No sólo de pan vive el hombre

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Si buscamos periferias para volcar en ellas nuestro apostolado, no es necesario que nos embarremos buscando villas miseria. Mucha mayor miseria tenemos dentro de nosotros, en nuestra propia sociedad: económicamente opulenta, sobre todo si la comparamos con esas villas miseria que nos pueden dar tanto caché apostólico, pero moralmente en la indigencia más extrema. Bien están los apóstoles que dan pan y aliento a los que viven en la miseria económica; pero es estremecedora la escasez de apóstoles dispuestos a dar testimonio del Evangelio en esta sociedad nuestra que se hunde cada vez más en la peor indigencia moral. Evangelizar en estas periferias es mucho más duro que hacerlo entre los parias de la tierra, porque estos apóstoles son vilipendiados por los infieles, creando la imagen de rechazo y repudio del Evangelio por parte de éstos; mientras que quienes se dedican a aliviar la miseria material, son lisonjeados con gran fervor por los infieles y descreídos, creando con ello ilusión de gran eficiencia evangelizadora.
Sin andarse con rodeos, el cardenal Charles Maung Bo denunció los ataques que sufre la familia en las naciones ricas, empeñadas en dinamitarla: introduciendo en ella a través de las leyes, cuerpos extraños cuyo único fin no es, como dicen, ampliar la familia con nuevas formas, sino destruirla desde dentro. Lo que antaño fue la lucha política contra la explotación inmisericorde y contra la pobreza, se ha convertido hoy en la lucha política contra la familia natural, para proteger “nuevas familias” basadas en nuevas formas de entender el sexo, y por consiguiente en nuevas formas de entender la manera de tener hijos.
¿Y quién es este cardenal Bo? ¿De dónde ha salido? Pues de Asia (Birmania), de una de las periferias de la Iglesia. Aunque por la fuerza con que laten esas periferias asiáticas y africanas, más propio sería afirmar que son el nuevo corazón de la Iglesia. Se pronunció en este sentido en la homilía del 51º Congreso Eucarístico Internacional de Filipinas, en el que fungió de embajador pontificio. “Un peligro mortal más grande que la bomba atómica y que el terrorismo, se yergue sobre la humanidad entera; porque algunas naciones han optado por el camino de la destrucción de la familia a través de las leyes”.
Esta conciencia a la que da voz el cardenal Bo, de que la destrucción de la familia en la sociedad occidental (¡mayoritariamente cristiana!, al menos en origen), es más terrible que una bomba atómica, no es demasiado compartida en la porción de la Iglesia que la sufre. Y sin embargo es totalmente cierto. Es una tragedia muchísimo mayor para toda la humanidad la destrucción de una institución tan vital como la familia, que la pérdida de una de sus grandes ciudades por un ataque nuclear. La familia es una de las mayores creaciones de la humanidad, destilación de milenios y de culturas, gracias a la cual se ha resuelto de la forma más estable y satisfactoria la convivencia entre los seres humanos. Una institución a la que el cristianismo aportó a lo largo de muchos siglos, la mayor consolidación y la máxima calidad humana. La ruina del trabajo de tantas generaciones, a la que asistimos impávidos, constituye una tremenda catástrofe para la humanidad.
El cardenal Bo es, en efecto, una rara avis en el clima de perfil bajísimo y de silencio preocupante en que se ha colocado el alto mando de la Iglesia. Para la multitudinaria manifestación en Roma en defensa de la familia, han sido los laicos los que se han movilizado ante la mirada cualquiera diría que displicente de la jerarquía. Ésta, en efecto, ni impulsó ni participó en la organización. Unas semanas antes del evento, la Conferencia Episcopal Italiana se limitó (¡algo es algo!) a invitar a los católicos a participar. Los organizadores fueron un grupo de laicos que liderados por un médico, formaron un comité denominado “Defendamos a nuestros hijos”.
Es sumamente preocupante que mientras los laicos se organizan con enorme escasez de recursos para poner en pie a la población en defensa de la familia, la jerarquía católica, con su incalculable potencial económico y propagandístico venga de organizar una larga y espectacular movilización, el sínodo de los obispos, cuyo contenido publicitado (quizá ocurrió lo mismo que en el Concilio: que una cosa es lo que fue, y otra lo que trascendió ¡y quedó!), fue cómo se posicionaba la Iglesia ante la poligamia diacrónica, el divorcio católico llamado también nulidad exprés y la fórmula más oportuna para asimilar en la Iglesia la nueva polisexualidad. El indisimulable desequilibrio en el tratamiento dado por la jerarquía de la Iglesia a estos dos frentes (el de la familia con perfil bajísimo, y el de la polisexualidad a bombo y platillo), tiene apaciguados y hasta exultantes a los enemigos de la Iglesia; pero inquietos y desasosegados a muchos fieles.     
Por eso es tan consolador escuchar en la Iglesia voces como la del cardenal birmano: “Muchas naciones ricas tienen dinero, pero no tienen familias”. ¿De qué les sirve a esas naciones ganar todo lo que ganan si acaban perdiéndose ellas mismas? Si se destruye la familia, que es la primera célula social, nos convertimos todos en masa inerte, que ése debe ser el objetivo de la nueva ingeniería social. Masas de individuos sin vinculación sólida entre sí, cohesionados únicamente por el Estado. Masas amasadas a conveniencia del poder.
¿Acaso no hay en Filipinas pobreza, desequilibrios sociales, inseguridad, conflictos étnico-religiosos, migración y demás? Sí, pero resulta que todos esos conflictos, todos ellos, son más llevaderos si se mantiene la familia en pie. “En Filipinas luchamos por las familias pobres y oprimidas porque creemos en el fundamento de la vida y de la unión familiar”, dice el cardenal Bo. Y ya en tono profético, afirma: “Filipinas es la única nación asiática de mayoría católica destinada a la gloria, a la prosperidad y  a la espiritualidad. Y tendrá la tarea de ser luz no sólo para Asia, sino para el mundo entero”. He aquí cómo la familia se nos ha ido a la periferia y sólo se defiende con fervor en las periferias geográficas y sociales.
No deja de ser un consuelo para los creyentes que mientras asistimos al hundimiento de los países más ricos, en los que “la familia corre peligro incluso dentro de la propia Iglesia católica” (son palabras del cardenal), contemplemos la luz de la fe y de la civilización celosamente guardada por países pobres en bienes materiales, pero ricos en moral y en bienes espirituales.
Y entretanto, cediendo a la tentación del diablo, que nos insiste para que convirtamos las piedras en pan. Es imposible: esos corazones duros como pedernales, de esa misma Europa que hace aspavientos ante el drama de los refugiados sirios después de haber creado el problema, de esa Europa que se está empleando a fondo en destruir la familia, ¿qué pan puede salir? ¿Cree alguien que es menos criminal la destrucción de Siria y de otros países árabes, con el tremendo problema migratorio que ha ocasionado, que la destrucción de la familia? ¿De qué nos maravillamos? Los autores son los mismos: y para ambas fechorías necesitan tener corazón de pedernal. Como dice el cardenal Bo, es difícil encontrar en el mundo actual una tragedia comparable a la destrucción de la familia. Esto sí que es miseria, esto sí que es ruina. Es preocupante que mientras nos empeñamos en ayudar a los pobres para darles de comer, no nos importe que les roben algo tan valioso como la familia. Ellos, los pobres, son los que más la necesitan.   
Sí, ya sé que LAS PENAS CON PAN SON MENOS. Pero si me dan a elegir penas con pan o penas con la compañía de la familia, pues qué quieres que te diga, prefiero la familia; que al fin y al cabo, como pilles la costumbre de comer, no paras; y esos mismos pobres pasan de la pobreza de no comer, a la pobreza sarcástica de la obesidad.
Y sí, lo que me levanta más dudas, es que los malvados de corazón de piedra se empeñan en darte pan; pero eso sí, a cambio de la familia. Te imponen el progreso, es decir la ideología de género, el matrimonio que es cualquier otra cosa, la familia del progenitor A y el progenitor B; los embriones como juguete preferido de la ciencia, los hijos como mascotas a la carta, el aborto de principio a fin y la eutanasia, y todo esto enseñado y promovido por la escuela, por las leyes y por los medios. Ellos lo financian todo. Y de propina te dan pan, como si sólo de pan viviese el hombre. Efectivamente: convencidos de que vive sólo de pan. Sí, sí, haz que estas piedras se conviertan en pan... un pan que muerdes y se te caen los dientes. ¿Y qué otro pan iba a inventar el diablo?
Nos estamos obsesionando con el pan (haz que estas piedras se conviertan en pan) y nos estamos olvidando de toda palabra que sale de la boca de Dios. ¿Olvidándola? ¡Escondiéndola! Tiempo ha, toda la Iglesia que daba pan, lo daba bajo la mirada de la cruz y acompañada del Evangelio. Hoy, gran parte de la Iglesia que da pan, esconde la Cruz y el Evangelio. Se sienten más cómodos haciendo de ONG totalmente laica, porque así reciben subvenciones del G y, por qué negarlo, ¡les mola más! Procuran no entrar en conflicto doctrinal con el Banco Mundial, con el Fondo Monetario Internacional y con la ONU, que también dan pan (si por el pan fuese, serían la más viva imagen del Evangelio). Y los pobres comen pan, claro que sí; pero se les caen los dientes. Es el precio que les impone el diablo cuando despliega con ellos su generosidad.
Cesáreo Marítimo

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20 comentarios

  1. Sr. Cesáreo Marítimo, muchas gracias por su Artículo acerca de esta hermosa y catequética homilía del cardenal Charles Maung Bo. Gracias a Germinans Germinabit por su publicación.

    No hacen falta palabras, solo leerlo, hacerlo propio y divulgarlo tanto como se pueda.

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  2. Los responsables son Francisco y su Curia19 de febrero de 2016, 1:01

    han sido los laicos los que se han movilizado ante la mirada "...cualquiera diría que displicente de la jerarquía. Ésta, en efecto, ni impulsó ni participó en la organización. Unas semanas antes del evento, la Conferencia Episcopal Italiana se limitó (¡algo es algo!) a invitar a los católicos a participar."


    Hechos evidentes irrebatibles:


    1. La Jerarquía Romana tiene a su vértice al Papa Francisco.

    Si esto sucede, es por su complacencia, disimulo o tolerancia, de lo contrario habría dado las mismas órdenes expresas y abiertas, sin excepción ni excusa alguna, que daba san Juan Pablo II: a defender como sea a la vida, la familia y el matrimonio de los ataques del demonio y de los hombres malvados.


    2. Si la Jerarquía acepta la omisión de la acción debida, proactivamente y con dolus malus, violando de pleno el mandato constitucional esencial de Jesús, amar la familia y defender el matrimonio, es que la Iglesia está, en su Alta Jerarquía Romana, completamente dividida y corrupta.


    3. La división de la Jerarquía Romana debe de ser profunda, irreversible y sin posibilidad de solución alguna.

    Es imposible creer en esta evidente involución eclesial en relación con san Juan Pablo II y Benedicto XVI, si la división interna tiene las características de ser completamente radical y fundamental.


    4. Conclusión: sólo y únicamente en el Papa Francisco y su Curia Romana está concentrado el problema de la decadencia en la defensa de los conceptos irrenunciables: vida, familia, educación y bien común.

    Es una vergüenza que los laicos tengan que hacer el papel del Papa y la Curia.

    A los obispos les ha ido muy bien para su tranquilidad el abandonar la defensa de la vida y la familia, para centrarse en exclusiva en los pobres económicos, reduciendo a la Iglesia en una grandiosa ONG.

    Hay que redoblar, pues, las oraciones para que Francisco y su Curia recuperen la vía de san Juan Pablo II y Benedicto XVI.

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    1. Ciertamente tenemos que rezar mucho por el Papa y los Obispos.

      Pero cuidado, a cada cual lo suyo.

      ¿Son acaso culpables el Papa y los Obispos de que yo deje a Dios en un rincón, porque sus mandamientos no me gustan, "porque según dicen quitan mi libertad"?

      ¿Son acaso el Papa y los Obispos los culpables que de como católico de el voto a un Partido que se que no a defender la vida y por tanto la familia?

      ¿Son acaso culpables el Papa y los Obispos, que uno se vaya con otra a vivir en adulterio o concubinato?

      Por favor, seamos un poco más serios, que el "Occidente cristiano..." que no es tan cristiano y menos católico, también tiene que hacer examen de conciencia y decir: BASTA!!!

      El Papa y los Obispos, sin duda que tienen su responsabilidad, pero que tenemos que amar a nuestras esposas, maridos e hijos es cosa nuestra.

      ¿O esperamos que el Papa nos diga cuantas caricias debemos dar a los hijos o nietos....?

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    2. Habría que añadir varias cosas. La inmensa mayoría de los políticos y otros hombres públicos occidentales que se presentan como católicos contribuyen a este organizado ataque contra la familia que denuncia el cardenal Charles Maunb Bo. Unos más activamente que otros. Y los peores son aquellos que fingen oponerse, posición estratégica clave para que ocupando esta posición no haya ninguna contradicción efectiva a tales planes. Como Mayor Oreja, que ahora se mueve con un nuevo chiringuito, y que cuando fue ministro no movió un dedo. Y todos estos políticos que usan la etiqueta de católicos lo hacen con el consentimiento de la Iglesia, especialmente en el pontificado de Juan Pablo II.

      El ataque es progresivo, inventándose cada cierto tiempo una nueva agresión, siempre con la colaboración de los medios que se presentan como católicos. Estas bestias ahora están con la castración de niños, cambiándoles el sexo. Hace unos días en España a uno de ¡cuatro años! Ya sin la más mínima oposición de medios que se dicen católicos. En otras cosas se les ve venir. Como en la futura legalización y promoción de la pederastia. Ya hay una sentencia del Tribunal Supremo italiano en este sentido.

      El origen de este ataque programado y progresivo es muy claro. Las organizaciones de Rockefeller que diseñaron el plan en los años sesenta e imponen su aplicación.

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  3. ¿Sería mucho pedir que se dejara bien clarito que a este cardenal lo creó el actual Papa?

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    1. Jacques Gaillot fue nombrado obispo de Évreux en 1982 por Juan Pablo II, pero fue destituido y traslado en 1995 a la diócesis fantasma de Partenia por su ideología marxista.

      No hay que caer en la "papolatría": ni siquiera san Juan Pablo II estaba exento de errores y limitaciones, como el caso de Marcial Maciel.

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    2. Laurentius dertosensis19 de febrero de 2016, 22:27

      Tiene razón la papolatria sobra,por encima del papa esta dios omnipotente y eterno,faltaría más.

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  4. Es que es al laicado al que corresponde hacer cosas como convocar, organitzar y participar en manifestaciones. Lo que no es de recibo es que esas cosas las promueva, organice y dirija la jerarquia. Faltaría más, oiga usted.

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    1. ¿Y que los pastores se laven las manos como Pilatos?

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    2. Un abandono clerical incomprensible y cruel19 de febrero de 2016, 13:23

      ¿Y que los pastores se laven las manos como Pilatos?

      ... y se tomen leche con galletitas a la noche para dormir bien y en paz, mientras los laicos, bajo la excusa de la participación y autonomía de los seglares, dan la cara y la mala prensa e imagen: "carcas", "involucionistas"...

      Los obispos, cardenales y el Papa DEBÍAN DE ESTAR PRESENTES OBLIGATORIAMENTE en la gran manifestación de Roma por la familia, por sí o por representación o delegación. TODOS. A dar la cara en el telediario, en internet y en la prensa.

      No haberlo hecho, tanto por los obispos de la Conferencia Episcopal de Italia, todos los cardenales y obispos curiales de Roma y por el mismo Papa Francisco, indica un indicio claro y notorio: HAY UNA GRAVE DIVISIÓN EN ROMA.

      Y en relación con Francisco, no puede ser que se limite a decir que el aborto es un crimen mafioso o que la pederastia equivale a una misa negra...

      Francisco ha de actuar en consecuencia, aunando palabras y actuaciones.

      Lo que no puede ser es que Francisco se limite a decir que el aborto es un crimen mafioso, un mal absoluto, y se quede igual, sin hacer nada.

      En la Europa de Francisco se producen un millón de abortos anuales, y en el mundo de Francisco se causan hasta 60 millones de abortos anuales.

      Pasados más de tres años de pontificado de Francisco, y después de haber muerto unos tres millones de niños no nacidos en Europa y hasta unos 180 millones en el mundo, la necesidad de emprender acciones reales y efectivas se impone. Y basta de palabritas.

      Hay que tomar el ejemplo de san Juan Pablo II y Benedicto XVI.

      A casi todos los cardenales y obispos europeos, españoles y catalanes, les ha ido de perlas y de maravillas el giro social de Francisco, pues han abandonado miserablemente a la vida humana y a la familia en manos de políticos inhumanos y crueles, y sospecho que para evitar el desagradable papel de defensores del plan divino sobre la vida y la familia, y dedicarse al más descansado y agradable rol de asistencia y justicia social dirigida sólo a los POBRES ECONÓMICOS.

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    3. Totalmente de acuerdo con Fred y con el del abandono clerical Primero ellos que marquen el paso y al mismo tiempo nosotros,no puede ser que nosotros defensemos en publico las verdades del EVANGELIO,y ellos dando coba a COMUNISTAS MARXISTAS ASALTACAPILLAS Y OTRAS PERLAS.POR FAVOR!!!!!!

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  5. Valiente este cardenal birmano. Si La aseguradora familia está herida y todo el mundo se irá al garete. Oración y volver a los valores de los 10 mandamientos de Dios que si los vivimos somos felices, tenemos paz y una mejor sociedad. Dios nos ampare.

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  6. ¿Conocen las declaraciones del Arzobispo de Madrid en relación con el asalto de la Capilla de la Universidad de Madrid?
    Si las conoce, ¿le han sorprendido?

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  7. Mons. Omella: No entre al trapo de provocadores y contra-provocadores. Su tiempo es precioso.

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  8. El presidente de la conferencia episcopal francesa es masón, el delegado de Francisco para la "cultura", el cardenal Ravasi, propugna ahora una "confraternización" con los hijos de la viuda y, sobre todo,las sobreactuaciones, globos sonda y "leitmotivs" de este pontífice, casi siempre en sorprendente sintonía de fondo con la , digamos, cosmovisión masónica. Este pontificado puede ,pues, interpretarse perfectamente como el pontificado de la infestación masónica y de la desnaturalización y perversión de la Iglesia. Al principio no me lo quería creer, pero ,desgraciadamente,todo encaja. Y el caballo de Troya para este desembarco por la puerta grande no es otro que la mal llamada Compañía de Jesús, en permanente idilio con los albañiles del mandil desde hace décadas.

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  9. Me pregunto si este papa es la roca sólida que da confianza (o sea, fe), que edifica, que confirma, que afianza, que orienta, que protege y vela por el rebaño encomendado (no suyo) frente a las acechanzas y ataques del Lobo y sus lacayos, o más bien desorienta, desanima, descorazona, desvirtúa, desnaturaliza, desmantela y derruye.

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  10. Es innegable, por mucho que trate de contrarrestarlo la propaganda jesuítica , que si se compara con los dos anteriores es bien poca cosa. Eso explica en parte sus sobreactuaciones casi constantes y sus conejos de la chistera cuando no demagógicos al borde del límite ,o incluso más allá, de la recta doctrina. Los argentinos que lo conocen se echaron las manos a la cabeza cuando salió al balcón de San Pedro, pero en realidad su ascensión no fue una cosa , digamos, espontánea: llevaba tiempo intrigando ( con toda la Compañía detrás) con el grupo o "mafia" de Danneels para hacerse con el poder.

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  11. De momento ya se ha cargado el matrimonio cristiano indisoluble, ahora va a "masonizar" la Iglesia en una línea ONG-Obama, trufándola de obispos filomasónicos, también se va a cargar la autoridad petrina mediante el subterfugio de la descentralización y la potenciación de las conferencias episcopales, además va a permitir el matrimonio a los curas, apoyándose en que los sacerdotes del rito oriental ya lo hacen, asimismo va a encumbrar en los principales cargos de poder a lo más corrosivo de cada casa, con lo que en el próximo cónclave el que venga será todavía peor. Y va a dejar a Atila como un aprendiz... ¿No tengo razón? ¡Ojalá!

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  12. Ahora, en una línea muy políticamente correcta a la Obama, dice que en este año de la misericordia ( o sea, de las rebajas) que se ha inventado propone la abolición de la pena de muerte , pero calla como un muerto sobre la pena de muerte de millones y millones de niños inocentes por causa del aborto, que es un tema que "no toca"(Pujol dixit) porque le haría antipático a de los poderes de este mundo y se le escaparía el Nobel, que debe de estar al caer.

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  13. Si a este sujeto después de tanto estropicio acaban proclamándolo santo( como es norma no escrita y que produce vergüenza con los últimos papas), me paso a la iglesia ortodoxa.

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