Amaño para un engaño

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 C:\Users\Francesc\Desktop\abat3img_9821.jpgDon Juan José, nuestro sonriente Cardenal Arzobispo, se dedica a cancanear por los salones cívicos de la burguesía catalana y a ronronear entre las enaguas de los-las-les que, por su silencio y componendas, han permitido esta chafarrinada que va a llevar a Cataluña hacia la mayor depresión económica del siglo y a la mayor escisión social que ha conocido nuestra tierra desde los tristes años de la República y la Guerra Civil. ¡Mira por dónde, nuestro cardenal ha llegado a tiempo para convertirse en actor (bueno, en comparsa) de esta debacle!
Pero nuestro sor sonrisa va sólo como oscuro acólito del nefasto Abad Soler, con espolones de gallo canario, dispuesto a dejar al monasterio de Montserrat sumido en una crisis y decadencia peor de la que sufrió en el siglo XV. Tuvieron que ser los Reyes Católicos quienes al ver su estado de abandono espiritual, pidieron al Papa Alejandro VI que afiliara aquella decadente comunidad de monjes catalanes, al monasterio de San Benito el Real de Valladolid. Su renacimiento sólo empezó con el gran abad García Jiménez de Cisneros, que hizo de Montserrat un faro de religiosidad y humanismo cristiano. Ni más ni menos, Valladolid rescatando a Cataluña. La historia es así de insolente.
¿Qué hace nuestro eminentísimo cardenal zascandileando por los salones de los eminentísimos políticos de Cataluña? No seáis mal pensados: lo único que le preocupa es la salvación de sus almas. 

Pero observen en la foto este “insignificante” detalle: mientras Soler lleva su pectoral con la cruz abacial como quien exhibe sus mejores joyas, don Juan José, para que la cruz no fuese un estorbo a su gran quehacer político, escondió (¿o sólo “colocó”?) su pectoral episcopal en el bolsillo izquierdo de su camisa. La insignia de su dignidad tratada como si fuese bisutería barata que es mejor esconder. El abad Soler, adoctrinando a los políticos a pecho descubierto. El cardenal en cambio, adoctrinándolos astutamente, ocultando la cruz. Y así durante todo el encuentro. ¡Menuda estampa!: un cardenal de la Santa Romana Iglesia, como lazarillo del superior de un convento en decadencia. ¡Que venga Dios y lo vea! Largas sesiones de largo diván necesita nuestro pastor para conjurar sus complejos.   
Y mientras el pastor anda en estos altísimos menesteres dizque pastorales, el clero de su diócesis, en su porción más dinámica, decepcionado, desengañado, desencantado, desilusionado, frustrado y burlado por un chasco, por una treta y triquiñuela sin parangón. Busca la brújula de la diócesis, y no la hay. El norte, ni se sabe: va desnortada. Y el oriente, ya nadie sabe dónde está el oriente y dónde el occidente; dónde el acierto, y dónde la ruina y decadencia.
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¡Hay rincones oscuros!
El arzobispo acólito-lazarillo, haciendo sonoros alardes de gran conducátor, dijo querer embarcarnos en un gran proyecto: un plan pastoral diocesano. ¿Embarcarnos o embaucarnos? Porque ya en su original planteamiento (dirigido a creyentes y no creyentes-dijo) se evidenciaba como una gran añagaza y embrollo que tenía visos de fraude. Es decir, un churrete más para enmascarar la ausencia de voluntad de renovar la Archidiócesis. Embeleco y filfa para entretener al personal, del que ya no hemos sabido nada más.
Pero don Juan José al parecer perpetró otra engañifa: exigió a todos sus sacerdotes que respondieran a un cuestionario personal con descripción de su disponibilidad a los cambios y una relación de sugerencias y propuestas para el bien de la diócesis. Muchos son los que a pesar del semblante de hipérbole y embeleco del asunto, respondieron con sinceridad y lealtad. Aún esperan respuesta al menos pública y colectiva de las conclusiones y decisiones anejas, con las que el Cardenal piensa encarar su pastoral diocesana. Los más taimados se maliciaron que esa encuesta era un cepo para que cada cual se retratase en ella.
Según mi parecer va a resultar una martingala más de las tantas con que don Juan José nos viene acostumbrando. Pero en el caso cada vez más verosímil de que no existan pasos y demostraciones claras de esa pretendida voluntad de renovación de la diócesis (renovación por la que el Cardenal Omella dice estar realmente ansioso), el presbiterio diocesano acabará tomándose todo este proceso como un despreciable fraude, un escarnio y un camelo intolerable.
Apriétese y amárrese los machos, don Juan José, porque caso de que se verifique este particular, y se constate que usted únicamente ha venido a Barcelona para politiquear y mermar así la poca ilusión que nos quedaba para reavivar esta Iglesia, la historia y su presbiterio van a ser implacables. Es que, eminentísimo señor, para ese viaje no se necesitaban ni tamañas alforjas ni semejantes oropeles. ¡Menudo maño para un amaño!
Prudentius de Bárcino

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84 comentarios

  1. ¡Menudo maño para un amaño! Cada uno vale para lo que vale. Y Omella está visto que no es hombre de proyectos de verdad y de tesón en su desempeño. Lo suyo es el amaño. Está claro.

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    1. "... mientras Soler lleva su pectoral con la cruz abacial como quien exhibe sus mejores joyas, don Juan José, para que la cruz no fuese un estorbo a su gran quehacer político, escondió (¿o sólo “colocó”?) su pectoral episcopal en el bolsillo izquierdo de su camisa. La insignia de su dignidad tratada como si fuese bisutería barata que es mejor esconder."

      "Y Omella está visto que no es hombre de proyectos de verdad y de tesón en su desempeño."

      Hoy he visto una película de Sherlock Holmes y el Dr. Watson, y Omella parece que lleve su reloj de bolsillo Ingersoll de 50 libras, 10 chelines y 6 peniques.

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    2. "tesón en su desempeño..." Esta frase me ha llevado a recordar que hace aproximadamente 2 años llamé al Arzobispado a pedir audiencia con el Arzobispo pues quería poner en su conocimiento una situación personal. La secretaria que respondió me dijo que tenía la agenda muy llena, que intentara más tarde. Así lo hice y esa vez la respuesta fue que me llamarían. Aún estoy esperando la llamada...

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  2. Patético Omella. El gesto de esconder la Cruz le retrata. Igual que el barcelonés Ocariz cuando le recibió el Papa y visita a los obispos.

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    1. Puede decir que le molesta o que toca la mesa, pero debería de tener dos cruces: la de trabajo y la de consagrado.

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    2. Estos preladillos, son personas políticas que han confundido su vocación. A estas alturas del concierto lo único que dan es asco. Omella es otro carreristas como Osoro. Han llegado tan altos por su volátil razón. Ocariz cuando está en la sede central de la Obra en Roma, sigue los pasos de san Josemaría, cuando visita a Francisco de "lagarterana".¿A ese comportamiento se le llama "Unidad de vida"?.

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  3. G
    A nuestro Señor Jesucristo no lo puedo imaginar sentado a esta mesa. Que Dios nos perdone y tenga piedad.

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    1. En Barcelona Tribuna se viene a hacer blablableo, nada más.

      Y verse el careto, nada más.

      Pura relación social.

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  4. Parece un truismo que el estamento eclesiástico no está a la altura de las circunstancias. Unas circunstancias difíciles, sin duda, pero que, por lo mismo, exigen capacidad intelectual, sentido de Iglesia, voluntad firme. Lo protoclario debería quedar reducido a su mínima expresión.

    Me refiero a determinados arzobispos, cardenal, abades, sobre todo. Hay sacerdotes ejemplares que son auténticos amigos de Dios ("Os he llamado amigos", dijo de ellos el Señor) y verdaderos apóstoles en tierra de misión como puede ser el extrarradio de Barcelona. Quien conozca el Fondo de santa Coloma, con su abigarrada amalgama de gentes de todo origen, no dejará de admirar la maravillosa tarea desarrollada por nuestro orientador espiritual dominical. Allí no ha lugar para protocolos, sino para la briega con la rudeza del campo de la fe.

    Que Montserrat sea un foco de sectarismo político es algo que ha cristalizado desde hace años. Montserrat hoy no se entiende sin Convergencia, fundada en su claustro, y Esquerra Republicana. Del altar mayor y del camarín de la Virgen no salen palabras de paz, sino de odio, mentira y desvergüenza. Desvergüenza no tanto por el beso lésbico profanador del lugar cuanto por el hálito fétido que emana de unas arengas --llamarlas homilías es faltar a la verdad--dirigidas al enardecimiento del rencor. Personalmente me importa un bledo lo del lobbyh gay. Allá ellos con sus inclinaciones. Pero, ¿qué pensará san Pablo? ¿Cómo se atreven a citarlo?

    La untuosa obsequiosidad no comenzó con Omella. El arzobispo Pujol y no digamos Martínez Sistach están doctorados summa cum laude en el sobamiento. Pero en Omella da la impresión de que tiene el complejo del pueblerino deslumbrado en la ciudad. El parecido con Montilla es llamativo. Sólo a él pudo un quidam sin preparación y con malos modos como Puigdemont subírsele a las barbas y recriminarle un tratamiento, que, por lo demás, era el justo. O que le dicten los más acérrimos independentistas unos textos pseudoeclesiales contra uno de sus sacerdotes. Sólo una persona sin sentido de Iglesia puede aceptar semejantes humillaciones.

    Se recurre a menudo a la metáfora del volantazo o golpe de timón. Mas para darlo hay que saber leer las cartas de marear, tener pulso firme, valentía y personalidad. Como el obispo Lorenzana.

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    1. Es lo de siempre, amigo Valderas. Es muy fácil el diagnóstico del enfermo. La misma obsesión enfermiza e inane; la misma prepotencia, la misma soberbia. El uso abusivo de un lenguaje -una empalagosa confitura- que repite unos mantras que ya sabemos de memoria.

      En este caso el enfermo no merece compasión ni comprensión. Hay que dedicarle palabras duras para sacarle de su obsesión.

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    2. Debacle, cataclismo, catástrofe...23 de octubre de 2017, 2:10

      "...han permitido esta chafarrinada que va a llevar a Cataluña hacia la mayor depresión económica del siglo y a la mayor escisión social que ha conocido nuestra tierra desde los tristes años de la República y la Guerra Civil. ¡Mira por dónde, nuestro cardenal ha llegado a tiempo para convertirse en actor (bueno, en comparsa) de esta debacle!"

      Dice un banquero que Cataluña ha sacado 15.000 millones en depósitos desde el despropósito del 1-O y 3-O (en estos tres días, no existió ninguna autoridad en Cataluña).

      Que las clases medias mudas de este país ven bien el fin de esta pesadilla. El 155 es la última esperanza de desembarazarse de estos dos inútiles, Pin y Pon, Puigdemont y Junqueras.

      Que dichas clases medias verían bien un acuerdo fiscal, pero no este crack-crash delirante, ya sin motivo alguno para continuar.

      El mes de octubre ha sido el más nefasto de los últimos tiempos. El ánimo del consumidor catalán está por los suelos, sólo ahorra. Y el consumidor e inversor internacional huye pavorido.

      Que hay un descalabro turístico y de ocio en este mes de octubre, que afecta ya gravemente a taxis, gasolineras, hoteles, restaurantes, bares... y a miles de trabajadores indirectos...

      Que la debacle de Cataluña para el mes de noviembre puede ser aún peor.

      Que la recuperación de la crisis económica mundial del 2007, hoy, en Cataluña, la quebranta esta absurda crisis estrictamente política.

      Que se acerca un mes de gran consumo, diciembre, pero con una enorme crisis en noviembre nunca vista jamás si la locura secesionista opta por la guerra, guerrilla o sólo la resistencia activa, opciones que aparentemente constan en los papeles de un subordinado de Junqueras.

      Por mi parte, veo que el 155 es sin duda, tanto el 155 europeo y el 1714-bis del catalanismo.

      El 155 español ha dado la pauta para Italia y Alemania: subrogación del Ejecutivo rebelde, limitación de funciones del parlamento o asamblea rebelde.

      Por su parte, la Generalidad va directa hacia su aniquilación, después de 40 años, por su incapacidad e incompetencia de medir las consecuencias de sus actos.

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    3. "no merece compasión ni comprensión"
      Benedicto XVI, Ángelus, 16 de septiembre 2007
      La verdadera religión consiste, por tanto, en entrar en sintonía con este Corazón "rico en misericordia", que nos pide amar a todos, incluso a los lejanos y a los enemigos, imitando al Padre celestial, que respeta la libertad de cada uno y atrae a todos hacia sí con la fuerza invencible de su fidelidad. El camino que Jesús muestra a los que quieren ser sus discípulos es este: "No juzguéis..., no condenéis...; perdonad y seréis perdonados...; dad y se os dará; sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso" (Lc 6, 36-38). En estas palabras encontramos indicaciones muy concretas para nuestro comportamiento diario de creyentes.



      Aprender a perdonar, a disculpar los defectos y errores de los demás es una tarea ardua y difícil. Nunca es fácil olvidar la injuria o la ofensa recibida, y mucho menos cuando hemos sido gravemente afectados. Por el contrario, que fácil es juzgar, pensar mal, comparar o condenar a mi prójimo, a aquél que me cae mal, a aquél que me ha ofendido.



      Cristo, pone frente a nuestros ojos el amor de su corazón: un corazón que no conoce el odio ni el rencor; un corazón que a todos perdona, sin importar las veces que le hayamos ofendido, y nos pide que a semejanza suya obremos nosotros.

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    4. Crisóstomo in Mat. hom. 24

      No juzgues a los que te preceden, esto es, el discípulo al maestro, el pecador al inocente, a quienes no se debe reprender, sino aconsejar y corregir con caridad; tampoco debe juzgarse sobre las cosas inciertas y de poca importancia que no tienen ni apariencia de pecados, o que no son graves ni están prohibidas.

      Y difícilmente se encontrará alguno -ni padre de familia, ni religioso- que no incurra en este error; son también éstas, insidias de tentación diabólica, porque el que se ocupa en juzgar los defectos ajenos con severidad, nunca se hará acreedor al perdón de sus propios pecados; por lo que dice: “Y no seréis juzgados”. Así como el piadoso y manso reprime el temor de los pecados, así el severo y cruel lo aumenta con sus propios crímenes.

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    5. Llamemos hermanos incluso a aquellos que nos odian o nos detestan a fin de que el nombre del Señor sea glorificado y manifiesto con todo su gozo. Nosotros, que nos ponemos a prueba los unos a los otros, perdonémonos mutuamente… No tengamos envidia de los demás y si somos blanco de la envida de alguien, no nos volvamos feroces, sino al contrario, estemos más bien llenos de compasión los unos para con los otros, y a través de nuestra humildad curémonos los unos a los otros. No hablemos mal de los demás, no nos burlemos de nadie, porque somos miembros los unos de los otros.

      Amémonos los unos a los otros y seremos amados de Dios; tengamos paciencia los unos para con los otros y él tendrá compasión de nuestros pecados. No devolvamos mal por mal y no recibiremos lo que merecemos por nuestros pecados. Porque obtenemos el perdón de nuestros pecados perdonando a nuestros hermanos, y la misericordia de Dios se encuentra escondida en la misericordia que tenemos para con el prójimo… Ya lo ves: el Señor nos ha dado el medio para salvarnos y nos ha dado el poder celestial de llegar a ser hijos de Dios.

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    6. Si nosotros vivimos según la ley «ojo por ojo, diente por diente», nunca salimos de la espiral del mal. El Maligno es listo, y nos hace creer que con nuestra justicia humana podemos salvarnos y salvar el mundo. En realidad sólo la justicia de Dios nos puede salvar. Y la justicia de Dios se ha revelado en la Cruz: la Cruz es el juicio de Dios sobre todos nosotros y sobre este mundo. ¿Pero cómo nos juzga Dios? ¡Dando la vida por nosotros! He aquí el acto supremo de justicia que ha vencido de una vez por todas al Príncipe de este mundo; y este acto supremo de justicia es precisamente también el acto supremo de misericordia. Jesús nos llama a todos a seguir este camino: «Sed misericordiosos, como vuestro Padre es misericordioso» (Lc 6, 36). Os pido algo, ahora. En silencio, todos, pensemos… que cada uno piense en una persona con la que no estamos bien, con la que estamos enfadados, a la que no queremos. Pensemos en esa persona y en silencio, en este momento, oremos por esta persona y seamos misericordiosos con esta persona. Papa Francisco

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    7. Se tolera y se perdona a la persona, a pesar de sus errores.
      Eso es respetarla.
      Pero la tolerancia no se puede confundir con comprender y tolerar el mal.
      No es considerar bueno lo que es malo.

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  5. Omella, y quienes apoyan en el Vaticano su sumisión a Jaume Pujol, serán directamente responsables si se autocumple la profecía de violencia que coordinadamente anuncian desde Madrid y Barcelona:

    Editorial de hoy de La Vanguardia que lleva varios días anunciando violencia:

    “Existe el riesgo de enfrentamiento civil. Ese peligro es real y debemos advertirlo (…)”

    http://www.lavanguardia.com/opinion/20171022/432257883536/president-posi-les-urnes.html

    Luis Herrero, de conocida adscripción, todavía más violento:

    “La tensión se hará insostenible. Se equivoca, me temo, quien crea que el miedo dispersará a los resistentes. Me consta que algunos militares con experiencia internacional en Líbano y los Balcanes se tientan la guerrera ante lo que se nos viene encima.”

    http://www.abc.es/espana/abci-blando-nada-201710212047_noticia.html

    Sería bueno avisar a los fanáticos tipo el del polo amarillo y al padre que usaba a su hijo como escudo contra la guardia civil que no se dejen utilizar como carne de cañón. Los oligarcas comensales de Omella se reirán de ellos.

    “El Lunático de Amarillo”
    https://www.dolcacatalunya.com/2017/10/lunatico-amarillo-exalcalde-profesor-4-primaria/

    “La Guardia Civil protege a un niño utilizado como escudo”

    http://www.larazon.es/espana/la-guardia-civil-protege-a-un-nino-utilizado-por-su-padre-independentista-como-escudo-OM16381285

    Esperemos que esta vez el gobierno tenga el mando efectivo de toda la guardia civil y haga que se comporten como en esa ocasión, sin que cloacas al servicio de los oligarcas manden dan porrazos para que sean utilizados por los supremacistas.

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    1. Núria Marin, la alcalde de Hospitalet que impulsó a Omella a expulsar al P. Custodio, ahora pide negociación por el desastre de Pokemon&Yonkee:

      "Em nego a creure que no hi ha més opcions. @krls li demano x responsabilitat històrica que convoqui eleccions i salvi el nostre autogovern."

      Ahora que el PSC se parte por todos lados, en sí mismo y con el PSOE.

      No pidió negociar con el P. Custodio: expulsión directa inmediata por indeseable.

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    2. En nuestro tiempo, la humanidad necesita que se proclame y testimonie con vigor la misericordia de Dios. El amado Juan Pablo II, que fue un gran apóstol de la Misericordia divina, intuyó de modo profético esta urgencia pastoral. Dedicó al Padre misericordioso su segunda encíclica, y durante todo su pontificado se hizo misionero del amor de Dios a todos los pueblos. Después de los trágicos acontecimientos del 11 de septiembre de 2001, que oscurecieron el alba del tercer milenio, invitó a los cristianos y a los hombres de buena voluntad a creer que la misericordia de Dios es más fuerte que cualquier mal, y que sólo en la cruz de Cristo se encuentra la salvación del mundo.

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  6. El cuestionario es un camelo. Como lo fue en La Rioja. Bajo la apariencia de democracia no es más que un medio para sonsacar información y poner con el pretexto de que han sido votados, en los puestos de interés a los chupasuelas de siempre y a los demás utilizarlos como floreros, poniéndolos donde no quieren ir los trepas. Eso si, con mucha sonrisa y mucho chascarrillo y mucho cuento.

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  7. No sería raro que Sistach esté pensando ahora mismo algo así como: "Gracias, Señor, por enviar en mi sitio a quien me hace parecer aceptable".
    PD:Prefiero no especular sobre cúal es ese "señor".

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  8. ¿Por qué un sacerdote debe obedecer a su obispo?
    Porque debe haber comunión, fidelidad y un caminar en el mismo sentido en la Iglesia, aunque hay que hacerlo con criterio y responsabilidad
    El ser humano siempre ha pretendido o querido ser el artífice de su destino, ha ambicionado ser autónomo en la gestión de su vida y de sus responsabilidades morales, rechazando cualquier intromisión en su vida; en el fondo ésta ha sido la respuesta o la actitud ante la gran tentación que dio origen al primer pecado, el pecado original.

    Dicho de otra manera, el ser humano cree no ser creatura de nadie y su salvación no la quiere esperar de otros, sino de sí mismo. Pero esto es un gran error.

    Es un error por dos razones: Desde que nace, el ser humano siempre necesitará la acogida, la ayuda y la atención de los demás.

    Además el ser humano nace, crece y se desarrolla en un contexto donde hay normas, leyes, condiciones que hay que respetar, observar y cumplir; en definitiva, que hay que obedecer si se quiere ser parte integrante y constructiva de una sociedad y, en el caso del cristiano, de la Iglesia.

    La vida humana discurre entre el orden divino, el orden social y el racional. Y desde siempre, desde que hay hombres y ángeles, la obediencia ha sido contestada, y la redención tuvo este motivo: restablecer la obediencia.

    Es por esto que las circunstancias del momento presente, obligan al creyente a preguntarse por el significado y la actualidad de su obediencia a Dios en el seno eclesial; verificar el sentido y el valor de aquella obediencia de la que está impregnada su misma fe, lo que se llama la obediencia de la fe.

    Tanto en la sociedad como en la Iglesia hay un orden institucional en el que, por lógica, es la persona, y sólo ella, quien debe hacer el esfuerzo, mediante la obediencia, de adaptarse y asimilar en pro de una sana vivencia y convivencia.

    Todos tenemos que obedecer: desde el Papa hasta el último bautizado, desde un jefe de estado hasta el último de los ciudadanos.

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    1. "Nunca hay que obedecer a los tiranos" (Sto. Tomás de Aquino)

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  9. La obediencia de Jesús

    En las Sagradas Escrituras, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, hay muchas referencias a la obediencia, pero nuestro gran referente es la obediencia de Jesucristo.

    El Evangelio habla del hecho que Él, aunque filialmente sometido a los padres (Lc 2,51), estaba totalmente dedicado a las cosas de su Padre. Jesús se mostró a sí mismo como ejemplo de total obediencia al Padre: “He bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado” (Jn 6,38).

    Y Él, a su vez, está en condición de salvar a quien le obedece: “Y aun siendo Hijo, con lo que padeció aprendió la obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen”(Heb 5, 8-9).

    La obediencia a la fe (Rom 1,5) y la adhesión a Cristo (1 Pe 1,2) es lo que salva de las consecuencias de la desobediencia universal que afecta a la humanidad.

    Cualquier reflexión sobre el significado de la obediencia, tanto en el ámbito humano como cristiano, debe partir de la Kénosis y de la obediencia hasta la muerte de Cristo:

    “El cual, siendo de condición divina, no hizo alarde de ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo,… y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz” (Fil 2, 6-8).

    Por tanto la Kénosis es el vaciamiento de la propia voluntad para llegar a ser completamente receptivo a la voluntad de Dios. El nos redime obedeciendo (LG 3); y nosotros recibimos los efectos de la redención obedeciéndole.

    “A Dios, que se revela, se debe la obediencia de la fe, con la cual el hombre se abandona totalmente a Dios, prestándole libremente el pleno obsequio del intelecto y de la voluntad”(DV 5).

    En la comunidad eclesial (signo prefigurativo del Reino), ya se sabe que la
    obediencia así como la autoridad, que son funciones diferentes del único Espíritu (el Espíritu del agapé), están al servicio de la edificación de la Iglesia como cuerpo de Cristo.

    ¿Qué es el agapé? Los primeros cristianos emplearon ésta expresión griega para referirse al amor de Dios para con el ser humano, al amor especial por Dios e incluso a un amor sacrificado u oblativo que cada persona debía sentir hacia los demás.

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  10. La obediencia sacerdotal

    Cómo se decía un poco más arriba, todos tenemos que obedecer; y los sacerdotes aún con mayor razón. ¿Por qué? Porque los sacerdotes somos los primeros que tenemos que imitar a Jesucristo pobre, casto y obediente, a través de los consejos evangélicos de la pobreza, la castidad y la obediencia; entre otras cosas, porque el sacerdote es alter Christus u otro Cristo.

    El Concilio Vaticano II, aun sin usar exactamente la expresión alter Christus, también tiene muy presente la afirmación de la identificación del sacerdote con Cristo:

    «Siendo, pues, que todo sacerdote representa a su modo la persona del mismo Cristo, tiene también la gracia singular de -al mismo tiempo que sirve a la grey encomendada y a todo el pueblo de Dios- poder conseguir más aptamente la perfección de Aquél, cuya función representa, y que sane la debilidad de la carne humana, la santidad de quien se hizo por nosotros Pontífice "santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores" (Heb, 7,26) (PO, 12)».

    El sacerdote secular (a diferencia del clero regular) no hace voto de pobreza, hace una promesa de obediencia; pero, llámese como se llame, la obediencia es de vital importancia para la Iglesia.

    Uno se podría imaginar un sacerdocio o un sacerdote de muchas maneras, maneras lícitas de vivir y ordenar jurídicamente el ministerio sacerdotal; pero lo que no cabe es imaginar un sacerdocio o un sacerdote sin obediencia.

    En el interior de la Iglesia hay fuerzas que sin duda son en sí mismas positivas pero que abandonadas a sí mismas, sin ningún factor que las encauce o modere, acabarían por transformarse en causa de destrucción.

    De ahí que la obediencia no sea una posibilidad, o algo accesorio u opcional sino una gran necesidad no sólo por cuestiones organizativas o de coordinación (motivos muy normales en cualquier organización humana) sino porque debe haber comunión, fidelidad y un caminar en el mismo sentido mirando a Dios y construyendo su reino.

    Sin obediencia, la Iglesia saltaría a los aires en mil pedazos por fuerzas que chocarían entre sí (sin que fueran malas) desde su interior. Cualquier virtud puede ser llevada más allá de lo recto; cualquier valor se puede tergiversar con buenas intenciones pues cada uno cree estar seguro de tener toda la razón (cada uno está seguro de que es el otro el que se equivoca), de aquí la importancia de la autoridad y de la obediencia.

    Pero claro, la obediencia hay que saberla entender y llevar a cabo, pues nunca es absoluta; es decir no está por encima del testimonio valiente de la verdad y a la obediencia a Dios en la fe: “Pedro y los apóstoles contestaron: Hay que obedecer a Dios más que a los hombres” (Hch 5,29).

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  11. Hay que obedecer con criterio y con responsabilidad: Con criterio pues Cristo mismo, que instituyó la obediencia en la Iglesia, sabía que el conferir la autoridad no implicaba siempre el recto uso de la misma; es decir existe la posibilidad (aunque sea muy, pero muy, remota) de que el que manda no lo haga siguiendo la voluntad de Dios.

    Y obedecer con responsabilidad pues si alguna acción fracasa no es por la directriz de la autoridad sino por incompetencia del que obedece.

    Y dentro de la responsabilidad se encierran otras actitudes como son: la diligencia, la alegría, la corresponsabilidad y el poner en marcha carismas y aptitudes.

    Hay que recordar que los sacerdotes deben ser colaboradores de la verdad (PO 8). Una cosa está clara: la virtud de la obediencia es voluntad de Cristo; es más, Jesús se hizo obediente al Padre, y le obedeció hasta la muerte.

    Él, el Sacerdote por antonomasia, nos enseñó esta sagrada virtud, pues la obediencia lo hace todo por amor. Por amor no al superior, sino a Dios.

    Como se decía antes es la virtud más necesaria y, por ende, la más difícil de ejercitar pues se trata de someter el propio juicio, se trata de ser humilde.

    El Papa Francisco recordó a los sacerdotes la necesidad de las "hermanas" pobreza, fidelidad y obediencia para conservar la "alegría sacerdotal", durante la homilía de la misa Crismal del Jueves Santo, 17 de abril de 2014, que celebró en la Basílica de San Pedro.

    El Papa habló en su homilía de la "alegría sacerdotal" y explicó que ésta “ayuda en los momentos de apatía y tristeza que sobrevienen en la vida sacerdotal". Momentos por los que el Pontífice también ha pasado, como él mismo desveló.

    El Papa Francisco explicó que "la alegría del sacerdote es un bien precioso no sólo para él sino también para todo el pueblo fiel de Dios".

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  12. ¿En qué momento el sacerdote promete obediencia?

    El obispo pregunta al ordenando: «¿Prometes a mí y a mis sucesores reverencia (o respeto) y obediencia?” Y quien será ordenado responde: “Prometo”». (Del Rito de la Ordenación).

    El diacono que será ordenado sacerdote promete obediencia justo en los instantes previos al rito de ordenación sacerdotal propiamente dicho, es decir, antes “del rito esencial del sacramento del Orden, que está constituido, para los tres grados, por la imposición de manos del obispo sobre la cabeza del ordenando, así como por una oración consecratoria específica que pide a Dios la efusión del Espíritu Santo y de sus dones apropiados al ministerio para el cual el candidato es ordenado (cf Pío XII, Const. ap. Sacramentum Ordinis, DS 3858)” (Catecismo de la Iglesia Católica, 1573).

    Con la ordenación sacerdotal, el sacerdote recibe del obispo la potestad sacramental y la autorización jerárquica para colaborar en el ministerio episcopal. Es decir, «…no se da ministerio sacerdotal sino en la comunión con el Sumo Pontífice y con el Colegio Episcopal, particularmente con el proprio Obispo, hacia los cuales debe observarse obediencia y respeto» (Exhortación Apostólica Post-sinodal Pastores Dabo Vobis, 28).

    El compromiso adquirido el día de la ordenación sacerdotal no se debe mirar tanto como un vínculo jurídico, sino como una comunión jerárquica querida por Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote, en la relación del presbítero con el propio obispo.

    De este modo el sacerdote se siente partícipe ontológicamente del sacerdocio y del ministerio de Cristo.

    Y la comunión jerárquica se basa en la caridad sobrenatural. «Las relaciones entre los obispos y los sacerdotes deben fundarse principalmente en los vínculos de la caridad sobrenatural de tal manera que la unidad de intenciones hagan más fructuosa la común acción pastoral al servicio de las almas” (decreto Christus Dominus, 28).

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    1. Es muy distinto obedecer a Dios que obedecer a los hombres, por muy obispos que sean. Jesucristo obedeció a Dios Padre. Un obispo puede mandar que se le obedezca a él y no a Dios. Evidentemente, no hay que obedecer a Judas.

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  13. Seis obediencias

    Y a propósito de la obediencia seis sencillas historias aunque no sean propiamente sacerdotales:

    1.- "Abraham, que sometido a prueba, "tuvo fe en Dios" (Rm, 4,3) y siempre obedeció a su llamada; por esto se convirtió en "padre de todos los creyentes" (Rm, 4, 11.18).

    2.- Y qué mejor ejemplo de obediencia a Dios que el que tenemos en
    María. Ella da sentido a su vida escuchando la palabra de Dios y realizando con su libertad la obediencia de la fe.

    No sólo dijo «hágase en mí según tu palabra.» (Lc 1, 38) sino que se entregó como nadie, y por eso Jesús responde al piropo de alabanza a su madre con un motivo más alto: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la ponen en práctica» (Lc 11, 27).

    3.- San José obedeció sin murmurar el decreto del emperador, que le obligaba a trasladarse a Belén en medio del rigor del invierno, con grave molestia para María. Pero es especialmente en la huida a Egipto cuando San José nos ofrece el ejemplo de la obediencia más heroica y perfecta.

    4.- San Pedro obedeció al Señor. “Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; pero por tu palabra echaré la red”. (Lc. 5, 5).

    5.- Se cuenta que un día santo Domingo Savio le dijo a su confesor que cuando iba a bañarse a un pozo en especial, allá escuchaba malas conversaciones. El sacerdote le dijo que no podía volver a bañarse ahí. Domingo obedeció aunque esto le costaba un gran sacrificio, pues hacía mucho calor y en su casa no tenía ni bañera ni ducha. Y San Juan Bosco añade al narrar este hecho: "Si este jovencito no le hubiera obedecido a su confesor y hubiera continuado yendo a aquel sitio no habría llegado a ser santo. La obediencia lo salvó”.

    6.- Y santa Bernardita Soubirous subió y, cuando estuvo cerca de la roca, buscó con la vista la fuente no encontrándola, y queriendo obedecer, miró a la Virgen. A una nueva señal Bernardita se inclinó y escarbando la tierra con la mano, pudo hacer en ella un hueco.

    De repente se humedeció el fondo de aquella pequeña cavidad y viniendo de profundidades desconocidas a través de las rocas, apareció un agua que pronto llenó el hueco que podía contener un vaso de agua.

    Mezclada con la tierra, Bernardita la acerco tres veces a sus labios, no resolviéndose a beberla. Pero venciendo su natural repugnancia al agua sucia, bebió de la misma y se mojó también la cara.

    Todos empezaron a burlarse de ella y a decir que ahora si se había vuelto loca. Pero, ¡…misteriosos designios de Dios!, con su débil mano acababa Bernardita de abrir, sin saberlo, el manantial de las curaciones y de los milagros más grandes que han conmovido la humanidad”.
    (sobre la aparición de Lourdes).

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  14. La lección del perro obediente

    En un seminario un director espiritual, gran entendedor de perros, llevo al seminarista que dirigía al lugar donde tenía su perro para enseñarle la virtud de la obediencia.

    El sacerdote le había enseñado a su perro la obediencia. Y, ante el seminarista, el sacerdote puso al perro a prueba. Le puso un suculento trozo de carne en el piso y le daba, verbalmente y con señas, esta orden: “Tatoo, no te comas la carne”.

    El perro, que debía tener unas fuertes ganas de comer la carne, terminaba entre la espada y la pared o sea en una posición muy difícil: obedecer o desobedecer la orden de su amo.

    Pero el perro nunca miraba la carne. ¿Qué hacía? Pues el perro no apartaba la vista de su amo. Parecía que pensaba que si lo dejaría de hacer, caía fácilmente ante la tentación de comerse la carne, de desobedecer en definitiva.

    El sacerdote formador le dice al seminarista: “De aquí se puede sacar esta lección espiritual para ti y para mí:

    Ante la tentación de la desobediencia siempre mira el rostro del Maestro, el rostro de tu dueño. Dios nunca nos tentará a hacer lo malo. Encontraremos muchas tentaciones para desobedecer en la vida, pero si mantenemos la vista fija en nuestro Señor podremos salir exitosos”.

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    1. Limites de la obediencia23 de octubre de 2017, 11:15

      1. No hay que obedecer nunca jamás, en ningún caso, actos contra la lógica, la razón, la decencia, la belleza, la bondad, los derechos, deberes y libertades, o bien si son actos contra los Mandamientos, inmorales, pecaminosos, delictivos, ilegales, heréticos, apostáticos, cismáticos, que atenten contra las Sagradas Escrituras y la Tradición, el Magisterio, la herencia espiritual católica (devociones, Doctores, Padres, místicos, grandes teólogos) o el derecho canónico y los Estatutos de congregaciones y entidades...

      2. La obediencia se hace ante actos misericordiosos, verdaderos y justos. Si no hay verdad, no se obedece. Si no hay justicia, no se obedece. Si no hay amor, no se obedece, recordando que la excomunión es un acto de misericordia para la salvación de las almas y la Iglesia, y la obediencia a los mandamientos es un acto de misericordia hacia Dios.

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  15. Recomiendo vivamente el artículo de Oriol Trillas sobre la situación de la Iglesia en Cataluña y su responsabilidad, nada pequeña, en la situación en que nos encontramos. Aparece en El Mundo del día de hoy. Es un maravilloso complemento del escrito de Prudentius.

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    1. Han permitido las esteladas en las torres de las iglesias, completamente de acuerdo en las iglesias no habría que colocar bandera alguna.

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    2. En la edición digital del Mundo no sale. Transcríbalo aquí. Gracias.

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    3. http://www.elmundo.es/espana/2017/10/23/59ecf8e2ca4741cf028b4570.html

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    4. Sí que aparece. Lo puede encontrar en esta dirección:
      http://www.elmundo.es/espana/2017/10/23/59ecf8e2ca4741cf028b4570.html

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    5. Muchas gracias, sr. Valderas y anónimo de las 15:08, por el enlace. Yo no lo había sabido encontrar.

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  16. Oratio pro Summo Pontifice
    [Indulgencia parcial: Enchiridion indulgentiarum, IV ed. (al. conc., 25, 1°)]

    V. Oremus pro Pontifice nostro Franciscum.
    R. Dominus conservet eum, et vivificet eum, et beatum faciat eum in terra, et non tradat eum in animam inimicorum eius.
    Oremus.
    Deus, omnium fidelium pastor et rector, famulum tuum Franciscum, quem pastorem Ecclesiae tuae praeesse voluisti, propitius respice: da ei, quaesumus, verbo et exemplo, quibus praeest, proficere: ut ad vitam, una cum grege sibi credito, perveniat sempiternam. Per Christum, Dominum nostrum. Amen.
    ***
    V. Oremos por nuestro Papa Francisco
    R. El Señor le guarde y le dé la vida y le haga santo en la tierra y no le entregue a la voluntad de sus enemigos.
    Oremos
    Dios, pastor y guía de todos los fieles, mira propicio a tu siervo Francisco al que quisiste destinar como pastor de tu Iglesia: te suplicamos le concedas ser eficaz para los que preside, con la palabra y el ejemplo: de modo que llegue a la vida eterna juntamente con el rebaño a él confiado. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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    1. "...y no le entregue a la voluntad de sus enemigos."

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  17. En las Sagradas Escrituras, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, hay muchas referencias a la obediencia, pero nuestro gran referente es la obediencia de Jesucristo.

    El Evangelio habla del hecho que Él, aunque filialmente sometido a los padres (Lc 2,51), estaba totalmente dedicado a las cosas de su Padre. Jesús se mostró a sí mismo como ejemplo de total obediencia al Padre: “He bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado” (Jn 6,38).

    Y Él, a su vez, está en condición de salvar a quien le obedece: “Y aun siendo Hijo, con lo que padeció aprendió la obediencia; y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen”(Heb 5, 8-9).

    La obediencia a la fe (Rom 1,5) y la adhesión a Cristo (1 Pe 1,2) es lo que salva de las consecuencias de la desobediencia universal que afecta a la humanidad.

    Cualquier reflexión sobre el significado de la obediencia, tanto en el ámbito humano como cristiano, debe partir de la Kénosis y de la obediencia hasta la muerte de Cristo:

    “El cual, siendo de condición divina, no hizo alarde de ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo,… y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz”

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  18. Dice un banquero que Cataluña ha sacado 15.000 millones en depósitos desde el despropósito del 1-O y 3-O (en estos tres días, no existió ninguna autoridad en Cataluña).

    Que las clases medias mudas de este país ven bien el fin de esta pesadilla. El 155 es la última esperanza de desembarazarse de estos dos inútiles, Pin y Pon, Puigdemont y Junqueras.

    Que dichas clases medias verían bien un acuerdo fiscal, pero no este crack-crash delirante, ya sin motivo alguno para continuar.

    El mes de octubre ha sido el más nefasto de los últimos tiempos. El ánimo del consumidor catalán está por los suelos, sólo ahorra. Y el consumidor e inversor internacional huye pavorido.

    Que hay un descalabro turístico y de ocio en este mes de octubre, que afecta ya gravemente a taxis, gasolineras, hoteles, restaurantes, bares... y a miles de trabajadores indirectos...

    Que la debacle de Cataluña para el mes de noviembre puede ser aún peor.

    Que la recuperación de la crisis económica mundial del 2007, hoy, en Cataluña, la quebranta esta absurda crisis estrictamente política.

    Que se acerca un mes de gran consumo, diciembre, pero con una enorme crisis en noviembre nunca vista jamás si la locura secesionista opta por la guerra, guerrilla o sólo la resistencia activa, opciones que aparentemente constan en los papeles de un subordinado de Junqueras.

    Por mi parte, veo que el 155 es sin duda, tanto el 155 europeo y el 1714-bis del catalanismo.

    El 155 español ha dado la pauta para Italia y Alemania: subrogación del Ejecutivo rebelde, limitación de funciones del parlamento o asamblea rebelde.

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    1. De manera informal, he oído que desde el 1-O, ha caído un 40% la venta de la ONCE y de la Lotería Nacional en Cataluña, y ésta se compra fuera de Cataluña.

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  19. Ayer asistí a la misa dominical en una parroquia de Madrid, no lejos del Corte Inglés Castellana. Coincidió que el nuevo párroco tomaba posesión. Abarrotada hasta los topes. Niños, adolescentes, jóvenes, matrimonios y en menor proporción personas mayores. Una ceremonia bellísima. Silencio y participación total. Presidió el Vicario episcopal.
    En la parte lateral al altar, una talla policromada del Sagrado Corazón y las banderas de España y del Vaticano.
    Pensé que aquello era la Iglesia. Aquello era la familia. Aquello era el amor de los hijos de Dios. Allí había unión. Allí había comunión. Y se pidió por la unidad de España, por la justicia.

    Naturalmente me vino a la cabeza la situación de la Església. Y me preguntaba si aquí éramos la familia de los hijos de Dios.
    Recordaba mi parroquia en Barcelona. La falta de caridad en gente de comunión diaria, la mayoría de más de setenta. Se habían negado a hablar en castellano cuando alguien forastero había expresado que no entendía el catalán. Y la supremacista pregunta ¿cuánto tiempo hace que vive aquí? Terrible. Lo último que te imaginas oír en una parroquia católica.
    “No hay que ser tan talibán”, me dijeron con relación al aborto. Y el cura agobiado porque yo hablaba del aborto.
    Asaltaron indignados al mosén cuando escribí unas notas sobre el amor humano (HV) en la hoja dominical.
    Hablar de la patria, ya ni te digo.
    No todo el mundo es así, pero este perfil forjado en décadas de nacional progresismo está marcando la dinámica parroquial.

    Es una fe a medida del mundillo exterior. Falta algo primordial. Falta la caridad. Sin caridad no puede haber comunión. Por muchas horas que se empleen en el ropero y en visitas a los necesitados.
    Cuanta destrucción por parte de quienes se suponen estaban ungidos para lo contrario. Pero no parece que el Arzobispado sea muy consciente de la apostasía. La infame nota de los Obispos vino a unificar criterios. Por si alguien tenía alguna duda.

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    1. Castellano, lengua patrimonial de la cultura catalana23 de octubre de 2017, 14:06

      "Naturalmente me vino a la cabeza la situación de la Església. Y me preguntaba si aquí éramos la familia de los hijos de Dios."

      Son malos padres espirituales los que se niegan a hacer misas en castellano.

      El castellano forma parte de la cultura catalana pues es lengua patrimonial de Cataluña.

      Cataluña tiene dos lenguas propias: catalán y castellano, lengua común de relación en España y lengua global mundial de prestigio.

      Así lo dijo Maragall.

      El año 2003, Mas y Maragall fijaron sus programas electorales.

      1. Mas dijo que "todos los catalanes tienen deber de conocer y el derecho a usar CATALÁN Y CASTELLANO".

      2. Maragall manifestó que el CATALÁN es LENGUA PROPIA, y el CASTELLANO es LENGUA PATRIMONIAL: "el castellano es patrimonio catalán de presente y de futuro":

      hemeroteca.lavanguardia.es/preview/2003/03/26/pagina-25/34006049/pdf.html?search=maragall mas castellano lengua patrimonio

      elpais.com/diario/2003/10/14/catalunya/1066093648_850215.html

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  20. la foto es una comida o una tenida masonica?

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    1. Un acto de relación social sin más transcendencia ni repercusión.

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  21. Bien por Valderas,Laura S. y Mosén Custodio Ballester,rezen mucho por el bien de Catalunya y de España!!!

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  22. En "El reino de Cristo en la II República", de William Christian, se comenta lo siguiente:

    José Garmendía, uno de los videntes de las múltiples apariciones de Ezkioga, visitó a Francesc Maciá el 23 de octubre de 1931, y en nombre de la Virgen María, le reveló detalles personales íntimos para covencerle de la realidad de las apariciones, le advirtió proféticamente de la brevedad de la vida (murió en la Navidad de 1933), le profetizó que tanto él como su hermana monja irían al cielo. Finalmente, Maciá le dio una autorización para construir una capilla. Al día siguiente, Macià comentó al abad Marcet de Montserrat, de manera entusiasta, que "no sabe qué quiere la Virgen de mí".

    A mediados de noviembre, Garmendía lo vuelve a visitar, y le dice que la Virgen está contenta de él, pero no así de Azaña porque se negó a recibirle, y que por su mala disposición, Azaña recibiría un castigo.

    Maciá dijo:

    --- "Así que Azaña es más malo que yo". El vidente le respondió que sí.

    Lo importante es que la Virgen María le agradece a Macià la RENUNCIA A SUS IDEALES por el bien común de la España republicana, evitando en 1931 una GUERRA CIVIL.

    En efecto, Macià, en 1926, intentó la invasión militar de Cataluña desde Prats de Molló. Luego, caída la monarquía en las elecciones locales, el 14 de abril de 1931 acaecen dos hechos: Companys proclama la II República en el Ayuntamiento de Barcelona e iza la bandera tricolor. Pero horas más tarde, Macià proclama el Estado Catalán soberano e independiente:

    "En nombre del pueblo de Cataluña, proclamo la República Catalana dentro de una confederación de Repúblicas Ibéricas".

    Y el 15 de abril, Macià ordenó fijar una proclama:

    “...proclamo la República Catalana como Estado integrante de la Federación Ibérica”

    Tres días más tarde, el 17 de abril, y tras las presiones del gobierno de Madrid, Macià y Companys decidieron aceptar las condiciones que les ofrecían: renunciar a la República Catalana y aceptar la instauración de la Generalidad.

    Macià acordó una Nota de la Sesión Arbitral Conjunta entre la autoridad representativa de Cataluña (Macià) y de los ministros que representaban el Gobierno provisional de la República, Fernando de los Ríos, Marcelino Domingo y Lluís Nicolau d'Olwer, por el que el Consejo de Gobierno de Cataluña resolvió actuar bajo el nombre de Gobierno de la Generalidad de Cataluña.

    cuadernosmemoriahistorica.blogspot.com.es/p/presidentes-de-la-di.html; Wikipedia.

    Conocida es la locura del acto inducida por Lluhí de la rebelión militar y golpe de Estado de Companys del 6 de octubre de 1934, aliado al PSOE-UGT en una huelga general revolucionaria a nivel nacional, y a la revolución de Asturias del PSOE-UGT y CNT, primera batalla de la Guerra Civil (Pío Moa), donde se cometieron los primeros actos de barbarie (genocidio biológico) y vandalismo (genocidio cultural) de la Iglesia y contra la derecha por motivos sociales, económicos y políticos. Cataluña y Asturias fueron el precedente violento de los "rojo-separatistas".

    Recordar que las elecciones de febrero de 1936 las ganó fraudulentamente el Frente Popular por hundimiento del orden público republicano.

    - Sentencia contra Companys por el TGC: cuadernosmemoriahistorica.blogspot.com.es/p/sentencia-companys-1934.html

    - Parlament de Cataluña, interpelación por el 6 de octubre:
    cuadernosmemoriahistorica.blogspot.com.es/p/blog-page.html
    cuadernosmemoriahistorica.blogspot.com.es/p/interpelacion-6.html

    - Elecciones febrero 1936, fraude y Frente Popular:
    cuadernosmemoriahistorica.blogspot.com.es/p/13-memoria-historica.html

    - Camino a la Guerra Civil:
    cuadernosmemoriahistorica.blogspot.com.es/p/12-camino-la-guerra-civil.html

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  23. Se ha publicado el libro titulado:

    "1936. Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular",

    de Manuel Álvarez Tardío y Roberto Villa García.

    Las conclusiones son éstas:

    "La izquierda manipuló el recuento en hasta 50 de los 240 escaños que se le otorgaron al Frente Popular en aquel momento y que le sirvieron para obtener la mayoría absoluta de los 473 escaños en juego para el Congreso. Sin estos 50 escaños, el Frente Popular no habría podido gobernar en solitario. Si lo consiguió fue a causa de un fraude masivo, orquestado o al menos permitido desde el Gobierno, para favorecer a los candidatos de la izquierda

    ...

    "... justificar un levantamiento militar, ¿verdad?"

    No se justifica un levantamiento militar, ni la rebelión militar de Companys en 1934, ni los genocidios y crímenes contra la humanidad y de guerra de la II República contra católicos, derechistas, izquierdistas (Andreu Nin) y clases socio-económicas "desafectas" a la revolución (clases medias y altas, aristócratas, empresarios, capataces...).

    ...

    El libro "1936. Fraude y violencia en las elecciones del Frente Popular" ha demostrado con pruebas abundantes y exhaustiva que el Frente Popular ganó fraudulentamente, aprovechando el hundimiento del Gobierno Republicano en materia de orden público, en unas fechas y colegios electorales claves y determinantes.

    Ahora sólo falta que las conclusiones del equipo investigador privado sean validadas o no por una Comisión oficial de Verdad y Justicia Histórica.

    Mientras ello no suceda, se ha probado provisionalmente la verosimilitud del gravísimo fraude electoral del Frente Popular en las elecciones de 1936, así como las posteriores acciones de ocupación del poder por los frentistas: invalidación de votos derechistas, la eliminación del Presidente de la República Alcalá-Zamora, la violencia contra la derecha, la ocupación del poder bajo la excusa de la republicanización, y lo peor de todo, el magnicidio de Calvo Sotelo por los policías del PSOE de Prieto con un tiro en la nuca, en el vehículo policial nº 17, que fueron el hundimiento definitivo de la II República y de todos los partidos, tanto de derecha, izquierda y centro.

    Lección para hoy octubre del 2017:

    - Las elecciones fraudulentas de febrero de 1936 que dieron la victoria al Frente Popular, tiene puntos de contacto con el referéndum celebrado sin garantías el 1 de octubre del 2017.

    - si un sistema no sirve para preservar los derechos humanos, hay un grave riesgo de colapso violento.

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  24. Es el colmo del cinismo que unos prelados y abades que se han caracterizado por ignorar la existencia de distintas formas de pensar para exaltar sólo una parte pretendan aparecer como mediadores. Apelan al evangelio y a la historia de la Iglesia quienes han retorcido el evangelio para predicar otra buena nueva: el advenimiento de un nuevo reino (o república). No lo han dicho una vez. Se han empecinado en el error. Nos partimos de risa, con algún exabrupto intemperante, cuando vimos el texto de la “singularidad nacional” al lado de una estelada esgrimida por rostros andinos y magrebíes. El resto de los integrantes del retrato a buen seguro pertenecía a la inmensa mayoría de Martínez, García, López que dominan de largo en el nomenclátor autónomo. Para Pujol, don Jaume, es una singularidad nacional. Soler, con los suyos, va más lejos y, desde el mismo altar mayor, siempre abades y obispos, desde el altar mayor, llama a esa singularidad nacional nada menos que poble de Deu, convocado por el president. Ni monte Horeb, ni lucero del alba, “nosaltres sols”.
    Fíjense que, en su bajeza, se proponen mediar entre Cataluña y España. Así dicen los ignaros con capisayos. No mediar entre los que se confiesan independentistas y los que no abdican de su realidad, los que no se dejan abducir por un lenguaje de superioridad y odio, habitantes todos entre Cantallops y Tortosa. No, mediar entre catalanes, no. Si sólo hay unos catalanes. Sólo hay un pueblo. Sólo hay una singularidad nacional. Necios. Necios, una palabra contundente que ha rescatado el Papa Francisco y que les viene como anillo al dedo.
    No era difícil pensar que la desvergüenza llegara a eso y más. Sabíamos que no sólo Ribó, el sindic de greuges (defensor del pueblo) se iba a postular. Lo de Ribó estaba cantado. No olvidemos que Sánchez, el de ANC, era su segundo en la sindicatura. Pero, ¿esos eclesiásticos?

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    1. Totalmente de acuerdo con el Sr.Valderas Gallardo.Se ha dejado usted al cantante retorcido Llach,si hombre,el HOMBRE ESTACA con GORRO,si es que le sobra LANA hasta por la CABEZA!

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    2. MISTERIO Y MINISTERIO DEL OBISPO

      “... y eligió doce de entre ellos” (Lc 6, 13)

      6. El Señor Jesús, durante su peregrinación terrena, anunció el Evangelio del Reino y lo inauguró en sí mismo, revelando su misterio a todos los hombres15. Llamó a hombres y mujeres para que lo siguieran y eligió entre sus discípulos a doce para que “estuvieran con Él” (Mc 3, 14). El Evangelio según san Lucas precisa que Jesús hizo esta elección tras una noche de oración en el monte (cf. Lc 6, 12). El Evangelio según san Marcos, por su parte, parece calificar dicha acción de Jesús como una decisión soberana, un acto constitutivo que otorga identidad a los elegidos: “Instituyó Doce” (Mc 3, 14). Se desvela así el misterio de la elección de los Doce: es un acto de amor, querido libremente por Jesús en unión profunda con el Padre y con el Espíritu Santo.

      La misión confiada por Jesús a los Apóstoles debe durar hasta el fin del mundo (cf. Mt 28, 20), ya que el Evangelio que se les encargó transmitir es la vida para la Iglesia de todos los tiempos. Precisamente por esto los Apóstoles se preocuparon de instituir sucesores, de modo que, como dice san Ireneo, se manifestara y conservara la tradición apostólica a través de los siglos16.

      La especial efusión del Espíritu Santo que recibieron los Apóstoles por obra de Jesús resucitado (cf. Hch 1, 5.8; 2, 4; Jn 20, 22-23), ellos la transmitieron a sus colaboradores con el gesto de la imposición de las manos (cf. 1 Tm 4, 14; 2 Tm 1, 6-7). Éstos, a su vez, con el mismo gesto, la transmitieron a otros y éstos últimos a otros más. De este modo, el don espiritual de los comienzos ha llegado hasta nosotros mediante la imposición de las manos, es decir, la consagración episcopal, que otorga la plenitud del sacramento del orden, el sumo sacerdocio, la totalidad del sagrado ministerio. Así, a través de los Obispos y de los presbíteros que los ayudan, el Señor Jesucristo, aunque está sentado a la derecha de Dios Padre, continúa estando presente entre los creyentes. En todo tiempo y lugar Él predica la palabra de Dios a todas las gentes, administra los sacramentos de la fe a los creyentes y dirige al mismo tiempo el pueblo del Nuevo Testamento en su peregrinación hacia la bienaventuranza eterna. El Buen Pastor no abandona su rebaño, sino que lo custodia y lo protege siempre mediante aquéllos que, en virtud de su participación ontológica en su vida y su misión, desarrollando de manera eminente y visible el papel de maestro, pastor y sacerdote, actúan en su nombre en el ejercicio de las funciones que comporta el ministerio pastoral y son constituidos como vicarios y embajadores suyos17.

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    3. Fundamento trinitario del ministerio episcopal

      7. Considerada en profundidad, la dimensión cristológica del ministerio pastoral lleva a comprender el fundamento trinitario del ministerio mismo. La vida de Cristo es trinitaria. Él es el Hijo eterno y unigénito del Padre y el ungido por el Espíritu Santo, enviado al mundo; es Aquél que, junto con el Padre, envía el Espíritu a la Iglesia. Esta dimensión trinitaria, que se manifiesta en todo el modo de ser y de obrar de Cristo, configura también el ser y el obrar del Obispo. Con razón, pues, los Padres sinodales quisieron ilustrar explícitamente la vida y el ministerio del Obispo a la luz de la eclesiología trinitaria de la doctrina del Concilio Vaticano II.
      Es muy antigua la tradición que presenta al Obispo como imagen del Padre, el cual, como escribió san Ignacio de Antioquía, es como el Obispo invisible, el Obispo de todos. Por consiguiente, cada Obispo ocupa el lugar del Padre de Jesucristo, de tal modo que, precisamente por esta representación, debe ser respetado por todos18. Por esta estructura simbólica, la cátedra episcopal, que especialmente en la tradición de la Iglesia de Oriente recuerda la autoridad paterna de Dios, sólo puede ser ocupada por el Obispo. De esta misma estructura se deriva para cada Obispo el deber de cuidar con amor paternal al pueblo santo de Dios y conducirlo, junto con los presbíteros, colaboradores del Obispo en su ministerio, y con los diáconos, por la vía de la salvación19. Viceversa, como exhorta un texto antiguo, los fieles deben amar a los Obispos, que son, después de Dios, padres y madres20. Por eso, según una costumbre común en algunas culturas, se besa la mano al Obispo, como si fuera la del Padre amoroso, dador de vida.

      Cristo es el icono original del Padre y la manifestación de su presencia misericordiosa entre los hombres. El Obispo, actuando en persona y en nombre de Cristo mismo, se convierte, para la Iglesia a él confiada, en signo vivo del Señor Jesús, Pastor y Esposo, Maestro y Pontífice de la Iglesia21. En eso está la fuente del ministerio pastoral, por lo cual, como sugiere el esquema de homilía propuesto por el Pontifical Romano, ha de ejercer la tres funciones de enseñar, santificar y gobernar al Pueblo de Dios con los rasgos propios del Buen Pastor: caridad, conocimiento de la grey, solicitud por todos, misericordia para con los pobres, peregrinos e indigentes, ir en busca de las ovejas extraviadas y devolverlas al único redil.

      La unción del Espíritu Santo, en fin, al configurar al Obispo con Cristo, lo capacita para continuar su misterio vivo en favor de la Iglesia. Por el carácter trinitario de su ser, cada Obispo se compromete en su ministerio a velar con amor sobre toda la grey en medio de la cual lo ha puesto el Espíritu Santo para regir a la Iglesia de Dios: en el nombre del Padre, cuya imagen hace presente; en el nombre de Jesucristo, su Hijo, por el cual ha sido constituido maestro, sacerdote y pastor; en el nombre del Espíritu Santo, que vivifica la Iglesia y con su fuerza sustenta la debilidad humana22.

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    4. Carácter colegial del ministerio episcopal

      8. “Instituyó Doce” (Mc 3, 14). La Constitución dogmática Lumen gentium introduce con esta cita evangélica la doctrina sobre el carácter colegial del grupo de los Doce, constituidos “a modo de Colegio, es decir, de grupo estable, al frente del cual puso a Pedro, elegido de entre ellos mismos”23. De manera análoga, al suceder el Obispo de Roma a san Pedro y los demás Obispos en su conjunto a los Apóstoles, el Romano Pontífice y los otros Obispos están unidos entre sí como Colegio24.

      La unión colegial entre los Obispos está basada, a la vez, en la Ordenación episcopal y en la comunión jerárquica; atañe por tanto a la profundidad del ser de cada Obispo y pertenece a la estructura de la Iglesia como Cristo la ha querido. En efecto, la plenitud del ministerio episcopal se alcanza por la Ordenación episcopal y la comunión jerárquica con la Cabeza del Colegio y con sus miembros, es decir, con el Colegio que está siempre en sintonía con su Cabeza. Así se forma parte del Colegio episcopal25, por lo cual las tres funciones recibidas en la Ordenación episcopal —santificar, enseñar y gobernar— deben ejercerse en la comunión jerárquica, aunque, por su diferente finalidad inmediata, de manera distinta26.

      Esto es lo que se llama “afecto colegial”, o colegialidad afectiva, de la cual se deriva la solicitud de los Obispos por las otras Iglesias particulares y por la Iglesia universal27. Así pues, si debe decirse que un Obispo nunca está solo, puesto que está siempre unido al Padre por el Hijo en el Espíritu Santo, se debe añadir también que nunca se encuentra solo porque está unido siempre y continuamente a sus hermanos en el episcopado y a quien el Señor ha elegido como Sucesor de Pedro.

      Dicho afecto colegial se realiza y se expresa en diferentes grados y de diversas maneras, incluso institucionalizadas, como son, por ejemplo, el Sínodo de los Obispos, los Concilios particulares, las Conferencias Episcopales, la Curia Romana, las Visitas ad limina, la colaboración misionera, etc. No obstante, el afecto colegial se realiza y manifiesta de manera plena sólo en la actuación colegial en sentido estricto, es decir, en la actuación de todos los Obispos junto con su Cabeza, con la cual ejercen la plena y suprema potestad sobre toda la Iglesia28.

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    5. Esta índole colegial del ministerio apostólico ha sido querida por Cristo mismo. El afecto colegial, por tanto, o colegialidad afectiva (collegialitas affectiva) está siempre vigente entre los Obispos como communio episcoporum; pero sólo en algunos actos se manifiesta como colegialidad efectiva (collegialitas effectiva). Las diversas maneras de actuación de la colegialidad afectiva en colegialidad efectiva son de orden humano, pero concretan en grado diverso la exigencia divina de que el episcopado se exprese de modo colegial29. Además, la suprema potestad del Colegio sobre toda la Iglesia se ejerce de manera solemne en los Concilios ecuménicos30.

      La dimensión colegial da al episcopado el carácter de universalidad. Así pues, se puede establecer un paralelismo entre la Iglesia una y universal, y por tanto indivisa, y el episcopado uno e indiviso, y por ende universal. Principio y fundamento de esta unidad, tanto de la Iglesia como del Colegio de los Obispos, es el Romano Pontífice. En efecto, como enseña el Concilio Vaticano II, el Colegio, “en cuanto compuesto de muchos, expresa la diversidad y la universalidad del Pueblo de Dios; en cuanto reunido bajo una única Cabeza, expresa la unidad del rebaño de Cristo”31. Por eso, “la unidad del Episcopado es uno de los elementos constitutivos de la unidad de la Iglesia”32.

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    6. La Iglesia universal no es la suma de las Iglesias particulares ni una federación de las mismas, como tampoco el resultado de su comunión, por cuanto, según las expresiones de los antiguos Padres y de la Liturgia, en su misterio esencial precede a la creación misma33. A la luz de esta doctrina se puede añadir que la relación de mutua interioridad que hay entre la Iglesia universal y la Iglesia particular, se reproduce en la relación entre el Colegio episcopal en su totalidad y cada uno de los Obispos. En efecto, las Iglesias particulares están “formadas a imagen de la Iglesia universal. En ellas y a partir de ellas existe la Iglesia católica, una y única”34. Por eso, “el Colegio episcopal no se ha de entender como la suma de los Obispos puestos al frente de las Iglesias particulares, ni como el resultado de su comunión, sino que, en cuanto elemento esencial de la Iglesia universal, es una realidad previa al oficio de presidir las Iglesias particulares”35.

      Podemos comprender mejor este paralelismo entre la Iglesia universal y el Colegio de los Obispos a la luz de lo que afirma el Concilio: “Los Apóstoles fueron la semilla del nuevo Israel, a la vez que el origen de la jerarquía sagrada”36. En los Apóstoles, como Colegio y no individualmente considerados, estaba contenida tanto la estructura de la Iglesia que, en ellos, fue constituida en su universalidad y unidad, como del Colegio de los Obispos sucesores suyos, signo de dicha universalidad y unidad37.

      Por eso, “la potestad del Colegio episcopal sobre toda la Iglesia no proviene de la suma de las potestades de los Obispos sobre sus Iglesias particulares, sino que es una realidad anterior en la que participa cada uno de los Obispos, los cuales no pueden actuar sobre toda la Iglesia si no es colegialmente”38. Los Obispos participan solidariamente en dicha potestad de enseñar y gobernar de manera inmediata, por el hecho mismo de que son miembros del Colegio episcopal, en el cual perdura realmente el Colegio apostólico39.

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    7. Así como la Iglesia universal es una e indivisible, el Colegio episcopal es asimismo un “sujeto teológico indivisible” y, por tanto, también la potestad suprema, plena y universal a la que está sometido el Colegio, como es el Romano Pontífice personalmente, es una e indivisible. Precisamente porque el Colegio episcopal es una realidad previa al oficio de ser Cabeza de una Iglesia particular, hay muchos Obispos que, aunque ejercen tareas específicamente episcopales, no están al frente de una Iglesia particular40. Cada Obispo, siempre en unión con todos los Hermanos en el episcopado y con el Romano Pontífice, representa a Cristo Cabeza y Pastor de la Iglesia: no sólo de manera propia y específica cuando recibe el encargo de pastor de una Iglesia particular, sino también cuando colabora con el Obispo diocesano en el gobierno de su Iglesia41, o bien participa en el ministerio de pastor universal del Romano Pontífice en el gobierno de la Iglesia universal. Puesto que a lo largo de su historia la Iglesia, además de la forma propia de la presidencia de una Iglesia particular, ha admitido también otras formas de ejercicio del ministerio episcopal, como la de Obispo auxiliar o bien la de representante del Romano Pontífice en los Dicasterios del Santa Sede o en las Representaciones pontificias, hoy, según las normas del derecho, admite también dichas formas cuando son necesarias42.Carácter misionero y unitario del ministerio episcopal
      9. El Evangelio según san Lucas narra que Jesús dio a los Doce el nombre de Apóstoles, que literalmente significa enviados, mandados (cf. 6, 13). En el Evangelio según san Marcos leemos también que Jesús instituyó a los Doce “para enviar los a predicar” (3, 14). Eso significa que la elección y la institución de los Doce como Apóstoles tiene como fin la misión. Este primer envío (cf. Mt 10, 5; Mc 6, 7; Lc 9, 1-2), alcanza su plenitud en la misión que Jesús les confía, después de la Resurrección, en el momento de la Ascensión al Cielo. Son palabras que conservan toda su actualidad: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 18-20). Esta misión apostólica fue confirmada solemnemente el día de Pentecostés con la efusión del Espíritu Santo.

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    8. En el texto del Evangelio de san Mateo, se puede ver cómo todo el ministerio pastoral se articula según la triple función de enseñar, santificar y regir. Es un reflejo de la triple dimensión del servicio y de la misión de Cristo. En efecto, nosotros, como cristianos y, de manera cualitativamente nueva, como sacerdotes, participamos en la misión de nuestro Maestro, que es Profeta, Sacerdote y Rey, y estamos llamados a dar un testimonio peculiar de Él en la Iglesia y ante el mundo.
      Estas tres funciones (triplex munus), y las potestades subsiguientes, expresan el ministerio pastoral en su ejercicio (munus pastorale), que cada Obispo recibe con la Consagración episcopal. Por esta consagración se comunica el mismo amor de Cristo, que se concretiza en el anuncio del Evangelio de la esperanza a todas las gentes (cf. Lc 4, 16-19), en la administración de los Sacramentos a quien acoge la salvación y en la guía del Pueblo santo hacia la vida eterna. En efecto, se trata de funciones relacionadas íntimamente entre sí, que se explican recíprocamente, se condicionan y se esclarecen43.
      Precisamente por eso el Obispo, cuando enseña, al mismo tiempo santifica y gobierna el Pueblo de Dios; mientras santifica, también enseña y gobierna; cuando gobierna, enseña y santifica. San Agustín define la totalidad de este ministerio episcopal como amoris officium44. Esto da la seguridad de que en la Iglesia nunca faltará la caridad pastoral de Jesucristo.

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    9. “...llamó a los que él quiso” (Mc 3, 13)
      10. La muchedumbre seguía a Jesús cuando Él decidió subir al monte y llamar hacia sí a los Apóstoles. Los discípulos eran muchos, pero Él eligió solamente a Doce para el cometido específico de Apóstoles (cf. Mc 3, 13-19). En el Aula Sinodal se escuchó frecuentemente el dicho de san Agustín: “Soy Obispo para vosotros, soy cristiano con vosotros”45.
      Como don que el Espíritu da a la Iglesia, el Obispo es ante todo, como cualquier otro cristiano, hijo y miembro de la Iglesia. De esta Santa Madre ha recibido el don de la vida divina en el sacramento del Bautismo y la primera enseñanza de la fe. Comparte con todos los demás fieles la insuperable dignidad de hijo de Dios, que ha de vivir en comunión y espíritu de gozosa hermandad. Por otro lado, por la plenitud del sacramento del Orden, el Obispo es también quien, ante los fieles, es maestro, santificador y pastor, encargado de actuar en nombre y en la persona de Cristo.
      Evidentemente, no se trata de dos relaciones simplemente superpuestas entre sí, sino en recíproca e íntima conexión, al estar ordenadas una a otra, dado que ambas se alimentan de Cristo, único y sumo sacerdote. No obstante, el Obispo se convierte en “padre” precisamente porque es plenamente “hijo” de la Iglesia. Se plantea así la relación entre el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial: dos modos de participación en el único sacerdocio de Cristo, en el que hay dos dimensiones que se unen en el acto supremo del sacrificio de la cruz.
      Esto se refleja en la relación que, en la Iglesia, hay entre el sacerdocio común y el sacerdocio ministerial. El hecho de que, aunque difieran esencialmente entre sí, estén ordenados uno al otro46, crea una reciprocidad que estructura armónicamente la vida de la Iglesia como lugar de actualización histórica de la salvación realizada por Cristo. Dicha reciprocidad se da precisamente en la persona misma del Obispo, que es y sigue siendo un bautizado, pero constituido en la plenitud del sacerdocio. Esta realidad profunda del Obispo es el fundamento de su “ser entre” los otros fieles y de su “ser ante” ellos.
      Lo recuerda el Concilio Vaticano II en un texto muy bello: “Aunque en la Iglesia no todos vayan por el mismo camino, sin embargo todos están llamados a la santidad y les ha tocado en suerte la misma fe por la justicia de Dios (cf. 2 P 1, 1). Aunque algunos por voluntad de Cristo sean maestros, administradores de los misterios y pastores de los demás, sin embargo existe entre todos una verdadera igualdad en cuanto a la dignidad y la actividad común para todos los fieles en la construcción del Cuerpo de Cristo. En efecto, la diferencia que estableció el Señor entre los ministros sagrados y el resto del Pueblo de Dios lleva consigo la unión, pues los Pastores y demás fieles están unidos entre sí porque se necesitan mutuamente. Los Pastores de la Iglesia, a ejemplo de su Señor, deben estar al servicio los unos de los otros y al servicio de los demás fieles. Éstos, por su parte, han de colaborar con entusiasmo con los maestros y los pastores”47.
      El ministerio pastoral recibido en la consagración, que pone al Obispo “ante” los demás fieles, se expresa en un “ser para” los otros fieles, lo cual no lo separa de “ser con” ellos. Eso vale tanto para su santificación personal, que ha de buscar en el ejercicio de su ministerio, como para el estilo con que lleva a cabo el ministerio mismo en todas sus funciones.

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    10. La reciprocidad que existe entre sacerdocio común de los fieles y sacerdocio ministerial, y que se encuentra en el mismo ministerio episcopal, muestra una especie de “circularidad” entre las dos formas de sacerdocio: circularidad entre el testimonio de fe de todos los fieles y el testimonio de fe auténtica del Obispo en sus actuaciones magisteriales; circularidad entre la vida santa de los fieles y los medios de santificación que el Obispo les ofrece; circularidad, por fin, entre la responsabilidad personal del Obispo respecto al bien de la Iglesia que se le ha confiado y la corresponsabilidad de todos los fieles respecto al bien de la misma.

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    11. En la presencia y en el ministerio de los obispos, presbíteros y diáconos podemos reconocer el auténtico rostro de la Iglesia: es la Santa Madre Iglesia jerárquica. Y, verdaderamente, a través de estos hermanos elegidos por el Señor y consagrados con el sacramento del Orden, la Iglesia ejerce su maternidad: nos engendra en el Bautismo como cristianos, haciéndonos renacer en Cristo; cuida nuestro crecimiento en la fe; nos acompaña a los brazos del Padre, para recibir su perdón; prepara para nosotros la mesa eucarística, donde nos nutre con la Palabra de Dios y el Cuerpo y la Sangre de Jesús; invoca sobre nosotros la bendición de Dios y la fuerza de su Espíritu, sosteniéndonos a lo largo de toda nuestra vida y envolviéndonos con su ternura y su calor, sobre todo en los momentos más delicados de la prueba, del sufrimiento y de la muerte.

      Esta maternidad de la Iglesia se expresa, en especial, en la persona del obispo y en su ministerio. En efecto, como Jesús eligió a los Apóstoles y los envió a anunciar el Evangelio y a apacentar su rebaño, así los obispos, sus sucesores, son puestos a la cabeza de las comunidades cristianas, como garantes de su fe y como signos vivos de la presencia del Señor en medio de ellos. Comprendemos, por lo tanto, que no se trata de una posición de prestigio, de un cargo honorífico. El episcopado no es una condecoración, es un servicio. Jesús lo quiso así. No debe haber lugar en la Iglesia para la mentalidad mundana. La mentalidad mundana dice: «Este hombre hizo la carrera eclesiástica, llegó a ser obispo». No, no, en la Iglesia no debe haber sitio para esta mentalidad. El episcopado es un servicio, no una condecoración para enaltecerse. Ser obispos quiere decir tener siempre ante los ojos el ejemplo de Jesús que, como buen Pastor, vino no para ser servido, sino para servir (cf. Mt 20, 28; Mc 10, 45) y para dar su vida por sus ovejas (cf. Jn 10, 11). Los santos obispos —y son muchos en la historia de la Iglesia, muchos obispos santos— nos muestran que este ministerio no se busca, no se pide, no se compra, sino que se acoge en obediencia, no para elevarse, sino para abajarse, como Jesús que «se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte y una muerte de cruz» (Flp 2, 8). Es triste cuando se ve a un hombre que busca este ministerio y hace muchas cosas para llegar allí y cuando llega allí no sirve, se da importancia y vive sólo para su vanidad.

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    12. Hay otro elemento precioso, que merece ser destacado. Cuando Jesús eligió y llamó a los Apóstoles, no los pensó uno separado del otro, cada uno por su cuenta, sino juntos, para que estuviesen con Él, unidos, como una sola familia. También los obispos constituyen un único colegio, reunido en torno al Papa, quien es custodio y garante de esta profunda comunión, que tanto le interesaba a Jesús y a sus Apóstoles mismos. Cuán hermoso es, entonces, cuando los obispos, con el Papa, expresan esta colegialidad y tratan de ser cada vez más y mejor servidores de los fieles, más servidores en la Iglesia. Lo hemos experimentado recientemente en la Asamblea del Sínodo sobre la familia. Pero pensemos en todos los obispos dispersos en el mundo que, incluso viviendo en localidades, culturas, sensibilidades y tradiciones diferentes y lejanas entre sí, de un sitio a otro —un obispo me decía hace días que para llegar a Roma se necesitaban, desde el lugar de donde era él, más de 30 horas de avión— se sienten parte uno del otro y llegan a ser expresión de la relación íntima, en Cristo, de sus comunidades. Y en la oración eclesial común todos los obispos se reúnen juntos a la escucha del Señor y del Espíritu, pudiendo así poner atención en profundidad al hombre y a los signos de los tiempos (cf. Conc. Ecum. Vat. ii, const. Gaudium et spes, 4).

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  25. El problema catalán no es solo una cuestión que atañe a España, se trata de un problema que excede nuestras fronteras y se adentra en el conflicto geopolítico que existe entre Rusia y los países occidentales. España está hoy en el centro de la geopolítica global con la defensa europea de por medio y el papel de la OTAN como su garante en la frontera rusa. En el tablero de los equilibrios globales aparece la posible desestabilización de España que, de darse, afectaría sin duda a Europa, la haría más débil y podría romper la frágil Unión Europea. De ahí que el presidente francés Emmanuel Macron clame por una Europa más integrada política y económicamente. Un Occidente dividido e inseguro no sería capaz de hacer frente a la agenda revisionista lanzada desde Rusia. De ahí, las presiones contra Trump por su supuesta conexión con el Kremlin y las preocupaciones de Merkel y Macron ante la debilidad política que se cierne sobre Europa. A lo que hay que sumar la aparición de múltiples partidos populistas que trabajan con la idea de romper Europa y terminar el entramado de alianzas que se han construido desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Lo que explicaría el comportamiento de estos partidos de extrema izquierda aliados con los separatistas en un objetivo común, o los partidos más a la derecha del espectro político queriendo desintegrar también la Unión Europea. Pues, como Finlandia que, durante la Guerra Fría, tomó una posición neutral sin entrar en la OTAN y quedar bajo la vigilancia de la Unión Soviética, de la misma manera, una Europa dividida acabaría a merced del poder ruso en el continente. Y parece que Cataluña podría ser hoy una pieza relevante en esta estrategia. La independencia de Cataluña sería un factor de desestabilización que podría acabar con la actual Europa.

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  26. ¿Cómo hemos llegado a esto? Paulatinamente el Estado ha ido cediendo competencias y apartándose de Cataluña. Ha llegado un momento en que su presencia es prácticamente inexistente en amplias zonas del territorio, sobre todo rurales. En muchos pueblos se ha convertido en un cuerpo extraño. Con el Estatuto de autonomía en la mano, el nacionalismo gobernante, con Jordi Pujol a la cabeza, ha ido apoderándose de los resortes, no sólo emocionales, sino efectivos, empezando por las escuelas y los medios de comunicación. Ha sido una callada labor de zapa, favorecida por los distintos Gobiernos de España. A cambio de campar por sus respetos allí, los nacionalistas catalanes servían de comparsa interesada a los distintos Gobiernos de Madrid, convirtiéndose en pieza clave para gobernar. Esto fue así tanto para UCD, como para el PSOE y para el PP. El presidente Felipe González pactó el apoyo de CiU a su política a cambio de echar tierra encima del «caso Banca Catalana», que implicaba de lleno a Jordi Pujol, un político que se ha demostrado corrupto y que, bajo la capa de la moderación, nunca dejó de ser separatista. La complacencia socialista con el pujolismo, las concesiones de Aznar en el «pacto del Majestic» (1996) la insensata aventura de Maragall (2003) con la reforma del Estatuto, la complacencia de Zapatero y el funesto tripartito de Montilla (2006-2010) han conducido a este desbarajuste. Rajoy, con el efímero Calvo-Sotelo, es el menos responsable de la pretendida pérdida de Cataluña. Le han cargado con la pesada mochila, aprovechando la crisis económica y la debilidad de la política nacional, incluido el relevo en la Jefatura del Estado y el período del Gobierno en funciones. Y no ha tenido fuerzas o no ha sabido responder con contundencia al desafío. Eso es todo lo que se le puede reprochar hoy al actual inquilino de la Moncloa.

    Esta última crisis, cuyo desenlace, tras la contundente declaración del Rey, empieza a ser menos oscuro, tiene su origen en la estúpida y frívola decisión de Maragall de comprometerse a reformar el Estatuto. Pretendía demostrar a todo el mundo que los socialistas podían alcanzar mayores niveles de autogobierno y afianzar así el encaje de Cataluña en España. Zapatero, ya en puertas de la Moncloa, que ocuparía al año siguiente, declaró solemnemente en un mitin en el Palau Sant Jordi: «Apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento catalán». Ese compromiso arrastró al PSOE a la inanidad y al conflicto interno que se mantiene en esto con Pedro Sánchez. El Parlamento de Cataluña aprobó el nuevo y descabellado Estatuto con los votos en contra del Partido Popular, que inició una desaforada campaña contra el mismo, hasta recoger cuatro millones de firmas. En la comisión constitucional del Congreso de los Diputados, presidida por Alfonso Guerra, se aprobó por mayoría tras el «afeitado» de algunos de los artículos más polémicos. En 2006 se formó el Gobierno tripartito de triste memoria, con los republicanos y el socialista Montilla de president. Fue el Gobierno que acabó calentando el horno. Y el 18 de junio de 2006 con una participación de menos del 50 por ciento, el nuevo y malhadado «Estatuto Maragall» obtuvo el 73,9 por ciento de votos favorables. La verdad es que no despertó un entusiasmo innenarrable entre el pueblo. El PP, de la mano de Trillo y Sáenz de Santamaría acudieron, llenos de fervor patriótico a presentar un recurso ante el TC, que, ¡cuatro años después!, el 28 de junio de 2010, dictó sentencia, sin unanimidad: recortaba 14 artículos y matizaba otros 27. Ese fue el comienzo de la caída libre de los populares y socialistas en Cataluña y el detonador de lo que, en una escalada irresponsable e irrespirable, de la mano de Artur Mas y luego de Carles Puigdemont, llevados del ramal por Junqueras (ERC) y manejados por la CUP, ha conducido a este callejón sin salida aparente. Lo único indiscutible como se ve, es que la saga-fuga de Cataluña viene de lejos.

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  27. Genial Abel Hernández en la Razón

    Ésta es la historia de un largo desencuentro, que ha culminado con los episodios de ruptura promovidos en los últimos tiempos por las fuerzas nacionalistas en unión con los populistas radicales y que han alcanzado su punto de aparente –sólo aparente– no retorno ahora, con el rechazo de la Constitución y el Estatuto en unas bochornosas sesiones del Parlament, el falso referendum del 1 de octubre, la huelga revolucionaria del día siguiente y la probable e inútil declaración unilateral de independencia. Se ha llegado al punto de ignición de la crisis, lo que ha obligado al Rey a hacer un llamamiento público a restablecer el orden constitucional en Cataluña.

    Pero el desencuentro, como trataré de contar, viene de lejos. Un fallido intento de desconexión con España ocurrió ya durante la República con Companys. Ortega y Gasset vio entonces con lucidez que no había solución y que había que resignarse a la «conllevanza» del irresoluble problema catalán. La represión de la lengua y de las instituciones catalanas durante el franquismo dejó un resquemor que ahora rebrota a destiempo. El presidente Suárez nada más tomar posesión se dio cuenta de la necesidad de enfrentarse al problema y, en un meditado gesto de audacia, restableció la Generalitat y trajo del exilio a Tarradellas para ponerlo al frente de la misma. Esto ocurrió entre el clamor popular. Luego, en la elaboración de la Constitución, con el catalanista Miquel Roca entre los «padres» de la misma, todo fue conformidad, sin grandes estridencias. En un almuerzo en la Moncloa con el mismo Roca y con Jordi Pujol, Suárez accedió, después de resistirse mucho, a que el término «nacionalidades» figurara en la Constitución. Los dirigentes catalanes no pidieron entonces nada más. Con eso tenían bastante para sus planes. Ni siquiera exigieron un régimen fiscal especial como los vascos y navarros. En realidad, lo rechazaron.

    La Constitución fue aprobada en referendum el 6 de diciembre de 1978 con el 91,09% de votos favorables en Cataluña, el porcentaje más alto, con Andalucía, de toda España. Y el primer Estatuto de autonomía tampoco creó serias discrepancias. Los catalanistas consiguieron lo que querían. Como la negociación se prolongaba, una mañana se presentó en la Moncloa Maciá Alavedra y entró en el despacho del jefe del gabinete del presidente. «Pero, vamos a ver –preguntó– ¿quiere Suárez el Estatuto o no lo quiere?». «¡Pues claro que lo quiere!» –respondió Alberto Aza. «¡Collons, pues entonces vamos a firmarlo ya, que tenemos que irnos de vacaciones!». El 25 de octubre de 1979 el Estatuto de autonomía de Cataluña se aprobó en referendum con el 88,1 por ciento de los votos y una participación del 59,6 por ciento. A esas alturas, el porcentaje de catalanes que se declaraban independentistas era insignificante. Sin embargo, yo le oí aquellos días al ministro Fernández Ordóñez: «El problema de Cataluña a la larga es más grave que el problema vasco». Llevaba razón. Cuarenta años después del restablecimiento de la Generalitat y el autogobierno, el Gobierno de Cataluña y sus socios de la CUP han decidido cargarse el consenso constitucional y el «régimen del 78».

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  28. Afortunadamente la cantera de los tres seminarios de Cataluña,(conciliar de Barcelona, Interdiocesano y Terrassa) están llenos de chicos normales que se escandalizan al ver a sus rectores y formadores adoctrinarlos en cuestiones independentistas. Pero siempre están los mediocres, que no sirven para servir al Señor en su Iglesia (creo que no sirven para nada), que son los pelotas y chivatos de los formadores, que son unos radicales independentistas, que no anuncian a Cristo, ni hablan de Él en su vida (ni con Él). Estos son los que mejor valorados están, mejores informes tienen, mejores destinos, etc. Triste es que eso no se pueda llevar a la CEE, pues el obispo encargado es el coprincipe de Andorra. Triste es ver la nula formación espiritual y humana que reciben los que si están por Cristo y su Iglesia, los que tienen celo por las almas y quieren acercarlas al Señor. No se a que esperan los obispos para cesar ya a mn Norbert y mn Turull, viendo lo nefastas que son las cifras de seminaristas de calidad. Se premia la mediocridad y se castiga la fidelidad. Señores obispos, que luego se les llena la boca en decir que el seminario es la niña de los ojos del obispado, despierten ya!!!! Norbert y Turull, sereis juzgados por el justo juez que todo lo ve. Espero os coja confesados y arrepentidos.
    Es una fe a medida del mundillo exterior. Falta algo primordial. Falta la caridad. Sin caridad no puede haber comunión. Por muchas horas que se empleen en el ropero y en visitas a los necesitados.
    Cuanta destrucción por parte de quienes se suponen estaban ungidos para lo contrario. Pero no parece que el Arzobispado sea muy consciente de la apostasía. La infame nota de los Obispos vino a unificar criterios. Por si alguien tenía alguna duda.

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  29. Es de sentido común que un Papa que no conoce Europa, que posiblemente y no posiblemente no comulgue con lo que históricamente es España ni de su labor en Latinoamérica, pueda sin dar mucho ruido dar alas al independentismo sabiendo además que en el Vaticano son muchos los apoyos. En su día Montserrat y hoy mismo tiene grandes vinculaciones con Bertone y otros prelados. Si se deriva que parece estar mçás a gusto con regímenes populistas, supuestamente de izquierdas o ni se sabe y viendo su actuación en Venezuela que ha sido nefasta, quien puede asegurar por mucho que se recalque lo mismo para España o Europa.
    De todos modos la diplomacia vaticana siempre fue así jugando entre bandas, en eso no ha cambiado nada.
    El único que ha estado a la altura ha sido el Rey, y es el que con su contundencia ha parado todo esto, porque el Gobierno calladito, haciendo el ridículo, quedando mal en el mundo para que los enemigos tradicionales que van de amigos se rasguen hipócritamente las vestiduras con la violencia policial, con la bandera de los derechos humanos y cuando nos conviene y toda esta ralea y patuleta de progres de la ONU y de no se qué tribunales de derechos humanos.Eso es así y encima ha dado esa imagen que es lo que buscaban para no evitar el referendum. O sea que el objetivo que buscaba el Gobierno no se llevó a cabo por mucha descoordinación y por no preparar las cosas bien y eso está bien claro. A nadie se le ocurre que 17.000 Mossos de Escuadra van a estar a lo que digan los jueces y no van a sacar la cara a los que les pagan, en donde viven y con los mandos que tienen. Debería Rajpy haber aplicado el 155 cuando el parlamento catalán votó ese engendro y se hubiera evitado este oprobio.

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  30. Cuando todos los intereses nacionales debían ser solidarios con la continuidad del Estado, algunos eclesiásticos fueron desleales. Doblez y torpeza aberrantes, que serán juzgadas por la historia con rigor. Gracias a Dios no todos se juramentaron en pro de la traición. Miopía intelectual, y pertinaz espíritu substitutorio de la misión eclesial en unos pastores, pero no en su mayoría, que, silenciosamente, no firmaron el manifiesto que llamaba a bendecir la ilegalidad. Anabolizada y dopada la mezquina arrogancia de unos eclesiásticos por la ilusoria idea del triumfo romántico del «poble», condujeron a la masa a la carnicería del «domingo sangriento de octubre», como Gapones del siglo XXI. Mientras, otros rezaban por su grey confundida y manipulada a la Moreneta. Ha habido estupidez y maldad, pero también torpeza. Y fidelidad en otros, que, con serena lucidez, y gran impotencia, venían ver el desastre.

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  31. Sistach mal, Omella peor! Tranquilos que después vendrá Novell.

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  32. Comer con gente mal vista, más que pecado, es virtud evangélica; y guardar el pectoral en el bolsillo de la camisa es una gesto tan común en los obispos como desabotonarnos el cleryman los curas cuando agobia. Son ganas de criticar por criticar.

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    1. La especial efusión del Espíritu Santo que recibieron los Apóstoles por obra de Jesús resucitado (cf. Hch 1, 5.8; 2, 4; Jn 20, 22-23), ellos la transmitieron a sus colaboradores con el gesto de la imposición de las manos (cf. 1 Tm 4, 14; 2 Tm 1, 6-7). Éstos, a su vez, con el mismo gesto, la transmitieron a otros y éstos últimos a otros más. De este modo, el don espiritual de los comienzos ha llegado hasta nosotros mediante la imposición de las manos, es decir, la consagración episcopal, que otorga la plenitud del sacramento del orden, el sumo sacerdocio, la totalidad del sagrado ministerio. Así, a través de los Obispos y de los presbíteros que los ayudan, el Señor Jesucristo, aunque está sentado a la derecha de Dios Padre, continúa estando presente entre los creyentes. En todo tiempo y lugar Él predica la palabra de Dios a todas las gentes, administra los sacramentos de la fe a los creyentes y dirige al mismo tiempo el pueblo del Nuevo Testamento en su peregrinación hacia la bienaventuranza eterna. El Buen Pastor no abandona su rebaño, sino que lo custodia y lo protege siempre mediante aquéllos que, en virtud de su participación ontológica en su vida y su misión, desarrollando de manera eminente y visible el papel de maestro, pastor y sacerdote, actúan en su nombre en el ejercicio de las funciones que comporta el ministerio pastoral y son constituidos como vicarios y embajadores suyos.

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    2. Cuando invitan a L´ESTACA DE PORRERA se ponen a 1OO!!!!!!

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  33. Últimamente GG utiliza un tono que no me gusta nada. Os leo hace años y creo que sois muy necesarios. Y que la denuncia profética es imprescindible. Pero el tono...

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    1. Eso indica que usted no conoce la situación en su sentido más endógeno. Lo de Omella es de juzgado de guardia. Si el Mayor Trapero va la cárcel, Omella debería ir con él. Tiene una gran parte de culpa de lo que está pasando en Cataluña. Ha defendido el derecho a decidir. Y se ha cruzado de brazos cuando los curas firmantes se pusieron de parte de los independentistas. Juega a la más sucia política. Y los de a CUP serían los primeros que irían a por él, si toda la movida independentista cuajase. Pero si hasta parece que está causando todo este daño con premeditación. O eso, o es que es "mu tonto".
      Pero de Dios no se ríe nadie. Y a Omella también le llegará el juicio de Dios. Aunque pueda no creer en él.
      "Señor Todopoderoso. Ten piedad de tu hijo Juan José, obispo, y perdónale tanto daño causado a tu Iglesia. Amén".

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    2. 100% de acuerdo.

      El artículo de hoy abunda en el insulto. Se ha aliviado bien, el tal Prudentius. El texto supura odio por los cuatro costados. Bueno, ellos dirán que es "fina ironía", o una distracción "sorneguera".

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    3. Le comprendo muy bien, pero en estos últimos tiempos, por el silencio acomplejado de algunos (no miro a Terrassa) y la militancia hiperactivada de otros (no miro a Montserrat), no han dejado otras alternativas que este tipo de lenguaje.
      A ver si ahora, ya al borde del abismo, la cosa cambia. Pero debo constatar que, como dice el anónimo de las 20:12, pocas veces ha estado más justificado el anonimato en esta página. Al menos hasta hace muy poco.

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  34. Solicito censura para las larguísimas disertaciones en comentarios enlazados que no vienen al caso y sólo consiguen distraer la atención sobre las entradas del blog. Con un comentario basta y si quiere que ponga un enlace a sus copiadas disertaciones.

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  35. ¿Rectifica ya Omella?

    “Cardenal Omella a los claretianos: «No os dejéis atrapar por ideologías políticas que reclaman nuestra entrega absoluta»

    http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=30742

    Veremos. La reparación del mal causado debe guardar proporción con este.

    Parece que las cosas están cambiando. Signo de ello es que le publiquen a Oriolt un artículo en El Mundo en el que cuenta algunos de los desmanes de eclesiásticos adoctrinando a los niños para sustituir la religión por la inventada nación.

    http://www.elmundo.es/espana/2017/10/23/59ecf8e2ca4741cf028b4570.html

    http://infocatolica.com/?t=opinion&cod=30743

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    1. A ver si es verdad. Lo cierto es que la presión, en ciertos momentos, ha resultado casi insoportable.
      Gracias a GG por no haber cedido ni un milímetro en las palabras del Evangelio "dad al César lo que es del César, pero no os olvideís de dar a Dios lo que es de Dios".

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  36. No me ha gustado este artículo.
    No necesitan médico los sanos sino los enfermos. Bien por Omella, la reunión parecía más una UVI, que no una comida. Mucha alma necesitada de médico. Además siguiendo el ejemplo de el Señor, que también comió con Mateo...Siento decir que hay demasiado sepulcro blanqueado entre los comentaristas.
    Por lo que respecta al abad Soler está totalmente desacreditado por su alineación con el independentismo, por lo que era un florero de la UVI.
    La cruz en el bolsillo se la ponen muchos obispos cuando comen, por una cuestión puramente práctica.
    Poco más que decir, solo animar a los que escriben aquí a hilar más fino y no buscar tanto paja en ojo ajeno.
    Buenas noches desde Milán.

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    1. ¿De veras está tan desacreditado Soler? Quizás lo parezca desde Milán, pero desde Barcelona no da esa impresión. O no la ha dado hasta el momento.
      Y tenemos que creer en su testimonio cuando dice que la reunión parecía una UVI. Del contenido ha trascendido muy poco, al menos en los niveles medio-bajos de la archidiócesis.

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  37. se tapaba la cruz para no mancharla con la comida?? a la peña se la va la olla

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  38. La desacreditación del abad Soler no es una impresión, es un hecho.
    El superior de una comunidad que se alinea explicitamente con una posición política que fractura a la sociedad, que genera odio entre los ciudadanos, y que comete actos ilegales e inmorales (Munilla dixit), no es que esté solo desacreditado, es que es un palmero de la inmoralidad/legalidad y reo de escándalo....Hay de aquel que escandalizare....etc
    Buenas noches hoy desde Eslovaquia

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  39. Al de la olla, le diría que intente comer con un crucifijo grande colgando y luego que hable. No es práctico, parece evidente, al anónimo quizá le sea difícil percibirlo....pero es claramente más cómodo comer con el crucifijo en el bolsillo....cuesta un poquillo entenderlo pero esforzandose un poquito se acaba consiguiendo, espero

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