuerdo con las primeras manifestaciones de León XIV, Cristo vuelve a estar en el centro de sus discursos. Y, como los misioneros populares de antaño, se nos despide con una oración a la Virgen. Dios le bendiga.

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  4. Ya veremos adónde va León XIV. Es sorprendente y muy lamentable el modo en que comentaristas de todas las tendencias posibles lo han convertido en superficie sobre la que proyectan sus propias fantasías y ensueños. Por el momento no es más que eso, una superficie en blanco. Pero valdría más no usarla como pantalla de cine para proyectar los caprichos de cada uno.
    Con respecto a la nacionalidad, no sabía que Virtelius fuera tan proyanqui y tan alérgico a Iberoamérica (Francisco era hijo de italianos, tampoco hay que olvidarlo). De los EEUU viene la "cultura" contemporánea, con todas sus lacras, además de que en allí tampoco faltan obispos y cardenales heterodoxos, corruptos y pedófilos. Por otra parte, León es peruano de adopción. Usando la misma lógica que Virtelius emplea para interpretar su nombre, podríamos concluir que la nacionalidad de adopción es más importante que la de nacimiento.
    Paciencia y prudencia, señores, que para conocer y valorar a un papa hacen falta bastante tiempo, yo diría que al menos tres años, si no se trata de un pontífice excepcionalmente nefasto, cuyos errores se ponen de manifiesto bastante antes.

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  5. Realmente Germinans es influyente. Serrano Pentinat, COADJUTOR de UGEL lo sentaron ayer en la ceremonia de inicio de ministerio de LEON XIV cerquita de VIVES. CONSTA QUE FUE MOTIVADO POR UN COMENTARIO PUBLICADO EN ESTE BLOG HACE UNOS DÍAS. Por lo que parece, El Copríncipe y/o su entorno más inmediato leen Germinans. Un saludo.

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  6. 'Porque a Trump, cristiano al fin y al cabo, ...'

    ¿ Cf: Perquè a Francesc, papa humil i exemplar al capdavall,...?

    FEM

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