La soledad del sacerdote

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Descripcin: http://www.elpais.com/recorte/20100709elpepusoc_4/XXLCO/Ies/heridos_Maciel.jpg En reciente artículo (2-IX-2012), aludía Prudentius de Bárcino a la soledad de los sacerdotes. Quizá sea éste el problema que siendo muy grave tiene una solución más alcanzable, y que sin la menor duda llenaría de significado la acción pastoral del nuevo arzobispo, aunque no destacara en nada más y se limitara a una administración de lo más modesta.

Apuntaba Prudentius a una “congregación religiosa de gran peso y capacidad”. Le pedía al nuevo obispo caridad y cariño muy especialmente para unos sacerdotes solos, muy solos, demasiado solos… Y a continuación apuntaba: Es una soledad terrible y destructiva. Extremadamente peligrosa y contagiosa. Y para el apuntalamiento espiritual y moral de este clero, junto con su más o menos buena voluntad, necesita poner a su alcance una congregación religiosa de gran peso y capacidad, de completa entrega e indudable complicidad con él mismo, como lo fuera aquí en siglos pasados el Oratorio de San Felipe Neri.

Estoy de acuerdo con la sugerencia de nuestro Prudentius; pero convencido como estoy asimismo de que lo mejor es enemigo de lo bueno, yo me conformaría con algo tan simple como crear una residencia sacerdotal sin más: y no precisamente para sacerdotes ancianos, sino para sacerdotes en activo que prefieran vivir en comunidad. A no ser que se trajera de fuera de la diócesis esa maravillosa congregación cual fue el Oratorio de San Felipe Neri. 

Lo importante de esta residencia no sería el hecho de resolverles graves problemas de intendencia a los sacerdotes: que además de comerles mucho tiempo, acentúan aún más su sensación de soledad; sino ofrecerles una auténtica casa sacerdotal que les dé a los allí residentes todas las oportunidades de vivir como sacerdotes. Con fuerte presencia de la oración y con una forma de vida fraterna, que dice Mons. Novell en su plan de Nueva Evangelización para los equipos pastorales. Es a partir de aquí, que la residencia se nos convierte en congregación, o al menos en su anticipo.

De momento sería un gran paso en esa dirección crear una casa sacerdotal digna de tal nombre, que sería para algunos residencia comunitaria fija, y para muchos otros podría resultar lo que respecto a las residencias de ancianos se denominan centros de día.

Lo esencial de esta casa sacerdotal es que tendría como máximo distintivo un espacio, un tiempo y una firme dedicación de la casa a la oración, de manera que tanto los residentes como los mediopensionistas siempre encontrasen en ella la oración, el más sólido cimiento del sacerdocio auténtico. Por eso no está nada mal la referencia a la institución del Oratorio, ni sería nada descabellado inspirarse en esta institución para organizar sacerdotalmente la casa sacerdotal. No es bueno, en efecto, que los sacerdotes estén solos: y la primera compañía que necesitan es la de Dios, en un ambiente en el que sea fácil su presencia. Porque donde se reúnan dos o más en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos (Mt 18, 20). Y a fe que necesitan unirse los sacerdotes, porque de esa unión el Espíritu Santo puede levantar una gran fuerza. 

Descripcin: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJPYLxTkzqyZVcgfNfY_m2PUZeGUKWcuhmxAWcOl1K8L04FmWDp6nVqFmuxZS3x6WYdbpE-hevm2TPvvLOiHSCFRmasq31M_x8hrmthCuTjTMCFKOxHz5FRT9D4eDVyFVtch-SQBi1W9YG/s1600/Cura+de+espaldas+01.jpg En realidad éste es un hecho marcado con enorme fuerza en la historia de la iglesia: los monasterios (del griego “mónos” , que significa “solo”) se formaron en torno al templo en el que se juntaban los eremitas para la oración en común. Y tanto pudo la enorme fuerza aglutinadora de la oración comunitaria, que pronto los “monasterios” (es decir los hábitat de los ermitaños) se construyeron de tal modo en torno al templo, que este hecho vino a cambiar el significado de este nombre, que acabó significando justo lo contrario: “comunidad”, que en griego se llamaba “cenobio” ( koinós bíos, vida común). Es que la vida religiosa sin la oración se vacía de sentido; y la forma de oración más poderosa en todos los sentidos, es la oración en común. 

Fue la necesidad de atender a este objetivo lo que impulsó en su día el Oratorio (de orar) y lo que más recientemente dio lugar a los “convictorios sacerdotales”, destinados en un principio a ser el puente entre el seminario y la vida en las parroquias. Tampoco hemos de desestimar el motivo que se esconde tras el nombre de esta institución. Es el de dar a los sacerdotes recién salidos del seminario la oportunidad de “comer en común”, que eso significa “ convictorium ”. Ése fue en efecto el objetivo de los primeros convictoria , allá por el siglo XVII: ofrecerles un plato de comida y una habitación a los estudiantes pobres. A partir de ahí se crearon los seminarios protestantes. Y algo más complicado fueron los convictoria de los jesuitas.

Aquí en Barcelona tuvimos el “Convictorio Sacerdotal de San José Oriol”, que aún hoy podemos localizar en Google, pero en las categorías de “inmobiliaria” y “organización de fiestas”. Un paso más en la desamortización promovida por la misma iglesia.

El arzobispado de Barcelona lo tiene muy fácil, porque cuenta con el espléndido edificio del seminario mayor: unas instalaciones óptimas en una localización excelente por lo bien comunicado que está. Y su hermosa iglesia, dignísima para el culto. Sería la mejor fórmula para llenar el seminario y darle auténtica vida sacerdotal. Y de paso cumpliría su auténtica misión, haciéndolo mucho más atractivo y edificante para los seminaristas. Y sobre todo pondría freno a la soledad de los sacerdotes de Barcelona: soledad en la comida (es triste comer solo) y soledad en la oración, que amenaza acabar con la misma oración: lo que inexorablemente desemboca en la esterilidad de la vida sacerdotal. 

Virtelius Temerarius

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15 comentarios

  1. Tendríais un buen ejemplo en el centro sacerdotal de la calle Rosellón. Aunque allí nbo hay residentes, si que las actividades que llevan a cabo son las más propicias para enriquecer el sacerdocio, poner experiencias y conocimientos en común, hacer retiros espirituales, dar conferencias... Lo que pueda hacerse en un rato de encuentro semanal.

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  2. Excelente artículo. Después de una serie de posts algo destructivos se agradece un post tan constructivo y meditado como este. Deberías escribir así más a menudo. Ojalá se consiga el objetivo que deseais. Dio lo quiera por el bien de todos.

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  3. El tema es muy interesante. Ciertamente la vida de oración es primordial para el espíritu sacerdotal, pero tampoco se puede olvidar la vida social y más hoy en día en que cada vez más, un sacerdote solo debe atender varías parroquias, desapareciendo la compañía del Vicario. Por otra parte el ejemplo que da el Anónimo de las 23,10 del centro sacerdotal de la calle Rosellón, son muy afines y entonces es relativamente fácil organizar actos. En el seminario mayor se podría hacer lo mismo pero en varios grupos, al objeto de poderlo compaginar con las actividades pastorales de los mismos.

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  4. Celebremos un "post" como el de hoy en el que no se intenta denigrar a ninguna parroquia, y a ningún sacerdote ni obispo, y en el que se plantea una reflexión en positivo.

    "Ànim, i que duri".

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    1. Felicidades por el artículo-reflexión. Es una realidad , nunca mejor dicho como un templo, que la vida de muchos sacerdotes en el día a día , refleja una soledad que se traduce en una melancolía sintomática, tan nociva para el ministerrio, y también tan necesaria a su vez para trasmitir ese entusiasmo y alegría para plantear a muchos jóvenes y no tan jóvenes la vocación sacerdotal.
      Es una urgencia que no puede esperar pues la realidad está a la vista de cualquiera que la quiera ver. ¿ No sería mejor empezar la nueva evangelización por levantar el ánimo y el alma de los pastores?.

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    2. Contar la verdad de las parroquias no es denigrar a nadie, aunque algunos les pese. Llevamos demasiados años que nos han querido dar gato por liebre y ya era hora de denunciar estos hechos. La verdad nos hace libres, aunque esta verdad duela.

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  5. Excelente, totalmente de acuerdo. Cambiaría mucho la vida sacerdotal de esta forma; siempre y cuando sea para mayor santidad no para hacer política como sucede con algunos encuentros quincenales de grupos sacerdotales.

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  6. Felicito, ben de cor, la persona autora de l´article d´avui. Val la pena. Això sí que és un tema important, bonic i interessant i no les bajanades i desqualificacions que es repeteixen sovint. Molt bé!

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  7. Me uno a los anteriores, excelente.
    Y una piedra de toque para elegir al nuevo arzobispo si se compromete a algo tan simple como lo aquí expuesto, que este debería ser su inquietud.

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  8. En la actualidad que casi no hay distancias, es esplendido que los sacerdotes vivan juntos, en el Arzobispado de Tarragona, esto ya se ha iniciado, en la misma sede arzobispal hay en el último piso, con ascensor una residencia para los que libremente desean vivir allí, esto redunda no solo en beneficio espiritual, apostólico, doctrinal, etc. sino en algo tan simple que es el comer cada día, limpieza, ropa que lavar, planchar, platos, nevera, lavaplatos, etc. estos simples quehaceres de la vida ordinaria son mucho mas fáciles de hacer en "familia" que en solitario, aunque cada un tenga su habitación privada e incluso cerrada, no digamos en casos no deseables pero muy posibles de enfermedad, malestar, accidentes, etc.Yo rezo siempre por los sacerdotes, en especial por aquellos que viven solos y bastante aislados de sus compañeros por diferentes circunstancias, la soledad, excepto para los eremitas, que es una vocación especial, suele ser campo para adquirir defectos ya que nadie te los puede indicar, recordemos al PAPA actual en su insistencia en la corrección fraterna como vía de santidad.

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  9. En mi opinión:

    - Está bien una comunidad de sacerdotes rectores y vicarios diocesanos -y también de diocesanos y laicos y religiosos- que deseen orar en común.


    - También sería necesaria alguna especie de cooperativa de bienes y servicios necesarios para las parroquias: una agrupación de parroquias crea una economía de escala con las ventajas que ello conlleva: costes bajos, mayores servicios de todo tipo.


    - Como condición previa a ello está la calidad del obispo sufragáneo y la del arzobispo metropolitano: sin su moral, ética y espiritualidad, estas comunidades sacerdotales y diaconales tienden siempre a la degradación sin un claro liderazgo y vigilancia.


    - Debería de haber una entrada a los laicos para evitar los peligros del clericalismo: la presencia de laicos en la oración y la celebración en común tiene la ventaja de la vigilancia, de un lado, y del enriquecimiento espiritual, por el otro.


    - Hay que evitar que estas comunidades de clérigos diocesanos -sacerdotes y diáconos- se conviertan en reductos progresistas, nacionalistas y de la New Age, tres de los más grandes peligros de la Iglesia Tarraconense.


    En efecto, nada más destructivo que la introducción de:

    ...una espiritualidad y teología de la liberación social y nacional -el clérigo debe ser combatiente social y nacional-,

    ...la entrada de las nuevas falsas espiritualidades demoníacas: yoga, zen, reiki, enneagrama, energías, vibraciones, adivinación, parapsicología, budismo, hinduismo...

    ...de los géneros literarios -todo es mito en la Biblia-,

    ...de los estratos redaccionales -el nuevo testamento es invento de los evangelistas y de las primeras comunidades cristianas-,

    ...del método histórico crítico -se desdobla el Jesús de la historia del Cristo del mito-,

    ...del expurgo de prácticas y devociones supersticiosas y medievales - por el que se liquidan muchos tesoros de la iglesia:

    los sacramentales (agua, sal, aceite, velas, medallas e imágenes benditas), bendiciones, exequias, exorcismos, los novísimos, las indulgencias, las reliquias, la adoración eucarística y la visitación al santísimo, peregrinaciones y procesiones, devociones, apariciones y revelaciones, mística, ascética, dirección espiritual, preparación a la confesión, carismas, dones y frutos del Espíritu Santo, sanaciones, liberaciones, predicación, evangelización, catequesis, el rosario, el via crucis...


    Muchos laicos también quisieran comunidades de laicos donde poder hacer las prácticas religiosas católicas fuera de los clérigos que las menosprecian, las prohiben o las ignoran.

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  10. Uno más que se une al grupo de felicitaciones.

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  11. Soy laico, pero muchas veces he pensado en la soledad de los sacerdotes, sobre todo de los que viven en pueblos diseminados, atendiendo a seis o siete parroquias.- Algunos ven la solución en visitar bares.- No veo mal que lo hagan, pero veo que es la única salida.- Sería conveniente que se procediera a tener convivencias de oración, con una comunicación de problemas y una convivencia, aunque no fuera permanente; al menos que fuera quincenal.- Solamente el simple hecho de ser sacerdote, trae consigo SOLEDAD.-Nací y viví en un pueblo, y conozco la situación

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  12. FIDEL: Aparecen aquí una serie de comentarios según los cuales habría que pensar que una parte -no sabemos cómo de grande- de los lectores de GERMINANS están compuestos de gentes a las que no les gustaría su linea habitual de denuncia del error y de sus promotores. ¿Por qué lo leen entonces? Quizá sean masoquistas. O quizá sean simplemente buenistas.
    Claro que las cosas pueden hacerse mejor o peor pero denunciar el error y sus promotores es una excelente obra de caridad aunque no sea más que por todos aquellos que quedan "avisados" y pueden librarse de él. Aparte los riesgos que implica y que GERMINANS asume valientemente.
    Así que un servidor también felicita no sólo por este artículo sino por todos los que nos ofrece el GERMINANS de siempre.
    "Ànim, i que duri".

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  13. LEER COMENTARIOS
    http://www.emol.com/noticias/nacional/2012/10/10/564018/monsenor-gonzalez-pide-no-escandalizarse-de-la-iglesia-por-los-errores-de-algunos-de-sus-miembros.html

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